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Flamingos

Mudanza

Espero no molestar, pero como renovarse es vivir. Y además he recibido muchas quejas diciendo que esta página no termina de cargar.
Los invito a mi nueva casa. Este seguirá funicionando, pero todo lo que publique de aquí en más sera en: www.flamingos1970.blogspot.com
Deseo sepan disculpar las molestias ocasionadas. Estamos trabajando por su comodidad

Flamingos

Carta durante una espera (versión Portugués)

Este texto lo escribí ya hace bastante tiempo entre muchas otras cosas que tuve la "osadía" de publicar. En español claro está. Lo que sigue es un regalo que me hizo MI AMIGA "Dark Renata Rusa" o "Tam" La única manera que tengo de agradecerle, es compartir con la gente su regalo. Si alguien , encuentra algún error u horror ortográfico me avisa, así le inició las acciones legales correspondiente.

CARTA DURANTE UMA ESPERA

É tudo louco demais…o tempo, aliás... de um tempo a esta parte e fazendo valer a implacavel redundância parece andar muito devagar e à vez, é como se tivesse vivido um par de dezenas de anos. Não sei quem é você...mas te conheço demais, faz muito tempo, sem me deixar levar e cair num lugar comúm de falar, talvez duma vida anterior, não! Isso, não, populacho, mas te conheço de outro lugar, talvez não de uma vida anterior senão duma vida paralela...teu sorriso eu já curti e preciso mais... a vontade de te abrazar que aparecera quando você me ligou, eu às tinha antes...antes da mesma vontade. Eu, em algum outro lugar já tive a vontade de te abrazar, só que agora posso te identificar, você tem forma, tem voz... tem letra, como disse o nobre Ivan: onde você estava quando não estava? Em quais ruas não nos encontramos? ( me desculpa, isto de nomear coisas que outros caras escreveram, não tem nada a ver aqui, mas tem a ver sobre o que falavamos de te identificar e dar-lhe uma interpretação ao que disseram ou escreveram outros)

Estou esperando tua ligação................................

Você tem a idéia da vontade que tinha de te corporizar?
Agora que...ao final... você se transformou em “algo” tangível, agora que ...me ligas de manhã para me desejar um bom dia(aquelas pequenas coisas), sinto que nem tudo foi em vão, sinto que me fechar perante um tempão como Pink(o moleque do The Wall)procurando o sol num buraco no teto, tem, ao fim... sua recompensa; eu não sei à que, nem porqué, nem para qué te apresente a meu eu, mas ahí está você, ou falando melhor...aqui estás, e é um muito bom exelente valedero significativo apropriado grato destramvelhado brilhante superfluo imperdível sublime agraciado revelador conveniente legítimo e apetecivel motivo para descorchar um bom champagne e brindar...brindar por ti, mulher e porqué vóem os ánjos...

RING RING ....(meu cunhado)

Já não espero.

Paro um pouco, penso, e imagino teu umbigo...dá vontade de fazer uma malinha com umas camisetas, duas cuecas, umas méias, três maços de cigarros, dois refrigerantes e me mudar para esse umbigo, me atirar à sombra desse brinco e... que explodam as galaxias!!!misão cumprida!!!as montanhas ao norte, debem lhe dar à paissagem uma visão que jamas tenha se olhado nem “de ladinho”... a umidade a imagino em um 98%... o vento deve soprar do sul com um perfume a pele misturado com um cheiro que debe refrescar os pulmões viciados pelo tabaco e o ár do resto do planêta, e a temperatura... a temperaturaaaaaaaaaaaa em ascenso.... o lugar ideal para se deixar morrer. “O único que temo da morte é que não me permita morrer de amor” e nesse paraiso cómo não morrer à vontade dele?
Pronto...vo durmir...evidentemente hoje fico sem um puco mais de inspiração...não falamos, não importa, amanhã, amanhã estarei vivo novamente,... e mais vivo que hoje ... com certeza.
Te mando um beijo desses que devoram você, saúde e que vóem os ánjos duma boa vez.

Recuerdos

¡Jueves 19 de mayo, madrugada! Es una buena noche para sacar a pasear soledades e intentar envenenarlas con un café bien negro o con una buena dosis de compañía extraña, de esa que no conocemos y de la cual nos hacemos cómplices. Si eso no resulta, canjeamos el pocillo de café por un termo y cargamos contra las soledades nuevamente.
Es una buena noche para escribir. Esto lo empiezo a escribir así, en un bar de Belgrano con (por ahora) un café en la mesa, dos paquetes de cigarrillos y un montón de cómplices extraños; los cuales estamos cada uno en su mundo y que, muy de vez en cuando, nos ponemos de acuerdo y movemos nuestra cabeza de manera coreográfica hacia el televisor, que nos devuelve a modo de gratitud por prestarle atención, alguno de los goles de los equipos de turno. Esto lo empiezo a escribir así, ¿quién sabe dónde y cómo lo terminaré?

El caso es que hace tiempo ando con ganas de soñar despierto, pero no quiero andar soñando con imposibles, no quiero soñar que la mujer que me tiene con el corazón abofeteado de amor se acerca a mí y me devuelve todo lo que siento por ella sin pedir a cambio nada más que lo que tengo para darle. ¡NO! Quiero soñar con hechos concretos, con cosas que pasaron, que me pasaron. Ando con ganas de recordar.

Me acuerdo de un montón de cosas, o de sueños de chico. En realidad de lo que me acuerdo era de lo felices que éramos cuando no teníamos nada. Porque era eso, no teníamos nada ¡Y créeme que éramos felices! Nos conformábamos con que el abuelo o el padre de alguno de los pibes, nos armara un carrito con rulemanes, pero después había un problema, ¿quién empujaba? Todos queríamos subirnos al carro y no había forma de que el viejo nos hiciera un vehículo para 8 personas. ¡No alcanzaba la madera! Hoy, si a los tres años no tenés una moto a batería no existís.

Más tarde era la bici. Me acuerdo el día en que mis viejos me levantaron un 6 de enero y me llevaron al balcón para que viera lo que me habían dejado los reyes. Era una “Aurorita” rodado 16 naranja, se la podía plegar al medio. La misma tenía asiento banana y manubrio palomita. El desafío era quién lo ponía más “accesorios” (¿?) Las cintas en el manubrio, la bombita de agua entre los rayos para que representara el motor de una 500 cm cúbicos, el espejito, etc. Mi amigo el Turco, tenía una Celta azul, pero la suya era rodado ’20, en las carreras me ganaba siempre. Mis viejos nunca fueron de plata e hicieron un esfuerzo enorme por esa bici. Claro que el sueño de más grande era la “Bici-Cross” con freno contra pedal. Pero no llegamos a tanto, seguí con mi Aurorita y no me trajo ningún tipo de complejos.

Siempre que veníamos del colegio, el negocio era: revolear el guardapolvo, tomar la leche lo más rápido posible y salir con la tostada atravesada en la garganta a jugar a la pelota en la puerta o en la esquina de casa. Si alguno no podía venir porque estaba en penitencia, siempre aparecían las paletas de madera, una pelota de tenis (en el mejor de los casos) y un piedra para marcar la cancha en el asfalto. Pasábamos horas haciendo deportes de riesgo en la calle. Hasta que siempre aparecía ese grito dictatorial de tu madre, en mi caso. “¡FERNANDOOOOOO! ¡VAMOOOOOSSSS!”. Y si no ibas rápido no solo venía la dictadura y te llevaba de la oreja, sino que podías perder la salida del otro día. A esas alturas ya eran como las nueve de la noche. ¿Te fijaste que ya no hay pibes jugando en la calle? Las Playstation y la inseguridad ganaron la batalla contra los arcos hechos con piedras en la bocacalle.

Luego con la explosión de las hormonas, empezaron los juegos sexuales. Los que teníamos la suerte de ir a un colegio mixto jugábamos en los recreos a la botellita, al semáforo. ¿Por qué nunca me tocó darle un beso a la chica que me gustaba? En esa época ya se empezaban a manifestar en cada uno las famosas leyes de Murphy. Los asaltos eran algo sobrenatural, los nenes con los nenes y las nenas con las nenas. Cuando nos conseguíamos mezclar y llegábamos a los lentos, teníamos los brazos demasiado cortos para la distancia que nos pretendía imponer la dama de turno. Ella ponía sus manos en nuestro hombro de manera firme y limitadora y nosotros que apenas lográbamos poner las yemas de los dedos sobre su cintura. Poner la mano entera y acortar la distancia implicaba el veterano grito de la muchachada loca: “¡TIENE NOVIA! ¡TIENE NOVIA!” Eso era lo que peor nos podía pasar. Nuestro cerebro no se llevaba bien con nuestras hormonas. Ayudáme ¿Cómo se llaman ahora los asaltos? ¿Pijama Party? ¡Qué horror!

Mañana cumplo 35 años. Será la nostalgia que me dibuja una sonrisa al recordar todo esto. Hay millones de cosas más, pero esto se me va de las manos. Ojalá que si algún día tengo un hijo/a pueda darle un tercio de la infancia que me dieron mis viejos a mí con todas sus limitaciones.

Fui muy feliz. Hoy no tanto. Creo que el exceso de información nos limita demasiado. Cuando somos chicos no nos importa nada. A medida que crecemos nos van cargando de cosas, “que esto no, que aquello tampoco” y no solo perdemos inocencia sino también espontaneidad y frescura. Por lo menos en mi caso ha sido así. Aunque nunca dejé de ser chico quisiera volver a serlo, definitivamente.

De mi Amiga perdida

Esto lo transcribo escuchando a John Lennon

El viernes 20 de mayo es mi cumpleaños. Cumplo la módica y lamentable realidad de 35 años. Como suele suceder en estos casos, y haciendo el balance de mi vida. Me puse a revisar la caja que casi todos tenemos de recuerdos. En ella me encontré con un viejo sobre muy querido para mí: “El sobre de Paula” con ella fuimos grandes amigos, hace mucho tiempo ya. Creo que le perdí el rastro hace más o menos 10 años. Pero con todas esas cartas recibidas de ella, podría escribir una obra completa en varios tomos. Cartas y cartas escritas a mano (año ’91 en general) de dos o tres hojas cada una. Acá va una de ellas. Un delirio. A mi humilde entender ¡Genial! (debe ser por el sentimiento)

