Blogia

gabrielito

Una historia real.

Esto es una historia real, como casi todas las que suelo contar, mis 56 años me dan una cierta categoria como narrador(aunque malo)de un montón de relatos, algunos que me ralataban mi familia y otros vividos,in situ, por mí.
Las X son los nombres reales, los omito simplemente porque, no me parece justo, que sin permiso de mis parientes, cite sus nombres y encima de los citados solo quedan vivos tres. De todos modos a nivel personal

QUERIDA ABUELITA

Fíjate abuelita el trabajo más fácil que me ha mandado Isabel, mi profesora de Sociales, ni más ni menos que hable sobre ti, pero en este momento estoy pensando que no es tan fácil el trabajo, ya que tu vida no fue fácil y yo quiero contar tu vida, tu vida antes de ser mi abuela, sabes que me la conozco al dedillo, tu misma me la contaste y salvo que me engañases, cosa que dudo, fue muy ajetreada y nada fácil.

Naciste en XXXXX XX XXXXXX, provincia de XXXXX, XXXXXX te bautizó la iglesia, allí te casaste con el abuelito XXXX y allí tuviste a tu primera hija Cristina XXXXX, mi madre.
Eran tiempos difíciles, tiempos de hambruna, y por eso decidisteis viajar a nuevas tierras españolas, Pontevedra fue la ciudad que os acogió, por cierto y siempre dicho por ti, con cariño.

Allí comenzó tu leyenda, porque lo tuyo no fue historia, fue una bonita, triste, alegre y hermosa leyenda.
Con diez y siete y diez y ocho años, tus hermanos algo mayores que tú, XXXXX y XXXXX,ya habian marchado de casa, en busca de fortuna, decididos a conocer nuevas tierras, aquellas tierras, que se encontraban allende los mares. XXXXX no tuvo demasiada suerte o no la quiso tener y al cabo del tiempo volvió. XXXX vivió feliz y formó una hermosa familia, pero en las cartas que escribía desde Cuba, se le notaba la morriña, la añoranza de su querida España. Sabrás que murió después de ti, porque allá donde tú estas dicen que se sabe todo y la última carta que escribió desde Miami, me la escribió a mí, su sobrino nieto, cuantas veces la he leído y cuantas veces le he llorado. La carta se la llevó la Pantanada de Tous, como se llevó muchas cosas de mi XXXXXX querido. ¿Sabes? Ahora se llama XXXXXXX.

Abuelo XXXX y tú, con unos pocos dineros montasteis una abacería, allí nacieron tus otros hijos XXXXX, XXXXX, XXXX e XXXXXX. Toda aquella alegría te la arrancó de un manotazo la vida, mejor dicho, la muerte. Te hizo una mala faena llevándose a tu XXXXX querido, joven, muy joven, tal vez demasiado joven, dejando el mando del barco para ti sola con los hijos pequeños, tal vez demasiado pequeños.

Pero la vida continúa para las mujeres con coraje, como el que tú demostraste a lo largo de tu existencia.
En el triste y nefasto 36, tu hijo XXXXX estaba estudiando en Madrid, y desde allí recibiste la tristísima noticia de que a tu querido XXXXXXX lo habían asesinado y lo peor es que su cuerpo lo hicieron desaparecer, te quedaste sin hijo y sin tumba para poder llorarle.
El motivo por el que tu hijo fue eliminado del juego de la vida, parece ser que fue por ser amigo personal de un tal José Antonio, cuyo apellido creo que era Primo de Rivera.
Te recuerdo en este momento diciéndome como siempre me decías, eso si, sin rencores, “cosas de las guerras”, y luego me enseñabas la medalla que te dieron a cambio de tu hijo ¡A doña XXXXXX XXXXX XXXXX, se le concede la medalla al sufrimiento por la patria! Con cierta ironía añadías “esto me da derecho a montar un estanco o una administración de loterías”, como si mi hijo solo hubiera servido para eso. Nunca montó ni el estanco ni la administración.
La vida seguía siendo dura contigo, al poco tiempo tu otro hijo, XXXXX, tuvo la gran idea de darte un susto, alistándose de marino en el “Baleares”buque de guerra que fue hundido por dos certeros torpedos. Muchos jóvenes murieron en el hundimiento, pero esta vez la suerte se alió con tu hijo, una gran mancha de aceite o petróleo y un poco de saber mantenerse en el agua, hizo mantenerlo en vida hasta que lo recogió un barco ingles. Cuando volvió a Marín, cursó la carrera de militar, ¡que orgullosa te ponías cuando aparecía por XXXXXX, vestido de oficial de la Armada! XXXX murió el pasado año 2002, cuando partió en tu busca era contralmirante.
Abuelita me sabe mal, pero no voy a seguir contando tu vida, la verdad es que fue larga y con mucho que contar, pero tienes que comprender que Isabel, la profe, no creo que esté por la labor de aguantar tanta historia, que encima ni le va ni le viene y eso hace que le sea posiblemente indiferente.
Por cierto, tu otro nieto de los muchos que te dieron tus hijos, , está empecinado en buscar antepasados suyos por parte de su padre, tu hijo XXXXX, lo tiene ultimado; con los antepasados de su madre está teniendo más dolores de cabeza. XXXXX Aparicio, tu nuera, a pesar de ser de Pamplona, parece ser que sus ancestros provenían de Enguera (Valencia).
Bueno, para que veas como es tu nieto XXXX, se vino hace un tiempo y estuvo un par de días investigando por Enguera, parece ser que entre él y el cura del pueblo, descubrieron que algún Aparicio emigró hacia Pamplona, de todos modos él sigue en sus trece.
Esto te lo cuento por mera curiosidad, ya que mi profesora es Aparicio de apellido.
Si tengo algún trabajito que hacer como éste, me entretendré acabando de contar tu leyenda, porque lo tuyo no fue historia, fue una bonita, triste, alegre y hermosa leyenda.

