MI BEBÉ MURIÓ
Soy una joven recientemente casada, de 25 años y de clase media.
Fui victima de una espantosa negligencia medica:
El pasado 6 de agosto, tuve a mi primera hijita, la cual falleció por la negligencia de un doctor que me practicó una cesárea de emergencia tardía.
Mi embarazo fue sano, me controlaba periódicamente, tengo todos mis exámenes y me practique unas siete ecografías, con las cuales podía comprobar que mi bebe estaba muy sanita.
También me practique registros basales, los cuales apuntaron a la salud cardiaca de mi hija y a que no tenia complicaciones extras.
En fin, el asunto es que en la semana 38 asistí a ver a mi médico, en el cual yo confiaba plenamente, porque tenia contracciones. Sin embargo, el doctor me dijo que aún no era tiempo.
Una semana y media mas tarde, comensé con fuertes contracciones, llamé al médico a las 5.40 de la madrugada para decirle que me iría a la clínica, el dijo que iría de inmediato con su equipo medico.
Ingresé a las 6.30 a la clínica y me monitoreo una matrona de turno, sin embargo a parte de ella estuve sola todo el tiempo con mucho dolor.
El doctor se apareció como a las 9 de la mañana y me reviso, apenas vio el registro basal cuando llego una matrona que el llamo de emergencia, y el se fue porque según el yo tenia para 6 horas más y el aprovecharía para hacer otros tramites en Puente Alto. Sin embargo, el equipo medico que yo había contratado a través de él nunca llegó.
Como a las 10 el registro basal indicaba que mi bebe estaba con sufrimiento fetal, yo estaba en camilla con contracciones mal tenidas y sin anestesia.
No me había dilatado ni un poco.
La matrona nunca me comunicó dé lo que estaba sucediendo, tampoco llamó a otro doctor de la clínica para que me practicaran una cesárea y salvar a mi bebe o por ultimo para trasladarme a otro lugar.
Todo se confabuló terriblemente contra mi, el médico llegó apresurado a las 11 de la mañana, recién ahí me puso anestesia un medico de otra paciente y me ingresaron rápidamente a pabellón, paso mi marido y esparebamos con mucha alegría que naciera luego, por supuesto sin sospechar lo que ocurría.
Mi caso, solo es uno más de la extensa lista de madres que han perdido sus bebes por negligencia en Chile y lo pero de todo es que las cifras van en aumento en todo el mundo.
