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Hoy estoy buscando la mejor manera de decirte adiós...

Siempre me ha gustado escribir; durante este verano he pasado ratos agradables redactando estos “artículos” sobre el bicentenario de los Sitios de Zaragoza, con la doble intención de divulgar unos hechos que deberían conocerse por todos los zaragozanos y  que a su vez sirva como fuente de información para posibles trabajos de nuestro escolares.

Hoy debo redactar el más difícil de estos escritos, el de mi despedida; como título he elegido una frase de la canción de J.L. Perales “Balada para una despedida ”. Como contenido, una mirada retrospectiva teñida de añoranza de lo que ha sido mi travesía por el colegio y por la web. A lo largo de estos años he tenido la satisfacción de ver nacer, crecer y desarrollarse la web del colegio, un trabajo intenso, pero apasionante. En este periodo hemos recibido unas 20.000 visitas, casi todas de España, pero también de lejanos lugares como Estados Unidos (0,9 %), Perú (0,8 %), Alemania (0,5 %)...

Mi vida profesional me lleva a otro centro educativo; dejo por lo tanto la administración de la web y las colaboraciones del blog, aunque una parte de mi corazoncito queda entre las aulas de este colegio, alumnos, profesores, personal de mantenimiento y como no, en su web.

Para todos un abrazo muy grande y mucha suerte en vuestra andadura.

Desvelando uno de mis pequeños secretos, como “friki”  de Star Trek, me despido con la frase de Mr. Spock:

 

“Larga vida y prosperidad...” 

 

 

Rafael

Primer centenario de los Sitios: La reconciliación

Primer centenario de los Sitios: La reconciliación

En 1908, con motivo de la conmemoración del primer centenario de los Sitios,  se celebró en Zaragoza la Exposición  Internacional Hispano Francesa en los terrenos de la Huerta de Santa Engracia, alrededor de lo que actualmente es la Plaza de los Sitios. 36.500 obreros se encargaron de realizar en apenas un año los proyectos de Ricardo Magdalena y otros arquitectos. Magníficos edificios, avenidas, jardines y fuentes conformaban una pequeña ciudad; en el centro de la plaza se erigió el admirable Monumento a los Sitios de Santiago Querol.

 

Participaron más de 5.000 expositores, 450 de ellos procedentes de Francia. La mayor expectación la originaron los automóviles de lujo del pabellón francés, y se divulgaron  e integraron en  la vida cotidiana los inventos que hasta entonces se consideraban sólo como una curiosidad: el cine, el teléfono, la luz eléctrica...¡incluso las escaleras mecánicas!

Los pabellones recababan la atención del público con instalaciones espectaculares, y la iluminación nocturna causaba la admiración de zaragozanos y visitantes. Junto a la Exposición un parque de atracciones y un kiosco de música permitían  diversión adicional a los visitantes.

 

 

Zaragoza, una ciudad de 100.000 habitantes, llegó a recibir más de medio millón de visitantes, y fue necesario prorrogar la Exposición por dos meses.

 

Merece destacar el esfuerzo de Francia, cuyo pabellón de estilo rococó maravilló a los visitantes tanto por su belleza como por su contenido.

 

La mayoría de los pabellones fueron desmantelados al finalizar la muestra, pero nos quedan edificios como el Museo provincial y la Escuela de Artes y Oficios, y el soberbio monumento de Querol; también el precioso kiosco de música, hoy en el parque Primo de Rivera.

 

Zaragoza se volcó tanto en el recuerdo a sus héroes  como en la organización de la Expo, con una perspectiva abierta al futuro contemplada desde el orgullo de su pasado y su Historia.

 

Rafael.

Bicentenario de los Sitios: La capitulación

Bicentenario de los Sitios: La capitulación

“Les Défenseurs de Saragosse 1809”, Maurice Orange, 1893

 

 

Pocos defensores quedaban y poco que defender; La ciudad se había convertido en un inmenso montón de ruinas que ocultaban 54000 cadáveres. Con Palafox postrado en cama, víctima del tifus, la Junta de Gobierno hubo de negociar con Lannes la capitulación de la ciudad.