Una historia inconclusa

Si hubiese sido rey me hubieran conocido con el nombre de GABRIEL I EL INCONCLUSO. Empezar empiezo...pero acabar,eso ya es otra historia...

EL VIEJECITO

Era una hermosa tarde de primavera, pero yo estaba triste y como tenía ganas de estar solo comencé a andar y andar, sin darme cuenta había dejado atrás el pueblo y me encontré en el monte. De inmediato me vi rodeado de árboles y hermosas flores: ¡¡que paz y tranquilidad se respiraba allí!!. Seguí paseando y admirando toda la belleza que me rodeaba.
Al pronto me encontré con un viejecito, ni bien ni mal vestido, pero muy limpio y eso lo demostraba su abundante, larga y canosa barba. La verdad, es que le daba una arrogancia y una dignidad fuera de lo normal. En pocas palabras, irradiaba paz y confianza y allí estaba sentado en un pequeño risco; por un momento llegué a pensar que me estaba esperando, y así era.
Al llegar hasta él, respetuosamente lo salude.
- Buenas tardes señor.
El viejito con una voz armoniosa y segura me contestó:
- Hola hijo mío, ¿cómo te encuentras? Siéntate y descansa.
Así lo hice, y sin darme casi cuenta, allí estaba yo contándole mis cuitas y pesares, y allí estaba él, escuchándome con atención, sin perder ninguna de mis decepciones.
En un momento dado me dijo:
- Hijo, ¿Quieres que te cuente una historia? Que no es cuento ni fábula, porque esto sucedió hace ya algunos años. No creas hijo que sucedió hace muchos años, pero eso sí, por lo menos casi medio siglo.
- Por favor, cuéntemela. Le dije yo ansioso.
El viejecito con cara sastifecha y bondadosa comenzó:
- Como ya te he dicho antes, hace algún tiempo, un cálido día de mayo, prologo inequívoco de un caluroso verano, se celebraban las primeras comuniones de un buen número de niñas y niños, todos iban guapísimos, inmaculados, como el día lo requería.
De entre todos los niños sobresalía uno, pero no creas que era por ser más alto o más guapo, si no porque era el más pequeño de todos en edad, mira tú que todavía le faltaba, digamos que oficialmente, un año para tomar su primera comunión.
- Bueno, no quiero alargar mi historia con detalles superficiales, así que vayamos al grano. Me dijo el viejito.
- Terminada la ceremonia, se le acercó a este niño un hombre bastante joven, rubio y de poblada barba, aunque su rostro estaba algo pálido tal vez por estar cansado o mal alimentado, su cara irradiaba dulzura, tanta dulzura que cuando el hombre le cogió la manita, este ni siquiera se asustó.
El hombre con voz emocionada le dijo: ¡te voy hacer un regalo!
El niño curioso le preguntó: ¿que me vas a dar?
El hombre saco de su bolsa algo que parecía una cajita, una hermosa cajita de porcelana finamente decorada.
El niño con asombrados ojos dijo: ¿Eso es para mí, me la vas a regalar?
- Sí. Le contestó.
Se la puso entre sus pequeñas manos, mientras que con las suyas abarco las del niño que amorosamente cogían la cajita de porcelana.
El hombre se arrodilló ante el pequeño y mirándole a los ojos dijo: Amado niño, hoy a sido uno de los días más felices de tu vida, no lo olvides y voy a pedirte una cosa.
El niño emocionado le decía: Sí lo que quieras, quieres venir a mi casa a comer chocolate, parece que tienes algo de hambre y en casa hoy hay mucha comida para celebrar el día de hoy.
- Lo que quiero es que en esa cajita guardes todas tus buenas acciones a lo largo de tu vida y llegará un día que la necesitaras para ver el fruto que ha dado tu vida. Diciéndole esto le dijo: ¿me quieres dar un beso?
El niño emocionado lo abrazó y besó.
Se puso de pie el hombre y posó su mano derecha sobre la cabecita del niño y bendiciéndole se fue.
El pequeño se quedó algo triste, pero a la vez estaba henchido de felicidad y gozo, la hermosa cajita era el mejor y más bonito regalo que le habían hecho y eso que le habían hecho muchos.
Lo curioso del caso es que cuando el niño fue a contar lo sucedido, nadie había visto a ese hombre, ni nadie veía la hermosa cajita de porcelana, solo la veía el niño.
Entonces pensó, esto es un secreto que me ha regalado este buen señor y nadie la puede ver más que yo. Y así quedó la cosa.
El viejo me preguntó: te ha gustado la historia.
- ¡Sí, mucho, muchísimo! Lastima que haya terminado.
- No, si no termina aquí, esta historia sigue, ¿quieres seguir escuchándola?
- Si por favor, estoy aquí muy a gusto con usted, siga, siga por favor.

