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Día 15: Todo se acabó pero...

Rebajas
Todo se acabó pero...EMPIEZAN las rebajas! A pesar de la pena que tengo porque ya se han acabado las fiestas más grandes del mundo entero (como se nota que soy de Pamplona) aún tengo un poco de energías para ir de rebajas. Mis primas madrileñas acaban de llegar a Pamplona y esta mañana hemos ido a primera hora de tiendas. Nos hemos recorrido la Avenida Carlos III de arriba abajo en busca de algún pantalón y alguna camiseta.
Tras recorrer un montón de tiendas mis piernas no podías avanzar más. El balance de la mañana ha sido positivo, me he comprado dos pantalones en un 2X1 increíble y una camiseta muy bonita por tan sólo 6 euros.

Rebajas Las calles estaban llenas de gente con bolsas de todo tipo de tiendas pero en realidad me parecían que estaban vacías respecto a ayer. El rojo y el blanco había desaparecido del paisaje, tan sólo se veían camiones de basura limpiando las calles con mangueras de agua a presión.
Los vendedores ambulantes también están recogiendo todos sus puestos y los productos que no han podido vender en las Fiestas de San Fermín.
Por la tarde he ido a la piscina que aún no la había pisado este verano entre una cosa y otra. Allí me he juntado con mis amigos de la piscina que no los veía desde hace un año. Me lo he pasado bien charlando toda la tarde con ellos y contándoles lo bien que me lo he pasado en estos días sanfermineros.
Ahora sí que es el momento de la despedida del Diario Sanferminero. Gracias a todos por permitirme contaros mis experiencias en las fiestas más esperadas durante todo el año: San Fermín!

Día 15: vuelta a casa

Catedral de León

¡Por fin! Ya estoy en casa. Después de nueve días de gritos, malos olores y gente rara he vuelto a la realidad. Lo primero que he hecho es ir a casa de mis padres a coger a mi perra, Cane, y después, me he ido a mi piso. En cuanto he llegado, he tirado la maleta al suelo y me he tumbado sobre la cama. No se oía nada, ni un suspiro ¡Qué paz! He estado así un rato, hasta que me ha apetecido beber algo. Mientras iba hacia la cocina, me he cruzado con el contestador y he visto que tenía el botoncito rojo. Tras nueve días fuera de casa, pensaba que me iba a encontrar varios mensajes, pero no ha sido así. Sólo tenía uno y era de mi jefe (que también es mi ex) diciendo que todavía no me podía ir de vacaciones, que debía entregar una especie de memoria del viaje.

balcón del Ayuntamiento

No podía salir todo bien, por supuesto. He borrado el mensaje, he bebido mi vaso de agua y me he puesto a deshacer la maleta. He sacado la caja de pastas de Beatriz, una pastelería que está en la calle Estafeta, muchas postales: la Plaza del Castillo, la Taconera, el encierro…, un pequeño peluche de toro que le había comprado a mi sobrina pequeña y los regalos del mercadillo de Antoniuti. La ropa blanca, por lo menos en su origen, directamente la he tirado a la basura y el resto a la lavadora.
Una vez que he acabado con la maleta, he comenzado con la cámara digital. Me he puesto a pasar todas las fotos al ordenador y elegir las que quería revelar. Sin lugar a dudas mis preferidas son el chupinazo desde el Ayuntamiento, el encierro desde la valla en la curva de la estafeta, y, por supuesto, el "Pobre de mi", el acto que más me gustó de todas las fiestas.

Día 13: Noche de conciertos

Concierto en la Carpa Rojilla Hoy va a ser una noche larga, muy larga porque me voy de gira por Pamplona. Me he levantado, y he caído en la cuenta que hoy es día 13. No me lo podía creer. He ido corriendo al calendario para confirmarlo. Sólo queda un día para que terminen las fiestas de San Fermín. El más juerguista de Pamplona está siendo consciente que acaba lo bueno, sólo queda una noche de fiesta y hay que disfrutarla porque mañana ya es el Pobre de mí.
He llamado a todos mis colegas y hemos decidido pasar la última noche de juerga en la Carpa Rojilla. Para los que no sepáis de qué estoy hablando os explico. En el terreno contiguo al Sadar, más conocido como Sadarcillo se instala una carpa en donde cada día, durante las fiestas de San Fermín se ofrecen conciertos de los artistas más populares del momento. Esta noche hay ración doble de música. Primeramente los hermanos zaragozanos Amaral cantarán los éxitos de su último disco y después de Amaral estará el guipuzcoano Álex Ubago. Qué mejor forma de terminar estas fiestas. Bueno os dejo, me tengo que preparar que en media hora he quedado con todos mis amigos. A la vuelta del concierto me conecto y os cuento qué tal me ha ido todo.
Reholas sanfermineros! Uffff estoy fatal. Son las 9 de la mañana y ahora mismo he llegado a casa. ¡Qué noche! Como se notaba que era la última.

14 de julio: Hasta el año que viene

Concierto en la Carpa Rojilla Parecía que no iba a llegar pero llegó. Hoy es día 14, hoy con el Pobre de mí terminan las fiestas más esperadas del año. Después de la musical noche pasada en la Carpa Rojilla hoy me he levantado tardísimo. Comeré algo y ya he quedado con mis amigos para disfrutar de las últimas horas de fiesta. Me da pena, pero todo lo bueno se acaba. Bueno sanfermineros, os dejo. Cuando vuelva ya no habrá fiesta, el rojo y el blanco habrán desaparecido de nuestras vidas.
Hola de nuevo. Son casi las dos de la madrugada. Oficialmente ya es día 15. Qué bien me lo he pasado en el Pobre de mí, a pesar del caracter nostálgico del acto. Yo creo que había más gente que nunca en la Plaza Consistorial.

Pobre de mí

Parecía el Chupinazo, no se podía dar ni un solo paso. La gente tenía la cara triste, da mucha pena que después de 9 días de fiestas te tengas que mentalizar que al día siguiente hay que hacer vida normal.
En los alrededores de la plaza compramos unas velas, las típicas que se venden en la misma calle y van introducidas en un vaso de plástico. Cuando el reloj del Ayuntamiento iba a marcar las doce en punto de la noche encendimos las velas y entonamos el famoso cántico: "Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín".
De la Plaza Consistorial nos dirigimos a la Iglesia de San Lorenzo, donde desde hace unos años, es tradición dejar el pañuelico rojo anundado a la verja de entrada a la Iglesia. Cientos y cientos de pañuelos atados que hacen que San Lorenzo tenga una puerta teñida de rojo.
Pues hasta aquí ha llegado la experiencia del diariosanferminero. Muchas gracias a todos que me habéis seguido día a día mis andanzas y aventuras juerguistas. El año que viene más. Si queréis venir a Pamplona para disfrutar de estas impresionantes fiestas de San Fermín no dudéis en dejarme un mensaje en los comentarios de cualquier artículo. Hasta el año que viene, sanfermineros!

