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cogito

Mirar hacia abajo...mirar hacia arriba.

Para sobrellevar la vida uno puede tener distintas posturas, puede aferrarse a distintas creencias ,pero también es útil llevar a cabo pequeñas acciones que nos permiten centrarnos en lo que realmente somos y el puesto que ocupamos en el universo.

Y esto se logra haciendo solamente un leve movimiento de cabeza, hacia abajo o hacia arriba.

¿Cuándo hacia abajo?
Cuando nos sentimos muy pequeños ,muy miserables ,muy insignificantes, en ese momento debemos bajar la cabeza y observar un poco lo que es más pequeño que nosotros,observar por ejemplo, una pequeña hormiga, que conoce un mundo tan limitado y está expuesta a amenazas que para nosotros no existen. Eso más que seguro nos levantará el ánimo pues nos daremos cuenta que no somos tan pequeños, ni tan insignificantes como creemos.

¿Cuándo hacia arriba?
Cuando por el contrario nos sintamos soberbios superiores a los demás, conquistadores del mundo, ahí es cuando debemos alzar la vista (sobre todo de noche) y dar un vistazo al universo,a esa pequeña parte del universo que nuestros ojos nos muestran ,pero que bastan para mostrarnos cuán insignificantes somos ante esa inmensidad.

Ambas acciones nos permitirán centrarnos, darnos cuenta de nuestra verdadera dimensión… alejará nuestra soberbia y también nuestro sentimiento de insignificancia.

¿Está tan mal el mundo?

Mirando la televisión, leyendo los diarios, escuchando los comentarios de mucha gente, uno casi se convence que este mundo está muy mal.
Violencia, inseguridad, corrupción, derrumbe moral, y suma y sigue….
Es verdad que dentro de nuestro mundo actual existen muchos males ,pero mirados en perspectiva ¿ no son mucho menores que los que vivieron nuestros antepasados?.
Refiriéndome a la violencia, pienso ¿qué pasaría si por televisión hubiéramos visto la llegada de los cruzados a rescatar el Santo Sepulcro? Las escenas de indescriptible violencia, de falta de respeto absoluto por los derechos de quienes pensaban distinto nos abismarían. Y esto es sólo un ejemplo tomado al azar, ni qué decir de la masacre de indios en América a manos de los “civilizadores europeos”, de las guerras religiosas del siglo XVI europeo ,donde los seguidores de quien murió sacrificado como un cordero en un acto de amor por la humanidad, se mataban con gran entusiasmo.
Si miramos ahora la inseguridad ¿qué seguridad tenía el siervo de la gleba? ¿y el esclavo? ¿y el simple ciudadano sometido a las monarquías absolutas?...
Y si de corruptos se trata ¿qué de los emperadores romanos, de los Papas que vendían indulgencias…?
Para que seguir enumerando las miserias, los temores y los horrores que han asolado al ser humano a lo largo de la historia…no son menos terribles por el hecho que no haberlas presenciado en vivo y en directo, como la caída de las Torres gemelas, o el 11 M.
No se trata de minimizar los males que aún persisten y persistirán en nuestro mundo, pero de ahí a tener una mirada apocalíptica, aterradora sobre lo que vivimos actualmente existe una gran distancia.
Debemos ser capaces de apreciar lo que ha logrado el ser humano a lo largo de su corto peregrinar en este planeta. No es bueno para el hombre esa mirada pesimista a la cual algunos quieren acostumbrarnos. No se trata tampoco de caer en la quimera del eterno progreso de los intelectuales del siglo XIX, sino simplemente tenernos confianza. Saber que este mundo cada vez puede ser mejor y ,que de hecho, lo es. Es mucho mejor para millones de personas que hoy tienen un nivel y una expectativa de vida que hace sólo 100 años atrás eran impensables.
El ver cuánto ha avanzado el hombre nos debe dar fuerzas para luchar por alcanzar nuevas metas de libertad y prosperidad para mayor cantidad de seres humanos, sin caer ni en el utopismo que sólo lleva a grandes desilusiones, y a veces a grandes tragedias ,ni dejarnos ahogar tampoco por un pragmatismo que nos impida soñar en un mundo cada vez mejor para todos los seres humanos.

La amenaza de una sonrisa

En estos días se me ocurrió hacer una prueba...sonreir publicamente.No es que antes no lo haya hecho en público, sino que ahora me atreví a sonreírle a personas desconocidas.A gente que veía en la calle, a mi compañero o compañera de asiento en el bus,etc.
Los resultados de tal experiencia fueron bastante especiales, la mayoría de las personas a las que sonreí tuvieron una actitud de desconfianza, en cierta medida las noté asustadas cuando enfrentaban mi sonrisa. Era como si sintieran mi sonreír como una amenaza, o quizás me creyeron un poco desequilibrado, o en el caso de las mujeres, puede ser que pensaran que era un viejo fresco que trataba de entablar una conversación con "vaya a saber con qué intenciones!!".
Mi experiencia no tiene por cierto ningún valor científico,pero me permitió darme cuenta que al menos en mi entorno, en el espacio en que yo generalmente me muevo, no es bien visto andar por ahí sonriéndole a la gente.Por tanto,volví a mi rostro inexpresivo y me propuse no amenazar a nadie más con una sonrisa

Si hoy fuera mi último día...

Si hoy fuera mi último día... ¿Qué sería importante?
Inmerso en la cotidianiedad no me he dado cuenta de que ese día puede estar más cerca de lo que espero.Mis preocupaciones diarias, mis temores, mis pequeños problemas...¿qué serían si hoy fuera mi último día?.
Tratamos de olvidar la muerte, tratamos de vivir como si ella no existiera, evitamos su presencia, pero ella está ahí esperándonos, aguardando el momento para poner fin a todo.Vivir plenamente es tener conciencia de la muerte, no para angustiarnos con la idea que todo desaparecerá en un momento,sino para ser capaces de disfrutar lo que la vida nos entrega y dimensionar lo que nos ocurre desde la perspectiva de nuestra finitud.
Muchas de las cosas que nos angustian , que nos preocupan ,que ocupan nuestra vida a veces inútilmente, se nos mostrarían distintas si hoy fuera el último día...

Me parece que ya no creo...

Me parece que ya no creo...Durante años espere que desde otra realidad Alguien guiara mis pasos por la vida.Al final me dí cuenta que en estoy solo ,solo frente a una realidad que me interpela diariamente, que me urge a tomar decisiones, en fin que me obliga a hacerme mi propio camino.
Una realidad en que nada es seguro, en que nada me es dado, sólo el momento que vivo y nada más...