Soñar

Porque sueño algunos me llaman loco, sueño despierto a cualquier hora y en cualquier lugar, y lo mejor es que creo en mis sueños, e incluso a veces me meto tan dentro de ellos que me cuesta salir. Pero por desgracia siempre termino saliendo de ellos,pero eso si,siempre me queda el consuelo de haber estado viviendo la ilusión de un sueño, mis sueños no son fantasmagóricos, los fantasmas los dejo para los no locos, los dejo para los que habitan en el mundo de los cuerdos.

Esta locura no es enfermiza, se trata solo de ver donde los ojos no pueden ver nada; es saber escuchar, cuando no oyes nada, es saber hablar, aunque no tengas a nadie que te escuche. No tengáis miedo queridos “cuerdos”, no es contagiosa.

Estoy tan loco, o metido tan dentro de mi locura, que vuestro mundo me asusta. Tengo pánico a las guerras, mis locuras no las conocen; me asusta el maltrato, mis locuras se conforman con querer; me asusta vuestra intolerancia, mis locuras conocen a la persona por el brillo de sus ojos, no distinguen colores de piel...

Esto es cosa de los Reyes Magos

Esta visto que mi vida es un continuo dar las gracias, dar las gracias a esas personas que sin saber como han llegado a mi vida, y sin pedirte nada a cambio, te ayudan, te enseñan y encima se convierten en unos y unas amigos y amigas, maravillosos y maravillosas.Doy gracias a los Magos de Oriente por haberme hecho el regalo más importante para mi, el de la amistad.
Aquellas personas amigas que me conocen, saben que tal vez no me explique bien, pero lo que digo lo digo de corazón.Así que a esa persona que me ayuda desinteresadamente, un beso y un abrazo.

Agradecimiento

Este mi primer escrito, solo es para agradecer a mi querida amiga Galatea, que me haya indicado este maravilloso sitio, que por lo que veo, puedes escribir, bien o mal, pero escribir cosas que necesitas decir, aunque no tengan ningún sentido, pero que necesitamos hacerlo.Siempre me gusto contar cosas, a veces interesantes, pero la mayoria de veces intrascendentes, asi y todo te apetece contarlas.
Si esto lo lee alguien, decirle que soy un hombre demasiado joven para que me llamen viejo y demasiado vejo para que me llamen joven.
Bueno como presentación, creo que es hasta excesiva, por lo tanto, aqui termino de momento, espero que las cosas que haga las haga bien, lo intentaré por lo menos.Como no se si aqui se despide uno o no, por ser la primera vez lo voy hacer:Un beso de agradecimiento para Galatea y un saludo para todos.