11 de julio: Barraqueando

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...hoy es el cumple de mi madre! Qué tal sanfermineros? Como cada día, aquí estoy puntual a la cita con vosotros. Hoy es un día muy especial porque es el cumpleaños de mi madre. Siempre lo celebramos por todo lo alto, pero este año está en Salou de vecaciones junto a mi padre y mi hermano. Por lo tanto, hoy estoy un poco triste porque no puedo pasar el día con ella, pero bueno, como buen juerguista ya he quedado con mis amigos para ir a las barracas.
Aquí en Pamplona, barracas llamamos a la feria, a las atracciones. La noria, el saltamontes o la montaña rusa son los clásicos que no fallan a su cita anual en los Sanfermines. Lo peor de ir a las barracas es el dinero que te dejas allí en poco rato y casi sin darte cuenta. ¡Están carísimas! Pero bueno...un día es un día (y ya llevamos así 11...) Luego os cuento qué tal lo paso. Espero no marearme mucho. Hasta luego, sanfermineros.
He hecho un montón de fotos, qué pasada. Os las voy a ir colgando y las comento.

Tómbola de Caprichitos


Hemos estado un buen rato jugando a la tómbola. Al final el famoso perrito piloto ha sido nuestro premio.

Noria


Qué mareo en la noria para arriba y para abajo. Siempre digo que nunca más me voy a subir en ella pero siempre caigo.

Barca Vikinga


Atracción típica de las fiestas de San Fermín, la Barca Vikinga. Llego subiendo en ella desde que era niño prácticamente.

¡Qué mareo!


Estas es una de las novedades de este año. Es alucinante aunque no se la recomiendo a las personas que se marean con facilidad.

Montaña Rusa Acuática


¡Qué risas! Es realmente divertido subirte con todos tus amigos. El final ya lo conoces: sales totalmente enpapado de agua, menos mal que en julio hace buen tiempo y te secas rápido.

Revolution


Otro mítico de las barracas es el "Revolution" que últimamente le han puesto una fuente en la parte inferior y mientras desciendes bocabajo recibes una desagradable duchita.

14 de julio: Por fin

7.00 AM. Me despierta el timbre del móvil. Alargo la mano hasta la mesilla y, depués de tirar un vaso con agua al suelo, consigo cogerlo. Mi voz apenas consigue salir de mi garganta, tan sólo me sale un débil “digame”. Al otro lado del teléfono está mi ex. Rápidamente entiendo que me va a caer encima un gran marrón. No me equivoco, él es de la teoría de que “unos trabajan y otros se llevan la gloria”.Tengo que levantarme para ir a hacer un reportaje sobre la despedida de los gigantes.

gigantes

8.00 AM. Me visto por última vez de San Fermín. Mis pantalones ya no son blancos, sobre todo los bajos, pero da igual, nadie se va a fijar. Me coloco la faja y el pañuelo y bajo a desayunar.

9.00 AM Salgo del hotel. He decidio seguir a la comparsa durante todo su recorrido para presenciar luego como los recogen. No pensaba que iba a ser tan duro. El recorrido es muy largo y con el sol que ha salido hoy parecía imposible llegar hasta autobuses.

13.00 PM Lo he conseguido. No sólo he llegado, sino que he estado en primera fila. He visto su último baile, cómo entraban y cómo los niños lloraban mientras sus padres aplaudían. Ha sido emotivo, aunque demasiado para mi gusto.

20:00 Estoy en la salida de las peñas. Ya se sabe, hoy se despide todo y yo estoy allí. La salida de los mozos ha sido como siempre: ropa rosa, cubos de sangría vacíos y ellos cantando canciones sanfermineras. He hablado con unos cuantos y me he ido.

23:00 Veo los fuegos del último día. Tampoco hay gran diferencia con los que he visto a lo largo de las fiestas. Mucho color, gusanos y, sobre todo, palmeras. Aún así, el público hoy ha estado más activo. Los aplausos no han dejado de sonar durante los casi 15 minutos que han durado.

Pobre de mí



24:00 PM Estoy otra vez en la Plaza del Ayuntamiento, igual que como había empezado. No hay botellas de vino espumoso, huevos ni cola-cao, la gente va en familia y sólo lleva una vela en su vaso. La alcadesa sale al balcón y, después de esperar a que se acabaran unos cuantos silbidos, despide las fiestas. Al final un esperanzador “ Ya falta menos” para todos los amantes de los sanfermines. Entonces, la banda de música, las peñas y todo aquel que estuviera en la Plaza han empezado a entonar el :“Ya falta menos, ya falta menos, ya falta menos, pa San Fermín”. La gente ha empezado a bailar al ritmo de sus propias canciones y han salido de la plaza haciendo una especie de comba detrás de las pancartas de las distintas peñas. Me he unido a una de ellas y, por Chapitela, he llegado hasta la Plaza del Castillo. De ahí, por el Paseo Sarasate hemos acabado en frente de San Lorenzo. Allí había multitud de gente colgando sus pañuelos y dejando su vela. No conocía la tradición. Me he descolgado de la peña y he ido a ver este momento más de cerca. He preguntado y me ha dicho que da buena suerte dejar tu vela en la Iglesia donde está el Santo. Antes lo hacían en el suelo, pero ahora el Ayuntamiento ha puesto unas vallas metálicas especiales para ello. El único requisito es que la vela no se caiga, antes de que te des la vuelta. Como a mí me encantan estas cosas esotéricas, he decidido dejar la vela. Me ha costado bastante rato, pero al final no se ha caído.

00:45 AM Me paso por el mercadillo. La otra vez que estuve había tanta gente que no pude comprar nada, ahora era mi ocasión. Después de recorrer varios puestos, he encontrado los regalos apropiados y me he ido.

02:00 AM Estoy en la cama del hotel. Es mi última noche. Mañana cojo el autobus a las doce de la mañana. Todavía no he hecho la maleta, pero estoy tan feliz de volverme a casa que me da igual. Pongo el despertador y enseguida caigo rendida. El día ha llegado, mañana ya estaré en mi casa, donde debo estar.

12 de julio: Ya no puedo más

Cabezudos¡Hola sanfermineros! Llego 6 días seguidos de juerga y ya no puedo más. Por eso hoy, día 12, he decidido tomarme un día de descanso. Me da pena perderme un día de fiestas, pero mi cuerpo tiene sus limitaciones y cuando no se puede, no se puede...así que he decidido disfrutar del día y dormir por la noche.
Aunque mi propósito era descansar, tampoco he parado mucho porque esta mañana he ido con la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. A primera hora ya estaba en la Estación de Autobuses, desde donde salen. Tanto el interior como las calles de alrededor estaban abarrotadas de niños, padres o los no tan niños como yo.

