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A mí no me mires:

Addio, bella!

ciaobella

Comprendo perfectamente a los corazones que se hartan de soñar. Me pongo en su piel. Llega un momento en que la realidad, esa cruda y cotidiana realidad de las arrugas, la cara de asco y los calcetines usados, vale más o pesa más o influye más o cuenta más que los sueños más maravillosamente fascinantes. Soñar es agotador. La utopía exige un sacrificio constante, un esfuerzo decidido en seguir escuchando los cantos de sirenas desoyendo las advertencias sensatas de que las sirenas no existen. El cuerpo impone sus reglas, sus humores y sus fluidos. Y los sueños son excesivamente etéreos para un cuerpo absolutamente esclavizado por los cinco sentidos. Lo que no se toca, no se come, no se huele, no se escucha y no se ve… eso no existe. Y si no existe..¿para qué entregar una vida por alcanzarlo? ¿Cómo lo alcanzo si no lo veo? ¿Cómo lo acaricio si no lo toco? ¿Con qué labios lo beso? ¿Con qué cuerpo lo abrazo? Al final la utopía acepta su fracaso y se rinde ante una realidad que lo absorbe todo. Cuenta la Biblia que una día, Esaú, hambriento, cambió algo etéreo, su primogenitura, por algo bien sabroso e inmediato, un plato de lentejas. La Biblia narra así el ascenso en las predilecciones divinas del astuto hermano menor, Jacob, que cambió la realidad por un sueño. Parece ser que el hambriento y realista Esaú tampoco fracasó. No alcanzó la isla de utopía, pero eso sí, montó un negocio de legumbres muy lucrativo.

   Que te vaya bien con el tuyo, mi amor. Yo seguiré aquí, intentado casar mis sueños con la soledad.

 

 

Lola...después de tanto tiempo.

Lola

De repente, vuelve a mi vida una de primeras novias, sin duda la más generosa, sin duda la que más me dio a cambio de nada, en una época triste y negra en la que yo no podía dar nada, porque me lo habían robado todo. Ella llenó de ternura mi corazón seco, ella roció de felices lágrimas mi negra esperanza, ella me ofreció los besos más puros, más apasionados, más cariñosos que jamás había recibido, y a ella le dije adiós, al cabo de unos meses, en una triste Semana Santa isleña donde, ya curado de mi vaciedad, solamente ansiaba volver a Barcelona,  para dejarme arrebatar por un nuevo amor, más joven, más duro, más fascinante… y por supuesto, menos valioso. Ella, sin embargo, aceptó su derrota con la misma generosidad con que había aceptado su victoria, fuimos amigos, pero nuestros caminos divergían, ella se enamoró de los viajes y yo de las raíces, ella amaba el mundo y yo amaba el barrio. Y esta tarde, cuando yo estaba en compañía de mi vodka-tonic, refugiada en mi círculo cada vez más pequeño y más privado, suena el móvil y es ella,  que, como siempre, está de paso, viene de América y se va a la India,  y me invita a no sé qué concierto de no sé qué historia. Da igual,  iré, solamente para verla. Ya sé que la nostalgia es un error, pero iré, porque al hablar por teléfono con ella,  me di cuenta de una verdad inmutable: acaso por la misma ley física que demuestra que la materia no se destruye sino que se transforma,  también los amores nunca mueren, sino que van viajando de persona a persona y ese estremecimiento de ternura, ese gemido imposible, esa irrefrenable lágrima de felicidad, no son anónimas, ni tampoco nuevas, llevan la firma de una antigua propietaria que me enterneció y me hizo gemir y llorar, aunque por culpa de la asquerosa realidad y sus poderosas rutinas, ella ya ande perdida en las páginas del libro del olvido.

 

 

¿Por qué escribo esto

si lo que quiero es hacerte el amor?

escalar

Tal vez lo más hermoso de un amor sea el comienzo. Todos los finales son tremendamente oscuros, el cine lo sabía cuando sus the end los culmina con un fundido en negro. Negro es todo final por definición, pues es un presagio del final de los finales, la puñetera muerte que acaba con todo y con todos. Pero, amiga mia, el comienzo es distinto, es como nacer, y no hay cosa más hermosa, insisto, no hay cosa más hermosa que contemplar el nacimiento de un nuevo amor, sentir el estremecimiento que mis palabras provocan en tu alma cuando digo lo mucho que te quiero con una sonrisa. A partir de ese momento, todo es decadencia. Con ese te quiero inicial he subido a la cumbre, he llegado a lo más alto, después todo es bajada y sí, claro, todo parece todo maravilloso, la brisa me da en la cara, me late el corazón más deprisa, las caricias son briznas de brisa que acarician y refrescan y tonifican mi piel, pero todo es engañoso, estoy descendiendo hasta que allá abajo, no me espera otra cosa que el final, el fundido en negro y empezar a escalar otra cumbre de otro amor, y eso en el mejor de los casos, si tengo la suerte de que vuelva a tocarme etapa de montaña, porque puede ser muy bien solo me quede llano y más llano y al final de todo, la definitiva carrera contra contra reloj, donde pedaleo más solo que la una, hasta la etapa final que es el adiós a la vida, y esto es todo lo que hay, se terminó la carrera para mí. Por eso no hay nada más hermoso que un amor cuando comienza, nada hay más hermoso que pedalear fuerte, y subir y subir, golpe a golpe, verso a verso, o beso a beso, hasta el premio de la cima, donde mi alma con tu alma, tu cuerpo con mi cuerpo, mi vida con tu vida, se funden y se confunden en una misma entidad, y siento que he llegado al cielo con mis propias fuerzas y estoy en la cima, sí, en la cima. Lástima que la vida sea corta y las cimas de la vida no tengan la altura que exigen los parámetros de la eternidad. La torre de Babel fue eso, un intento de llegar al cielo a base de amor. Y el resultado fue un fracaso. Porque la vida, en el fondo, también lo es. Pierde el amor y pierden los hombres. Gana el poder y ganan los dioses.

