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El blog del Nómada

Suspenso

A menudo, y generalmente en verano, hay días e incluso semanas que están ahí simplemente de puente entre períodos de gran actividad (física y/o emocional). Ahora estoy en este mi tercer periodo-puente del verano, que imagino que durará hasta septiembre. Estos días podrían ser mas soportables si no me hubiese dado cuenta de que los vivo en suspenso con vacío que ocupa todo mi ser, y que para tratar de llenarlo un poco tenga que proyectarme al pasado o al futuro inmediato.
Espero que estos días tengan su función. Creo que permiten aprovechar al máximo los periodos que enlazan.
Próximo objetivo: acortar esos puentes.
Cómo? Le preguntaré a Donnie Darko que me enseñe a utilizar los agujeros de gusano...

Twin Peaks en Gdansk

Después de 3 pintas de cerveza de medio litro; después de 3 Mad Dogs (Vodka más tabasco más granadina); después de estar más de cuatro horas bailando sin parar contigo, mirándonos a los ojos o de reojo...Sonó esta canción.

Veinticuatro horas después, con menos cerveza, menos vodka y menos ilusión porque no estabas allí...Volvió a sonar esta canción. Nuestra canción.

Pincha en estas líneas para descargarla...

La vuelta de la Summer University

La vuelta de la Summer University

Hola a todos aquellos que tienen la sobrenatural paciencia de seguir viniendo a este blog con a menudo la vana esperanza de encontrar algún nuevo post. Me parece que alguien dijo algo así como “Bienaventurados los pacientes”, no sé.
Pues bien, aquí estoy, de vuelta de los exámenes, de vuelta de Polonia, y de vuelta de todo. He dormido unas cuantas horas (todas ellas en fase R.E.M., porque necesitaba recuperarlas), me he bañado en la piscina, he jugado con Sky...Y me he puesto a recordar las dos semanas previas a hoy. Bueno, qué os puedo decir, salvo aconsejaros sinceramente que si tenéis oportunidad el verano que viene, os vayáis a una Summer University con la asociación AEGEE.
Sin embargo ahora vienen los días menos buenos: volver a oír hablar español por todas partes (o inglés pero sin acento, por Benidorm); se come a las 14h00 y se cena a las 22h00; recuerdas las conversaciones, las risas, los bailes, los saltos, la col y los kebabs de por la noche; recuerdas a la gente, especialmente a aquellas personas con las que más has compartido durante esos días...Pero entonces te dices: “Joder, si queremos de verdad, podemos volver a vernos muy pronto, en cualquier otro lugar de Europa”. Y sonríes, y aunque permaneces menos feliz que en la SU, eres más feliz que antes de la SU. Por qué? Por la experiencia de conocer un nuevo país, nueva gente, nuevos grandes amigos y amigas, nuevas costumbres...Y por ver que, aunque el mundo es muy grande, es lo suficiente pequeño como para entendernos y para saber que ha surgido algo especial entre todos.

Carretera de Junio

Carretera de Junio

Este mes va a ser una sinuosa y nocturna carretera cuesta arriba, con algún que otro posible imprevisto. Espero no encontrarme con un animal cruzando la vía, ni un coche desbocado bajando de frente invadiendo mi carril.
Confío en que nos veamos todos durante el trayecto, pero lo que realmente deseo es reencontrarnos todos al final de la subida donde, de hecho, para mí es un misterio lo que me (nos?) espera...

Haciendo click sobre estas palabras podréis descargaros la banda sonora de este post...

Cocktail irreal

Cocktail irreal

La combinación de música crepuscular, el propio ocaso, el cansancio, y el hipnotismo producido por la línea blanca del arcén de la autopista, a veces continua y otras discontinua, produce efectos interesantes...La música te aísla del resto de la gente del autobús. La oscuridad creciente ensalza las iridiscencias de la luna nueva sobre el mar. La mirada perdida en el asfalto deslizándose más allá del cristal de la ventana, surcado por esa uniforme línea blanca. Y el cansancio. Ese cansancio físico, mental y espiritual que se siente al final de un día laboral cualquiera.
No es una experiencia religiosa, ni mística...Ni siquiera espiritual. La sensación que se siente es simplemente de una etérea irrealidad, en la cuál incluso se pueden ver en las sombras producidas por las iluminaciones de los hogares, pequeños seres legendarios riéndose de la materialidad y de la verdad. Y si el cansancio es particularmente agudo y la música acompaña, bajo las iridiscencias lunares incluso se puede intuir la silueta deformada por las ondas de una ciudadela imposible.