“Querido Fer:
Según los distintos relojes que tengo a la vista, falta una hora y media para el 17 de mayo, o ya lo es por 4 min. 25 seg. (Digo 26, 27, 28, etc.) Es decir, en seis horas y media me tengo que levantar e ir a la facultad. Es la primera vez que me pasa antes de un parcial, pero tengo insomnio. No puedo estudiar porque me pongo nerviosa, así que escucho la radio. Primero la Rock ‘n Pop, pero ahora, empezó la Heavy Rock ‘n Pop, y yo no soy concheta como vos (en realidad, no es que no me guste, es que al raro me aburre) Me pasé a FM 100. Por otra parte, ahora pasan a Cindy Lauper, que no es justamente una preferida mía. Es lamentable. Bueno, ahí se acabó.
¿En qué pienso? En todo y en nada. En mi vida (soy incurable), en la de los demás. En la tuya: te veo mejor ¿es cierto o es solo que te veo menos? ¿Cómo va todo? Mañana vas a ver a Mariana y te juro, no estoy celosa (casi no me lo creo), ojalá te haga todavía mejor.
Los chicos ¿cómo andan? ¿Bien? Saludos al Tío, hace cien años que no lo veo. Saludos a Álvaro y Gustavo. Saludos al mundo, al cielo, al infinito, a todos menos a Ro. Y, lamentablemente, en ella también pienso. El Turco la mencionó hoy, dijo que había sido censista. Me reí mucho, pero la verdad, siempre que pienso en ella quedo triste... vos lo sabés ¿no? Nunca me hablás ni me dejás hablar de ella. Hacés bien, seguí así. Pero creéme cuando repito la verdad de que uno nunca sabe realmente cuánto quiere a la gente hasta que la pierde, aunque sea por decisión propia. Paula fue y sigue siendo una suicida. Incapaz de seguir adelante sin darse vuelta para mirar atrás de tanto en tanto. ¿Será por eso que estudio historia?
Yo quisiera no perder nunca a nadie.
Pero, al presente. Presente demasiado aburrido, la 100 cada vez peor. Estoy a punto de cambiar a FM Clásica. Escuchá: “el amor es una cosa maravillosa” la frase me pone de la nuca. Me parece que ya nadie inventa nada nuevo.
Me siento totalmente intolerante, tengo ganas de pegarle a alguien. No te ofrecerías ¿no?
Te debes estar preguntando por qué te escribo, ¿no? (Otra vez ese “¿no?”) Mi estilo baja todavía más rápido que la radio) bueno, en realidad tengo ganas de charlar con alguien, y acá no hay nadie. (Silvina Garré dice que no tiene nada que perder en esta noche, y que afuera todo sigue, tan lejos de su amor. Allá ella. Eso le pasa por quedarse adentro, le convendría salir, tomar aire y despejar su histeria) esperá, ahora hay alguien: Fito “Canción sobre canción” ¡No lo puedo creer! Decime quién se acordó de ese tema, tan viejo y olvidado (o casi) Quieren recordarme viejos tiempo (y a Ro otra vez), pero no van a conseguirlo, estoy más contenta. Aunque vos tenés “Del ‘63” y ya lo extraño.
¿No te molesta que te hable? Ojalá que no. De todas formas no te vas a enterar hasta quién sabe cuándo, no te impide dormir ni vivir tranquilo, y tiene la ventaja de que es silencioso y no molesto acá tampoco. Impide que me sienta tan sola como realmente estoy. 12:33 Tal vez... no sé qué iba a decir: un Eduardo le manda un mensaje a una Marcela Rodríguez (“que te mejores, te quiero mucho igual”) ¿Será la Babo? ¡Vos sos vital acá, Fer! Por favor, averiguame si el famoso novio de la Babo se llama Eduardo y si está (o estuvo) enferma. Sin que te mientan, claro... Después de todo debe haber mil Marcelas Rodríguez por acá, pero la Babo siempre escucha la 100...
Retomo lo anterior: tal vez todavía estés despierto. Boca ganó 1 a 0, muy poco, ya están cansados.
Fer, cada vez me siento más y más sola, a pesar de la radio, a pesar de vos, a pesar de todos los que duermen o están despiertos allá afuera.
¿Sabe todo el mundo que yo los necesito y que no puedo vivir sola, sin su compañía? ¿Lo sabés vos?
Sigo sin sueño. Recomendáme una cura ¡por favor! Estoy ya por empezar a contar ovejitas. Pero me da miedo descubrir que ya no sé contar o de hacerlo tan bien que me empiece a crecer lana por todos lados. Sigue la música romántica, tengo ganas de gritar ¡Diablos! (¿Qué expresión, eh?) Todos sabemos ya que enamorarse es maravilloso, ya lo dijo la otra canción hace un rato. ¿No ves que son todos iguales?
¿Notaste alguna vez, hablando de canciones románticas, que casi todo el mundo aclara que el amor no es solo lo físico (desde los Beatles y Sui Generis al resto del mundo), pero nadie se mete a aclarar qué es el amor? Rehuyendo al trabajo duro, ¿no? Y sin embargo, nadie duda en ponerse a decir que el amor es maravilloso. Estúpidos, todos (con mis más sinceras disculpas a Sui y a los Beatles) no sirven para nada. Los únicos que no rehuyen lo difícil u horrible es Pink Floyd. Pero si fuera por ellos no habría nada maravilloso. No sé, se me acabaron las ganas de analizar.
Los de FM 100 ya se estaban zarpando con el aburrimiento, volví a la Rock ‘n Pop. Me aburro, me aburro, me aburro...
Y sigo sin sueño. Y te aburro a vos. No tengo derecho. Siempre puedo romper la carta antes de dártela. Aunque lo peor es que tal vez no lo haga. Siendo así (desastre, eso soy) voy a terminar acá y aburrirme sola. Ya estoy molestando.
Pero, bueno, ¿para qué están los amigos? Y si te comiste todo esto podés cobrártelo cuando quieras. El teléfono funciona. El timbre también. Y si no, puedo prestarte una birome (que funcione)
Gracias por estar con nosotros. Hasta mañana, chicos, sigan con FM Paula... el aburrimiento de la noche.
Y... al final, solo queda despedirse enserio. Felices sueños y saludos al Negro.
Te quiero mucho (hace tiempo ya que no te lo digo, es la vuelta de la Empalagosa pesada).
Un abrazo tamaño familiar (como el de Fargo) y un tirón de pelo

Paula

Pd: Recuerde: “Críe cuervos, le picarán los ojos.” Siempre es peligroso criar amigos como yo. Pueden salir con cualquier cosa, generalmente son una carga terrible.

Paula Seiguer es su nombre, si alguien la ve por ahí o la tiene escondida. ¿Me la devuelve para mi cumple? Lo último que supe de ella es que se había casado. Pasaron catorce años de esta carta y me dieron ganas de ponerla acá. Espero no herir determinadas “susceptibilidades” , no es mi intención. Algún día hablaré más de ella y de aquellos años, que por otro lado jamás se fueron de mi corazón

No es fácil ser un Ángel (VI)

No es fácil ser un Ángel (VI)

Mientras esperábamos a Milton en el salón, Iael quiso saber si tenía alguna noticia en el último tiempo de Germán y Poly. Decidí conectarme a Internet desde la computadora de Milton y levantar la información que había dejado grabando. Y observamos el siguiente video:

“- ¿Lo conoce a Germán? – Preguntó Bety
- ¡Sí! Hablamos por teléfono siempre cuando le hago los pedidos – Mintió Poly
- ¡Ay, Poly, lo tendría que conocer personalmente! ¡Es divino!

Bety era la esposa del dueño del lugar donde Germán trabajaba. Fue una de las personas a las que tuve que hacer trabajar para mí. Si bien mis flechas, al fin y al cabo, habían cumplido su misión. Una de las precauciones que había tomado era la de rociar a Bety con polvo de estrellas. El polvo de estrellas lo usamos los Ángeles del Amor cuando necesitamos ayuda de alguien humano, para que trabaje por nosotros mientras no estamos en la Tierra. Bety daba el perfil, era casamentera por naturaleza y tenía un gran aprecio por los dos personajes.
Después de haberme enterado de que Poly no estaba sola, tenía que conseguir a alguien que le hablara demasiado a ella de Germán. Y a Bety, además, le encantaba hablar.
Nunca supo Bety del encuentro de ellos y de la relación que habían empezado a mantener. Era una relación que se planteó de entrada con toda la franqueza necesaria, si bien Poly aquella noche no le dijo nada a Germán, fue lo primero que hizo al otro día. Germán aceptó el juego. Sabía que iba a ser difícil, pero Poly tenía lo que él necesitaba y él había conseguido despertar en ella algo que, ella misma, no llegaba a comprender.
Se escapaban siempre, de una manera u otra ella se las arreglaba para verlo, se habían hecho adictos a sus besos, a sus caricias. Y ambos los necesitaban por sobre todas las gentes. Pero en la mente de Poly se presentaba una batalla más que importante, no podía dormir, no se podía concentrar. A Germán le pasaba los mismo, pero es el estado lógico del enamorado.

A Bety se le sumó alguien que no había estado en mis planes, su hijo Esteban. Esteban empezó a intercalarse con Bety en cuanto a las visitas al trabajo de Poly y empezó a trabajar para mí gracias a su madre. Nunca estaba de más contar con participaciones involuntarias. Esteban también llevaba y traía comentarios. Esa situación a Germán y Poly los seducía de manera contundente y la consigna era que no se tenían que enterar de su relación. Se divertían con todo eso.
El punto máximo de su diversión fue el día en que la empresa para la cual trabajaba Germán festejó el fin de año. Esteban le había prometido a Germán presentarle a Poly en esa fiesta. Poly había sido invitada expresamente por Bety.
Germán iba a llegar a una hora determinada con algunos de sus compañeros y Poly lo iba a estar esperando cerca de la entrada. Cuando se cruzaron sus miradas fue tal la cantidad de adrenalina generada y tanto el deseo de abrazarse y besarse que no supieron cómo iban a sobrevivir el pequeño tiempo que los separaba de la presentación “formal” de Esteban. ¿Cuánto tardaría este sujeto en encontrarla y presentársela? Germán hacía lo imposible por pasearlo cerca del lugar donde estuviera ella. Y Esteban... no la veía. ¡Tenía que besarla ya! Finalmente fue Poly quien lo encontró a Esteban.

- ¡Germán! Vení que la encontré a Poly – se jactó Esteban
- ¡Dejáme que estoy tomando champagne gratis! - dijo Germán como si no le interesara
- ¡Trae la copa! - apuró

Fue el momento esperado toda la semana. En sus ojos, cuando se cruzaron, había mezcla de deseo y complicidad y ante la mirada perdida de Esteban sus manos transpiradas se apretaban muy fuerte. Charlaron unos instantes pero Germán y Poly descartaron a mi cómplice involuntario... rotundamente.
A los dos minutos, estaban arrinconados y besándose desesperadamente contra una de las paredes del patio del lugar. Pasaron toda la noche juntos entre música y copas, sin enterarse del mundo. Amanecieron juntos entreverados en un duelo de caricias y besos. Sus pieles ya no fueron las mismas, se sensibilizaron tanto que hasta el día de hoy, aunque se tengan lejos, siguen sintiéndose.
Esteban y Bety jamás se enteraron de aquella relación.”

Era el momento de intervenir en la historia, teníamos que meter manos a la obra y dar un golpe de gracia. Hicimos un clic sobre Poly y ejecutamos la siguiente opción: “Sorprender”

“Ese año para Germán había sido normal, como el de cualquiera. Complicaciones laborales, problemas económicos, etc. Pero había tenido el agridulce sabor de conocerla a Poly, por un lado sabía que era suya; pero por el otro, contaba con la plena certeza de que no la tenía. Sentía una presión extra y decidió que la mañana del 1º de enero partiría de vacaciones junto con un amigo.
Poly siempre tuvo la capacidad de sorprenderlo, de hecho fue la única mujer que al día de hoy, lo sigue sorprendiendo. Esa noche, la del 31 de diciembre y luego de brindar con su familia y al emprender el regreso a su casa, sintió la necesidad de verlo. Él se iría al otro día y por un tiempo no tendría noticias suyas. Pidió a su familia que la lleven en el auto a recorrer los lugares donde estaban siempre con Germán. Jamás lo encontró. ¡Tenía que verlo!
El micro partiría a las 7.30 de la mañana, Germán y Claudio se encontraban en la terminal una hora antes. Luego de desayunar decidieron subir a ocupar sus asientos. Mientras Germán seleccionaba qué disco iba a escuchar en la primera parte del viaje, Claudio no paraba de codearlo.

- ¡No me rompas las bolas a esta hora! – gruñó Germán sin levantar la mirada
- ¡Dame bola tarado! – gritó Claudio sacándole el auricular y codeándolo insistentemente

Cuando Germán levantó la vista no lo pudo creer. Sintió que una pandilla de Ángeles se le había aparecido en el micro. Poly, luego de hablar con el chofer estaba ahí arriba.

- ¿Qué hacés acá?
- ¡Necesitaba verte! Si no te veía me moría – sonrió Poly

Se bajaron del micro antes de que parta y se besaron eternamente delante de aquel chofer. Después de toda la noche buscándolo había decidido encontrarlo. ¡Y lo encontró!

Para él, fue la prueba final de que ella era cosa seria. Y a la vez, no sabía cómo hacer para que ella se quedara definitivamente con él. Sabía que era difícil, pero en algún momento tenía que suceder, solo había que ser paciente. Lo que sí sabía era que sus miradas jamás iban a poder ser iguales para con otras personas. Que sus sentimientos entre sí, jamás cambiarían. Que ni el tiempo, ni la distancia y mucho menos la gente los podrían cambiar.”

En ese momento se abrió la puerta y entró Milton.

