Parece más de una vez
que lo imperceptible cobra vida y en ocasiones, hasta el mínimo gesto es sublime.
De no ser por su respuesta, esa firma que sella mis mensajes al pie de página, sería anónimamente un puñado de letras y rojamhel
una gota de sal
la leyenda cristalizada de esa imagen que soy, o que fui.
Pero...
mientras todas las salinas
se mueren de sed
a mí
me nutren lluvias como éstas,
que inundan y apaciguan,
que sorprenden y que alientan
a seguir destilando esencia,
para quien quiera beberme
sorbo a sorbo como un sol
de rojo
anochecer.
r
VIERNES NOCHE -------------------------------
Del mar dulce, no salado
La gota de sal, siempre atenta,
viene a salvarme de este seco río de amargura.
En esta cárcel confina, no hay tiempo para sentirse vivo,
solo facturar y dar vueltos...
-Gracias señora, vuelva pronto,
comisión de dolor es todo lo que me deja.
Parece ser que en ningún lugar se está a salvo,
alguien me sigue por estas noches turbo negras,
el día se ha pasado, ¿y que hiciste?,
nada, eso: cobrar y dar vueltos,
pensar cuanto puedo llegar a sacar a fin de mes.
¿Dónde dejé mi juventud,
sino en el ocaso de aquellos días?
Me siento viejo sin haber tenido pasado,
y el karma de no saber que hacer,
pesa un segundo, porque al otro ya me quedo dormido.
La mañana también es lo mismo,
chequear mails, ver que el mundo
no cambia para mejor...
y me siento culpable por ser parte de eso.
Facturar, crecer siempre,
tener todo, pagar las cuentas,
comprar un telefonito que te saca fotos,
¿En que me he convertido?,
alguien me avisa: tenés ojeras, estas rendido
El reflejo no miente: soy uno mas de ellos.
Han ganado, yo he perdido.
Pero ella siempre atenta: revuelve los vacíos
de las palabras y me regala poemas.
Me saluda con The Clash,
¡Es tan groso leer a los Clash en la mañana!
Pero mejor es saber que alguien esta ahí,
acechando de la mejor manera,
con la mejor intención,
salvándome, siempre.
Con su gota de sal dulce,
de algún mar parecido al color de sus ojos.
Gracias Roja.
MMT
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PS/Con formato poético-herético-desnudo
Decir quién salva a quién
en éstos tiempos
de insensibles podredumbres
no importa, señor MMT.
En tal caso
NOS SALVAMOS MUTUAMENTE
trepados de las manos
o los abrazos de aquellos
que después
de todas las caídas
reconocen el color
que otros miles
jamás ven
rojAmheL
una gota de sal
