FELIZ SUEÑOS
No podéis verme, pero siempre estoy ahí. Soy liviana como la niebla, rápida al ojo humano, aunque tormentosa a vuestro débil corazón. Imaginad mil años sumados al infinito y multiplicados por una eternidad. Mucho más tiempo llevo observándoos, aprendiéndome vuestros errores, disfrutando de vuestras desgracias, percatándome de vuestras debilidades, demasiadas debilidades, me temo.
Sois una inútil raza de mortales que durante largo tiempo ha intentado evolucionar, creando curas contra enfermedades mortales, defendiéndose de múltiples plagas, con un único objetivo, evitarme. Mas tarde o temprano viajaréis a un mundo en el que la salida es inexistente, en el que todo es negro, en el que no hay luces que iluminen vuestras endebles almas, ya que una vez allí, vuestras almas serán mías.
Deberías miraros, sois patéticos. Me cuelo en vuestros sueños, transformo ilusiones en miedos que apenas os dejan dormir. ¿Por qué tanta insistencia en destruirme?. Yo no soy el peligro, simplemente cumplo con mi trabajo. Vosotros sois el peligro, os mutiláis en sangrientas guerras, y creedme, no las he creado yo. Son vuestras enfermas mentes las que os vuelven locos, contribuyendo así a la extinción de la más desagradable especie que el mundo haya conocido.
El por qué de vuestra insensatez no os la diría ni el más sabio. En ocasiones me provocáis, me llamáis antes de tiempo. Os masacráis por ser de un color u otro, por diversión o por placer. No me odies entonces, vosotros tenéis la culpa de que yo exista. Un día, sin razón alguna me creasteis. Ahora ateneos a las consecuencias.
Notáis mi presencia, lo siento. Veo vuestras miradas perdidas, siento vuestros miembros paralizados, vuestra sangre congelada, el lento tic tac de viejo y desgastado corazón.
Un ser superior... no lo llamemos Dios, simplemente un ser superior, os dio el don de la razón, la capacidad de pensar y tomar decisiones en beneficio propio. Podías haber hecho de vuestro mundo un paraíso. Por el contrario, elegisteis la senda del dolor, el odio y el sufrimiento. Os habéis convertido en dementes. ¿Y vosotros os llamáis seres humanos?. De humanidad ya os queda bien poco, tan sólo una leve brisa del pasado.
Cerrad todas las ventanas, echad la llave, bajad las persianas y arropad a vuestros asustadizos niños hasta la cabeza, que todo es inútil. Os veo, no me esperéis despiertos. Felices sueños.