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La agroindustria de exportación no tradicional y el trabajo de las mujeres

El boom agroexportador no tradicional de países latinoamericanos como el Perú, Chile y Colombia ha abierto nuevas posibilidades de empleo a las mujeres. Si bien en el caso del Perú, el clima favorable de zonas como La Liberatd e Ica permite la producción de hortalizas (espárragos,pimiento pikillo, páprika, alcachofas)durante practicamente todo el año, la mano de obra barata, el menor estándar de derechos de las y los trabajadores de la agroindustria (prolongado por el actual gobierno del Dr. Toledo),las habilidades agrícolas de la fuerza laboral (principalmente migrantes del campo) y la abdicación del Ministrio de Trabajo y Promoció del Empleo de su rol tuitivo a favor de la parte msa debil de la relación laboral (el y la trabajadora), son también un aliciente que actúa a favor de la decisión de seguir invirtiendo en este sector.

El Estado peruano ha dado facilidades no sólo tributarias al capital qinteresado en invertir en la agroindustria de exportación no tradicional, los ha exonerado de cumplir con varios derechos laborales a través de la Ley de Promoción a la Agroindustria; así estos trabajadores tienen derecho a sólo 15 días de vacaciones anuales (los demás trabajadores tienen derecho a 30 días), han perdido el derecho a una compensación por cada año de servicios, entre otros.

Las condiciones de trabajo en las que laboran son derpimentes: sin el reconocimiento de sus horas de sobretiempo, en jornadas prolongadas de más de 8 horas, sin una hora fija para tomar sus alimentos (es frecuente que se quejen de gastritis), sin medidas e instrumentos de protección de su salud, sin derecho a sindicalización (no es casual que no exista un sólo sindicato de trabajadores de la actividad ni en Ica ni en La Libertad) y con un trato denigrante y humillante.

Estos y estas trabajadoras, generalmente provenientes del campo, no tienen la manera de exigir sus derechos, si lo hacen en la empresa son despedidos y la capacidad operativa del Ministerio de Trabajo es mínima.

Una de las salidas a esta grave situación es la acción conjunta de la solidaridad internacional, el consumo ético y la certificación social de los productos deb ser un isntrumento de presión para que las y lso trabajdores del tercer mundo también gocen de lso detrechos económico, sociales y culturales

Derechos Laborales y Producción Globalizada

Derechos Laborales  y Producción Globalizada

El proceso de globalización es multifacético. Se trata de un fenómeno que no es reciente, pero la sensación del cambio vertiginoso nos hace sentir que nació con nosotros.

Las cadenas de producción globalizadas, en una estrategia de abaratar costos, dscentralizan la producción buscando mano de obra barata. Los países subdesarrollados, ansioso de inversión externa, tratan de hacerse más atractivos al capital transnacional ofreciendo exhoneraciones tributarias, regímenes de estabilidad jurídica, facilidades para la remesa de susu utilidades, y menores derechos laborales para los trabajadores (regímenes laborales especiales , zonas francas por ejemplos).

La discreción de los gobiernos para manejar las políticas tributarias, comerciales, productivas y todas las políticas públicas ha sido en cierta medida lesionada por los actores globales (organismos multilaterales, capital transnacional, potencias munciales); en el limitado marco de acción que tienen, tienen todo el poder de decidir las políticas de Estado pero siempre y cunado no lesionen los Derechos Humanos.

La política laboral define una parte importante de lso Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los derechos derivados de una relación laboral: los derechos de libre asociación, de sindicalización, de huelga, la no discrimianción en el empleo y la ocupación, la salud y seguridad en el trabajo, igual remuneración por trabajo de igual valor, libre elección del trabajo, protección de la maternidad, compatibilidad entre las ocupaciones familiares y alborales, un aremuenración que permita una vida digna, etc.

Sin embargo, en ese afán que el país sea premiado con inversión extranjera directa, se crea por ley ciudadanos de segunda categoría: trabajadores del sector en el que se quiere estimular la inversión (agroindustria no tradicional, textil, automotriz, etc) con menores derechos que el régimen laboral general o el establecimiento de zonas francas con mínimos o nulos derchos laborales.

La competencia por atraer capitales en un mundo de economías abiertas hace que la cuerda se rompa por el lado más débil: las y los trabajadores.