 

Existe diferencia entre la rendición y la capitulación; en ésta se pactan condiciones y garantías para que los defensores abandonen las armas; en el caso de la honrosa capitulación de Zaragoza se incluía el respeto a los particulares y a sus bienes, así como al clero y a las iglesias.

 

Para dejar patente esta diferencia, nada más expresivo que las líneas que escribió Benito Pérez Galdós en el volumen “Zaragoza” de sus Episodios Nacionales:

 

“Y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde.”

 

 

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Se iniciaba un periodo de dominio francés en Zaragoza, que duraría hasta el 9 de julio de 1813, y durante el cual se comenzó la reconstrucción de la ciudad, con algunas actuaciones destacables:

La apertura de un ancho paseo porticado al estilo parisino que se llamó “Vía Imperial” y que  después se llamaría “Paseo de la Independencia”, sobre las ruinas de todo el barrio de Santa Engracia.

El elegante Paseo de las Damas, así llamado a causa de los paseos que daban las esposas de los militares franceses, fuera de la ciudad,  en lo que había sido el Reducto del Pilar.

La repoblación forestal de las riberas, montes y alrededores de la ciudad, ya que todos los bosques y árboles frutales se habían talado durante los Sitios.

 

Zaragoza experimentó un gran cambio urbanístico; perdida gran parte de su extraordinario patrimonio artístico se desarrolló un proyecto de ciudad moderna que contenía el germen de la Zaragoza actual.

 

En la imagen, entrega de las armas de la guarnición de Zaragoza ante el ejército francés.

Rafael

Bicentenario de los Sitios: El Mariscal Lannes

Bicentenario de los Sitios: El Mariscal Lannes

El 28 de enero Lannes, general en jefe del ejército francés,  escribe una carta a Napoleón:

"Jamás he visto encarnizamiento igual al que muestran nuestros enemigos en la defensa de esta plaza. Las mujeres se dejan matar delante de la brecha. Es preciso organizar un asalto por cada casa. El sitio de Zaragoza no se parece en nada a nuestras anteriores guerras. Es una guerra que horroriza. La ciudad arde en estos momentos por cuatro puntos distintos, y llueven sobre ella las bombas a centenares, pero nada basta para intimidar a sus defensores ... ¡Que guerra!¡Que hombres! Un asedio en cada calle, una mina bajo cada casa. ¡Verse obligado a matar a tantos valientes, o mejor a tantos locos! Esto es terrible. La victoria da pena".

 

Al terminar el Sitio con la capitulación de la ciudad Lannes pidió repetidamente a Napoleón el traslado a otro destino, argumentando: "no soporto gobernar este cementerio". Tres meses después una bala de cañón perdida acabó con su vida en la batalla de Essling  (Austria).

 

Napoleón al recibir la noticia escribió: "Pierdo al general más distinguido de mis ejércitos, mi compañero de armas desde hace dieciséis años, al que consideraba como mi mejor amigo".

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: Resistencia de la ciudad

Bicentenario de los Sitios: Resistencia de la ciudad

Los franceses habían rebasado las defensas de Zaragoza por varios frentes; sin embargo la ciudad estaba lejos de ser conquistada: cada calle suponía un nuevo frente de batalla, cada casa una nueva muralla, cada zaragozano un enemigo implacable.

 

Se luchaba en las calles, en las iglesias, en las casas, y dentro de éstas, habitación por habitación. Los zapadores franceses utilizaron el sistema de minas, propio del asalto a murallas, en el interior de la ciudad: se excavaba un túnel debajo de la vivienda que se quería tomar y junto a los cimientos se colocaba una carga explosiva (“hornillo”) que se hacía estallar, derrumbando el edificio y sepultando en él a los defensores que hubiera.

 

Los cuatro jinetes del Apocalipsis competían por  hacer de la ciudad un infierno: La Guerra, arrasándolo todo; La Peste, en este caso el tifus, que se extendía rápido e inclemente llegando a causar unas 500 muertes diarias;  el Hambre apareció pronto, ya que además del rápido consumo de las reservas debido al importante número de defensores, muchos alimentos se perdieron durante los bombardeos; la Muerte campaba por doquier, ya que los vivos no disponían de fuerzas ni tiempo para enterrar a los muertos, que se encontraban diseminados por las calles, iglesias y ruinas.