Comparsa La Comparsa la componen ocho personajes descomunales (cuatro parejas de Rey y Reina), de cuatro metros de alto, que representan los principales continentes del mundo: Europa, Africa, Asia y América. (Al parecer desconocían la existencia de Oceanía). Los actuales gigantes no son muy antiguos (1860), pero continúan una tradición muy anterior. Llevan también una corte de cinco cabezudos: el alcalde, el concejal, la abuela y la pareja de japoneses. Y además, junto a los gigantes y a los cabezudos van los seis kilikis: Barbas, Patata, Verrugón, Coleta, Caravinagre y Napoleón, que son una especie de compañía antidisturbios para niños y se dedican a aporrearlos con unos vergajos de pega. Para completar el cortejo, hay seis zaldikos, mitad hombres mitad caballos, que también se dedican a vapulear a los más pequeños.
Ha sido realmente divertido, en más de una ocasión he tenido que correr detrás de ellos esta mañana. Qué risas, qué carreras. Los niños me miraban con cara de miedo, porque en cualquier momento pueden ser ellos los que tienen que correr detrás de las vergas.
Ya por la tarde, he tenido una cita ya clásica en las Fiestas de San Fermín, he acudido a los diferentes mercadillos callejeros que hay en Antoniuti.

Día 13:La cuenta atrás

artistas callejeros

Hoy estoy vaga. Me han llamado del periódico para que fuera otra vez a cubrir los gigantes, pero me he negado. He dicho que me encontraba enferma y que estaba en la cama. No he mentido del todo, de hecho, me he quedado toda la mañana en la cama sin hacer nada. Cuando el hambre ya se notaba, me he levantado y me he ido a comer por ahí. Mi
objetivo: comida basura. Y claro, en esta ciudad, y sobre todo en sanfermines, no es difícil conseguirlo. Vamos, que me he limitado a cruzar la calle. Y como no tenía nada, nada que hacer, me he ido a la feria. No me he
montado en nada, pero ha sido agradable ver a los niños emocionados por subirse a alguna barraca, como aquí las llaman. Después, me he ido al Paseo Sarasate. Allí había muchísimos artistas ambulantes. Estatuas, músicos, pintores... Ocupaban toda la calzada y reunían a multitud de personas alrededor suya. Formaban círculos enormes en los que casi era imposible ver a los artistas. Me he pasado la tarde entera yendo de artista en artista. Ha sido original. Me he sentado en una terraza a cenar y ver pasar a la gente. Se me ha pasado el tiempo muy rápido, hasta el punto de que me han dado las once allí sentada. Entonces es cuando ha comenzado a pasar gente con cacerolas, tambores y otros objetos con los que hacer ruido. Me ha sorprendido mucho y he preguntado a un hombre qué significaba todo eso. Me ha explicado que era el Estruendo y que había que ir a la Plaza del Ayuntamiento para verlo mejor. Así que, a pesar de que me pensaba ir a dormir, he ido a verlo. El Estruendo o tamborrada es otra de esas costumbres raras que tienen por aquí. Se trata de recorrer las calles del centro de la ciudad mientras se hace ruido, vale cualquier objeto y todos están invitados a ello. Me ha resultado interesante. Una vez que ha terminado me he ido al hotel. Quedaban menos de 24 horas para mi libertad, para volver a casa.

12 de julio: día de famoseo

Ya falta poco para que se acaben las fiestas y la verdad es que tengo muchas ganas. Estoy harta de vestir siempre igual, de ir por esquinas de la ciudad que huelen fatal y de ver a gente rarísima por la calle. Me muero por volverme a casa e irme por fin de vacaciones.

El Nuevo Casino

Hoy me tocaba cubrir un día “pijo” de las fiestas. Una amiga de una amiga me ha invitado al Baile de la Alpargata. Se celebra en un bar llamado Nuevo Casino que está en la Plaza del Castillo. Todas las mañanas sobre las nueve, después del encierro, se reúnen las caras más conocidas de la ciudad para seguir con la fiesta. Para entrar es necesario ser un miembro de este selecto club. Me he tomado un café y un bollo y he compartido mesa con algunas de las personalidades de Pamplona, entre ellas la alcaldesa. No me ha gustado mucho porque me sentía fuera de lugar. No tenía nada que decir ni me interesaba de lo que hablaban, así que, en cuanto he podido, me he ido. Me he despedido de Marta, la amiga de mi amiga, y he vuelto al mundo de la gente corriente.
A la una tenía que pasarme por el Apartado para cubrir mi noticia del día, pero todavía tenía tiempo. Como me quedaban un par de horas y estaba relativamente cerca, me he decidido a ir a la Catedral. Me ha costado llegar, ¡qué cuesta más horrible! Por fin he visto la entrada, pero no estaba abierta la puerta principal, por lo que he tenido que dar la vuelta y entrar por la tienda. He tenido que pagar, pero ha merecido la pena.

Catedral de Pamplona





Me ha parecido muy bonita, sobre todo la cúpula pintada de color azul y el claustro que está muy bien conservado. En el atrio había un instrumento muy curioso, una carraca. He preguntado a un hombre que había por allí y me ha dicho que la habían restaurado este año. Es una carraca como las que se llevan al fútbol para hacer ruido, pero en grande. Se utiliza durante los días de Semana Santa, en lugar de las campanas, para llamar a los fieles a las liturgias. Nunca había visto una y realmente me ha gustado, pero me he quedado con ganas de tocarla. Cuando he mirado el reloj ya era tarde, así que me he ido corriendo. He llegado a la una y media o así, pero no parecía que importara. Yo pensaba que lo interesante estaba en ver el sorteo de los toros, pero para variar aquí no es así. Parece que la gente se guía por el estomago y todos estaban en el bar, comiendo las criadillas de los toros del día anterior acompañadas de un buen vino navarro. Entre otras personalidades estaban algunos consejeros, Miguel Indurain y César Cruchaga, el capitán de Osasuna. Me he ido enseguida, porque no pensaba comer nada y allí era lo importante.
He estado en el hotel hasta las doce de la noche. A esta hora me he ido a cubrir el concierto de Pereza que tocaban en la Carpa Rojilla. El recinto es muy grande, pero está demasiado lejos. No me extraña que no se llene, está muy mal que tengas que andar más de media hora para poder volver después al centro de la ciudad. Es cierto que ponen villavesas, pero no las suficientes para transportar a tanta gente.

concierto Carparojilla

concierto Carparojilla



El concierto de Pereza ha estado bien. Había gente, pero no como para agobiarse. Las bebidas en la barra son demasiado caras, pero, claro, ahí tienen el negocio. No permiten entrar nada de bebidas, así que para continuar la fiesta, la gente consume en las barras. El concierto ha durado unas dos horas, con las típicas paradas y comentarios del presentador. Me ha gustado, sobre todo “Pienso en aquella tarde”, aunque no es la misma sino la canta con Dani el de "El Canto del Loco". Estos sí que hacen buenos conciertos. Después del evento he querido entrevistar a los artistas, pero no he podido porque no había hablado con la productora. Así que me he ido al hotel. Sólo quedan dos días.

