Blogia

krishnamurti. Las relaciones

Pongo énfasis en la relación porque, al entender profundamente su complejidad, estamos creando comprensión, una' comprensión que sobrepasa la razón y las emociones. Si basamos nuestra comprensión meramente en lo racional, entonces hay en ella aislamiento, orgullo, falta de amor; y si la basamos únicamente en lo emocional, hay carencia de profundidad, no hay amor, sino sentimentalismo que pronto se evapora. Sólo de esta comprensión puede surgir una acción completa. Esta comprensión es impersonal y no puede ser destruida. Ya no está más bajo el mandato del tiempo. Si no podemos generar comprensión a partir de nuestros problemas cotidianos de codicia y de nuestras reacciones, al buscar una comprensión y un amor semejantes en otros reinos de la conciencia es vivir en la ignorancia y la ilusión.
Para captar el complejo problema de la vida con sus conflictos y sufrimientos, debemos producir una comprensión integral. Esto puede hacerse sólo cuando comprendemos profundamente el proceso del anhelo, el cual constituye actualmente la fuerza principal en nuestra vida.

Interlocutor: Al hablar de revelación propia, ¿quiere usted decir que uno se revela ante sí mismo, o que se revela ante los demás?

Krishnamurti: A menudo se revela, efectivamente, ante los demás, ¿pero qué es lo importante, verse uno mismo tal cual es, o revelarse ante otro? He estado tratando de explicar que, si lo permitimos, toda relación actúa como un espejo en el cual podemos percibir claramente lo que está torcido y lo que está derecho. Provee el enfoque necesario para ver con precisión, pero como lo expliqué, si estamos cegados por ideas preconcebidas, opiniones y creencias, no podemos, por intensa que sea la relación, ver claramente, sin prejuicios. En cuyo caso, la relación no es un proceso de revelación propia. La cuestión principal que debemos considerar es: ¿Qué nos impide percibir con exactitud? No podemos percibir, a causa de las opiniones que tenemos acerca de nosotros mismos, a causa de nuestros temores e ideales, de nuestras esperanzas, creencias y tradiciones, todo ello actuando como velos para la percepción. Sin comprender las causas de estas perversiones, tratamos de alterarlas o nos aferramos a ellas, y esto crea más resistencias y más dolor. Nuestro principal interés debe estar puesto no en cambiar lo que percibimos o en asirnos a ello, sino en estar lúcidamente atentos a las múltiples causas que producen esta perversión. Algunos podrán decir que no disponen de tiempo para prestar una atención semejante, que se hallan demasiado ocupados, etc., pero ésta no es una cuestión de tiempo sino, más bien, de interés. Entonces, cualquiera que sea nuestra ocupación, en ella está el principio de la percepción alerta. Buscar resultados inmediatos es destruir la posibilidad de una comprensión completa.
.
ETXERA / HOME. Vuelta a La Revolución Sexual.
.
FORO DE DEBATE

