Tal y como habíamos planeado, el viernes tuvimos un momento tercera edad en mi casa entre la Rubia, su novio Ado, Benny y yo. La idea era tomarse unas cervecitas y una pizza o algo así y ver una peli, pero no sé porqué nos pusimos a jugar a las cartas. Creo que era la primera vez que yo jugaba a las cartas en mi casa. Encontré entre los cajones una baraja superextraña, porque tenía cartas repetidas y sin embargo faltaban caballos, reyes y ases. Así que Benny y Ado, superdecididos a jugar, se entretuvieron en escribir con un boli en las cartas repes para sustituir a las que faltaban. Y así el ocho de copas pasó a ser el as de bastos, con lo cual hubo momentos de dislexia naiperil toda la noche, porque yo tiraba una carta creyendo que era otra. A eso se sumo que al rey de bastos no se le veía la porra. Jugamos y bebimos a tutiplen. Y yo aprendí a jugar al tute, que no sabía, porque yo he sido muy de jugar al poker y al black jack, que es como más fashion. Bueno, y a la brisca con mis abuelas, pero eso viste menos. De mi casa, ya tibios Benny y yo nos fuimos al Tokes, donde como siempre, nos ofrecieron un dos por uno. Y nosotros que somos muy de aprovechar las ofertas, pues aceptamos.
El sábado organizamos una cena en la Burbuja. Fuimos muchos, aunque hubo cantidad que se rajaron y que ahora quieren hacer otra para resarcirse. Cuando llegamos a la Burbuja, estaba lleno, para variar y tuvimos que esperar tomando sidrinas a que quedase una mesa libre. Mientras esperabamos, todo el mundo se enteró de mi odisea con la vaca en el museo este verano, asi que ahora todos quieren ver la foto de marras. Nos sentamos y comenzamos a pedir. Fue entonces cuando alguien empezó a sugerir: un plato de cada cosa y así probamos. Yo soy más partidario de que si va mucha gente, se pida todo doble y así hay comida de sobra. Pues no, gano adeptos lo de un plato de cada cosa. Así que para que os hagais una idea de los calamares, yo comí uno. Hasta que ya se me hincharon las narices y empecé a decir: que esto es una cena, no un catering de canapes! que yo ya he probado los calamares antes, lo que quiero es comer! y ni con esas. Mientras, la sidra comenzaba a hacer efecto y empezaron a surgir frases memorables. "Dios es colombiano", que decía Chino.Y se quedaba tan ancho. Ninguno entendimos la frase por mucho que se esmero en explicarla. Luego hablamos de cosas tan interesantes como los gimnasios, las ventajas de ser gay en una sauna hetero, de las negras con tetas grandes, de bares cutres, y hasta hubo karaoke de los Cali, unos gitanos que cantan y que Chino confundía con los Chichos todo el rato. La noche la rematamos con el surtido de tartas, que más que nada tenía nata, pero que estaba bien rico. De allí nos fuimos al Teatro de las Aguas, que como era temprano, no estaba ni abierto y nos metimos en un local que conocía Purito y que a mi me parecía más una cafetería que otra cosa. Pues a ocho euros el pelotazo poca gente se animó. Lo mejor fue cuando a Mayra le dio la paranoia de que un cuadro se movía sólo y todos nos partíamos. A mí llegó a parecerme que también lo hacía, pero luego acabó confesando Benny que lo empujaba él.
Al salir, se despidieron Helen y su chico y LaMaña, y como no teníamos claro a donde ir, pues acabamos en el Typical, que estaba cerca. Ahora la música es más tremenda todavía y de vez en cuando ponen canciones que te suenan como a los sesenta pero que no has oido en tu vida. Prefiero los hits tipo "Tómbola" !Hasta a Perales nos pusieron! Además han puesto todo con luces rojas en plan puticlub, o sea que no tiene desperdicio. Despues de dos copas acabamos todos cantando y hablando de todo el mundo. Hasta que el Dj decidió echarnos y puso la música de la abeja Maya, que Mayra se apresuró a canturrear in live. Aquello degeneró en pocos minutos porque era acabarse una canción de dibujos y empezar otra. Hora de irse. Mayra y Xavi se marcharon porque querían ver la formula uno, que empezaba a las 7, o algo así creimos entender que decían.
Quedamos al final Chino, Purito, Benny y yo. Es decir, los alcohólicos y el novio de uno de ellos. A tomar viento de allí, en un local de un conocido de Purito nos tomamos la última. Las conversaciones eran cada vez más absurdas y empezamos a hablar otra vez de mujeres, yo el que más. Tambien criticamos a la gente "demasiado amable" porque preferimos que se sea un poquitin desagradable. Cosas del alcohol, pero que tenían su aquel. Aquí quisieron volverme loco, porque Benny y Purito querían convencerme de que la música que ponían era superfamosa, pero yo no la había oido en mi vida. Como jode eso de "esta la tienes que haber oido !si es muy conocida!". Y yo: pues ni idea - con cara de poker. Y me decían no sé que de una canción que se llamaba Juana de Arco y de un tal OMD o algo así. Y Benny tarareaba "ta ta tatata ta ta..." mientras yo lo miraba perplejo sin entender nada. Purito insistía en que era lo más de lo más en los ochenta. Al final pasé olímpicamente y me centre en el ron.
Un poco perjudicados, decidimos irnos a casa y por el camino no haciamos más que decir ventajas e inconvenientes de salir un jueves o un martes, y casi nos planeamos otra juerga y todo. Cuando llegué a casa y me metí en la cama fue como si me hubieran dado con un yunque en la cabeza. KO en el acto y hasta el domingo.