11 de julio: una tarde de toros

toreando en Pamplona

Por fin es 11 de julio. Desde que llegué a Pamplona estoy esperando este momento. Hoy es el mejor cartel de toda la feria del toro: Fran Rivera, El Juli y Jesulín. Ya sé que hay toreros de más prestigio, pero este trío son mi debilidad. Y es que yo soy una gran aficionada al toreo. De hecho, voy a todas las corridas que puedo, la Feria de Sevilla, la Maestranza… Aquí no había venido, así que estaba impaciente. Las entradas me las dieron en el periódico, cosa que me sorprendió, pero bueno, me pareció una recompensa por tener que estar aquí. No pensé mal, cosa de la que ahora me arrepiento. Pero para llegar a este punto, hay que retroceder unas horas.
Todo ha empezado a las cuatro de la tarde. Después de echar una pequeña siesta, me he preparado y me he ido caminando tranquilamente hasta la plaza, porque hacía un tiempo espléndido. Algo que me hubiera encantado si no tuviera entradas para sol, pero bueno, el cartel merecía mi esfuerzo. He llegado sobre las cinco y media y he buscado mi sitio. Cuando he llegado hasta él, había un joven sentado. Le he dicho que era mi butaca, pero él me ha indicado que nadie respetaba los sitios.

tendido sol



Como no me apetecía llamar la atención, he decidido sentarme más abajo, vamos, justo al lado de la barandilla. Justo en el momento en el que me he colocado, han comenzado a llegar las peñas con unos cubos enormes. Llevaban toallas por la cabeza, delantales, camisetas con manchas rosas y los pantalones remangados hasta las rodillas. No entendía muy bien el cambio en la indumentaria, pero no importaba, ya faltaban pocos minutos para que comenzara.
Han hecho el paseíllo y las gradas han comenzado a aplaudir. Me ha sorprendido la emoción con la que los jóvenes que tenía detrás cantaban y aplaudían, no es normal en los tendidos. El primero en salir ha sido Jesulín. En cuanto ha puesto un pie en el ruedo, todo el sector que estaba al sol, menos yo, claro, ha comenzado a entonar su inolvidable “Todas, todas, todas, te necesito, todas…” vamos, la canción que hizo hace varios años. Qué falta de respeto. Pero eso no ha acabado allí, mientras hacía los pases han continuado entonando canciones que no tenían nada que ver. A Osasuna, a Indurain… daba igual cualquier cosa, todo menos ver la corrida. El segundo en salir ha sido Fran Rivera. Si con Jesulín se habían metido, con Fran Rivera han sobrepasado los limites. Le han cantado de todo menos guapo y no sólo a él, sino que también han coreado canciones en “honor” a su mujer, Eugenia Martínez de Irujo, y a su suegra, la Duquesa de Alba (que se peine, se peine se peine…). Me ha parecido indignante, no podía disfrutar de la corrida. Los toros, miuras, eran demasiado grandes y no dejaban mucho juego a los toreros, así que el espectáculo no era muy bueno. Por ello, creo que los mozos han decidido ponerse a merendar antes. Para el tercer toro, los grandes barriles que llevaban se han comenzado a abrir. Litros y litros de sangría se empezaban a repartir en vasos de plástico. Ya no cantaban ni miraban la corrida. De espaldas hacia el ruedo, se repartían su merienda. Ya no soportaba más la situación, así que me he dado la vuelta con mala cara. Uno de los mozos, con un delantal ridículo, ha observado mi gesto y me ha tirado una gamba que tenía en la mano. El resto de su peña le ha seguido.

plaza de toros Pamplona



Huesos, pan, jamón y litros de sangría han acabado sobre mí. Cada vez que me quejaba más cosas me caían encima, hasta que al final, sin terminar el tercer toro, me he tenido que ir al hotel. Tan lamentable era mi aspecto que me ha dado vergüenza ir en taxi o en villavesa, así que he tenido que huir como he podido. Si en el chupinazo llegué a la conclusión de que nunca podría estar más manchada, hoy me he superado. Y es que parece que por muy malas que vayan las cosas, siempre pueden ir a peor.

10 de julio: Vaya Peña

Peña en la calle
Hola sanfermineros! Os cuento qué bien me lo he pasado esta tarde con las peñas. He ido a los toros, a la corrida de las 5. ¡Qué calor! Pero bueno, ha merecido la pena, y eso que a mí no me gusta mucho este mundo del toro. Lo mejor de la tarde han sido las peñas. ¡Qué alegría, qué música, qué fiesta! Para los que me estáis leyendo desde fuera de Pamplona os explico en qué consiste exactamente una peña:
Originalmente, se formaron para celebrar las fiestas de los Sanfermines. Pero, ahora, se reúnen para comer durante el año y organizan unas actividades deportivas, culturales, y recreativas en Pamplona. También, las peñas hacen muchos de los planes durante los Sanfermines. Deciden en las actividades durante las fiestas. Y, como siempre, participan más que nadie en las celebraciones de San Fermín.

Plano de las Peñas
Parece que la mayoría de las peñas tienen los orígenes geográficos. En otras palabras, ciertos barrios o diversos lugares de Pamplona forman una peña. Sin embargo, hay otras peñas que reflejan un componente amistoso. Hay las personas que dicen que las peñas son simplemente los grupos de amigos. En todo caso, los miembros de las peñas necesitan una invitación para hacerse socio.
También os diré que hay un total de 15 peñas, rápidamente os las enumero: Aldapa, Alegría de Iruña, Anaitasuna, Armonia Txantreana, Los del Bronce, El Bullicio Pamplonés, Donibane, Irrintzi, La Jarana, Muthiko Alaiak, Oberena, Rotxapea, San Fermín, San Jorge, y La única. En total, alrededor de 5,000 personas de Pamplona son miembros de las peñas.
Lo bueno es que durante las fiestas de San Fermín se puede acceder a sus locales ya que son bares o restaurantes que son exclusivos a socios durante todo el año excepto durante los Sanfermines. En esta semana, los locales están abiertos 24 horas al público para comer y beber.
Peña sanferminera
Ahora os relato mi experiencia en la Plaza de toros en la corrida. Primero explicaos que hay una gran distinción entre las zonas del sol y de la sombra. En general, la sombra está llena de personas mayores, las mujeres, las Autoridades, y los niños. En contraste, los hombres, los jóvenes y, especialmente, los miembros de las peñas llenan el sol. Con este grupo, el sol es una sección muy ruidosa, sucia y alborotada. Las charangas o bandas de música, tocan sus chistularis y gaiteros durante la corrida. También, las peñas, a menudo, empiezan una ola en las tribunas. Además, las peñas arriba tiran las bolsas de harina a las peñas abajo. Esto lo cuento porque yo estaba en la parte de arriba y he lanzado más de un kilo de harina. Existe, también, una ducha constante de sangría, vino, y champán. Por otra parte, las peñas juzgan el torero con una tira de comida a los malos o una presentación de un pañuelo de San Fermín a los buenos.
Pues esto es lo que ha dado de sí mi día con la peñas con corrida de toros y salida de la Plaza de Toros incluidas. Mañana más experiencias sanfermineras de este juerguista que os escribe. Hasta mañana sanfermineros!