ETXERA / HOME. Vuelta a La Revolución Sexual.
FORO DE DEBATE
.
Para la mayoría de nosotros, la relación con el otro se basa en la dependencia ya sea económica o psicológica. Esta dependencia crea temor, engendra en uno el afán posesivo, se deriva en fricciones, recelos, frustración. La dependencia económica respecto de otro tal vez pueda ser eliminada mediante una legislación y una organización apropiadas, pero me estoy refiriendo especialmente a esa dependencia psicológica que es el resultado del anhelo de satisfacción personal, de felicidad, etc. En esta relación posesiva, uno se siente enriquecido, creador y activo; siente que la pequeña llamita propia se incrementa gracias al otro. A fin de no verse privado de esta fuente de plenitud, uno teme perder al otro, y así es como surgen los temores posesivos, con todos los problemas resultantes. Por eso, en esta relación de dependencia psicológica, siempre tiene que haber miedo consciente o inconsciente, sospechas que a menudo permanecen ocultas tras el sonido de palabras agradables. La reacción que produce este miedo nos lleva siempre a buscar seguridad y enriquecimiento personal por diversos cauces, a aislarnos en ideas e ideales, o buscar sustitutos para la satisfacción.
Aunque uno dependa de otro, no obstante, existe el deseo de ser puro, íntegro. El complejo problema de la relación es cómo amar sin dependencia, sin fricción ni conflicto, cómo vencer el deseo de aislarse, de apartarse de la causa del conflicto. Si para nuestra felicidad dependemos de otro, de la sociedad o del medio, estos factores se vuelven esenciales para nosotros, nos aferramos a ellos y nos oponemos violentamente a cualquier alteración de los mismos, porque dependemos psicológicamente de esos factores para nuestra seguridad y nuestro bienestar. Aunque intelectualmente podamos percibir que la vida es un proceso de flujo continuo, de mutación que requiere constantes cambios, emocional o sentimentalmente nos apegamos a los cómodos valores establecidos; en consecuencia, hay una incesante batalla entre el cambio y el deseo de permanencia. ¿Es posible poner fin a este conflicto?
La vida no puede existir sin relación, pero al basarla en el amor personal y posesivo, la hemos convertido en algo angustioso y horrible. ¿Puede uno amar y, sin embargo, no poseer? Ustedes encontrarán la verdadera respuesta no en los escapes, en los ideales y las creencias, sino mediante la comprensión de las causas que llevan a la dependencia y al afán posesivo. Si pudiéramos comprender profundamente este problema de la relación entre uno mismo y otro, entonces quizá comprenderíamos y resolveríamos los problemas de nuestra relación con la sociedad, porque la sociedad no es sino la extensión de nosotros mismos. El medio que llamamos sociedad ha sido creado por las generaciones pasadas; lo aceptamos, aunque contribuya a mantener nuestra codicia, nuestro espíritu posesivo, nuestra ilusión. En esta ilusión no puede haber unidad ni paz. La mera unidad económica producida mediante la compulsión y la legislación, no puede poner fin a la guerra. Mientras no comprendamos la relación individual, no podremos tener una sociedad pacífica. Puesto que nuestra relación se basa en el amor posesivo, tenemos que damos cuenta, en nosotros mismos, cómo nace, cómo actúa y cuáles son sus causas. Al percatarnos profundamente del proceso que implica el afán posesivo, con su violencia, sus temores, sus reacciones, adviene una comprensión que es total, completa. Sólo mediante esta comprensión el pensamiento se libera de la dependencia y del deseo de poseer. Es dentro de uno mismo que puede encontrarse la armonía en la relación, no en el otro ni en el medio que nos rodea.
La principal causa de fricción en las relaciones es uno mismo, el yo, que es el centro del anhelo unificado. Si sólo pudiéramos entender que lo primordialmente importante no es cómo actúa otro, sino cómo actúa y reacciona cada uno de nosotros, y si pudiéramos comprender esa acción de una manera fundamental y profunda, entonces la relación cambiaría a fondo y radicalmente. En esta relación con el otro, no sólo existe el problema físico, sino también el del pensamiento y el sentimiento en todos los niveles, y uno podrá estar en armonía con otro sólo si se halla íntegramente en armonía consigo mismo. Lo esencial que hay que tener presente en la relación no es el otro, sino uno mismo, lo cual no quiere decir que uno tenga que aislarse, sino que ha de comprender profundamente en sí mismo la causa del conflicto y del dolor. Mientras dependemos de otro, tanto intelectual como emocionalmente, para nuestro bienestar psicológico, esa dependencia creará inevitablemente miedo, del cual surge el dolor.
Para comprender la complejidad de la relación, tiene que haber paciencia reflexiva y seriedad. La relación es un proceso en el que nos revelamos a nosotros mismos descubriendo las causas ocultas del dolor. Esta revelación propia sólo es posible en la relación.

Sobre las Relaciones

Sobre las Relaciones

Pienso que es importante que consideremos juntos la cuestión del sufrimiento y la palabra amor -que ha sido tan desvirtuada-, y que examinemos cuál es el verdadero significado o sentido de esa palabra.
Para investigar con cierta profundidad estas cuestiones, tenemos que comenzar por lo que llamamos relación, relación humana. De otro modo, el amor se vuelve una abstracción sin mucho sentido y permanece como algo impreso en un libro, o algo de lo cual se habla en una iglesia o en un templo, y luego se olvida completamente.
Para expresarlo muy, muy sencillamente, pienso que debemos comenzar por señalar que la relación significa toda la estructura de la sociedad. Este es un problema muy complejo. Pero, para investigar esta cuestión, debemos empezar muy cerca, o sea, empezar por la relación humana que establecemos el uno con el otro.

Las mil y una bombas. Recuerdo a l@s victimas iraquíes.