Alegría...gratis?

Alegría...gratis?

No le entendían en la escuela, no le entendieron sus compañeros en la Universidad, y ahora pedía comprensión al jurado. El veredicto despejó todas las dudas: seguía sin ser comprendido y por eso lo volverían a encerrar en su celda acolchada desprovista de cualquier conexión con el exterior. Puede que en el sanatorio acabara por encontrar alguna mentalidad hermana que sí pudiera aceptarlo.

Y es que la nueva sociedad forjada por la mano de hierro de la multinacional Gobierno Mundial S.A. no podía entender ni tolerar una alegría que no fuera producida por alguno de sus productos patentados. La felicidad originada por escuchar un gato ronronear, por presenciar un nuevo amanecer o incluso por un beso regalado, eran graves atentados contra la nueva humanidad.

Agradecimientos a Kaveri por su aportación inestimable a este microrrelato

De concierto

Escuchando otro conciertazo en directo pero no en vivo, en este caso de PJ Harvey en el Primavera Sound, gracias a la gran labor que hace una emisora (no diré cuál, aunque ya lo sepáis) por la música en este país; escribo esto. No sé si fue por el cansancio del día y de la semana, por el agobio que se va a acumulando exponencialmente con cada día que pasa, pero el viernes por la noche estuve allí, en el Festimad, escuchando a Ben Harper and the Innocent Criminals. Es cierto que estaba metido en la cama físicamente, pero cerrando los ojos no tenía que hacer demasiado uso de la imaginación para verme allí sintiendo la energía positiva que emanaba de aquel escenario. Puede que fuera por un gradiente favorable de energía positiva de afuera hacia adentro de mí, pero allí me veía saltando, cantando y abrazando a quien fuera que tuviera al lado. Luego la mente me jugó la mala pasada de devolverme a la realidad de mi sábana y mis cuatro paredes. Quise negarla, pero no pude. Entonces lloré.

Sin negar la realidad ahora, sí quiero intentar transmitir algo de la energía positiva que sentí el viernes por la noche...

Letras de Ben Harper – With My Own Two Hands

Relojes de arena

Relojes de arena

Fui a curiosear una nueva duna que se había formado a unos centenares de metros del refugio. Me divertí andando sobre la cresta formada por el viento, desfigurándola. Al mirar pendiente abajo, vi una pequeña y vetusta estructura, que interpreté como un puesto de venta. Mordido por la intriga, bajé a grandes zancadas la duna, provocando pequeños aludes de arena, preguntándome qué podía ser aquello.

Cuando llegué frente al puesto, constaté que estaba en peor estado del que creía. Al acercarme al mostrador, como no veía a nadie, pregunté con un alto tono de voz si había alguien ahí. La respuesta fue ver surgir un turbante azul marino que empequeñecía la ya diminuta cabeza que se asomaba. Imagino que se trataba, por los profundos surcos que dividían su cara en pequeños sectores, de un hombre extremadamente anciano. Bien podía ser que tuviera no más de cuarenta años y su aspecto desgastado se debiera a haberse expuesto toda su vida a las inclemencias del Siroco.

Tras saludarle, le pregunté qué vendía, y él me contestó, con un tono que indicaba sorpresa “Relojes de arena ¿qué va a ser?”. Acto seguido, y perplejo por la respuesta obtenida, le pregunté cuál era el precio de los relojes, y qué tipo de clientela tenía, si es que tenía alguna, en un lugar tan inhóspito e insólito para la venta de cualquier cosa que no fuera agua. Su respuesta fue ésta “Cualquier persona que llega hasta este lugar; a excepción de ti joven nómada que vagas por estos parajes alimentándote del sol, de la arena y de tus reflexiones; sabe que no tiene escapatoria. Sabe que ha caído en las garras del Desierto, en las fauces de la arena, y que no volverá a ver lo que llaman civilización. Mi función aquí es otorgar a estas personas condenadas un privilegio (para algunos una maldición): con mis relojes de arena se les permite ver el flujo de su propia vida a través del embudo por el que se deslizan las partículas de arena, y comprender su sentido. Entonces tienen dos opciones: si están descontentos, giran el reloj y vuelven a empezar una nueva vida, pero siempre más ligada al Desierto que la anterior. Si están satisfechos, dejan que caiga hasta el último grano de arena, y entonces ellos mismos pasan a formar parte del mundo del Desierto”. A continuación le pregunté qué ganaba él con todo esto, a lo que me respondió “El pago por esta oportunidad es su propia vida, relatada por ellos mismos mientras van cayendo las partículas de su existencia”.