10 de julio: Día infantil

los gigantes



Hoy he buscado el otro lado de la fiesta. He querido ver cómo la vivían los niños más pequeños. Ya se sabe, después de la juerga, siempre llega la calma. Así que, muy a mi pesar, he madrugado. A veces soy un poco inteligente y ayer fue una de ellas. Cuando llegué sobre las cinco y media de la mañana pedí en recepción que me llamaran para despertarme. Quería levantarme a las nueve de la mañana. En aquellos momentos me pareció muy buena idea, de hecho pensé que con dormir un par de horas era suficiente. Pero esta mañana, cuando ha sonado el teléfono, creía que era una broma macabra. Sonaba una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez… Sin descanso. No ha parado hasta que he extendido el brazo y lo he descolgado. Como he podido me lo he llevado hasta la oreja. Es entonces, cuando una voz de mujer bastante desagradable me ha dado los buenos días y me ha dicho que eran las nueve. Muy a mi pesar he decidido levantarme, no le daría el gusto a mi ex de no cumplir con mi trabajo. Eso sí, lo de que dormir un par de horas es suficiente, ya no lo tenía tan claro.
He llegado como he podido a la ducha y me he dado el mejor remojón de toda mi vida. Empezaba a despertarme. En ese momento he apreciado el valor de vestir durante tantos días igual, de rojo y blanco. Cuando te levantas con dolor de cabeza y sin apenas dormir es muy difícil combinar colores. Por tanto, llevar siempre lo mismo, facilita mucho las cosas.
Una hora más tarde, he bajado a desayunar. Hambre, lo que se dice, no tenía. Me he pedido un café y un bollo, pero no he podido terminarlo. Y así he salido hacia Carlos III. Mi objetivo: encontrarme con los kilikis y los gigantes. La primera vez que oí ese nombre, kilikis, me hizo mucha gracia. Me habían hablado tanto y tan bien de ellos, que tenía muchas ganas de verlos, aunque no sé si había escogido el día más propicio. Después de recorrer varias calles y preguntar a algún que otro naranjito, he conseguido encontrarlos. Había mucha gente, sobre todo padres y abuelos con niños.
Los gigantes son grandes figuras de reyes de distintos lugares del mundo que bailan al son de la banda de música. Los kilikis son personas disfrazadas con grandes cabezas, de ahí que también se llamen cabezudos, que pegan con una verga de espuma a los niños. Todos recorren juntos las calles del centro de Pamplona durante todas las mañanas de Sanfermines. La verdad es que es todo un acontecimiento para los más pequeños de la casa y para los no tan pequeños, ya que es muy divertido ver como lloran de miedo y se esconden detrás de sus padres. Al ritmo de la comparsa he llegado hasta el Paseo Sarasate. Allí, durante las fiestas, ponen una tómbola de Cáritas. Unos boletos, bastante caros, 75 céntimos el boleto, con los que puedes ganar distintos premios ( bicis, coches, batidoras…) y a la vez ayudas a los más necesitados. Me he decidido a comprar varios boletos, concretamente siete. Abrirlos es emocionante. La esperanza de tener la bici o por lo menos un balón de plástico es increíble. El problema es que en la mayoría obtienes un “ Sorteo coche nº5” o un “Reúna boletos como este”. Vamos, que por 5 euros me he llevado una lata de olivas verdes.

torico de fuego
Ya por la noche, he ido a ver el “torico de fuego”. Sale desde la trasera del Ayuntamiento, a las diez de la noche, y recorre varias calles de lo viejo persiguiendo a los niños más atrevidos. Una vez que ha acabado con las actividades infantiles, me he ido al hotel y me he metido a la cama. Estaba cansadísima. La siesta que me había echado de dos horas, no había sido suficiente.
Mañana sería un día más tranquilo.

9 de julio: Noche "naranjita"

JJ y su compañera naranjitaHola sanfermineros! Hoy es día 9 y cada año lo dedicamos este día a un color muy especial para mí y mis amigos: el naranja. Os explico. Prácticamente todos los que componemos el grupo de amigos hemos trabajado en San Fermín como Auxiliares de Protección Civil, más conocidos como "naranjitos", debido al color del chaleco que compone el uniforme. Es un buen trabajo y se gana muy bien, la única dificultad es poder acceder a él, ya que las 400 plazas estás muy disputadas. Yo tuve la suerte de poder trabajar como naranjito en los últimos dos años, pero éste ha sido imposible.
Después de esta breve introducción, os cuanto lo que hacemos cada 9 de julio y que ya es toda una tradición. Vamos por los puestos de todos nuestros amigos y estamos con ellos, acompañándoles en el trabajo. Como el trabajo es en la calle, es como trabajar en la fiesta, aunque también hay que aguantar a gente muy desagradable. A continuación, podéis ver algunas fotografías que les he hecho a algún amigo mío esta noche:

Naranjitas


Naranjitos


textoalternativo


Una vez hecho todo el recorrido de la gente que conocíamos nos fuimos al encierro. Qué apasianente ha estado, y eso que sólo hemos visto la curva final de Estafeta, en la zona de Telefónica. Estaba todo llenísimo de gente y como hemos llegado con el tiempo justo, pues nos hemos tenido que contentar con verlo un poco entre las cabezas de la gente que ya estaba guardando sitio desde las 5 de la mañana. La gente hace cualquier cosa por ver el encierro.
¡Qué noche tan entrañable! Qué cantidad de recuerdos han venido a mi cabeza. He recordado mis dos años como naranjito. Los cientos de personas que pasaban por tu puesto para preguntarte dónde estaba tal calle o por dónde pasaban los toros. Esta noche he echado de menos trabajar de protección de civil, el año que viene ojalá pueda. Te lo pasas mejor que saliendo por ahí, porque pasa tanta gente venida de un montón de países, cada uno distinto, que se paran en tu valla o en la caseta del parking (como el año pasado) y te cuentan muchas cosas.
Bueno sanfermineros, que estamos a día 9, que aún queda fiesta por delante y cada día la podrás descubirte en este blog rojiblanco.
Hasta mañana sanfermineros!