 

Pese a todo, Zaragoza resistía.

 

 

Rafael

 

Bicentenario de los Sitios: El convento de San Agustín

Bicentenario de los Sitios: El convento de San Agustín

El ejército francés había penetrado en la ciudad por varias brechas; cuando se presentaron en la plaza de San Agustín, las tropas españolas que defendían el convento se dirigieron a la entrada para hacer frente a los franceses, dejando desprotegido el resto del edificio. En ese momento una mina practicada bajo el muro exterior provocó una enorme brecha por la que entraron los franceses del otro lado. Los españoles retrocedieron al interior de la iglesia del convento, donde cayeron acribillados entre dos fuegos. Los últimos defensores presentaron heroica resistencia desde el coro y el púlpito; los pocos supervivientes  subieron a la torre y continuaron la lucha desde  el campanario durante algunos días, hasta que terminaron las municiones.

 

Hoy, en el solar que ocupaba el convento de San Agustín (sólo quedan la fachada y un muro originales) se ha erigido un edificio nuevo que alberga el Centro de Historia de Zaragoza.

 

En la imagen la “Defensa del púlpito de San Agustín” de César Álvarez Dumont, Museo de Zaragoza (aunque incomprensiblemente los fondos del Museo no se pueden visitar a causa de una  exposición temporal).

Rafael

Bicentenario de los Sitios: Caída del Reducto del Pilar

Bicentenario de los Sitios: Caída del Reducto del Pilar

“Defensa del Reducto del Pilar”, Federico Jiménez Nicanor. Museo de Zaragoza

 

El 21 de diciembre de 1808 los franceses completaron el cerco de la ciudad, expulsando del monte de Torrero a los 6000 soldados españoles que lo defendían. El día siguiente Moncey envió un parlamentario a Palafox instándole a la rendición, que fue enérgicamente despedido.

 

Durante diciembre y los primeros días de  enero los franceses habían construido un sistema de trincheras ( “paralelas” ) que les permitía acercarse a los muros de la ciudad para instalar lo más cerca posible las baterías de asalto; el día 10 comenzaron los bombardeos. Cuatro baterías abrieron fuego contra el Reducto del Pilar, defendido por 400 soldados del 2º batallón de Voluntarios de Aragón y del tercio de Calatayud, y una batería de ocho cañones. Tras cinco días de interminables bombardeo 46 supervivientes abandonaron el montón de escombros en que se había convertido el reducto, volando en su retirada el puente sobre el Huerva para impedir el acceso de los franceses a la ciudad.

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: El Reducto del Pilar

Bicentenario de los Sitios: El Reducto del Pilar

El río Huerva era una defensa natural de la ciudad desde su desembocadura en el Ebro hasta la la puerta de Santa Engracia, junto a  la cual un puente iniciaba el camino de Torrero. Durante el Primer Sitio se puso de manifiesto que este puente era un punto débil, ya que los franceses rompieron el cerco por este lugar, accediendo hasta el interior de Zaragoza el 4 de agosto.

Para proteger ese puente y el acceso a la ciudad se estableció un baluarte defensivo provisto de una batería con 8 cañones en la otra orilla del Huerva, al que se le llamó el Reducto del Pilar.

 

Con la divisa REDUCTO DE LA VIRGEN DEL PILAR, INCONQUISTABLE POR TAN SAGRADO NOMBRE, ¡ZARAGOZANOS, VENCER O  MORIR POR LA PATRIA!”, resistió lo más crudo de los ataques franceses, empeñados en romper las defensas de la ciudad por aquel punto.

 

Un pequeño monumento y dos cañones a escala recuerdan el emplazamiento del heroico reducto, aunque pocos paseantes podrían reconocer el lugar como tal, ya que no se ve el río al estar cubierto; lejos de quedar fuera de la ciudad hoy es el corazón de la misma... y todos vamos de cabeza al Corte Inglés, puesto que estamos hablando de la Glorieta Sasera, la entrada principal de estos grandes almacenes.