- ¿Charlamos un rato? Hay muchas dudas que aclarar y mucho trabajo que hacer, como por ejemplo: Limpiar el Patio.
- ¡Charlemos! Pero quiero ver la cláusula del contrato donde dice que tengo que limpiar el patio. - objeté

No es fácil ser un Ángel (VII)

- Iael ¿por qué no te preparás unos mates? – pidió Milton mientras tomaba asiento, traía en sus manos un paquete de tortas fritas
- ¿Con cascarita de Limón?
- Las cascaritas... ¿Pueden ser de naranja? - pregunté
- ¡Dejen de mariconear! – gruñó Milton – yerba sola y amargo ¡a lo macho!
- Evidentemente están dispuestos a mortificarme a mansalva en este lugar - agregué

Mientras Iael preparaba el mate, le pregunté a Milton sobre nuestro abandono a los humanos y cómo fue que dejamos de creer en una flor entregada en la mano. A lo que contestó:

“Nunca dejamos de creer en eso, el hombre fue quien lo hizo. Hoy en día la tecnología, llámese Internet o el crecimiento de la telefonía, han hecho que el ser humano ni se levante de la silla para ir a comprar pizza. Lo mismo pasa con las flores. La gente entra en Internet y solo ingresando los datos de su Tarjeta de Crédito logra que llegue un ramo de flores a cualquier parte.”
- Sírvase Milton – interrumpió Iael, entregándole el segundo mate
- La necesidad de trabajo de algunos logró que otros perdieran el romanticismo. Por eso Germán es una muy buena elección. Cuando era chico disfrutaba de ir con su padre a la pizzería, él se tomaba una Coca, el viejo se pedía un vaso de vino tinto y juntos charlaban mientras esperaban las empanadas. De la misma manera lo hace con las flores. Además no tiene tarjeta de crédito para comprar por la red. Aunque no creo que la usara para tal fin.
“Tenés razón, Joani, cuando decís que dejamos de volar sobre los humanos, pero lo hicimos en determinado momento, no los abandonamos por completo. El error que cometimos fue creer en que todos eran iguales. Vos nos están demostrando que no es así.
- ¿De qué me habla cuando me dice que no fue por completo? – interrumpí
- Jamás dejamos que se retirasen los Ángeles de la Guarda. Los niños siguen protegidos hasta que crecen. Pero el tiempo que los cuidan no depende de nosotros, ellos los protegen hasta que maduran. Pero el hombre se ha vuelto demasiado ególatra y sobre todo, omnipotente. Dejó de creer en nosotros. Eligió creer que por sí solo se valía, está convencido que él solo puede con todo.
- ¡Claro! Entonces permitimos que nuestro torpe orgullo invada nuestros corazones y abandonamos nuestra esencia.
- Hay cuestiones que tu joven corazón no va a entender, pero podemos decir que tenés mucha razón.
- Esta bien. Pero ¿qué pasa con toda esa gente, que estoy seguro que es mucha, como Germán y Poly?
- Perdón que los moleste – interrumpió Iael –¡No es micrófono, Milton! ¿Me pasa el mate?
- Si, disculpame – dijo Milton mientras chupaba de la bombilla
- Con respecto a la gente como Poly y Germán – continuó Milton - ¡Cuidado Joani! No solo es mérito tuyo. Estos sujetos se buscaban aún sin conocerse. A su vez necesitaban un camino donde hallarse, buscaban un Ángel y te encontraron a vos. En este caso el mérito es compartido entre la fuerza y la inconciencia de tu corazón y la humildad de los corazones de ellos.
- Pero, entonces tenemos que cambiar nosotros también
- ¡Por supuesto que lo haremos! Y ese cambio será a través tuyo. Ahora entendimos que hay, en algunos corazones, la sencillez necesaria para que volvamos a la Tierra.

Las ideas en mi cabeza empezaban a girar nuevamente. Había algo que no encajaba en toda esta historia.

- Lo que no entiendo es por qué mandaron a Iael a interrumpir mi misión
- Te tengo malas noticias, Joani – dijo Iael mientras se tomaba el cuarto mate consecutivo
- ¿Cuándo me toca el mate, Iael? - Gruñí
- Perdón, Joani. ¡Tomá! Te decía... las malas noticias son que, por ahora, no es el momento para que Germán y Poly estén juntos. Como todos sabemos, Poly no está sola. Me preguntabas en la habitación cómo se podía unir a dos personas en el amor sin lastimar a otras. La respuesta es que es casi imposible lograrlo. Es inevitable que alguien salga herido. En este caso en particular y, por el momento, serán Germán y Poly. Pero el dolor será efímero
- ¿Vos me estás diciendo que mi trabajo no sirvió de nada? – pregunté confundido mientras me quemaba la lengua con la bombilla
- Lo que Iael trata de decirte, es que Poly y Germán están destinados a amarse eternamente, aunque sea en silencio. El máximo dolor que pueden sentir, es el de no poder estar juntos por ahora. Tu trabajo ha sido cumplido. Pero hay que ser paciente, hay círculos que deben cerrarse, como por ejemplo, el de Poly y su pareja
- A ver si entendí. - dije entregándole el mate a Iael – Si el fin es el amor, entonces. ¡Lo logré! Aunque no puedan estar juntos por ahora ¿Pero cómo hago para que sus corazones se llenen de paciencia, Milton?
- Ese ya no es tu trabajo. Es un trabajo privativo del mismo amor. Germán, con el tiempo y a través del amor que siente por Poly, irá entendiendo la situación y dejará que Poly sea feliz con otra persona, si es que eso tiene que ocurrir. De la misma manera lo hará Poly. Los uniste en el amor, y nos demostraste que todavía existe en su estado más simple, más puro. Toda nuestra comunidad te está muy agradecida por ello.
- Pero no me quedo conforme. Necesito seguir adelante con esto y juntarlos en algún momento.
- No me cabe duda que lo lograrás, Joani. Tienes que dejar que las cosas pasen, que el amor trabaje por sí solo. Pronto vas a volver a unirte a ellos, mientras tanto puedes estudiarlos un poco más a fondo
- Es lo que haré, Milton
- ¡Milton! ¿Y si pedimos un champagne para brindar? – preguntó Iael
- ¡Alcohol no! – Grité mientras se me revolvía el estómago
- Muy bien – dijo Milton – brindemos con un jugo de naranja y pidamos unas pizzas
- ¿No era que no había delivery?
- ¡Ja, ja, ja! Somos ángeles, pero hay cosas de los humanos que no están del todo mal – acotó Milton sonriendo y guiñándome un ojo
- ¿Por qué no lo hacemos a la manera de Germán? ¡Vayamos nosotros a buscarlas! - dije
- ¡Muy bueno, Joani! – respondieron a coro - ¿Qué esperamos?
- ¡Vamos! Y después de comer, descansamos un rato que me tengo que ir a limpiar el patio.

(FIN DE LA PRIMERA PARTE)

No es fácil ser un ángel

Mi nombre es Joani, soy un ángel que se acaba de recibir en la U.A.D.A (Universidad Argentina De Ángeles) Cuando me gradué fue un momento muy grato. Me había recibido con orientación en el amor. Mi objetivo máximo era ser como Cupido, tarea nada sencilla por cierto. Me mandaron a la Tierra por primera vez hace aproximadamente ocho años, la misión: unir a dos personas en el amor. Pero claro, era mi primer trabajo y lo completé de la mejor manera posible...
Lo primero que tenía que hacer era identificar a mis “víctimas”, después de mucho vagar los encontré... Él trabajaba en una distribuidora atendiendo el teléfono, ella lo hacía en un local desde el cual llamaba para hacerle los pedidos, ni bien los escuché supe que eran ellos. La primera tarea era que sus voces les llamaran la atención a ellos mismos, tenía que tratar de extender sus breves charlas de 2 ó 3 a una duración mínima de 10 minutos, tan solo lograra aquello ellos solos se iban a encargar de ir traspasando los límites que tenían impuestos por la distancia, después mi trabajo consistiría en monitorearlos periódicamente para que no se descarrilen. Y así fue que lancé mis primeras dos flechas y... di en el blanco.

- ¡Esto es una injusticia! – dijo él – Vos sabés mi nombre y yo no conozco el tuyo.
- Poly – le respondió ella muy dulcemente

Para él fue como un baldazo de agua fría, ese no podía ser su nombre, esa tenía que ser la manera en que la llamaban sus allegados y a él le encantó que lo incluyera en esa lista. Las charlas comenzaron a extenderse (como estaba planeado) y él apostó un poco más...

- ¿Por qué no me llamás a casa? 4542-....

Y ella... lo llamó. El primer límite había sido traspasado, comenzaron a hablar en horarios en los que no eran habituales y las charlas se extendían a más de lo normal, mientras tanto yo debía seguir lanzando flechas para seguir llamando la atención de cada uno en el otro.
Fueron conociendo aspectos de sus vidas que en el trabajo no podían conocerse, a él le había llamado la atención su risa fresca y clara, espontánea y gentil. A ella le encantaba la forma en que él la hacía reír. Él venía, como todos, de un par de decepciones engañosas, le contó de la muerte de su padre cuando era muy joven y de alguna novia perdida. Ella le contó que vivía con la madre y la hermana en la zona de Caballito, le contó también de algún que otro novio. Él sentía que había algo que ella le ocultaba, pero no le importaba. Habían pasado un par de meses y él todavía no tenía su teléfono y nunca le gustó llamar a nadie que no le hubiera dado el número personalmente.

- Cuando me des tu teléfono me voy a dar cuenta que está todo bien – le decía.

Las charlas dependían de ella, de su llamado. A ella siempre le gustó manejar este tipo de situaciones y a él (¿por qué no admitirlo?) Lo seducía y le encantaba la idea de sentirse buscado por ella sin tener que andar persiguiéndola.
Las charlas iban surtiendo efecto a tal punto de que se extrañaban cada vez más. Fue en ese momento que decidí lanzar las flechas del encuentro ¡Ya era hora!

Las flechas en el amor se lanzan de a pares y las dos deben impactar en el corazón de las víctimas de forma simultánea, si una se desvía ¡los resultados pueden ser fatales! Fue en ese preciso momento, al intentar lanzar las flechas del encuentro que lo vi... el Ángel del Viento. Los Ángeles del Viento son seres que son enviados a la Tierra para imposibilitarnos nuestra tarea, son obstáculos que nos pone la “Universidad” para que los eludamos. Me miró y me amenazó: “¡No lo lograrás!” El caso es que tuve que buscar una mejor posición. Mientras tanto mis “víctimas” habían logrado cierta autonomía y, por sí solos, decidieron encontrarse. ¡Tenía que lanzar esas flechas! Y las lancé, pero el Ángel del Viento ganó esta vez, una de las flechas fue a dar contra un cartel de “Aceites Marolio” y el encuentro fue teñido por un malentendido. Él la espero dos horas y ella jamás llegó.
El Ángel del Viento se río de mí y me dijo socarronamente: “¿Te contaron del límite de lanzamientos? Solo te quedan dos... ¡Ja ja ja ja ja!” Eso no podía ser posible, tomé mi celular y llamé a mis superiores y, lamentablemente, confirmaron lo que me decía. Solo me quedaban cuatro flechas, lo que es igual a dos lanzamientos y con mi obstáculo acosándome no iba a ser sencillo.
Sin embargo en ellos el malentendido del encuentro hizo que tuvieran más ganas de verse, él contaba con la ventaja de tener referencias de cómo era ella, la gente que hacía los repartos de la empresa se lo habían comentado muy levemente, ella solo contaba con la imaginación, pero así se hubieran conocido por fotos, dos miradas observándose cuentan con tanto poder que nada lo puede igualar.
Fue así, que una noche ella hizo el llamado que los dos esperaban...

- ¡Esto no va más! ¡Veámonos hoy! – le dijo
- A las 21 en el mismo lugar del otro día, a la vuelta de tu casa – respondió él

La persecución del Ángel del Viento era incesante, yo debía pensar muy bien los momentos para hacer mis dos lanzamientos, el tiempo pasaba demasiado rápido, se acercaba la hora y yo no podía tomar posición... ya eran las 21 hs. Él ya había llegado y ella acababa de salir de la casa, en menos de dos minutos sus ojos se cruzarían, ese sería el momento indicado. Mis flechas deberían ser lanzadas en movimiento y las lancé en el preciso instante en que mi enemigo lanzaba su peligroso soplido que me heló el corazón.
No sé cómo sucedió pero el soplido fue interceptado por una nube de tormenta y no pudo cumplir su objetivo, en cambio sí mis flechas... impactaron en los dos corazones en el momento que sus dos miradas se cruzaban por primera vez.

- ¿Germán? – preguntó ella tímidamente mientras se escondía detrás de su risa. Manojo de nervios que tronó como el mismo amor.
- ¿Poly? – respondió él utilizando la táctica de la repuesta en forma de pregunta que esconde nervios. Mientras se desvanecía ante esa mirada clara y esa risa

Ella se subió al auto y dejó que él la llevara a dónde quisiera, arrancaron y se fueron a un bar a seguir investigándose, a seducirse, a gustarse. A parar el mundo por un rato.
Sus miradas se habían cruzado y las flechas estaban clavadas en el lugar justo. En los corazones de mis víctimas. Me quedaba un tiro y tenía que ser el de gracia. Iban a estar juntos un buen rato así que tuve tiempo para sentarme a descansar, fue cuando se me acerco mi adversario y me dijo: “Esta batalla es tuya, pero la guerra no terminó ¡La guerra será mía!” Levantó vuelo y se fue.
El tiempo fue pasando para ellos entre copas y charlas hasta que decidieron abandonar aquel bar para dar una vuelta por la ciudad en auto. Un rato más tarde decidieron emprender el regreso. Entonces él la llevó hasta la puerta de la casa. Llegaba el momento de despedirse y no sabían cómo. Era el momento de tomar posición, pero los nervios de la situación me traicionaron... era el momento del tiro de gracia... tensé la cuerda de mi arco y preparé las flechas.
No dudaron más, las cartas entre ellos estaban tiradas, se acercaron y en el momento en que lancé mis flechas... se besaron... y como escapado desde el mismo infierno vi al Ángel del Viento que volaba en picada desde la misma nube que le había entorpecido su trabajo un rato antes y que ahora se unía a él como arrepentida.
Las flechas estaban clavadas, se veía claramente la que tenía clavada él... le atravesaba la espalda y se le clavaba en el corazón, la de ella asomaba torcida por sobre el hombro de él.