9 de julio: Mi primera noche de fiesta

Esta tarde me he dado cuenta de que estaba en una de las fiestas más
internacionales del mundo y todavía no había salido por la noche. Así
que he decidido que hoy iba a ser mi primera vez. Me he vestido con mis mejores ropas blancas, me he anudado el pañuelo al cuello y he salido a cenar por ahí. No sabía muy bien a donde ir, así que me he dirigido a la parte vieja de la ciudad. He entrado en un bar muy pequeño y me he comido un bocadillo de lomo con queso. Como todavía era temprano, sólo eran las diez de la noche, me he ido al mercadillo que ponen en la taconera.
Multitud de puestos, de collares... y, por supuesto, de gente. ¡Qué agobio! Intentar probarte un anillo o un collar es una misión imposible, por no hablar de permanecer más de cinco minutos en un puesto. La gente te empuja y te aplasta como si fuera a ganar algo por llegar a la primera fila. Así cuando estás a punto de dejar de respirar, consigues salir, claro, sin haberte podido probar aquello que te gustaba. Total, no me he podido comprar nada porque cuando estaba a punto de decidir siempre me sacaban de un empujón.

sanfermines pòr la noche



Cuando ha sonado el primer aviso de que empiezan los fuegos artificiales, me he acercado a una pequeña explanada para verlos. Han sido bastante cortos pero me han gustado más que el otro día, sobre todo la traca final que era muy colorida. Una vez que han terminado me he vuelto a quedar sin saber qué hacer. Entonces, es cuando, afortunadamente, me he encontrado con un fotógrafo de un diario de aquí. Bueno, realmente me he chocado con él. Se acordaba de mí, así que hemos estado hablando durante un rato. Después me ha invitado a quedarme con él y con sus amigos, y, como no tenía otro plan, no lo he dudado en ningún momento.
Nos hemos ido a una plaza que está al lado de las murallas, plaza de la O creo que se llama, y hemos estado hablando hasta las dos de la mañana. Después hemos ido a la calle Jarauta y hemos visitado varias peñas, entre ellas "La jarana" y la peña de "Oberena". Digo visitado, porque ha sido imposible entrar por la cantidad de gente que había. Por ello, nos hemos tenido que quedar en la calle bailando al son de la escasa música que se oía. Dentro de lo que cabe no ha estado tan mal porque hacía buen tiempo y así por lo menos podías respirar sin tener que pedir permiso al vecino de al lado. He oído a Bisbal, Chenoa y demás compañía cientos de miles de veces a lo largo de dos horas. Vamos, que sin quererlo me he aprendido todas sus canciones. Así, a las cinco de la mañana, con los bajos de los pantalones negros por la suciedad del suelo, sobre todo de los baños; la camiseta más roja que blanca, por el calimotxo que me han tirado encima; y, un gorro de paja verde que he comprado a un vendedor ambulante, me he vuelto al hotel. La sensación, rara. No hay ningún ingrediente distinto a los de cualquier otra fiesta, pero el resultado es singular. El ambiente es increíble porque se reúnen personas de todo el mundo que lo único que buscan es diversión.

8 de julio: Corre, corre que te pillo

Encierro Mi corazón aún late a toda velocidad. Hola sanfermineros, ¿qué tal todo? Yo bien, he vuelto a nacer, no sabéis lo contento que estoy aquí escribiéndoos, porque estoy significa que estoy vivo. Aún tengo el miedo metido en el cuerpo. Bueno os cuento todo por partes, pero entenderme que la situación me haga hasta desordenar las frases.
La noche sanferminera fue genial. Me encontré con un montón de gente conocida, todos super simpáticos. La verdad es que me lo pasé muy bien. Entre baile y baile llagaron las 7 de la mañana. Ahí es cuando me di cuenta que en breve llegaría la hora de la verdad.
Una vez limpias las calles del recorrido, los agentes de la Policía Municipal de Pamplona han dado paso a todos los mozos para que se vayan colocando en el tramo en el que quieran correr. Mi amigo Javi y yo, los más valientes del grupo, somos los únicos que hemos decidido correr algunos metros del encierro. Nos hemos colocado en la calle Estafeta, ya sé que lo reglamentario es comenzar la carrera desde los corrarillos de Santo Domingo, pero para primer día ya está muy bien.
A las 8 en punto de la mañana escuchamos todos el cohete anunciador de que la puerta de los corralillos se abrían. Mis piernas comenzaron a temblar. En unos segundos tendría a los 6 toros a mi lado. El nerviosismo se contagiaba y a todos los mozos que estaban a mi alrededor se les notaba cara de angustia.

Encierro
Casi sin darme cuenta llegaron los corredores que habían emprendido el recorrido en Santo Domingo junto a los toros. Agarré a mi amigo Javi y nos fuimos a un lateral de la calle, casi donde la puerta de la tienda de Kukuxumusu. Un astado pasó a poca distancia de mi espalda. Yo no quise mirar, cerré los ojos y no quería pensar en nada, tan solo en que pasara ese momento. Afortunadamente el toro no me rozó, pero al pensarlo lo paso mal, de hecho me tiemblan las manos y casi no puedo escribir en el teclado. Me voy a ir a tomar un vaso de agua, a ver si me tranquilizo un poco.
Ay...qué mal rato he pasado esta mañana. Como no tenía ni ganas de desayunar me he ido a casa a dormir, que mi cuerpo lo necesitaba. Ahora comeré un poco y de nuevo por ahí. Así son los Sanfermines, se mezcla el día con la noche y si no fuera por mi diariosanferminero no sabría ni en qué día vivo. Mañana os cuento más cosas y muy interesantes porque me espera un día muy naranja. No os puedo dar más pistas. Hasta mañana sanfermineros!

8 de julio: un día muy completo

niños saharauis en Pamplona





Hoy he tenido un día muy largo. Por la mañana he ido a una recepción del Ayuntamiento. La alcaldesa, Yolanda Barcina, ha recibido a unos niños saharauis que vienen a pasar el verano en Pamplona. Durante estos tres meses viven con familias navarras y, gracias a ello, muchos crean un vínculo que dura varios años. Ha sido una ceremonia bonita, pero menudo calor he pasado. Aquí no deben conocer el concepto de aire acondicionado. Esperan a que estés a punto de asfixiarte y entonces, lo único que hacen es darte un abanico. Unos abanicos, sí, rojos y con las palabras “Ayuntamiento de Pamplona” en blanco.
Por la tarde me he ido a dar una vuelta por el centro. He estado callejeando y me he tomado algo en el mismo bar que el primer día que llegué, en el que está donde el Caballo Blanco. Es curioso ver el mismo sitio, pero vestido de blanco y rojo. Creo que el hecho de que vistan todos igual es lo que más me gusta de los sanfermines. Todavía no las conozco mucho, pero me da la sensación de que para los jóvenes sólo significa salir por la noche y beber. Se tiran por cualquier sitio, incluso muchos duermen en los parques. Y, bueno, de la higiene ni hablemos porque parece que cada una de las esquinas de las calles del Casco Viejo se convierte en un baño público. El olor empieza a notarse, así que no sé que pasará dentro de seis días.