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: Los franceses ante Zaragoza

Bicentenario de los Sitios: Los franceses ante Zaragoza

Los mariscales Moncey, Ney, Mortier,  los generales, Junot, Lannes, Lacoste... la flor y nata de los generales de Napoleón prepararon el nuevo asedio de Zaragoza.

 

32000 soldados de infantería, 4000 de caballería, 20 compañías de artillería, 8 compañías de zapadores, 3 de minadores y una de pontoneros, 60 cañones de asedio, 83 cañones ligeros, mil carros de provisiones, municiones y repuestos se fueron desplegando entre el 30 de noviembre y el 22 de diciembre en los alrededores de la ciudad.

 

Cerca de 50.000 soldados se emplearon en el cerco; las tropas de ingeniería y artillería empleadas superaba con mucho a las que intervinieron en la toma de las distintas plazas fuertes de Europa.

 

Esta vez el ejército francés no quería fracasar; era indispensable recobrar la autoridad ante toda  Europa y se preparó a conciencia para asegurar la victoria.

 

 

En la imagen puede verse el  plano del segundo Sitio de Zaragoza, con los asentamientos franceses y sus trincheras de asedio.

 

 

Rafael

Bicentanario de los Sitios: Segundo Sitio. Preparativos

Bicentanario de los Sitios: Segundo Sitio. Preparativos

Las celebraciones tras la retirada francesa duraron poco; pronto se conoce la intención de Napoleón de entrar en España al frente de su ejército de élite y por lo tanto se inician las fortificaciones para resistir mejor un próximo ataque que con toda seguridad se iba a producir muy pronto.

 

El coronel de ingenieros Sangenís dirigió la reparación y refuerzo de los muros defensivos, la construcción de nuevas defensas y la fortificación del barrio del Arrabal; además organizó un cuerpo de zapadores especializado en la construcción de trincheras y minas (galerías subterráneas), muy eficaz debido a la particular forma de combate durante este segundo Sitio.

 

Se reforzó la artillería al recuperar del Canal Imperial 53 cañones que habían abandonado los franceses, sumando en total 146 piezas servidas por 2000 artilleros y distribuidas en 26 baterías; los ingleses proporcionaron 30 carros cargados de fusiles para distribuir entre todos los ciudadanos, y se patrulló el Ebro con barcas artilladas tripuladas por expertos marinos llegados de Cartagena. El conjunto de las tropas de Palafox ascendía a 34000 soldados regulares y unos 10000 voluntarios.

 

Los almacenes se llenaron de provisiones a rebosar, se hizo acopio de azufre, salitre y carbón y se trajeron obreros especializados para fabricar pólvora.

 

La ciudad estaba preparada para el segundo asedio.

 

 

 

En la imagen una estampa de la célebre Imagerie Pellerin, (Epinal, Francia) cuya impresión se realizó en 1809.

Nota: en francés, Zaragoza se escribe Saragosse; curiosamente Jean Charles Pellerin incluyó una erre adicional en el título de su estampa.

 

Rafael

Bicentenario de la Guerra de Independencia: los guerrilleros

Bicentenario de la Guerra de Independencia: los guerrilleros

En España las tropas de Napoleón se encontraron con una guerra total: no sólo tuvieron que hacer frente a los ejércitos convencionales, sino que en todos los pueblos, ciudades, caminos y montes surgían enjambres de guerrilleros, unos bien organizados y otros por libre, que acosaban incansablemente a la retaguardia francesa, a sus suministros y a los soldados aislados o en grupos reducidos, en algunos casos con gran saña, como reflejaría Goya en sus grabados de la serie “Desastres de la Guerra”.

 

Las guerrillas de Espoz y Mina, El cura Merino y El Empecinado, fueron  muy activas, y sus “partidas” muy numerosas, llegando a constituirse en verdaderos ejércitos, y los líderes reconocidos como oficiales del ejército español.

 

Muy conocido en España es el caso de Curro Jiménez, mitad guerrillero y mitad bandido, gracias a una serie de TV que obtuvo considerable éxito hace ya unos añitos, pero que reflejaba muy bien el continuo jaque a las tropas francesas.