Entre un estado de terror y confusión por lo que me había sido revelado sobre el destino de los humanos, comencé a alejarme cuando, de repente, otra duda me sobrevino. Entonces me giré para preguntarle una última cosa: “¿Y, cuál suele ser la elección de las personas?”.

Educación Real

AVISO: este es el segundo y último post relacionado con la boda, lo prometo.

Solo quería deciros que hoy, dos días después, siguen abriendo las noticias con esto. Y han puesto imágenes, en las cuales ponían subtitulado lo que creían que se decían Felipe y Leti en la iglesia.
Pues bien, yo os propongo algo. Que me escribáis lo que creéis que le dijo Froilancito a la sobrina de Leti mientras le endiñaba esa patada, muestra de la educación Real (o imaginaria). Yo personalmente creo que le dijo con voz burlona: “Plebeya! Plebeya! No tienes sangre reaaaaaal!”.

Destrucción masiva

Destrucción masiva

En el Café Des Nomades menos mal que hay música pero no hay tele... Aún así ha sido inevitable enterarse de detalles de lo más pueriles e innecesarios de la boda.

Mientras en Madrid se casaban tan felices Felipe y Leti, a varios kilómetros de allí, concretamente en Rafah, moría una niña Palestina de tres años y medio por 2 disparos en la cabeza del ejército israelí. Mientras Felipe y Leti se convertían en matrimonio Real en una boda que a la administración pública (los españoles) le ha salido Real-mente cara, 5 policías irakíes y una civil morían en Bagdad en un atentado suicida contra un miembro del Gobierno Provisional impuesto por Estados Unidos. Mientras en Madrid se orquestaba la farsa de la nobleza y se levantaba un escenario de felicidad; en Estados Unidos el Washington Post publicaba nuevas fotos de las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, escenario de pesadillas orquestadas por personajes que perfectamente hubieran podido ser invitados a esta boda. El evento de hoy ha sido un arma de destrucción masiva contra el espíritu crítico de la gente.

Dejaré que la música y las letras de Faithless digan el resto...

Letra de Faithless - Mass Destruction

Música en el Café Des Nomades

Música en el Café Des Nomades

El Café Des Nomades a partir de hoy ya no va a ser el mismo. Además del silbido de la arena al pasar a través de los foliolos de las hojas de palma secas y de las fisuras de los muros; además del crujir de la madera al golpearle el Sol con todo su radiante poderío; En el Café Des Nomades va a sonar música...

Acabo de darme cuenta que podía sacarle un bonito partido a mi espacio web de Telefónica. En realidad me abrió los ojos oroD enseñándome un blog en que se podían descargar canciones. Entonces me he preguntado: “¿Y por qué no lo hago yo también?”.

Además, creo que tengo suficiente espacio como para colgar unas pocas canciones. Así que, si queréis descargároslas, no tenéis más que ir a la sección de Música y darle al título de la canción (eso es en teoría). Os aconsejo que lo hagáis en cuanto veáis el link, porque trataré de actualizarlo con cierta frecuencia.

Trataré de emocionaros un poco con las canciones que ponga, y vincularlas con los posts...Ya sabéis, aquellos que me conozcáis, que me encanta relacionar las situaciones cotidianas de la vida bien con películas o bien con canciones.
He decidido abrir esta sección con el nuevo single de uno de los grandes cantantes de los dorados años 80: Morrissey, cantante y líder de The Smiths.
Si os leeis la letra de la canción, entenderéis por qué he elegido ésta y no otra...
El tema en cuestión es: Morrissey - Irish Blood, English Heart
Letra de Irish Blood, English Heart