fuegos artificiales



Después de cenar me he ido a ver los fuegos artificiales. Quería haber ido ayer, que me dijeron que eran los más bonitos, pero estaba tan cansada que no pude. La recepcionista del hotel me ha indicado que el mejor sitio para verlos es la Vuelta del Castillo, así que es allí donde he ido. Como no sabía muy bien a donde ir me he dedicado a seguir a la gente, ya se sabe “ ¿a dónde va Vicente?, a donde va la gente”. Me he sentado en la hierba, que por cierto estaba mojada, y he esperado durante diez minutos hasta que han empezado a echar los primeros fuegos. Después de haber estado en las Fallas me han parecido bastante normalitos. Quizá era simplemente que ese día la empresa pirotécnica no ha estado muy acertada, pero me esperaba mucho más. No os equivoquéis, no digo que estuvieran mal, pero me habían hablado tan bien de los fuegos de Pamplona que me he llevado un desengaño. Lo que me ha parecido muy raro era lo cerca que se veían. En los demás lugares donde he visto fuegos artificiales dejan más distancia de seguridad y la verdad es que me parece más prudente, porque según como esté el viento muchas chispas caen sobre el público. Para las once y cuarto, todo había acabado. Las familias con niños pequeños se iban a las barracas, los jóvenes se sentaban alrededor de sus botellas en la Vuelta del Castillo y yo me iba al hotel porque mañana muy temprano me esperaban más ruedas de prensa.

7 de julio: San Fermín

Procesión de San Fermín
Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de julio, siete de julio: SAN FERMÍN! Por fin hemos llegado a lo más alto de la escalera de San Fermín. Ha llegado el día señalado, el mítico 7 de julio. Son las 9 de la mañana, y aquí estoy, como cada día, escribiendo mi diario sanferminero. Ayer acabé muerto tras más de doce horas de juega continuada, así que me vine a casa sobre las 3 de la mañana. Me dolían los pies, no podía dar un paso más. ¡Qué día! No pude empezar mejor los Sanfermines.
Hoy el día no ha comenzado más bien mal. Me acabo de despertar, y ya ha pasado el encierro. No he podido levantarme ni para verlo por televisión. Los días en los que ya el cuerpo no me sigue, me siento en mi sofá y disfruto escuchando a Javier Solano cómo retransmite los encierros en Televisión Española, pero hoy no ha podido ser...
Procesión de San Fermín
Bueno ya os tengo que dejar, porque el tiempo corre, y la Procesión de San Fermín va a comenzar. Es un acto dentro del programa muy arraigado y con gran tradición.
Como todos los años quedamos todos los primos y vamos a casa de mi abuela, que vive en la calle Mayor, y desde el balcón vemos pasar al Santo. La procesión empieza a las diez, así que ya no puedo perder tiempo. En cuento vuelva, me conecto y os cuento todo.
Hola de nuevo. Un año más la Procesión no ha defraudado. Ha sido muy emocionante, además en mi familia al ser algo tan tradicional es como que lo ves todo diferente. Mi abuela muy contenta con todos los nietos en casa, se lavanta pronto para preparar un rico aperitivo: jamón, chorizo, queso, aceitunas...
Menos mal que la casa de mi abuela tiene tres balcones, y así nos distribuimos todos mucho mejor. Este año la Procesión ha sido puntual y ha pasado en su horario previsto. En esta misma calle Mayor: Los Amigos del Arte le han cantado una jota en medio de un silencio total. Se nos ha puesto la carne de gallina a todos. Mi abuela como siempre, se ha emocionado y no ha podido contener sus lágrimas.
El orden de la comitiva se ha respetado tal y como dicta el protocolo. La Alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, ha recibido muchos saludos, por lo menos en el tramo en el que yo estaba. Los txistularis también han provocado la expectación del público. Con sus canciones típicas de estas fiestas sanfermineras, han contagiado la alegría de la fiesta a todos.
San Fermín
Finalmente, la comparsa de gigantes y cabezudos ha hecho de las suyas con los más pequeños y no tan pequeños. ¡Caravinagre, caravinagre!, gritaban los niños de los vecinos de arriba, como sabían que la verga no llegaba hasta el tercero...
Pues hasta aquí todo lo que ha dado de sí la Precesión al santo morenico. Ya me voy a ir terminando la página del diario de hoy. Ahora cenaré, y como buen juerguista, a disfrutar de la noche. Ya tengo ganas de salir, y eso que ayer día 6 no paré por casa en todo día.
Esta noche espero aguantar hasta el encierro, el que será mi primer encierro de estas fiestas. (Aún me duele cuando pienso que me he perdido el encierro de hoy). Mañana os cuento todos los detalles del encierro, si no me pilla ningún toro, claro. Hasta mañana, sanfermineros!

7 de julio: mi primer encierro

encierro, esquina Estafeta

Después de mi experiencia de ayer, hoy me he levantado con más ganas porque siempre he pensado que detrás de un día horrible viene uno mejor. Así que hoy he ido a cubrir mi primer encierro con mucha ilusión. No me ha importado madrugar. De hecho, desde que era pequeña me he levantado pronto para verlos por la tele en directo.
He decidido ir a verlo desde las vallas de Estafeta, porque me parece el lugar más emblemático. Cuando he llegado a las siete estaba todo abarrotado, pero como soy periodista, algo bueno tiene que tener, he podido pasar. He sacado esa horrible acreditación, en blanco y rojo, por supuesto, con la foto en la que parece que acabo de ser detenida, como no podía ser de otra manera mi ex dio la mejor, y me he ido haciendo hueco. La gente estaba muy contenta, vamos, que algunos estaban desayunando cerveza. Así, cuando he conseguido llegar hasta la valla, una cuadrilla de chicos me han empezado a cantar, “Que se vaya, se vaya, se vaya…”. No era mi situación ideal, pero se podía aguantar. Es entonces cuando uno de ellos ha llamado a un amigo suyo que estaba enfrente. Le ha animado a cantar. Y así,poco a poco, se han animado todos hasta que se han convertido en un coro bien orquestado. De hecho, el espectáculo hubiera sido divertido, si no me cantaran a mí. Me he puesto como un tomate, vamos que apenas se notaba cuando comenzaba mi cara y cuando el pañuelo. Al final ha venido un agente de la policía municipal y me ha ayudado a llegar hasta mi sitio. La gente me ha seguido torturando un rato, hasta que ha venido una nueva víctima, una extranjera que iba a correr el encierro con falda. La policía la ha terminado por sacarla del recorrido, junto a otras personas que llevaban mochilas, calzado no apropiado o habían bebido demasiado.

encierro de sanfermines





Las canciones de la gente hacían la espera más entretenida, pero el frío cada vez era mayor. Por fin he oído el cohete que anunciaba que salían los toros. Es entonces cuando montones de mozos han comenzado a correr. Conforme pasaban los segundos, los nervios aumentaban y los mozos cada vez iban más rápido. Hasta que llegó un momento en el que no miraban hacia los lados ni hacían gracias al público, sólo corrían y corrían y de reojo miraban si algún toro les pisaba los talones. Es entonces cuando, un minuto y medio más tarde, han aparecido ante mis ojos. ¡Qué sensación! Lo más emocionante es el ruido de sus pisadas que se dejan oír entre los gritos de la gente. La verdad es que esperaba que algún toro se cayera y diera más espectáculo en la famosa curva en la que estaba, pero parece ser que está vez sí acertó el Ayuntamiento.

chocolate con churros El antideslizante que anunciaron el pasado marzo que iban a echar para evitar que se resbalaran los toros, funciona, y funciona también que ninguno se cayó, ni siquiera un amago. Pasaron todos, en manada, sin crear ningún peligro hasta la Plaza. Así que mi sensación fue única e irrepetible, pero muy breve, como todas las sensaciones imprescindibles de la vida.
Después, me fui a desayunar. Me habían dicho que era muy típico comer chocolate con churros, así que fui a una cafetería de la calle Estafeta para tomarlos. Realmente fue el broche final perfecto para mi primer encierro.