Mientras ellos se besaban, yo celebraba mi triunfo cuando mi adversario se puso frente a mí:

- ¿Te dije que esta parte de la guerra era mía?
- ¿De qué me hablás? - indagué
- Velo con tus ojos...

En ese preciso instante ella se bajaba del auto... la punta de la flecha que tenía Germán clavada asomaba claramente por su pecho demostrando de manera precisa su corazón atravesado, pero mi adversario, esta vez, había soplado en el momento oportuno, la flecha de ella estaba clavada en su hombro. Mi adversario reía su triunfo

No es fácil ser un Ángel (II)

Volví a mi mundo decepcionado. El haber fallado en el último tiro me provocó tanto dolor que no lo pude soportar. Llegué a mi nube, dejé el arco y el carcaj vacío sobre el sillón, me quité la túnica y me fui a dar un baño. No podía parar de pensar en Germán y Poly, ni en cómo podía haber errado de aquella manera. Se repite en mi cabeza de manera continua e incesante el vuelo en picada de aquel ángel... las condiciones estaban dadas para que se enamoren, pero esa flecha en el hombro de Poly me preocupaba sobremanera. Estaba muy esperanzado e ilusionado, estos dos, según lo que había evaluado, eran compatibles, tenían que estar juntos... no puedo entender cómo y por qué fallé. Pero la suerte estaba echada, las cartas estaban jugadas, por lo menos hoy... ya no se podría hacer más nada.
El cansancio y el agua me sumieron en un sueño muy profundo. No puedo asegurar de forma precisa cuánto tiempo transcurrió, pero me despertó el chillido de la notebook avisándome que tenía un mail. Ya había pasado un tiempo razonable con lo cual decidí revisar aquel correo.

Asunto: Reunión festejo fin de curso.
“Joani: nos juntamos hoy a la 01:30 hs. en el bar “Mignon del Ángel” para celebrar que nos hemos recibido”
Iael

Malditas eran las ganas que tenía de festejar. Por más que lo intentaba, no me podía sacar de la cabeza ni a Germán ni a Poly, ni al Ángel del Viento y su nube. Estaba demasiado triste y aunque Iael era mi mejor amigo no me sentía con ganas de nada.
Llamé a Iael y después de contarle los pormenores de mi primera misión, me respondió:

- ¿Y quién te dijo que sería fácil? Vos podés llevar todas tus flechas cargadas de amor, pero el amor también tiene su autonomía, no siempre depende de nosotros, la mayoría de las veces el verdadero amor es tímido, indeciso y hasta temeroso y le cuesta mostrarse, le cuesta salir. Y siempre hay factores externos, como tu ángel del viento, que demoran o impiden su salida de forma directa. Tu misión en su primera fase ha sido más que satisfactoria... ¡Vamos a tomar unos tragos y a celebrar!
Muy a pesar de mi voluntad, decidí vestirme e ir. No podía fallarle a Iael.

El bar Mignon del Ángel era un sitio donde se juntaba lo mejor y lo peor de nuestra ciudad. En él había mesas de pool, dardos y una fonola. Allí habíamos consumido, entre cigarros y alcohol, varias noches junto a Iael. Al encontrarnos me abrazó y me invitó a que me siente, saludé a todos con la mano, no tenía ganas de mostrarle a cada uno mi dolor.
Me senté junto a Iael y me preguntó si tenía noticias de la Tierra a lo cual le respondí que NO. Me miró asombrado, como pensando... “¡No puede ser!” No dijo nada y... se fue al baño. Estaba tan ensimismado, que no supe en qué momento me entregué al alcohol. Otra vez la imagen de aquel ángel en picada empezaba a repetirse nuevamente sin cesar. Perdí noción del tiempo, de mi cabeza y de mi cuerpo. Tambaleando y como pude me fui al baño, ya había perdido a Iael, y si no era así... no lo veía. Fue así, que mientras estaba en el baño, una mano como una garra, me tomó del hombro y me puso violentamente de espaldas contra la pared.

- ¿Qué se supone que estás haciendo? – Dijo enfurecido.

Llevaba una túnica blanca ceremonial, su cabellera y barba blancas muy largas le daban un porte impactante, llevaba en su mano izquierda un anillo muy grande que, cuando se me pasó el efecto del alcohol, pude ver que tenía un par de alas doradas engarzadas. Su mirada mostraba un montón de años vividos y no precisamente en vano e imponía respeto. Entre el mareo y el aturdimiento alcancé a balbucear:

- ¿Y usted quién es? ¿Qué es lo qué pasa? ¿Por qué me molesta? – pregunté pretendiendo imponer autoridad
- ¡Ah! ¿No sabés quién soy? – trono su voz desde lo más profundo de los abismos, que hizo que me despejara sobremanera.
- ¿Gandalf?
- No
- ¿Profesor Dumbledore?
- ¡Vos ves mucho cine, pibe! Yo te voy a contar quien soy...

Me tomó con una sola mano por las alas y me sacó a los empujones, primero del baño y después de aquel lugar.

La absoluta imposición de aquella voz sumada al aire fresco del exterior, consiguieron que me despejara un poco. Aquel extraño ser hizo que lo siguiera. Volaba como un rayo y me costó seguirlo. Llegamos a una nube en la cual había un castillo cuya entrada estaba custodiada por dos grandes estatuas de mármol. Eran dos ángeles idénticos y enfrentados, daban la imagen de estar reflejándose en un gran espejo. No pude evitar pararme a observarlos, mi anfitrión se acercó y dijo:

- El bien y el mal, el amor y el odio.
- ¡Pero son iguales!
- Se trata de que sepamos identificar quien es quien. En la Tierra dicen: “No todo lo que brilla es oro” muchas veces los humanos confían en gente que lo único que quiere es perjudicarlos. Pero sucede que no captan la esencia de quien tienen delante suyo ¡Entremos!

Ingresamos en lo que debía ser el salón principal. Era una gran sala vestida de cuadros de ángeles en los que, llamativamente, se percibía el mismo poder en todas sus miradas. El mismo poder de la mirada de aquel viejo que todavía no sabía quién era. En el fondo de la sala había un gran escritorio con una computadora y dos grandes pantallas de televisión colgadas de la pared. Mi anfitrión me invitó a sentarme.

- ¿Quién es usted? - insistí
- ¿Todavía no lo has adivinado? – su voz había cambiado por un tono más amigable – Estamos aquí porque se trata de identificar de manera precisa las cosas, por ahora llámame Milton ¿Te sientes bien?
- Un poco mareado aún
- Te haré traer una pastilla de carbón por un amigo – tomo su handy y llamó – Elia, tráenos algo para tomar y carbón para nuestro amigo.

Lo que siguió fue como escapado de un cuento de terror, cuando vi quién atravesó la puerta, salté de mi asiento y trastabillé cayéndome al piso. Empecé a temblar. Cuando me vio en el piso dejó la bandeja en el escritorio y rápidamente intentó ayudarme.

- ¡No me toques! – grité mientras me incorporaba
- ¡Tranquilo! – dijo Milton – no es lo que ves, debes identificar las cosas y la gente
- ¿Tranquilo me dice? Por culpa de este sujeto he fallado en mi misión. ¡Es el Ángel del Viento!
- ¿Cómo podés creer que un ángel que sopla se llame del viento? El viento es algo natural que no depende de ángeles, tiene vida propia. No es una virtud. El miedo, el odio, el rencor... de estos ángeles debes tener cuidado. Elia es un ángel de la transformación y adoptó esta imagen a pedido mío para ser tu obstáculo, pero vos elegiste verlo como “enemigo”. Vos tenías la misión de unir en el amor a Germán y a Poly... Elia tenía la misión de impedir que tu misión llegue a buen término. Pero has demostrado mucha destreza, eres bueno y tienes dotes para ser el mejor, pero no ves más allá de tus narices. Tomaste a Elia como enemigo, necesitabas crearte un enemigo. Muy humano de tu parte... Elia mostrale quien sos en realidad...

No pude dar crédito a lo que veían mis ojos, cuando éste ángel terminó su transformación y mostró quien era en realidad. Sentí realmente que me había excedido con el alcohol. Me desvanecí.

- No le va a venir nada mal dormir – dijo Iael
- Lo mejor va a ser que descanse, en poco tiempo tendrá que volver al mundo de Germán y Poly... Iael, hazme un favor, bajá a la Tierra y vive entre ellos, vamos a necesitar un informe completo...

Presentación

No pense que iba a usar este Blog para esto. Pero bueno. Tengo los huevos al plato. Me pusieron las pelotas en la parrilla.

Esta semana en un fallo ejemplar. La justicia de nuestro país condenó a un padre a pasar preso los fines de semana por no cumplir con la cuota alimentaria de sus hijos. Estimo que si estudiaron bien las circunstancias, es un fallo que ejemplifica y sienta un precedente.

Al mismo tiempo y en una semana. Esa misma justicia decidió dejar libre a, ya no la reina sino la Diosa de la corrupción en nuestro País. María Julia Alsogaray.
Y como para terminar la semana con un alto porcentaje de efectividad (como si fueran el mismísimo Ginóbilli en los Spurs) Hoy, viernes, dejaron libre a Omar Chabán. Uno de los tantos responsables de la muerte de 193 hijos, hermanos y amigos nuestros en Cromañón.

Sras...

Sres...

Les presento a MI ARGENTINA

Diez años después (en un bar de la ciudad)

¿Te contó tu compañera el secreto que le confesé?

Si tuviera que empezar esto de una manera predeterminada, sería prácticamente imposible. Hace escasos 20 días no me hubiera imaginado jamás, el hecho de volver a escribirte. Pero... acá estoy, claro que la última vez que te había escrito, lo hice a mano (no sé si llegué a darte algo de eso), hoy existe el Word para Windows (maravilla tecnológica). El caso es que desde que el destino quiso que me volvieras a atender en un bar como hace diez años. Veo las cosas totalmente distintas.

Mi mente en estos días, se convirtió en un proyector de cine que lo único que me muestra es la película de mis últimos diez años de vida. No quiero hablar del pasado, no quiero preguntarme ¿qué pasó? Lo que pasó o haya sido no hay manera de modificarlo ¡ya fue!

Estoy contento, demasiado contento para lo que esperaba estarlo. Vos dirás que es una estupidez, pero me alegra el hecho de saber que en mi vida, hubo alguien que fue lo suficientemente importante como para que yo me meta en un bar a indagar si la persona que yo había creído ver, era quien yo quería que fuera, porque quería que fueras vos.
En estos casi diez años ¡DIEZ AÑOS! Muchísimas veces me acordé de vos (aunque suene demagógico), porque ha pasado mucha gente por mi vida (una vida normal, casi como la de cualquiera) pero poca gente lo necesariamente importante. En aquellos años yo estaba en una etapa de descontrol y las mejores personas se te presentan en esos tiempos, solo para que no puedas disfrutarlas como debieras. Cómo redactada por el viejo Murphy, es una ley a la que no se puede escapar fácilmente. De toda aquella gente que anduvo dando vuelta en esos tiempos sos la única con lo que me hubiera quedado. Y me dolió demasiado perderte, pero como te dije antes, eso no lo pedemos cambiar, no me interesa darle vueltas. Ya fue.

Vuelvo sobre mi alegría y me pongo contento de saberme lo mínimamente importante como para que VOS te acerques a mi mesa a reprocharme que no te haya saludado y que, además, te quedes conmigo a charlar aunque más no sea durante dos minutos. Ha sido un orgullo demasiado grande, más de lo que mi corazón podría llegar a esperar. Que me cuentes de tu vida y de tus hijos, me hizo muy bien.

¿Te contó tu compañera el secreto que le confesé?

Yo no sé si voy a volver a tener la oportunidad de hablar con vos, o de tenerte sentada frente a mí con un café de por medio, ojalá que si, me gustaría contarte todo lo que hice este tiempo, me gustaría que me cuentes de tus gordos, Pero quiero que sepas algo: lamentablemente para vos, sos una de esas personas a las que se lleva grabada a fuego en uno de esos rincones más preciados del corazón. Que ni el tiempo, ni la distancia, ni las gentes pudieron con tu recuerdo. Y ya nadie más podrá. Y eso no es por una cuestión del destino, es una cuestión pura y exclusiva mía, dado que nunca me interesó olvidarte. Y no me interesa.

¿Te contó tu compañera el secreto que le confesé?