Proyectos

Estoy harto de no escribir en la página web. No quiero abandonarla, ni pienso hacerlo. El problema es que no escribo no porque no tenga tiempo, sino porque, aunque sienta la necesidad de hacerlo, busco fuera e incluso dentro de mí algo que decir, muchas veces en vano. A veces, como esta noche, escucho o leo o bien hablo con gente que me activa y me da un impulso para lanzarme a añadir un artículo más en la página, como por ejemplo este.
Quiero que este verano sea algo especial. Por muchas razones. Es el verano de mi graduación, y por tanto el verano de los “hasta pronto, espero” y por desgracia puede que sea el verano de algún adiós...aunque espero que no ocurra, pero la experiencia dice que algunas personas importantes para mí seguirán un destino completamente divergente al mío y se irán por una carretera secundaria de la vida. Estoy hastiado de que fallen mis planes y mis proyectos. Que yo sepa no tengo cara de coyote ni persigo a ningún correcaminos, así que no sé por qué fallan tan a menudo. Esperemos que este verano no ocurra...Por ahora la cosa va bien encaminada: Varsovia, Nueva York, Palma de Mallorca...alguno no fallará espero! Otra razón también es haber superado con un sobresaliente el bache de primeros de Mayo. Puede parecer una tontería, pero resulta algo importante para mí.
Es demasiado pronto aún para hacer algún tipo de balance del curso o incluso de la carrera entera. Falta la época de exámenes y lo que es más importante: las cervezas post-examen en el bar de la Ari. También falta el acto de graduación, y por supuesto la cena...Entonces puede que eche la vista atrás cual anciano en su lecho de muerte (qué simil más triste). Tengo que escribir algún cuento.

Huída con la música

Huída con la música

Apagó la radio del coche girando el regulador del volumen tan bruscamente que el sonido que produjo le indicó que tendría que comprarse otra. Dio un portazo con idéntica violencia y se dirigió al portal de su casa. Abrió la puerta, y esta vez la cerró con suavidad para no llamar la atención de sus padres desparramados en el sofá con los ojos fijos en el televisor. Asomó la cabeza al salón y contestó a la distante pregunta de “Qué tal lo has pasado” con un “Muy bien” lleno de énfasis vacío. Se encerró en su habitación, puso una canción y dio rienda suelta a sus sentimientos reprimidos durante toda la semana pasada: lloró.

Daba gracias cada fin de semana a poder liberar su corazón oprimido durante todos los días anteriores, aunque fuera en su habitación a solas con su alma, su ordenador y su música...su querida música. Vertía toda su rabia, desesperanza y tristeza al exterior y confluían en el cauce de las letras de las canciones. Generalmente eran melodías melancólicas, con letras tan desgarradoras como lo que él sentía, y eso le ayudaba a liberarse de su carga.

Cada fin de semana en su habitación se producía esta pequeña deflagración sentimental, tras la cual salía del cuarto y se iba a cenar con sus padres. Sin embargo resultó que durante una determinada semana, a sus habituales encontronazos sentimentales se sumaron otros más sutiles pero que se aferraron con fuertes garras lacerantes muy dentro de él, cual parásito. Al llegar el domingo por la tarde a casa, estaba tan destrozado que ni siquiera tuvo el impulso automático de avisar a sus padres de su llegada aunque estos le oyeron entrar. Se encerró directamente en su cuarto, se tumbó en su cama y puso un disco. Hoy iba a escuchar a Beth Gibbons. Cerró los ojos y dejó que la voz de la cantante penetrase en él para llevarse los cúmulos que nublaban su interior...

Tras gritar varias veces que la cena estaba lista, su madre se dirigió a su habitación para avisarle, pensando que tendría los cascos puestos y que no le oía. Al entrar en el cuarto, vio a su hijo tendido en cama con los ojos cerrados pero sin los auriculares en los oídos. Se acercó a él a zarandearlo para que se despertara, pero al rozarlo con los dedos observó horrorizada cómo su hijo se desmenuzaba en un fino polvo, y cómo la ropa que llevaba le acompañaba en ese colapso. Y es que su madre no había visto a su hijo dormir, sino la envoltura que ella y su marido veían cada día y que disimulaba sorprendentemente bien su tormenta interior...Una tormenta que había sido arrastrada por la música, y con ella la vida a la que estaba tan aferrada.