6 de julio: Viva San Fermín

A las ocho me he tenido que levantar. Y es que no es tan fácil acceder al Ayuntamiento. De normal, te piden el carné de prensa, pero un seis de julio, la seguridad es máxima. Tienes que presentar la acreditación, que te han tenido que enviar al medio para el que trabajas, el DNI y pasar en muchos casos por un pequeño cacheo. Así que, habiendo sido avisada, no me ha quedado más remedio que madrugar. Me he colocado mi ropa blanca, mi faja roja, el pañuelo y mis zapatos de tacón. He cogido un taxi y me he ido hasta el Paseo Sarasate. Allí unos “agradables” mozos, aquí los llaman así, me han indicado que llevar el pañuelo atado al cuello antes de las doce no era apropiado y que además, la faja se lleva a la izquierda, no a la derecha. Parece un error pequeño pero no, por lo menos aquí no. Uno de ellos ha abierto la bolsa que tenía en sus manos ha sacado un huevo y… ¡ me lo han tirado! En toda la cabeza me ha dado. Así que no me ha quedado más remedio que irme a la fuente de Sarasate y lavarme el pelo como he podido.

textoalternativo



Con el pelo mojado y el maquillaje destrozado, he conseguido llegar al Ayuntamiento. He pasado varias barreras de policías municipales que se dedicaban a investigar para ver si las cuadrillas llevan huevos, harina, tomate… y otras cosas para tirarse. Me han contado que es una tradición que antes del chupinazo la gente se tire comida y acabe sucia, así que cuanto más guarra vayas, parece que mejor te lo has pasado. La policía lo intentaba interceptar los productos, pero lo cierto es que no hacían más. Cuando ya estaba a punto de conseguir mi objetivo, llegar a la puerta del Ayuntamiento, he oido a alguien que decía: “Mira que blanca va esa” Me he empezado a temer lo peor. He acelerado el paso, pero, sin poderlo evitar, una cantidad considerable de harina me ha caído encima. La cosa no hubiera estado tan mal, si mi pelo no hubiera estado mojado y se me hubiera quedado todo pegado. Con las pintas que llevaba, los controles que me han hecho en la festiva Casa Consistorial han sido más rigurosos. Una vez que he demostrado que no era una delincuente, que mi grabadora no tenía una bomba secreta que se activara a las doce y que mi barra de labios no era una navaja despegable, he conseguido acceder a la sala de prensa. Pensaba que todos los problemas ya estaban resueltos, pero no era así.
Mi reloj anunciaba que todavía faltaba una hora y media y el tiempo pasaba lentamente. Pamplona es una ciudad pequeña y los periodistas se conocen entre sí. Sólo hay tres televisiones, Canal 4 , Canal 6 y Popular Televisión, y dos diarios se reparten casi todos los lectores, Diario de Navarra y Diario de Noticias. Así que parece que todos los que trabajan en estos medios se conocen y disfrutan de la fiesta. Hablaban y hablaban, mientras que yo permanecía en una silla esperando a que diera la hora.
Por fin ha aparecido la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y la persona encargada de tirar el chupinazo. Entonces me he levantado de la silla para dirigirme al balcón, pero he sido bloqueada por un miembro de la seguridad. Rápidamente he girado sobre mí misma, he dado la vuelta a dos filas de sillas y he intentado acceder por otro lado, pero mis “compañeros” me lo han impedido. Total que mientras oía “Viva San Fermín, Gora San Fermín” sólo veía la espalda de autoridades y periodistas. ¡Qué desengaño!
Después de hacer alguna entrevista, he salido corriendo del Ayuntamiento para seguir a la banda de música. Ahí es cuando he comprendido que no iba bien vestida para la ocasión. Los tacones se me clavaban en los cascos de botellas rotos que se amontonaban en la plaza del Ayuntamiento y ya se sabe, “tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe” y mi tacón se ha roto. Así que cuando he conseguido llegar al hotel a las dos de la tarde, iba bañada en vino espumoso, dinero no se gastan en celebrar el chupinazo, con la ropa empapada, los zapatos rotos y el pelo bañado en huevo. ¡Viva San Fermín!

6 de julio: Estalla la fiesta

Chupinazo
En mi reloj marca las 8 de la mañana. Reconozco que estoy enganchado a escribir en mi weblog, pero cada uno tiene sus manías. Ya tengo toda la ropa encima de la cama preparada: los pantalones blancos, camiseta, faja, pañuelo y hasta alpargatas sanfermineras. A las 9 de la mañana he quedado con mis amigos para ir a almorzar y empezar así bien el día. Por la noche, cuando vuelva a casa (si vuelvo...), os cuento en detalle todo lo que habrá dado de sí este primer día.
Hola de nuevo. ¡Qué día! Este año ha superado todas mis previsiones. ¡Qué chupinazo! (Sólo de escribirlo se me pone la carne de gallina) Os cuento desde el principio. Una vez almorzados y con el estómago lleno hemos ido a la Plaza del Ayuntamiento a coger sitio. Ya había empezado a llegar gente, pero nosotros estábamos en las primeras filas, muy próximos al Ayuntamiento, al lado de unas chicas chinas que tan sólo llevaban horas en la ciudad y que no daban crédito a lo que estaba sucediendo (y eso que todavía no había sucedido nada...)

Balcón del Ayuntamiento
Los minutos iban pasando y las agujas del reloj del Ayuntamiento iban corriendo. La plaza llenándose hasta el punto que ya no cabía un alfilar. Sobre mi cabeza caía champán, harina, huevos, Cola Cao, me sentía mal, pero como todos estábamos igual resultó hasta divertido.
Llegó el momento crucial. Eran las doce en punto y el chupinazo a punto de lanzarse. El concejal ya está en el balcón y al grito de "Pamplones, pamplonesas, ¡Viva San Fermín!" dan comienzo 9 días de fiesta. La alegría de la gente es máxima. Con los pañuelos bien arriba todos, saltamos y cantamos que tras varios meses de espera, de nuevo es San Fermín. ¡Viva San Fermín!