 

En la imagen Juan Martín Díez, "El Empecinado" retratado por Goya.

Rafael

Bicentanario de la Guerra de Independencia: Napoleón en España

Bicentanario de la Guerra de Independencia: Napoleón en España

“Napoleón Bonaparte atravesando los Alpes” Jacques Louis David 1801

 

Napoleón echaba chispas; Su gran sueño de una Europa unida (bajo su dominio, claro) tropezaba en una de las piezas del puzzle más fáciles de encajar, puesto que a priori España era aliada de Francia, y la presencia de las tropas francesas en nuestro país se debía simplemente a la necesidad de paso hacia Portugal, con quien sí estaba en guerra. Sin embargo la burda maniobra de Bayona, en la que el rey de España abdicaba a favor del hermano de Napoleón determinó el levantamiento de toda la nación.

 

El caso es que tras la derrota sufrida en Bailén, la retirada de José I de Madrid, la pérdida de Portugal y el fracaso del Sitio de Zaragoza, el propio Napoleón, brillante estratega y carismático general adorado por sus tropas, entra en España al mando de su Grande Armeé, un imponente ejército de 250.000 soldados curtidos en numerosas batallas.

 

En pocos meses asegura el trono de su hermano en Madrid, inflige severas derrotas a los ejércitos españoles e ingleses y domina prácticamente toda la península hasta 1812.

 

Sin embargo...

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: El Tío Jorge

Bicentenario de los Sitios: El Tío Jorge

Jorge Ibor era un labrador del  Arrabal; tenía ya 53 años al inicio de los sitios, pero fue uno de los personajes más activos y conocidos de la ciudad: encabezó el apresamiento del Capitán General Guillelmi y la toma de armas el 24 de mayo, protagonizó la aclamación de Palafox como nuevo Capitán General, organizó y dirigió la activa compañía de “escopeteros del Arrabal”, y acompañó a Palafox en las batallas de Alagón, Épila y Casablanca previas al primer  sitio. Como recompensa por  méritos de guerra Palafox le otorgó sucesivamente los grados de capitán y teniente coronel, y  distinguió a su compañía eligiéndola como su guardia de honor.

El tío Jorge, que sobrevivió a los combates del primer Sitio, falleció a los pocos meses víctima del tifus que ya se había propagado por la ciudad antes del inicio del segundo Sitio.

 

Hoy un parque de la ciudad recuerda con su nombre a uno de los héroes más distinguidos de los Sitios de Zaragoza.

 

La imagen está obtenida de la web de los Voluntarios de Aragón www.voluntariosdearagon.com/ y corresponde a la reciente conmemoración del 4 de agosto.

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: Fin del Primer Sitio

Bicentenario de los Sitios: Fin del Primer Sitio

El 14 de agosto de 1808 los zaragozanos se despertaron asombrados ante un inusual silencio de artillería y fusilería. Durante la noche pasada los franceses habían abandonado las posiciones que mantenían en la ciudad, levantado el cerco y desaparecido de la vista.

 

Tras el asalto general del 4 de agosto los franceses se encuentraban en la siguiente situación:

Dominan en precario una cuarta parte de la ciudad, desde el Huerva y Santa Engracia hasta la actual plaza de España. Desde los tejados, ventanas y parapetos sufren continuos ataques de los zaragozanos; debe tenerse en cuenta que el actual Paseo de la Independencia no existía, sino que toda esa zona era un intricado barrio de calles y callejas.

Sus tropas, unos 15.000 hombres tras los refuerzos llegados a finales de julio, habían sufrido numerosas bajas, con lo que resultan insuficientes para mantener el cerco exterior y las posiciones conquistadas.

El día 6 reciben la noticia de la victoria española de Bailén y la retirada de las fuerzas francesas hacia el norte, así como el traslado de la corte del rey José Bonaparte a Vitoria.

El día 9, burlando el cerco francés, llegan refuerzos españoles. Además un ejército español procedente de Valencia se dirige hacia Zaragoza. Los franceses corren serio riesgo de verse a su vez rodeados.