Se recomienda la lectura de este texto con música. Por ejemplo, la versión de Billy Bragg de A New England

Madrugada del Jueves Santo

Madrugada del Jueves Santo

Son las 2h40 de la madrugada del 9 de abril de 2004. madrugada de Jueves Santo, La noche de la Madrugá de Sevilla y no sé qué más. Hoy es un día especial; pero los que me conozcan un poco sabrán que la razón no es su significado religioso. Llevo muchísimos (demasiados) días sin escribir en este cuaderno de viajes, y la verdad es que me arrepiento enormemente. Ha sido un error por mi parte considerarlo desde un principio como un simple soporte para relatar meros cuentos sin ninguna o prácticamente ninguna relación con mi vida, pero ya me he dado cuenta de eso. Os agradezco a algunos que me hayáis animado a continuar con este pequeño proyecto, porque, sinceramente, sentía un inmenso vacío que me impedía plasmar mis sentimientos o incluso mi propia imaginación. Os lo agradezco porque, sin duda, en estos momentos estaría durmiendo y estas líneas probablemente jamás las habría escrito.
Sin embargo, el desencadenante del hecho de que esté esta noche frente a la pantalla ha sido la serie de sentimientos que me han invadido a lo largo de toda esta tarde y noche. Ha sido un viaje de sensaciones de euforia y de felicidad, de plenitud y de confianza, de sociabilidad y de entendimiento. Un viaje de madurez y de introspección. Un viaje de sinceridad. Hoy han nacido dos amistades que, por mi parte y en mi corazón, se han anclado fuertemente en mi interior. No tiene sentido darle importancia a la sensación de que estas amistades deberían de haber nacido mucho antes, porque en cuatro años ocurren muchas cosas y probablemente no era como soy hoy; y probablemente, aunque se hubiera presentado la ocasión de conocernos hace tanto tiempo, no habríamos entablado amistad ni entonces ni sin duda hoy. Así que, no tengo ni un ápice de amargura de tiempo perdido. Ha nacido hoy, y por eso me siento feliz. Cuidemos esta relación, que merece la pena.
Días como hoy son los que ayudan a las personas a encontrarse a si mismas y a situarse en el mundo. Sin todos vosotros, amigos, estaría perdido en el vacío de la soledad, porque “somos seres sociales”.
Un abrazo. Os quiero.

Por casualidad

Hoy el chofer del autobús tenía puesto cuando me subí a las siete de la mañana el “A Rush Of Blood to the Head”, me imagino que por casualidad. No me he dado cuenta de ello hasta pasado un rato por casualidad, cuando ha comenzado la canción “Green Eyes”, pues estaba aún medio dormido y además el chofer normalmente pone “La Jungla”, por lo que no suelo prestarle atención a la radio.

Por casualidad, en mi somnolencia, he recordado la última vez que escuché esa canción y ese recuerdo se ha entremezclado con el sueño que mi cerebro comenzaba a evocar. Menos mal que, por casualidad, el autobús a frenado bruscamente en un momento dado y me he sobresaltado, asomándome por encima del onirismo nostálgico en el cual estaba enfangándome. Ha resultado además que, por casualidad, tenía el discman a mano...¡y encima con pilas!

He decidido pues salir totalmente de la ensoñación nostálgica de antes para caer en otra más real, más actual, con la banda sonora de Lost in Translation. Con este disco, he tenido, y no ha sido por casualidad, mi dosis diaria de sensación de soledad con la cual afronto con optimismo el resto de la jornada.

Lost in Translation...

Lost in Translation...