¿Te lo cuento yo?

El secreto fue que durante los últimos ocho años de mi vida, jamás me enamoré de alguien como de vos hace nueve.

Te dejo mis teléfonos y mi mail por si tenés ganas de usarlos, yo no creo que vuelva a sentarme en este bar, no lo sé. Siempre fui muy impulsivo y capaz que mañana me siente acá otra vez. Pero creo que no da.

Besos, salud y... que vuelen los ángeles!!!

¡Salute Dominichi!

Cuando conocí a este sujeto, contaba con apenas 18 años. Hoy tengo casi 35. Y como todas las grandes personas.. aparecen en el momento justo. Me lo presentó un ex compañero de colegio que, al cambiarse de escuela, conoció al hermano.

Vaya a saber uno por qué artilugio del destino me acerqué más a él que es dos años menor.

Es un tipo que estuvo, está y ojalá siga estando. Estuvo con helados “Suigelinos” compartidos en una plaza cuando mi primera gran decepción amorosa. Estuvo con los goles del Enzo y está con los goles del Tecla. Sufrió conmigo con cada copa que les hizo levantar el Virrey a los primos bosteros y está con cada gol que le convierten al Pato. La final del mundial del 90, la vimos en su casa. Lloramos los dos juntos con "El Diego".

El tipo siempre tiene una birra en el bolsillo par compartir con los amigos en desgracia que no tienen plata en su billetera.

Creo que un Amigo no es el que pone las manos en el fuego por uno sabiendo que no se va a quemar. Estoy seguro que un Amigo de verdad es aquel que, aún sabiendo que se va a quemar no solo las manos, las pone de todas formas. Eso hace a diario Dominichi conmigo. Espero algún día saber corresponderle.

El caso es que el tipo, hoy 4 de mayo, cumple años. Y no se le ocurrió mejor manera de festejarlo que organizando una lluvia de meteoritos. ¡UN GRANDE!

Podría contar más de mil cosas compartidas en estos 17 años, pero no creo que sea necesario. Hay cosas que me las guardo en la memoria del corazón que es grandiosa.
Solo quiero dejarle un gran abrazo y decirle:

¡FELIZ CUMPLE, MORSA! Sabés que te quiero mucho y que contás conmigo siempre.

No es fácil ser un Ángel (V)

No es fácil ser un Ángel (V)

En el momento que decidíamos ir junto con Iael a verlo a Milton, nos llegó un mail en el cual Milton nos pedía que fuéramos nuevamente al gran salón.

- ¿Cómo llegó mi computadora acá? - Pregunté
- No solo tu computadora. También están aquí todas tus pertenencias incluidos el arco y el carcaj, junto con tu espada.
- ¡Perdón!
- No volverás a tu nube por el momento, pasarás una temporada con nosotros.

Pensé en empezar a discutir acerca del tema, pero decidí que no estaría de más pasar un tiempo sin tener que cocinar o hacer la cama, supuse que mandarían a limpiar la pieza como en los hoteles. Además tenía muchas preguntas a las cuales debía encontrarle respuestas. Y la única forma era quedándome allí.

- Me lavo la cara y los dientes y vamos – le dije a Iael
- ¡No te olvides de hacer la cama!
- ¿Cómo? – pregunté indignado
- Como se hace cualquier cama, primero las sábanas y después la frazada
- ¿No viene nadie a ordenar la habitación?
- ¿Vos te crees que estás de vacaciones en Santa Teresita? ¡Estás muy equivocado! Acá desayunamos todos los días a las nueve de la mañana, a esa hora la cama debe estar hecha.
- ¿A LAS NUEVE?
- ¡A las nueve! ¡Vámonos!

Casi como si me hubieran clavado un puñal en el medio del pecho, me lave la cara e hice la cama maldiciendo las reglas. Mientras Iael, jugaba al Buscaminas en mi computadora.
Salimos de la habitación y recorrimos un largo pasillo, iluminado por la luz del sol que entraba por unos grandes ventanales, las paredes estaban vestidas con cuadros en los cuales se veían imágenes de los Arcángeles. La que más me llamó la atención, fue la imagen del Arcángel Miguel en el momento que expulsa a Satán del cielo.
Recordé los cuadros del salón y me dio la impresión de que eran los mismos personajes. Inmediatamente recordé la mirada de Milton. Lo miré a Iael y le pregunté

- ¿Quién es realmente Milton?
- La verdadera identidad de Milton es realmente una incógnita muy grande, hay muchas versiones al respecto, pero lo único que puedo decirte es que no creo que ese sea su nombre.
- No me cabe duda de eso.
Mientras miraba aquella imagen, se me vino a la mente la historia. Recordé nuestra Jerarquía Angélica y las nueve órdenes celestiales girando al trono de la Gloria. En la primer tríada están los Serafines, Querubines y los Tronos. En la segunda o Intermedia, se encuentran las Dominaciones, Virtudes y Potestades. Finalmente está la tercera tríada compuesta por los Principados, Arcángeles y nosotros, los Ángeles.
Con respecto al coro séptimo o Principados, estaban a cargo de las naciones y de las grandes ciudades de la Tierra. Más tarde los límites se expandieron y con ello, las fronteras se tornaron imprecisas. Los Principados ampliaron su dominio y se convirtieron en los protectores de las religiones. Se afirma que Cervill, el Gran Príncipe de la Fuerza, ayudó a David en su esfuerzo por derrotar a Goliat.
En el coro octavo, se encuentran ellos, los Arcángeles. Sin duda alguna, de todas las Órdenes Angélicas ésta es la más famosa. Los siete ángeles que se levantan ante el Señor en el Apocalipsis están representados como Arcángeles. Los nombres de los cuatro primeros seres, son los siguientes: Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel. La lista no es clara en cuanto a los que la completan, pero los otros tres casi seguro salen de los siguientes nombres: Metatrón, Remiel, Sariel, Anael, Ragüel y Raziel.
El Arcángel Miguel es, sin duda, el héroe indiscutido en la primera guerra contra Satán, en un solo combate lo derrotó y lo expulsó del cielo. También es conocido como el “Ángel del Juicio Final” y será el encargado de pesar el alma de los difuntos. Durante la edad media se sostuvo que era él quien acompañaba a las almas, conduciéndolas al otro mundo.
El Arcángel Gabriel, dentro de una hueste masculina y andrógina, puede decirse casi con toda seguridad que es la única figura que se considera femenina en las categorías más elevadas. Dicen que se sienta a la izquierda de Dios, lo que confirma su condición femenina. Las crónicas sugieren que Gabriel fue un ser real en las tierras bíblicas y que experimentó con los genes del hombre primitivo, figurando Adán y Eva como uno de sus primeros experimentos. En alguna ocasión este Arcángel cayó en desgracia por alguna falta leve no especificada y fue desterrado. Su lugar lo ocupó el Ángel Dobiel.
Como el “Ángel de la Curación” o de “La Ciencia y el Conocimiento”, se lo conoce al Arcángel Rafael y, a menudo, se lo asocia con la imagen de una serpiente. Es jefe de la Orden de las Virtudes y guardián del Árbol de la Vida en el Edén. Entre muchas acciones amistosas se cuenta que le regaló a Noé un libro de medicina que le proporcionó los conocimientos necesarios para construir el Arca.
Para los que todavía imaginan tiernamente que todos los ángeles son dulces y encantadores, es que no conocen al Arcángel Uriel. Conocido como el “Ángel del Arrepentimiento” es descrito gráficamente como un ser casi tan despiadado como cualquier demonio, al que uno no desearía encontrar en el Infierno. Dicen que expulsará, de acuerdo con su transgresión, a las almas de los pecadores.

- ¡Che! ¿Qué pensás? – dijo Iael, devolviéndome a la realidad
- ¿Eh? No, nada
- ¿Podemos seguir camino?
- Iael. ¿Creés que Milton pudiera ser uno de los Arcángeles?
- ¿Te dura el efecto del alcohol? ¿Querés otra pastilla para dormir?
- Era una pregunta no más

Llegamos a la puerta del Gran Salón, no fue necesario golpear. Milton nos abrió desde adentro.

- ¡Bienvenidos! Los estaba esperando. ¿Cómo te sentís Joani?
- Bastante mejor, gracias
- Iael ¿Cómo has visto a nuestro amigo? - Preguntó
- ¡Muy bien! Solo que no le gusta hacer la cama.
- ¿Cómo? ¿Le dijiste que no hay Mc Donalds? Acá se tiene que cocinar él.
- ¿COCINAR? ¡No! ¡Debe de haber un delivery! - no lo soporté.
- ¿Has visto alguna moto con alas? – preguntó Milton – Pasen, siéntense enseguida vuelvo.

Mientras trataba de digerir las posibilidades de tener que cocinar y hacer la cama, y mientras caminaba por el salón, volví a ver aquellos cuadros. Milton tenía la misma mirada. Si Milton no era uno de ellos, tenía que ser lo más cercano.


(Bibliografía: "ÄNGELES una especie en extinción" de Malcolm Godwin)

No es fácil ser un Ángel (IV)

No es fácil ser un Ángel (IV)

Me costó demasiado esfuerzo escucharlo a Iael. No podía entender cómo Milton me podía dar a entender que lo que había hecho Iael no era una traición.

- ¿Por qué lo hiciste? – le pregunté
- Porque vos en tu estado no podías hacerlo, no te ocupaste como hubieras debido de Germán y Poly ¿te llegó el informe de Germán?
- No te hablo de eso, hablo de tu transformación ¿cómo pudiste hacerme esto a mí? Yo creí que éramos amigos.
- No pienso dejar de serlo, y menos ahora que considero que vas a ser uno de los mejores Ángeles de nuestra comunidad, creo que tenés el poder de demostrarnos que el amor en la tierra aún existe ¿leíste el informe de Germán?
- Pero yo siento que me traicionaste, además no creo que el amor haya dejado de existir. - Esa es la diferencia entre vos y la mayoría de nosotros, Milton también piensa lo mismo, por eso te eligió. Lamentablemente el amor en la tierra, en las épocas de Milton, contaba con ciertos parámetros que hoy no los tiene, hoy el amor es mucho más efímero, está regido por otras reglas. La economía, rige bastante la prolongación del amor, las parejas muchas veces deciden compartir su vida, pero los problemas económicos que cada vez son más frecuentes imposibilitan la continuidad del amor. Y digo “compartir su vida” porque ya casi no se casan, hoy en día es costoso hasta casarse, la iglesia les cobra, el registro civil les cobra también y no todos tienen la posibilidad de afrontar ese gasto. ¡Ni hablar de lo costoso que puede ser organizar una fiesta! Además está el problema que representa enfrentar un juicio de divorcio y los gastos que esto puede acarrear. Por otra parte hay cosas como el alcohol y las drogas que complican también la continuidad de la pareja, la mayoría de las veces el que consume este tipo de cosas pierde control de sí mismo y no es raro que caiga en cualquier tipo de tentación y, desde afuera, desgaste como si fuera un roedor los rieles por donde debería circular el amor. Hay tanta oferta de sexo en la calle que ante la menor discusión un hombre es capaz de salir a la calle y engañar a su mujer con cualquiera, sin importarle las consecuencias que ello acarrea. Curiosamente con la manifestación pública del SIDA y los riesgos que esto implica para la vida de una persona, el ser humano se convirtió en Superman y piensa “¡A mí no va a pasar nada!” ¿Qué egoístas que son? El hombre, en términos generales, solo piensan en ellos, tienen un ego demasiado alto y no les importa romper la vida de aquellos que lo aman . La mayoría de nosotros estábamos casi seguros, que el amor ya no existía en la forma en que vos la estás presentando. El que estás mostrando es un amor puro, cristalino y con promesa de futuro. A Germán ya te lo describí ¿leíste el informe de Germán?
- ¿Cómo pudimos dejar de creer en una flor entregada en la mano? – Pregunté - ¿Cómo permitimos que eso suceda? ¿En qué momento dejamos de volar sobre los humanos? ¿Cómo logramos que los humanos no crean más en nosotros? Cuando estuve junto a ellos pude advertir no solo lo que vos me decís, sino también que hay otros factores que imposibilitan la continuidad del amor, hay barrios y lugares en los cuales no tienen la educación suficiente ¿estuviste por las villas? La gente no tiene para alimentarse a sí mismo, pero tienen 5 hijos. ¡Y no me vengan con que eso es amor! ¿Amor por quién? ¿Por los hijos? ¿Por su pareja? ¡No! Eso es falta de educación, no creo que un ser humano medianamente educado vaya a traer vidas al mundo a lo conejo. Hay gente que llama a este tipo de chicos los “desangelados” ¿Te das cuenta? No tienen un ángel que los cuide, siento como que el Ángel de la guarda se jubiló y está en una manifestación frente al congreso para que le suban la jubilación. Pero no es culpa de ellos ni de los padres, es culpa nuestra que en algún momento los abandonamos. Al margen del resultado de mi misión ¡debemos volver a volar sobre ellos! Y creo que el amor más puro es el que tiene un padre o una madre por su hijo, además del amor entre dos personas.
“En Germán y en Poly no solo vi dos personas que se pueden amar, y mucho, sino que además, siento que pueden hacer grandes cosas a nivel familia. Poly es una tipa capaz de emocionarse y entregar su reino por una flor entregada en la mano, es muy sensible, sus ojos se deleitan y se emocionan ante un simple dibujo hecho por Germán. Su piel blanca y sus ojos claros son la reivindicación de los sentidos en un solo roce, en una sola mirada. Su risa hace temblar los mismos cimientos de la Gran Muralla China. Su espontaneidad y su frescura plantan al mismo Dios del odio de espaldas contra la pared y engarzado con su propio tridente. Me preguntás si leí el informe de germán. Sí lo leí. ¿Todavía querés leerme el informe de Poly?
- No creo que sea necesario, lo has hecho mucho mejor de lo que pude hacerlo yo.
- No confiaba demasiado en vos, Iael. Pero después de mirarte a los ojos puedo ver la nobleza de tu corazón. Tenés que ayudarme a preparar a Germán para algo. Y es el hecho de que Poly no está sola. Y ayudarme a mí con este planteo. ¿Cómo se pueden unir dos personas sin lastimar a otras?
- Con respecto a preparar a Germán. Él ya lo sabe, ella se encargó de decírselo – dijo Iael
- ¿Te das cuenta? Además, es una gran mujer.