 

Ante esta situación los franceses levantan el campo, en una maniobra que más parece huida que retirada, ya que abandonan en su campamento de Torrero parte de su intendencia y arrojan al Canal Imperial 53 cañones.

 

En la imagen, el general Palafox liderando a los defensores, según las estampas de “Chocolates Boix” con motivo del primer centenario de la Guerra de Independencia.

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: La Madre Rafols

Bicentenario de los Sitios: La Madre Rafols

María Josefa Rosa Rafols era una mujer con gran personalidad e indudable capacidad organizativa y resolutiva;  monja de la “ Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén ”, a sus 23 años llega a Zaragoza para dirigir el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, situado en la Plaza de San Francisco (actual plaza de España).

Cuatro años más tarde, durante los bombardeos del 3 y 4 de agosto de 1808 el hospital es destruido completamente, y los 4000 heridos, enfermos y dementes han de ser trasladados en medio del bombardeo al Hospital de Convalecientes, que también sería llamado posteriormente de Nuestra Señora de Gracia, y en la actualidad  “Hospital Provincial”.

Pero ocurrió que entre tanta confusión los locos se escaparon durante el traslado, huyendo algunos fuera de la ciudad.

La madre Rafols llegó hasta el mismo campamento francés en su busca, obteniendo la colaboración de los asombrados oficiales en su localización y traslado a la ciudad.

 

Durante el segundo Sitio repitió su osada incursión al campamento francés en busca de víveres para los enfermos y heridos del hospital, y consiguió entrevistarse con el general Lannes, quien impresionado por su valentía accedió a suministrarle una carreta con alimentos y un salvoconducto para poder desplazarse cuando lo necesitase.

 

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En 1824 fundó la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, cuya Casa General se haya en Zaragoza,  junto al Hospital Provincial. Fallecida en 1853, su cuerpo reposa en la capilla del Noviciado.

 

Fue beatificada en 1994 por Juan Pablo II.

 

También en  la Casa General se encuentra este cuadro que Julio García Condoy realizó en 1908 para recordar el encuentro de la Madre Rafols con el general Lannes.

 

 

 

Rafael

 

 

Bicentenario de los sitios: María Agustín

Bicentenario de los sitios: María Agustín

La cuarta tumba de la capilla de las heroínas del Portillo está vacía. Destinada a María Agustín, fue imposible localizar su paradero hasta hace bien poco.

María Agustín nació en Zaragoza el 13 de Abril de 1784; tenía por lo tanto la misma edad que Manuela Sancho. Durante la batalla de las  Eras, el 15 de junio de 1808,  se acercó hasta el Portillo un soldado español herido informando de que  en el convento de los Trinitarios se habían quedado sin cartuchos. María Agustín tomó dos capazos llenos de munición y, atravesando el campo de batalla bajo un fuego cruzado consiguió llevar los suministros al convento. En el regreso tuvo menos suerte y fue herida gravemente en el cuello, dejándole un brazo inútil.

Poco más sabemos de ella, y en la celebración del primer centenario no  se pudo inhumar su cuerpo junto a las otras heroínas porque se desconocía cuándo, dónde y en qué circunstancias falleció. No hace mucho la investigadora Nuria Marín descubrió que falleció en 1831 y fue enterrada como “pobre de solemnidad” en el fosal de San Pablo  (Zaragoza).

Ya en 1867 el Ayuntamiento de Zaragoza quiso honrar su nombre dedicándole una calle, aunque en aquellos días se trataba de un humilde camino de ronda, extramuros de la ciudad, y junto a las murallas que valientemente defendió.Hoy el paseo de María Agustín es una de las principales avenidas de la ciudad, y hace justicia al recuerdo de, probablemente, la primera de las heroínas de los Sitios de Zaragoza. Y digo probablemente es porque son innumerables los actos de valor y heroísmo protagonizados por los zaragozanos y zaragozanas anónimos en aquellos días.

 

La imagen pertenece la web de la Asociación Cultural  los Sitios. http://www.asociacionlossitios.com

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: ¡Todos a las armas!

Bicentenario de los Sitios: ¡Todos a las armas!

Si Agustina Zaragoza y Manuela Sancho dispararon los cañones, yo no quise ser menos, y aprovechando un descuido de los artilleros...