... O la historia de dos personas dislocadas, geográficamente y vitalmente. Lost in Translation es, en la opinión de quien escribe, una fabulosa historia del encuentro de dos personas pertenecientes a generaciones distintas con más cosas en común de lo que podría parecer, en una ciudad a mitad de camino entre Las Vegas y la futurista Los Ángeles de Blade Runner. La incomprensión de todo y todos los que les rodean (incluidos sus propias familias), la radical diferencia cultural con respecto a la sociedad de la cual provienen los protagonistas, el opresivo efecto de Tokio sobre ellos, la soledad, la sensación de estar completamente perdidos y el jet lag permite que surja entre ellos una relación fabulosamente plasmada por la directora Sofia Coppola sin caer en la sensiblería tan común en el cine americano.
La excelente calidad de esta película descansa sobre 3 pilares principales: la dirección magistral por parte de una directora que ha demostrado ser más que “la hija de” y las interpretaciones de los dos protagonistas (Bill Murray hace el mejor papel de su carrera, y Scarlett Johansson enamora con su misticismo, su candidez y su ironía). Al margen de esas cualidades que ya hacen de por sí a Lost in Translation una película que no hay que pasar por alto y merecedora de algunos Oscar (si los Oscar fuesen sinónimo de calidad), hay que destacar las escenas cómicas a cada vez que los protagonistas tienen que interactuar de alguna forma con los Japoneses, lo que se aprende de la sociedad urbana japonesa (poco, pero algo se aprende) y lo bien que aparece reflejada, sin expresarla explícitamente, la sensación de soledad de los protagonistas en una ciudad tan densamente poblada como lo es la capital nipona. La banda sonora, también deliciosa, refleja y realza perfectamente cada sentimiento expresado durante la película (para los que la hayan visto: cuando Scarlett Johansson se sienta a mirar desde la habitación, o cuando están en el taxi por la noche).
En definitiva, Lost in Translation es una fábula, una película sencilla y a la vez sutil, que refleja la condición humana de dos personas en un país al cual no pertenecen y no podrían pertenecer, y que desarrolla seriamente y de forma sensible la mágica relación que surge entre ellos.

Barrenadores

Barrenadores

El señor E. G. era una persona simple, cuyas máximas preocupaciones no iban más allá de tener cosechas lo suficientemente rentables como para no tener que irse a vivir en la ciudad para alimentar a su familia. Tenía varios campos de cultivo: cereales, hortalizas, pero su mayor sustento económico provenía de sus árboles frutales. Y como cada temporada, la plaga del coleóptero que atacaba a los árboles le daba dolores de cabeza: más de una vez estuvo cerca de perderlo todo pues las larvas de estos insectos penetraban en el tronco y lo destruían por completo.
Era una batalla que se libraba cada año, desde hacía ya mucho tiempo: recuerda que su padre, e incluso vagamente que su abuelo, ya combatían cada año esa plaga. El insecto acababa siempre con parte de los árboles, y E.G. conseguía erradicar su población a base de tratamientos químicos muy severos. Sin embargo él no se explicaba cómo desde hacía aproximadamente diez años los insectos resistían cada vez mejor a su tratamiento químico, limitándose a aumentar la dosis año tras año. Y recientemente no era esa su única preocupación, sino que también le inquietaba el efecto que estaba teniendo sobre su propia salud el manejo tan abusivo de sustancias químicas peligrosas: se sentía cada vez más débil desde hacía dos años. Algunas mañanas al despertarse apenas podía levantarse debido a que las piernas no le respondían. Sin embargo se vestía y preparaba el tractor con la máquina de fumigar para reanudar su guerra particular.
Así siguió día tras día hasta que el trece de febrero, al incorporarse en su cama se sintió particularmente frágil y le horrorizó no tener ninguna sensibilidad en sus extremidades inferiores. Fue al levantarse cuando vio y comprendió, mientras se derrumbaba sobre sí mismo por el colapso de sus piernas, la causa de su debilidad: de la base de su tronco y de sus extremidades desechas y licuefactas comenzaron a surgir ingentes cantidades de la larva del insecto que había estado combatiendo químicamente durante tanto tiempo.

Salida del refugio

Tras la tormenta de arena de los exámenes, el Nómada vuelve a salir de su refugio, para poder relataros de nuevo aquello que transcurre en su desierto particular. Trataré de ser lo más regular posible en las publicaciones, aunque obviamente no puedo prometer nada: como diría algien pesimista, puedo morirme mañana, o entrar en coma...
Esperando que esto no suceda, voy a intentar recuperar el tiempo perdido y recopilar todo lo sucedido mientras me refugiaba (como podía, y sin demasiado éxito), de la tormenta.