No es fácil ser un Ángel (III)

Cuando desperté no tenía bien claro cuánto tiempo había pasado. Mi cabeza, todavía, daba vueltas como un trompo y el dolor era incesante. Las ideas se me amontonaban en el cerebro y no eran del todo claras. Se me venía a la mente la visión del Ángel del viento transformándose en Iael y la voz de Milton:

“¿Cómo podés creer que un ángel que sopla se llame del viento?”

¿Podía ser verdad que Iael fuera mi enemigo? ¿Quién era realmente Milton? ¿Por qué su mirada me resultaba tan parecida a la de los ángeles de los cuadros en el salón? Y por otra parte, ¿quiénes eran esos personajes? Mi deseo era que todo aquello hubiera sido un sueño, pero se desvaneció cuando advertí que la habitación en la que estaba no me resultaba familiar. ¿Dónde estaban todos? Giré sobre mi hombro y vi en la mesita de luz un vaso de agua, una pastilla y una nota que decía:

“¡Buenos días Joani! ¿Explota la cabeza? Aquí te dejo una aspirina para que la tomes ni bien te despiertes. Iael bajó a la Tierra para enviarnos informes de Germán y Poly. Descansá todo lo que puedas que tenés mucho trabajo para hacer. ¡Un abrazo!”
Milton

¡Germán y Poly! Al ver sus nombres escritos me acordé de ellos y el corazón se me tiñó de tristeza. Quise levantarme de inmediato. ¡Tenía que hacer algo por ellos! Me incorporé en la cama y la cabeza me dio una puntada atroz. Miré aquella pastilla y sentí que no estaría de más tomarla si me aliviaba aquel dolor. Me dormí al instante.
Caía la noche cuando me despertó otra vez, el sonido de mi computadora al recibir un mail ¿cómo había llegado allí? ¿Dónde estaba Milton? ¿Qué era ese mail? Muchas preguntas, nada de respuestas, lo único que tenía respuesta en ese momento era el mail. Lo abrí, era de Milton:

“Joani, espero que la cabeza ya no duela. No te enojes conmigo por haberte hecho dormir con la pastilla que te dejé, pero tenés que descansar para terminar tu trabajo en el mundo de los humanos. Tenés otra en el cajón de la mesa por si querés descansar un rato más. Te recomiendo que lo hagas. A continuación te transcribo el informe que me ha enviado Iael sobre Germán:

Milton, te comento que nuestro amigo Joani, en cuanto a mis primeras impresiones, no se ha equivocado al elegir a estas dos personas. Lo ha hecho con mucho criterio y con demasiada idoneidad para ser su primera misión ¿Acaso sea él quien nos demuestre que el amor existe aún en este mundo? Sus calificaciones y su empeño así lo demuestran, pero la práctica es distinta y me ha sorprendido gratamente. Pero voy a pasar directamente al informe.
Germán es un caso crónico, se enamora de todo y no pide nada a cambio, anda con el corazón en la mano por donde vaya y no le preocupa entregarlo sin más ni más, sin ton ni son, al tun tun. Y muchas veces lo ha pagado muy caro, si bien anda cansado de que le manoseen el corazón no va a dudar en entregarlo cientos de veces más. Se levanta por la mañana siempre con las mismas penas, con las mismas heridas abiertas que aún no cicatrizan. Está en una etapa en la que vaga por las veredas sin importarle andar por desiertos, selvas o navegando por anchos mares, aún sabiendo que no va a ninguna parte. Está cansado de tener que dar explicaciones ya que no tiene ninguna repuesta para las preguntas que tanto le hacen los que lo quieren (que son muchos) Muchas veces se siente con ganas de quedarse quieto, pero sus penas y su dolor son los mismos que cuando se mueve y tropieza con gente que está igual que él. Anda saltando de falda en falda y también está cansado de ello. Necesita seguridad, pero sabe que no la va a conseguir ni en los lugares concurridos de los cuales está harto, ni tampoco dentro de los esquemas aburridos que le pretenden imponer. Andaba buscando un ángel y lo encontró a Joani. Andaba buscando un amor, confío que para eso llegó Poly a su vida.
Milton, básicamente este es Germán. Joani ha escogido muy bien, si lo mismo hizo al escoger a Poly, tenemos promesa de amor eterno. Te dejo un abrazo inmenso, salud y.. ¡Qué vuelen los humanos!
Iael
Pd: voy por Poly.”

El 80 por ciento de estos datos yo no los conocía, me guié de forma intuitiva en mi elección. El informe de Iael me había tranquilizado un poco, pero a la vez me sentía ansioso y bastante mal por no haber sido yo mismo el que hizo aquel estudio. Sentí la necesidad de bajar al mundo humano para estudiar por mí mismo a Poly, tenía que encontrar a Milton. Busqué mi celular pero no lo tenía, por otra parte, tampoco tenía el número de Milton y la compañía de Iael se había fusionado con otra y le habían cambiado el equipo, con lo cual no me podía comunicar con ninguno, además, no terminaba de confiar en Iael o Elia (como sea que se llame) Me quedaba el mail. Oprimí “Responder” y mi navegador me tiró la leyenda que siempre expone en los caso de emergencia: “Server too busy” ¡Enloquecí!
Traté de salir de la habitación pero la puerta estaba cerrada por fuera iba a golpearla para romperla cuando se deslizó un sobre por debajo de ella. Me senté en la cama y lo abrí.

“Espero que hayas interpretado la diferencia entre preocuparte y ocuparte. Te has preocupado más de la cuenta bebiendo de manera exagerada en el Mignon del Ángel y no te has ocupado de lo más importante, Germán y Poly. Ahora descansá y esperemos el segundo informe de Iael. ¡Tomáte la otra pastilla!
Milton”

¡No tomaría aquella pastilla! Mientras pensaba qué hacer llegó otro mail:

“Pd: Ok, no la tomes. Pero ¿te avisé que tienen efecto doble?”

Inmediatamente el sueño volvió a ganar mi mente, mi cuerpo y mi corazón. Tiempo después me despertó la puerta mientras se abría. Era Iael.

- ¡Sorpresa! – dijo mientras sonreía con un papel en la mano – el informe de Poly...

Ángeles

Ángeles

García Márquez dice: “La vida no es la que uno vivió, sino como la recuerda para contarla.”

Siempre me gustó escribir, siento que escribir es una buena manera de conservar los recuerdos de la manera más parecida a cómo sucedieron, y lo siento así porque creo que uno nunca recuerda las cosas tal cual ocurrieron, siempre hay un detalle que se nos olvida o que manipulamos de manera capciosa para que nos mejore un poco lo ocurrido, sobre todo si lo ocurrido nos hizo mal o nos lastimó. Pero pasa lo mismo con aquellas cosas que nos dan placer, en ese caso manipulamos el detalle como para que sea la frutilla de la torta.
Por eso creo que escribir lo ocurrido es como una fotografía, no con la misma definición ya que, en una fotografía no hay detalles que podamos manipular, si teníamos ojeras o estábamos despeinados no podemos hacer nada para cambiarlos. La fotografía nos inmortaliza en ese momento tal cual estábamos, en cambio lo escrito, lo podemos maquillar, adornar o modificar a gusto para que nos colme de amor, si es lo que buscamos. Claro que todo lo que modifiquemos queda por tierra si escribimos con el corazón y la sinceridad en la mano. Y eso es lo que voy a tratar de hacer...

Hace poco más de dos años que no las veo. Nunca escribí sobre ellas. Creo que si no lo hice fue porque quería que esos recuerdos se me borraran definitivamente, pero pasa el tiempo, pasan las cosas y ellas dos siguen ahí, colgadas de mi corazón con sus sonrisas y sus lágrimas cada vez más dentro de mi alma. Ellas son dos solcitos que alumbran cada una de mis mañanas, a pesar del tiempo y la distancia. La una es Romina, una princesa rubia de 10 años que por donde camine deja la huella de su prestancia, de su elegancia. La otra es Rocío, otra princesita rubia que, con sus casi 6 años a cuestas es capaz de demolerte cualquier estructura con una simple sonrisa.