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: conmemoración 4 de agosto de 1808

Bicentenario de los Sitios: conmemoración 4 de agosto de 1808

Ayer, 4 de agosto, diversas asociaciones conmemoraron la entrada de las tropas francesas hasta el corazón de la ciudad y el consiguiente rechazo de la población, haciéndoles frente con todo lo que tenían a mano y a la postre haciendo retroceder al ejército más poderoso del mundo.

 

Sería deseable una mayor implicación de las instituciones y de los medios de comunicación, ya que este tipo de conmemoraciones se nutre casi exclusivamente del ímprobo esfuerzo e interés de los miembros de las diferentes  asociaciones, y se echa en falta el apoyo y la presencia de autoridades municipales y autonómicas.

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: el 4 de agosto de 1808

Bicentenario de los Sitios: el 4 de agosto de 1808

Tras unos días de intenso bombardeo de la ciudad, el 4 de agosto de 1808 los franceses consiguieron romper las defensas y entrar en Zaragoza; los combates cuerpo a cuerpo y casa por casa fueron feroces, y tras llegar hasta la cruz del Coso, en la actual Plaza de España y que entonces se llamaba de San Francisco, los zaragozanos consiguieron rechazar a los invasores.

 

Faustino Casamayor lo contaba así: "La ferocidad de esta gente contra nuestra ciudad y vecindario en esta acción fue de las más sangrientas e inauditas, cometiendo los mayores sacrilegios, no solamente en los conventos e iglesias que ocuparon, donde ejecutaron los mayores desacatos indignos de escribirse, y otros insultos y homicidios que solamente unas gentes bárbaras cometerían pues, además del robo, hicieron muchísimas muertes, que más parecían nerones que franceses, (...), pues apoderados de la torre y vistillas de San Francisco, cuadras e iglesia del Hospital, donde formaron viseras, no dejaban pasar a persona alguna sin tirarle, y a pesar de tanta furia de fuego, no faltaron valientes patricios que, despreciando sus vidas, hicieron frente al enemigo, causándole mucho daño y muertos".

 

Fue Faustino Casamayor un zaragozano aficionado a las crónicas, escribiendo  un manuscrito de 49 tomos en los que narra la historia de la ciudad desde 1782 a 1833.

Dicho manuscrito constituye una fuente insustituible para conocer la historia de la ciudad y de sus protagonistas.

 

Una de las calles del Tubo Zaragozano, junto al Arco Cinegio, recuerda con su nombre los terribles sucesos que acontecieron hace exactamente 200 años.

 

 

Rafael

Bicentenario de los Sitios: Manuela Sancho

Bicentenario de los Sitios: Manuela Sancho

Manuela Sancho, la tercera de las heroínas de los Sitios cuyos restos descansan en la iglesia del Portillo junto a Casta Álvarez y Agustina de Aragón, compartió “oficio”  con esta última, puesto que durante el segundo Sitio participó activamente en los combates contra los franceses dando fuego a algunas piezas de artillería, según consta en el parte firmado por el comandante Mariano Renovales. Luchando cuerpo a cuerpo en trincheras y en las calles una vez que los franceses rompieron las defensas, cayó gravemente herida junto al Coso.

 

Había nacido en Plenas, en 1784; tenía por lo tanto 24 años al inicio de los Sitios, dos años más que sus compañeras Agustina y Casta. Vivió en Zaragoza hasta su fallecimiento en 1863, a los 79 años de edad, siendo enterrada con gran solemnidad en el cementerio de Torrero.

 

En 1908 se trasladaron sus restos al Portillo, junto a los de Agustina de Aragón, Casta Álvarez y...un nicho vacío, destinado a otra de las heroínas de los Sitios.

 

En mayo de 2008 se inauguró en Plenas el “Museo Etnográfico Manuela Sancho”, ubicado en la casa que habitó la heroína mientras residió allí. A pesar de que su nombre no es tan conocido como el de Agustina, ha permanecido en la memoria del pueblo que le vio nacer, cuya plaza principal lleva su nombre, y en la de los zaragozanos, cuya presencia en su entierro fue multitudinaria.

Rafael