La fotografía a contraluz

La fotografía a contraluz

Hace poco, hojeando algunas fotografías, me acordé del relato que me contó una persona con la que me crucé en el desierto. El pobre individuo estaba mentalmente trastornado, y era ciego. Noté que necesitaba hablar con alguien, y dejé que me contara su historia, que es la razón de su estado actual. A continuación la transcribo, con mis propias palabras.
Salió de su casa al amanecer como cada mañana desde hacía ya un par de meses, cuando le regalaron su nueva cámara de fotos. Pretendía capturar con ella cada día un aspecto nuevo y diferente de la llamada “hora mágica” del fotógrafo y llevar al límite las prestaciones de su cámara reflex. Además aprovechaba esta salida para pasear a su perro.
El sol comenzaba a despuntar tras la montaña: ya se le estaba escapando la hora, y le quedaba una última exposición al carrete para terminarlo. Decidió entonces arriesgarse a llevar a su cámara al límite fotografiando una panorámica general a contraluz con la montaña al fondo; y a continuación ató al perro, el cual ya estaba rondando cerca con ganas de volver a casa.
El mismo día llevó el carrete de fotos a revelar, y a la tarde siguiente volvió impaciente a la tienda para recoger las diapositivas y marchó rápidamente a su casa para comprobar los resultados obtenidos con su cámara. Apagó las luces y encendió el proyector de diapositivas, enfocándolo frente a una pared lisa de su cuarto.
Fueron desfilando las diapositivas: mostraban detalles de plantas e insectos con tonalidades variadas y excéntricas, otorgadas por la exclusiva luminosidad de la hora en que habían sido tomadas las fotografías. Realmente, estaba algo decepcionado por los resultados, pues en todas aparecían pequeñas secciones borrosas o manchas amarillentas. Atribuyó dichos defectos tanto a su inexperiencia como a la posible mala calidad de la película, incapaz de reflejar todos los sutiles matices de la luminosidad. Entonces llegó a la diapositiva número veinticuatro.
En ella aparecía un monte en último plano, con un tímido sol asomándose discretamente detrás de él. No fue eso lo que le llevó a la locura. Tampoco fue que en la imagen no aparecieran ni pinos, ni algarrobos, ni arbustos de hinojo y de romero; y que en su lugar no hubieran más que manchas difusas amarillentas. Ni siquiera fue que no apareciera su mascota en ningún rincón de la foto cuando sabía que debería de haber sido fotografiada. Aquello que hizo que se produjera la ceguera con sus propias manos fue observar el reflejo de su propio rostro, de un tono amarillento enfermizo, plagado de laceraciones, y del cual la vida había huido ya despavorida por el inminente aliento de la muerte.

Nacimiento del diario de a bordo del Nómada

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Recibiendo transmisión desde alguna parte de este difuso mundo discreto de la ciberinformación...Más allá del bullicio de la ignorancia y la mediocridad...

Buenos días, sedentarios o nómadas...Solitarios o gregarios! Ha nacido el Diario del Nómada. En realidad Nació a caballo entre los días 7 y 8 de enero, y llevaba aún más tiempo rondándome por la cabeza el crear esta bitácora. Le dí vueltas a las ideas, vueltas al mundo de la mente de la imaginación, vueltas a la creatividad y, más que nada, vueltas a la voluntad. Al final, hallé un hueco por el cual colarme a través de esta última, y bueno, me lancé a crear este huequecito de libertad. He de ser justo, y para ello tengo que señalar (y lo hago muy gustosamente) que esta página no existiría hoy, ni mañana, ni posiblemente nunca, si no fuera por la inestimable ayuda e inspiración que me ha aportado un compañero de clase y de fatigas...pero sobretodo un buen amigo.

Por qué la palabra "Nómada"? La primera razón es mi fascinación por los desiertos (los de todo tipo, pero los de arena por encima de los demás) y el tipo de vida desarraigada que lleva la gente que vive en esos parajes inhóspitos. Tendré (espero) la ocasión de explayarme más sobre estos aspectos en el futuro. La segunda razón y seguramente la más importante es porque a lo largo de estos últimos años me he dado cuenta de que, como muchas otras personas (como todo el mundo), yo también soy un nómada. Nómada de ideas y de sentimientos, que fluctúan por mi mente a merced de los acontecimientos de la vida.

El único y modesto objetivo de esta página es el de transmitir, bajo cualquier forma escrita, estas ideas y estos sentimientos que en algún momento han cruzado mi mente (o lo están haciendo en esos instantes). Entenderé que a mucha gente no le interese, pues es muy personal y subjetivo. Sin embargo, siempre seréis bienvenidos a entrar en el "Café des Nomades" para leer el diario del Nómada y para comentar sus artículos y sus vivencias, tomando un delicioso té de romero. También podréis buscar refugio en él si acaso alguna tormenta de arena os perturba el corazón o la mente...

Feliz 2004 a todos!