Cuando en 1988 terminé con mi primera novia, no entendí muy bien por qué había sido, el caso era que se había terminado. Nos conocíamos desde hacía 6 años y habíamos vivido cosas muy fuertes, como por ejemplo el fallecimiento de nuestros padres el mismo año, 1986. Primero el de ella el 8 de febrero, más tarde el mío, y por esas cosas que Dios solo sabe por qué las hace también falleció un 8 pero de Julio, cinco meses después. Esto nos unió muchísimo.
Pero como sucede casi siempre en estos casos… después de que nos separamos en el ’88, nos distanció un largo silencio, un silencio inagotable de 11 años. Mi vida durante ese período, para ella, pasó desapercibida, ella se puso de novia, más tarde se casó y tuvo dos hijas Romina y Rocío. La vida de ella no fue tan mantenida al margen por mí, siempre busqué información, siempre quise saber cómo estaba. Me acuerdo que el día de su casamiento y por obra y gracia del destino, yo fui quien la escoltó, salí de mí casa media hora más tarde de lo previsto y sin quererlo llegué detrás suyo a la iglesia. Estaba preciosa. Más tarde me fui enterando de los nacimientos de sus hijas. Y siempre había guardado muy dentro de mí, el sueño de aunque más no sea… conocerlas. Eran sus hijas y tenía muchas ganas de ver si se le parecían, de ver si tenían sus gestos, su sonrisa. Era un deseo muy grande el que tenía.
Alguien dijo por ahí: “Hay que tener cuidado con lo que se desea porque se puede cumplir”
Y otra vez apareció él. El Destino. Tuve la oportunidad de conocerlas, pero fue un precio muy caro el que se pagó por ello, si sabía que el precio era ese no las hubiera querido conocer jamás. En marzo de 1999 cuando Romi estaba por cumplir 5 años y Roci tenía apenas 10 meses de vida… Dios se llevó al papá, lo mismo que había pasado con nosotros les pasaba a ellas. A veces… cuando me pongo mal por no tener al mío y me enojo por ni siquiera haber tenido la posibilidad de pelarme con él.… pienso en ellas y entonces me doy cuenta que al lado suyo soy muy chiquito, que son mucho más grande que yo, que mi dolor al lado de el de ellas no tiene punto de comparación, yo al menos tuve la posibilidad de conocerlo.
En agosto de ese mismo año tuve la oportunidad de conocerlas, yo venía de una etapa más que oscura en mi vida de la cual pretendía salir y ellas con toda su mochila cargada de dolor, de muerte y desesperación, paradójicamente, me inyectaron vida. Me bastaba con ver a Rocío sentada en su sillita estirarme los bracitos cuando llegaba para sentirme realmente vivo, completamente feliz. Tengo guardada en mi memoria el fin del año 1999 y comienzos del 2000 como las mejores fiestas de mi vida, las había pasado junto a ellas. Daría la mitad de mi vida por ver otra vez la carita de felicidad de Romi cuando le regalamos su primera cartuchera para el colegio y vio que tenía a Barbie.
Ellas me enseñaron a ser algo que siempre había querido ser y no lo había logrado, de echo hoy, en el 2004, no lo soy y es a ser un poco papá. No puedo sacarme de la cabeza la vocecita de Romi un sábado de 2000, cuando, juntando toda su vergüenza se me acercó y me dijo al oído: “Fer... te puedo decir PAPI.” Fue lo más fuerte que me pasó en la vida, hoy 4 años más tarde al recordarlo, no puedo evitar emocionarme y que se me llenen los ojos de lágrimas. Para mí (que en algún momento había soñado con conocerlas) que Romi en ese momento me eligiera como su papá sabiendo que el padre no estaba y que no iba a estar y habiendo tíos y primos que podrían haber ocupado ese lugar con mucho más criterio e idoneidad que yo, fue el golpe más duro y más dulce que hubiera recibido jamás. Dudo mucho de poder sentir un honor tan grande en todo lo que me quede de vida. Hoy a dos años de no verlas puedo decir con toda certeza que si me hubieran dado a elegir entre conservarlas a ellas o intentar tener mis hijos, no hubiera dudado... me hubiera quedado con ellas.
Hay sensaciones que no se me van, como por ejemplo sus bracitos rodeándome el cuello en un abrazo y besándome en la mejilla. La veo a Romi venir corriendo a saludarme cuando llegaba, la veo a Rocío tirada en el piso haciendo glúteos y abdominales como buena hija de una profesora de gimnasia. Siento las risas de Rocío corriendo detrás mío cuando nos escapábamos de la aspiradora mientras la madre limpiaba la alfombra.
El 20 de mayo es mi 34º cumpleaños, desde los 16 que no lo festejo, a excepción de esos 2 años 2000 y 2001, que los festejé con ellas. Romina cumplió años el 12 de Abril y Rocío cumple años el 1º de mayo (taurina como yo). Y pagaría lo que sea por compartir con ellas aunque más no sea un rato.
No sé muy bien por qué estoy escribiendo todo esto ahora, no sé que nos tendrá preparado el destino, pero yo hace más o menos 15 días que vengo soñando todas las noches con ellas, creo que ese es el motivo por el cual escribo. Durante todo este tiempo sentí terror de cruzármelas por la calle (al fin y al cabo somos del mismo barrio), creo que el hecho de verlas más grandes de lo que mi memoria es capaz de recordar me hubiera hecho sentir decepción por perderme la oportunidad de verlas crecer. Pero eso pasó y no fue tan grave, las vi de lejos y las miré, la vi a Rocío con su trenza larga por la mitad de la espalda y no lo pude creer. Pero no fue decepción lo que sentí sino felicidad por verlas preciosas y bien, claro que me hubiera gustado correr a abrazarlas, pero me pareció que así estaba mejor.
Si tuviera la posibilidad de hablar con ellas una de las cosas que les diría es: GRACIAS por darme vida, por ayudarme a crecer, por regalarme en algún momento sus abrazos, sus risas y sus lágrimas. A Ana (la madre) le diría exactamente lo mismo: GRACIAS por haberlas compartido conmigo aunque más no sea por un tiempo. Me encantaría que supieran que si bien no estoy, jamás me fui, que sigo pendiente. Y que si me necesitan soy incondicional.

Hay mil recuerdos más, pero no quiero aburrir, creo que la esencia está más que clara, quería compartir con la gente que quiero algo más de mí. Creo que las historias verdaderamente grandes y que nos llenaron de orgullo, placer y que aun nos emocionan; tenemos que compartirlas con la gente a la que queremos. Y eso es lo que busco con esto que escribo.

Hace poco más de dos años que no las veo. Nunca escribí sobre ellas. Creo que si no lo hice fue porque quería que esos recuerdos se me borraran definitivamente, pero pasa el tiempo, pasan las cosas y ellas dos siguen ahí, colgadas de mi corazón con sus sonrisas y sus lágrimas cada vez más dentro de mi alma. Ellas son dos solcitos que alumbran cada una de mis mañanas, a pesar del tiempo y la distancia. La una es Romina, una princesa rubia de 10 años que por donde camine deja la huella de su prestancia, de su elegancia. La otra es Rocío, otra princesita rubia que, con sus casi 6 años a cuestas es capaz de demolerte cualquier estructura con una simple sonrisa.

¡¡¡Y qué vuelen los Ángeles!!!

¡¡¡Y qué vuelen los Ángeles!!!

Ahora sí... ya estoy en la tranquilidad de mi pieza, con “mí” máquina y con mi perro Toby que me hace compañía desde mi cama, así que... Vayamos por partes...

El hecho de que uno no esté pasando un buen momento, no significa que no piense en positivo, ni que piense que el mundo está acabado, no sé que edad tendrás tú, pero a mis 33, si bien no creo que he vivido todo (gracias a Dios) siento que he vivido bastante esta vida que me ha tocado, y he aprendido a no desesperar, sé perfectamente que en cualquier segundo... ya sea el viento, una mirada, una noticia, una sonrisa, un roce, una bala o un beso, te cambia completamente el panorama. Por eso a veces me largo a caminar sin rumbo fijo, me gusta (como a cualquiera) ser sorprendido, a pesar de que a veces las sorpresas pueden ser “non gratas”, pero es parte del juego. Lo cual no quiere decir que uno no tenga una meta o un objetivo, te lo voy a confesar… yo también tengo una meta, supongo que la misma que vos… quiero ser un tipo FELIZ. Una locura. Re-cursi, el chabón.

No tengas miedo de meterte en mi vida. En mi vida todavía mando yo y se mete quien yo permito que se meta, y a vos me parece que te estoy abriendo una puertita. Si te interesa pasá, ponete cómoda, servite una copa y esperáme que estoy caminando por ahí... buscando un “ángel”... capaz que cuando vuelva a mi propia vida me lleve la sorpresa de que otro “ángel” te puso dentro de ella, y te encuentre cómoda, sentada y tomando un daiquiri de frutilla o lo que más te guste.

Ángel dije...?

Te dije que creía que los ángeles siempre estaban y definitivamente lo creo, creo que se presentan de distintas formas y en distintos momentos, hay varios tipos de ellos... a saber:

· El más terrible, el implacable, el más feroz... es el Ángel de Silvio se llama: “Ángel para un final” y dicen que cuando se presenta un silencio entre dos, es él que pasa y les roba la voz.
· Un ángel medio trucho es el de Dolina, el “Ángel Gris” dicen que reparte sueños desde el anochecer hasta el alba en el barrio de Flores.
· El más famoso: Lucifer... el más bello de todos.
· Otro famoso: el “Ángel de la guarda” que nos acompañó de chicos.

Después están los ángeles no tan conocidos y los que con solo su nombre se describen:

· El del pasado.
· El del amor.
· El del odio
· El de la guerra.
· El de la paz.
· El de la sinceridad.
· El de la mentira.
· El de la alegría.
· El de la tristeza.
· El de la melancolía (hermano de: el del pasado)
· El de la risa.
· El del llanto.
· El de la diversión.
· El del aburrimiento.
· El de la pasión.
· El del trabajo.
· El del ocio.
· El del etc, etc, etc...

Todos estos individuos están sentados esperando su turno para volar y somos nosotros quienes decidimos quien entra y quien no, creo que somos una especie de directores técnicos de nuestra vida, de nuestros estados de ánimo, si estamos mal es porque se nos ocurrió que volara el “Ángel del llanto” y si de pronto cambiamos al ángel y empezamos a reírnos, debió de haber sido el momento de que metamos en la cancha al “Ángel de la risa”
Y con respecto al que vi la primera vez que no vimos y que yo pensaba que estaba dentro tuyo, ahora me doy cuenta y puedo ver que no era así... no estaba adentro, estaba afuera; y ahora me doy cuenta que sí... volaba y vuela cada vez que venís... la duda que se me presenta es cuál es ese ángel... y la peor de las dudas es si ese ángel es tuyo o es uno mío que saco a la cancha para que te sobrevuele... A veces pasa que estos ángeles, no te dan bola y salen a la cancha igual. Son los famosos “Ángeles me cago en lo que te pase si vuelo” y son ingobernables!!!

Bueno, me voy a acostar... voy a ver Matrix Reloaded... ¿la viste? Yo la voy a ver otra vez, pero ahora desde la cama... si me duermo... ¿después me contás el final?

Un beso, un abrazo y... hoy más que nunca... que vuelen los ángeles (que los dejemos volar)

Pregunta

¿Qué es el Amor?

La lluvia y la noche debilitan los corazones

La lluvia y la noche debilitan los corazones

El tipo estaba igual que todos los días... trabajando. Ella... buscando recibir un mail que la empuje a provocar lo que ambos deseaban... Encontrarse... Ambos... jugando el juego de descubrir al otro y de permitir que el otro lo descubra; jugando al eterno juego de la seducción como hacía mucho tiempo no lo hacían.

Él es un pibe de barrio, 33 años, común, laburante desde los 16... Ahora trabaja en una veterinaria. Mezcla de “Rockerito” y bohemio... carga en su vida un par de decepciones engañosas (como todos), las cuales poco a poco y tomándose bien el tiempo para hacerlo, fue limpiando. Estaba medianamente listo. Ese sábado estaba trabajando, ya había mandado el mail y estaba tratando de controlar la ansiedad, se refugiaba en los cachorros... les cambiaba el agua, les daba de comer, los alzaba, jugaba con ellos... justo ese sábado la gente no entraba al negocio y el teléfono que no sonaba. Pero en el momento menos pensado sonó. Se acercó hasta él como si fuera un llamado común e identificó el número: 4454-.... el corazón empezó a latir con fuerza, era ella, era el llamado que esperaba, tomó aire... levantó el tubo: - “Veterinaria, buenas tardes.” “Todo o nada” –Dijo ella – “Todo” le respondió. “¿Qué tenés que hacer esta noche?” “Cuando llego a casa, te llamo y arreglamos” Esa fue toda la conversación. Eran las seis de la tarde y se encontraba de cara a las tres horas más largas que haya vivido en los últimos tiempos.

Ella, como él, lucho desde abajo, se hizo cargo de su familia desde muy chiquita, de un tiempo a esta parte, y después de haber paseado su brillante soledad por algunas ciudades del mundo, decidió volver y establecerse en Mar del Plata. Allí convive con su perro Malevo y con una compañera de habitación. Su familia se encuentra aquí, en Capital Federal y una o dos veces por mes viene para visitarla... Fue en uno de eso viajes que algún redoble del destino quiso juntarlos como por casualidad en un bar. Ese sábado también estaba ansiosa, él le había prometido enviarle un mail y el mail no llegaba: “Se llevaron la computadora para arreglarla” – le dijo -. Esa ansiedad... la quemó compartiendo el tiempo con sus sobrinos y sus mascotas. Finalmente, y después de varios intentos fallidos, el mail llegó... no lo pudo soportar. Todo o nada. Y aunque hablaran mal de ella hizo lo que tuvo ganas de hacer, qué más daba, igual lo iban a hacer... lo llamó y le propuso encontrarse. Y se encontraron...

