Los Trovadores de la Lírica Perdida ::: MI OTRA VIDA
Hoy he visto asomar el sol por mi ventana, ni cualquier mañana, ni cualquier día, ni cualquier semana. Hoy afloran mis ganas de vivir, se acabaron las penas, las lágrimas vanas bajo las sábanas, tormenta, no más. Regreso a Nirvana, el día anuncia cambios y sonó mi campana. Tal vez subí mucho y ahora solo encuentro caída. Quizás perdí la partida con mi otra vida.
Mi otra vida me enseñó qué es el dolor del corazón y que el perfecto amor no es más que una marca de licor. Me enseñó que la mentira es un arma peligrosa y que la vida al final no es tan hermosa. (Mi otra vida) me enseñó a no dar todo por nada, a que las promesas se esfuman como el humo de una calada mal dada. Me enseñó puñaladas escondidas bajo máscaras, besos y lindas caras. Mi otra vida me enseñó a desconfiar, me enseñó a mirar a ambos lados antes de hablar, unos vienen y otros van. Me enseñó a esquivar, a levantarme, a ser fuerte, que la soledad es la peor muerte. Mi otra vida me enseñó que lo real es lo que tengo en frente y que al final sólo quedan los cuatro de siempre. Me enseñó a barrer pa` mi lao, que cada uno va a lo suyo. Me enseñó a ver cuando algo se ha acabao. Me mostró que no se tiene nunca nada seguro, que del éxito al fracaso sólo hay uno mundo segundo. En mi otra vida aprendí a perder, que los que más quieres son los que más te pueden llegar a joder. El Ese ha vuelto a nacer; en su poder está el saber lo que hay y lo que no hay que hacer. Mi otra vida dolorosa como despedida, abrí mi puerta, tú me echaste a la salida. La desdicha siempre anda esperando a escondidas; mala vida, ahora andas por ahí perdida. Tengo que dar el paso, no tengo caso, ahora sólo quedo yo y mi reflejo en el fondo del vaso.
En mi otra vida aprendí a luchar, a proteger mi alma (mi alma). En mi otra vida aprendí lo que es llorar, fui traicionada y eso me hizo fuerte, la verdad.
Me desperté con la conciencia de saberme en un cuerpo nuevo, pasó el momento de poder dar la marcha atrás. No necesito preguntarme lo que está pasando, aunque parezca un sueño, esto lo he vivido ya. Estoy formando parte del engendro de una vida, el duro y empinao camino que hay que atravesar. Recuerdo se tenía que correr al llegar al fondo, mi nueva vida; un destino que comienza ya
Empiezo a desarrollarme a un ritmo lento; concebido en el amor esperaría una eternidad. Siento el calor y los latidos de mi madre, no sé su color, ni su edad, ni su condición. Recuerdo en mi otra vida ser bañado por ríos de aguas distintas, pero en eso radicaba mi pureza. Los hijos de puta con prejuicios nunca fueron libres de corazón y mi árbol genealógico le hace sombra a su bonsái. Es lo que tiene mi otra vida, complicada, qué más quieres, si los puyazos los daban los que creías tus colegas, me mostré iluminado como Las Vegas pero me los comí doblados como un pardillo en la trena. Esa es mi pena, mi condena: desconfianza como lema. Mil fuego quema, mas verás, con tal podrás. Mi otra vida en la que vi la magia del amor y aún recuerdo el brillo en sus ojos. Mi otra vida me dio la persona que necesitaba, siempre supe que acabaría mis días con ella, no dudaré en ir a buscarla allí donde esté, aunque yo nazca con el cuerpo de otra mujer. Recuerdo en mi otra vida haber soñado con una sonrisa eterna, tenerla, crecer y mantenerla. Las utopías son contrarias, casi siempre, a la razón, pero entre líricas perdidas doy mensajes de amor.
En mi otra vida aprendí a luchar, a proteger mi alma (mi alma). En mi otra vida aprendí lo que es llorar, fui traicionada y eso me hizo fuerte, la verdad.
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