El Trabajo Informal en Chile.....
Antes de comenzar a analizar ventajas y desventajas del empleo informal, creo que es indispensable definir antes, según mi perspectiva, lo que es un Trabajador Formal Chileno; advierto antes, a los lectores, que toda definición es de completa responsabilidad de quien las emite.
Trabajadorus Formalis Chilensis: dícese del chileno que se levanta periódicamente de madrugada para alcanzar a tomar la taza de café que le engaña las tripas durante la mañana. Con el maletín colgando de un ala (aún no se comprueba si este mamífero puede volar) sale de su casa para atrapar una ingrata micro, con aquel inhumano ser que tiene como chofer que pasará a toda velocidad frente suyo, restregándole en la cara que él tiene el poder. Parará una cuadra y media más allá, y nuestro chileno (el de todos los días) correrá hacia el transporte agradeciendo la buena voluntad del seños conductor: al menos me paró. Trabajará 8, 9 o más horas diarias exhaustivamente, semana a semana, para así pensar en trabajo y deudas todos los fines de semana, y finalmente, a fin de mes (o en otros casos quincenas como lo escuché una vez) recibirá un desnutrido cheque (papel con números en su mayoría fraccionarios) que le entrega indirectamente un macho alfa; este papel incentiva mes a mes al mamífero a seguir produciendo para continuar con aquella cadena: su vida.
Tomándolo desde este caricaturesco punto de vista, el empleo informal no se ve tan malo después de todo, ya que los trabajadores de este sector, no cuentan con un horario fijo y obligatorio, no dependen de ciertas fechas para conseguir dinero, no se les descuenta nada del sueldo, no deben responder a un jefe, ni dependen de las políticas de las empresas; es decir, ellos actúan con total libertad mientras laboran, no mecanizadamente: marcando tarjetas y cambiando vales por el menú del día... ¡Esto es espectacular! Ya quisiera yo estar libre del sistema, no quiero ir al colegio, no quiero escribir ensayos...quiero ser libre como ellos ¿Pero libertad hasta qué punto? Cada día nos tropezamos en la micro con trabajadores informales, que venden un sin fin de productos altamente cuestionables en utilidad, cada día vemos como escapan estos vendedores de carabineros, y cada día le decimos no gracias a aquellos individuos que nos entregan el calendario en la micro ¿Acaso aparentan algo de libertad estos sujetos? Creo que sabemos que la respuesta es un rotundo NO. Pero ¿Prisioneros de qué?... Prisioneros de cómo bien lo dice la guía en cuestión, la exclusión formal y social.
Formal, en el sentido de que sólo un 17% de los trabajadores del sector informal son contribuyentes, esto quiere decir que el estado, al resto, lo toma como (disculpe lo informal de mi vocabulario) un peo más de la sociedad...nadie los ve, pero todos los sentimos. Con esto, me refiero a que, en cuanto a beneficios de salud, habitacionales, etc, estos tienen menos posibilidades de obtenerlos en su totalidad, y es ahí donde aparecen las personas que viven gracias a un techo para Chile y a los canales con ciertas ideologías religiosas u otros simplemente populistas (no quiero olvidar a los políticos, pero no quiero manosear tanto un tema tan evidente y repetitivo).
Entonces, para el gobierno, estos individuos junto a sus familias son invisibles (como también escuché un día), pero solo invisibles cuando le conviene, ya que nunca es malo mostrar nuestro súper-hiper-ultra puro espíritu solidario para dejar a la gente tranquila y mansa.
Pero ésta no es la única forma de exclusión que existe, como ya mencioné anteriormente, esta la exclusión social, quizá la que más perjudica a la persona (tomándolo desde una mirada espiritual, sicológica y quien sabe, posiblemente algo humana) ya que no hay que ser un perito observador para darse cuenta que la marginalidad para el vulgo no es precisamente una cualidad positiva, ser parte de genera bastante discriminación dentro de la sociedad, ya que se ha establecido el prototipo del heladero lanza, o sea, el del que el trabajador informal es un delincuente, por lo mismo, esto produce que al momento de que la persona intenta entrar al sistema formal de la fuerza de trabajo, se encuentra con un innumerable número de puertas cerradas, y otras abiertas que le pagarán la tercera parte del mínimo por no contar con toda la escolaridad ni ningún tipo de capacitación. No solo con esto se encontrará el individuo, sino que se dará cuenta que su familia no puede esperar a que encuentre trabajo, y sus hijos terminarán haciendo lo mismo, porque, como incansablemente he repetido, todos los problemas de la sociedad, respecto de la pobreza, son herencias malditas interminables, que esta tácita sociedad estamental quiere hacer permanecer, para que sus líderes, rojos, azules, amarillos, verde, rosa, y lila permanezcan alimentándose como viles sanguijuelas de las esperanzas de un pueblo mediocre e ignorante, al que sumergen en la espera de la ley del feriado para el 17 de septiembre.
Pues ¿Qué ventajas y desventajas? Creo que es realmente imposible terminar de nombrar todas las desventajas que tiene amarradas a la cola el trabajo informal ya que no solo afecta a el empleo informal, sino que también incentiva la precariedad del empleo formal.
Se está olvidando esta problemática, y esto es alarmante, se ignora, se pasa de largo... a conveniencia del titiritero, y día a día nos cantan la misma cueca...de que son cambios a largo plazo y blablabla y güelta... ¿Están intentando cambiar algo?¿Alguien ha pensado preguntar eso? Reconozcámoslo, al parecer a nadie le importa, ni siquiera notan que la señora de las empanadas es trabajadora informal.
