AÑO NUEVO... día nuevo
Mis mejores deseos para hoy
El fin de un año y el comienzo de uno nuevo solía significar algo así como una "revisión", una puesta a punto, una nueva programación... para el futuro.
Los acontecimientos, la realidad de nuestras vidas me enseña que no hay futuro, que apenas si disponemos de estos momentos presentes, tan frágiles y leves, que se evaporan en el momento mismo en que los pronunciamos...
Entonces, mis mejores deseos son para este mismo momento.
Quiero hacer realidad ahora mismo todo eso que siento y deseo.
Año nuevo, mes nuevo, semana nueva, día nuevo, hora nueva, minuto nuevo, segundo nuevo...
Algo muy importante ocurre en cada momento y tengo que prestarle la máxima atención.
Mirar, ver, contemplar, descubrir eso que ocurre delante de mis ojos.
Por mi oficina pasa mucha gente.
Todos vienen a por algo. Y todos me traen algo.
Es una información, un comentario, una actitud, un dolor, una queja, una alegría también.
Y quiero aprender a "prestar la máxima atención". Ahí está el día nuevo.
Hoy me comentaba un compañero (jubilado y muy dinámico a la vez) detalles de sus Navidades compartidas... También el dolor de descubrir ancianos "olvidados" en la residencia y que ni siquiera han tenido la visita de algún hijo o algún nieto...
Se le saltaban las lágrimas al contármelo.
Y qué emoción al decirme que al aportar un poco de cariño, una sonrisa, una caricia a ancianos como ése "se sentía como Dios"...
Lo he recibido como un regalo. Y qué maravilloso regalo en este comienzo de año.
Reconocer a alguien y sentirse como Dios.
¿No será eso el mejor modo de alcanzar el más alto nivel de calidad de vida?
Año nuevo... día nuevo!