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EL DIA DE LAS MADRES O DIA DE MADRES

Amanece, y sé que debo levantarme, pero siempre soy permisiva y me regalo un ratito más en cama, con el fin de despertar completamente y terminar de relamer mis sueños si fueron gratos, o de reflexionar en ellos si fueron malos. La noche ha sido larga, con sueños surrealistas abarcando mi tiempo, hoy, no desperté por mi misma, para ir a despertar a mis hijos; este día llegaron a irrumpir mis sueños, con una cancioncita, florecitas y regalos. Lindas tarjetitas y cajitas, bonitos moños, qué ternura. -¿De qué trataba el sueño?-
Mi pregunta se interrumpe con un apúrate tenemos que desayunar juntos, nunca lo hacemos, -hoy sí- bueno, contesto.
Rápido, corriendo, simbólico, mi madre, tengo que llamarla, le digo todo lo que diario repito, excepto que exclamo Felicidades! Sí, claro, sí, sí estaré a la hora de la comida, claro, no tardo, si, me salgo temprano. Dios mío -¿qué hago?- no he comprado el regalo, tendré que pasar corriendo. Y mi carrera que empezó desde primera hora no termina hasta que salimos de la comida.
¿Acaso será que los mercadólogos y publicistas cuando crearon el día de las madres, pensaron en darnos un día de madres?
Y no es que sea anti-social, ni que lo piense por globalifóbica, que de hecho si lo creo, la reflexión viene por que viéndolo fríamente, nos ponen en un gran aprieto, para cumplir con todos los compromisos, como empleadas, como madres, como hijas...
Y no solo yo vivo este día en conflicto, lo vive mi madre y lo vive mi hija... Mi madre, se levanta temprano con el mismo corito, y se apura a dar desayunos para irse al festival del hermanito, y se apresura, tienes que ser la más linda, anda pónte bonita. Toman un taxi, llegan corriendo y salen igual después del desfile de chiquitos por el patio del colegio, apretones, empujones, y la faena de tomar un taxi de regreso.
Llegan corriendo, ella a ponerse el delantal, sacar ollas y sartenes, prende la licuadora, ya no tardan los hijos que vienen de trabajar ... vamos a festejar... nos retiramos dejando un altero de vasos, platos, y cubiertos por lavar, sucios los tapetes, los hijos salimos tan angustiados como entramos porque seguramente tenemos compromisos con nuestros propios hijos.
¿Festejo de día de madres? Si, ¡en la madre!