Se encontraron en Puente Saavedra haciendo abuso de una puntualidad que se puede comparar con la misma puntualidad de la lluvia, que aparece en el momento justo para convertir cualquier noche fría de invierno en una maravillosa noche de encuentro y descubrimiento. Esa noche fueron tres... Ella, Él y la Lluvia. Caminaron algunas cuadras estudiándose... él trataba de parecer gracioso haciendo chistes, solo para evitar que se note el terrible temor que tenía por la situación; ella, cómplice, acompañaba con su risa. Luego de algunos minutos, la lluvia helada fue dándole calor al pingüino que él llevaba en el alma y lo hizo entrar en calor. Se fue tranquilizando... “Tomemos un taxi.” Llegaron a Cabildo y Juramento, un gran punto de encuentro en uno de los barrios más famosos de la ciudad, se sentaron en un bar y pidieron una cerveza. Eran las 12 de la noche y todo aquello, recién empezaba. El mozo les trajo la cerveza junto con algunos ingredientes que él ni siquiera olió. Con el correr de los minutos se fueron distendiendo y luego de la primera cerveza ya se sintieron más que cómodos, ella iluminaba el aire viciado de humo con su risa clara y fresca, ni ella misma recordaba la última vez que se había reído con tanta intensidad. Poco a poco fueron contándose parte de su vida, fueron conociéndose un poquito apenas y más que demasiado. Ella seguía riendo y él se sentía cada vez más atrapado por ella. Moría por apenas rozarla. Por sentir su piel más de cerca. Pero se había puesto el disfraz de caballero que en algunas oportunidades hacen pasar al hombre por tonto, fue descubriendo en ella a una terrible mujer y no quería correr el riesgo de perderla inútilmente. Prefería pasar por tonto... hubiera dado una buena parte de su reino por abrazarla. Aunque en realidad lo que estaba empezando a querer, era que ella fuera la Gran Dama de su reino. La noche fue pasando entre cervezas, cigarrillos y las risas de ella, se hicieron las 4 de la mañana y decidieron salir de aquel lugar.
La lluvia se había encaprichado con ellos y no paraba de caer, empezaron a caminar y luego de unas cuadras se pararon en otro bar a tomar un café. Había que calentar el alma. Era la hora en que los cuerpos empiezan a reclamar... el de él la reclamaba, tenía que sentir su piel, pero por una vez en su vida, por ésta vez... iba a dejar que a su cuerpo lo gobierne su cerebro y no su corazón, no sus instintos, NO esa noche, tenía ante sí a una mujer que, entendía, valía la pena tener por mucho más tiempo que aquella noche y no se iba a doblegar ante aquel deseo. La apuesta era consigo mismo, doble o nada y apostó el doble por “nada”; dejó, por esa vez, su deseo de lado, se olvidó de su piel y, sobre todo, de la de ella.
Terminaron ese café y volvieron a la calle. Y caminaron... caminaron de la mano hasta donde dieron los pies, el tiempo fue pasando... el sol no iba a salir aquella mañana por obra y gracia de la dichosa lluvia que era sólo por y para ellos. Mientras caminaron todo ese tiempo ella compartió con él aspectos de su vida que a él le sorprendieron y que recibió con mucho placer, dado que le demostraban confianza, soltura y sobre todo, que por esa noche, ella se sentía muy cómoda, ¡y estaba cómoda con él!
Conforme fue pasando el tiempo él fue odiándolo cada vez más, llegaba la hora de despedirse, sintió que la noche había sido demasiado corta, ella al otro día se volvía a su ciudad. Nunca le gustó hablar del destino, nunca pudo soportar la idea de no ser él quien determine el curso de su vida, pero en esta oportunidad... sintió que si alguien se la había puesto a la izquierda algunas semanas antes sin que él se lo imaginara y ahora, se la arrebataba de su lado quién sabe por cuanto tiempo... ese tenía que ser el destino, nada ni nadie puede ser tan perverso. Llegaron a la esquina donde se separarían... llegó el momento de despedirse... la pregunta era ¿cómo? Él moría por besarla, pero era consciente de que no lo haría. Hizo lo que pudo, por más que hablaran mal de él... se abrazaron... ella se fue caminando con dirección norte, él se fue para el sur. Ambos con sus emociones, sus conclusiones, sus sentimientos y sus pensamientos.

Caminó algunas cuadras hasta la parada del bondi, se calzó los walkman, compró el diario y entre sus pensamientos sacó la conclusión de que era mejor así, no era tan malo después de todo que ella se fuera por un tiempo. Necesitaba, por una vez en la vida, dejar sus impulsos de lado y pensar, necesitaba interpretar quién era y qué venía a hacer ella en su vida. Hoy ya pasaron un par de días y extraña su voz, extraña su risa. Repasa la noche del sábado y siente que estuvo, por lo menos esa noche, un poco menos solo. Siente que si tuviera la oportunidad de volver el tiempo hasta las 23:15 del sábado solo cambiaría una sola cosa: caminaría un poco más de la mano de ella.
Siento que esa fue una de las mejores noches que vivió este tipo en los últimos tiempos “No hay besos campeones en un primer round.” Siente que por primera vez en la vida no va a provocar nada impulsivamente, tiene ganas de que las cosas se den de manera natural y espontánea. Y va a pensar, sin dejar de sentir, claro, pero despacio y con hambre, con hambre de gol.

Carta durante una espera

Carta durante una espera

Es todo demasiado loco... el tiempo, digo... de un tiempo a esta parte y haciendo valer la implacable redundancia parece pasar demasiado lento y, a la vez, es como si hubieran pasado un par de decenas de años. No sé quién sos... pero te conozco hace demasiado tiempo; sin caer en el lugar común de decir: “tal vez en una vida anterior...” ¡NO! Eso, no... (populacho), pero te tengo de otra parte, tal vez no de una vida anterior sino de una vida paralela... tu risa yo ya la disfruté y necesito más... las ganas de abrazarte que aparecieron cuando me llamaste, yo las tenía de antes... de antes de las mismas ganas. Yo, en alguna otra parte, ya tuve ganas de abrazarte, solo que ahora te identifico, tenés forma, tenés voz... tenés letra, como dice el Noble Iván: “¿En dónde estabas cuando no estabas?¿En qué calles no te crucé?” (Disculpame esto de citar frases de tipos que nada tienen que hacer acá, pero tiene que ver con lo que hablábamos sobre identificarte y darle determinada interpretación a lo que dijeron o escribieron otros)

Estoy esperando tu llamado...

¿Tenés idea las ganas que tenía de corporizarte? Ahora que... por fin... te convertiste en algo “tangible”. Ahora que... me llamás a la mañana para desearme un buen día (Aquellas pequeñas cosas), siento que no todo fue en vano, siento que el haberme encerrado durante un tiempo como Pink (el pibe de The Wall) buscando el sol en un agujero del techo, tiene por fin... su recompensa. Yo no sé a qué, ni por qué, ni para qué te presenté a mi yo, pero ahí estás, o mejor dicho... ACÁ ESTAS, y es un muy buen excelente valedero significativo apropiado grato descabellado brillante superfluo imperdible estupendo encantador sublime agraciado revelador conveniente legítimo e insoslayable motivo para descorchar un buen cham-pan y brindar... Brindar por ti, mujer y porque vuelen los ángeles...

Sigo esperando el timbre...

¿Cómo es eso de entregar la mitad del reino por algo?. Doble o nada milady (alma de tahúr)... el mío entero por este presente, por tu carcajada, por el punto justo del abrazo... no me corra la mitad porque la espero el doble.

Ring... ring... (mi cuñado)

Ya no espero...

Paro un poco, me pongo a pensar y me imagino tu ombligo... Dan ganas de hacer un bolsito con un par de remeras, dos calzones, una media, tres paquetes de puchos, dos gaseosas y... mudarse a ese ombligo, tirarse a la sombra de ese aro y... ¡Qué explote la galaxia! ¡Misión cumplida!... las montañas, al norte, deben darle al paisaje una visión que jamás se ha visto ni de “costadete”... la humedad la imagino en un 98%... el viento debe de soplar del sur con un aroma a piel mezclado con algún perfume que debe de refrescar los pulmones viciados por el tabaco y el aire del resto del planeta, y la temperatura... LA TEMPERATURAAAAAA en ascenso... el lugar ideal para dejarse morir. “Lo único que temo de la muerte es que no me permita morir de amor.” Y en ese paraíso... ¿Cómo no morir a merced de él?

Listo... me voy a dormir... evidentemente hoy me quedo sin un poco más de inspiración... no hablamos... no importa... mañana... mañana estaré vivo nuevamente... y más vivo que hoy... seguro...

Te mando un beso de esos que te abarcan toda, salud y que vuelen los ángeles de una buena vez.

Del infierno al paraíso

Del infierno al paraíso

Mi nombre es Lily, soy una Mastín Napolitano de 1 año y un mes (todo un cachorrito de 45 kilos), vivo en “mi paraíso” personal, La Veterinaria. Acá convivo con “El Gordo”, “El Flaco”, “Las Doctoras”, “El Negro”, “El Negrito” y “El Chofer”. Como verán, ninguno de estos personajes tiene nombre. La única que para la gente tiene nombre propio soy yo... LILY.
Pero aunque digan que los perros no hablamos, voy a tratar de contarles cómo llegué hasta acá, a pesar de que con el tamaño de mis patitas se me complica un poco escribir correctamente en el teclado.

Nací el 17 de mayo de 2002 en el seno de una familia napolitana de buena sangre, luego de estar tomando la teta de mi mamá durante 45 días, noté que poco a poco mis hermanos empezaron a emigrar en busca de nuevos horizontes y de un futuro mejor para sus descendientes. Hasta que un buen día me tocó el turno a mí, recuerdo que me subieron a un auto y me llevaron a una casa en la zona de Martínez, allí conocí a otra chica de mi especie, una Pit Bull negra a la cual llamaban Cocó. A mí decidieron llamarme Lily. En esa casa en principio todo iba muy bien, jugábamos con Cocó, comíamos juntas y descansábamos, pero poco a poco, lo que estaba bien empezó a tornarse un poco violento. El dueño de casa quería que fuera mala, yo contaba con 5 meses de vida y hubo alguien que le dijo que tenía que maltratarme para que así sea; empezó por encerrarme todo el día y no dejarme salir ni siquiera para hacer mis necesidades, apenas si me daban de comer. El único respiro que tenía era una vez a la semana cuando nos venían a buscar de La Veterinaria, ahí se dieron cuenta que estábamos encerradas y nos dejaban jugar un buen rato en el local, claro que no todo era un lecho de rosas, ahí también... “me bañaban”
Fue en La Veterinaria que se dieron cuenta que no solamente estaba encerrada sino que además me pegaban. Y se dieron cuenta por el golpe que tenía en la cabeza (el mismo que me dejó el chichón que tengo ahora) y por las quemaduras de cigarrillo en mis cachetes. Ahí en La Veterinaria las doctoras siempre me curaron, pero seguían con la otra tortura... “Me seguían bañando”
Pero eso no fue todo. Como no pudieron hacerme mala, dado que no está en mi naturaleza, el dueño de casa decidió dejar de darme de comer. No le servía. Fue así que, después de un buen tiempo sin comer ni tomar agua, ya no me pude levantar. Pero hubo algo que hizo que la esposa del dueño de casa llamara a La Veterinaria: -“Lily no camina”- dijo. Yo tenía 7 meses.
Inmediatamente la doctora me fue a buscar y me llevaron (según me contaron después) a una veterinaria en Capital, allí me curaron. Homeopatía, Flores de Bach, Acupuntura, medicina tradicional y sobre todo una buena alimentación, fue lo que me sacó adelante. A estas dos veterinarias les debo mi vida, sobre todo a la de Capital, porque ahí... No me bañaban.
Para la gente de La Veterinaria, el problema recién empezaba, el dueño de la casa donde viví les dijo que si el tratamiento era caro me iba a “llevar al campo” y me pegaría un tiro, con lo cual no supieron qué hacer, pero como estaban por abrir el segundo local, casi de común acuerdo decidieron adoptarme. Es ahí, en el segundo local, donde vivo ahora. Es “mi paraíso”. Comida... no me falta. Caricias... es lo que sobra, de ellos y de toda la gente que viene al local por mí (si no estuviera yo no sé qué harían) Gracias a las doctoras tengo hasta obra social. Juguetes... un montón. Y sobre todo... PALITOS, muchos palitos, ellos me dan alimento balanceado, ¡¡¡qué les pasa!!! Yo quiero palitos. A ver si entienden: PA-LI-TOS, ok!
Pero yo, la comida y los palitos me los gano, trabajo para eso, cuando suena el timbre del portero salgo de donde esté, ladrando con mi voz ronca pretendiendo ser el perro de guardia. Les cuido los cachorros que tienen a la espera de nueva casa (claro que no me dejan dormir) Cuando viene alguien “raro”, enseguida me sueltan para que ese “raro” me vea.
Por supuesto que “mi paraíso” tiene su lado malo, a veces me retan cuando corro entre las góndolas y tiro con mis caderas todo lo que esté en ellas. O cuando se olvidan abierta la puerta de alguna jaula donde están los cachorros y yo les robo los huesos, etc... pero no quiero contarles de mis desastres porque tendríamos que publicar varios tomos. Pero lo peor que pasa en “mi paraíso” es que... ¡¡¡ME BAÑAN!!!

Han pasado casi tres años desde que estoy acá, a veces me acuerdo de Cocó y me dan ganas de verla, la extraño, no sé por qué no viene.... el otro día escuché que no venía más porque mi antiguo dueño se la había llevado “al campo”, espero que la esté pasando bien, aunque no sé por qué no me gusta eso...
Saben una cosa? En Noviembre fui mamá!!! Soy mamá de ocho cachorritos de Mastín, me vuelven loca pero estoy feliz. Siempre me acuerdo del día que llegué a esta Veterinaria, me acuerdo de las caras de los chicos que no sabían qué hacer para que estuviera bien... El día que fui mamá cuando nació mi último hijo los vi abrazarse y llorar, se decían: “Es muy fuerte esto, te acordás... hace dos años Lily llegó casi muerta y hoy... es MAMÁ!!!!”
Pobres incrédulos no saben lo que les espera cuando estos crezcan. Igual voy a hacer lo posible para que mis cachorros se porten bien, no quiero que pasen por el mismo y terrible sufrimiento por el que paso yo dos veces al mes... Espero que no los bañen tanto!!!

Así fue, así pasé... del infierno al paraíso.