Domingo, maldito domingo.


Y me dejo arrastrar por la melancolía desbordante, casi infinita, de Sade cantando "Haunt Me" y es como si experimentara un orgasmo al revés, la cara negra del placer, pero no por ello menos adictiva. No hace falta convocar las lágrimas, ellas vienen solas, acuden primero mansamente, con timidez, con miedo a molestar, después aparecen en tropel, entre gemidos incontrolables, sollozos necesarios, pero estériles, que llegan por mil motivos, porque la vida es tan bella como breve, porque el amor es tan certero como lejano, porque me siento vieja y fea, porque tú estás demasiado distante y eres demasiado distinta, y mientras tanto,  la eficaz, pero implacable Sade, me vuelve a repetir, con la tristeza de su voz, que soy tan sólo un brizna de nada, un leve reflejo de la sombra del atisbo de un sueño,  un pozo de lágrimas en esta mañana de domingo, soleada y precisa, pero para mí terriblemente asesina.

 

“Navigare necesse est,

vivere non necesse”.

navigare

Al final he caído en la tentación -bastante explicable, porque todo el mundo, tarde o temprano, acaba cayendo en ella- de fraccionar mi vida en dos partes, un antes de y un después de. Lo primero que se me ocurrió fue la de catalogarla en un antes de separarme de la mujer que me hizo tanto daño y después de liberarme de ella. Pero tal división, aunque cierta, me pareció excesivamente rendida a la evidencia. Ciertamente, cuando convivía con ella, yo hablaba, andaba, vestía, comía, bebía y vivía de forma bien distinta a la de ahora, sin embargo, antes y después de aquel nefasto episodio sentimental, he permanecido más o menos igual, con idénticas ilusiones y parecidas querencias. Si embargo, mi vida cambio de una forma más sustancial, y a la vez más sutil, cuando aprendí a navegar y degusté los mil y un placeres que experimento en este ejercicio, que ya es parte indisoluble de mi vida. Antes de que me aplaudan los amantes de la vela, me apresuro a dejar bien claro que, cuando hablo de navegar, me refiero sola y exclusivamente a Internet. Hay un antes y después, en mi vida, desde que Internet penetró en ella, hasta tal punto que no sería la que soy, ni sentiría lo que siento, ni viviría lo que vivo, sin el tiempo que me paso ante el ordenador, recorriendo el inmenso mundo que está detrás de su pantalla. Cada día la red me espera para ofrecerme mil sorpresas y yo soy fiel a ese encuentro, porque en sus mares, alivio mis miedos, suavizo mis depresiones, elevo mis esperanzas y hasta he llegado a descubrir el ingenuo, cálido y fascinante sabor que tienen los besos cuando viajan en ese mundo virtual y acaban depositándose en mis labios. Si no navego, no vivo, y lo que vivo, lo disfruto mejor desde que navego. Por eso hago mía aquella vieja máxima del marinero latino:

"Navegar es necesario, vivir no es necesario".

Oficio de difuntos.

difuntos

Está cayendo en mi ciudad una lluvia implacable que se cuela,  de repente, por alguna rendija de mi corazón, y me veo rebosando de tristeza, a punto de las lágrimas, recordando a tantos y tantos muertos queridos. La lluvia ha pactado con el calendario, porque, en mi despiste, descubro que estamos en el nefasto Halloween, tiempo para pensar en los que ya dejaron de existir.  Aparecen como en una vieja película en mi mente: mis profesores a los que les debo lo que soy, mi forma de escribir, mi forma de sentir, mi forma de observar, mi forma de vivir. Amigos y amigas que se fueron en plena juventud, por culpa de un estúpido accidente, de un maldito atentado, o de la insidiosa enfermedad que nos corroe por dentro. Besos perdidos, caricias convertidas en ceniza, ilusiones rotas, flores marchitas, pena. Y me  rebelo contra el dolor, me niego a combatir la angustia con lamentos, así que saco del rincón de mis tesoros, un grand cru de Vosne-Romanée y mientras suena el Requiem de Mozart, lo saboreo  con delectación, hasta la última gota, brindando por ellos, recordando sus consejos, evocando sus caricias, en un vano y ebrio intento de matar la muerte a base de amor.  Acabo borrachita y suavemente feliz, y me prometo a mi misma que, cada año, en lo que me queda de vida, haré lo mismo, compraré un borgoña gran cru, para brindar por mis queridos muertos,  a lo grande, como ellos se merecen.  Me va a costar la broma el sueldo de un mes, pero más se lleva Hacienda y encima no te da las gracias.

Pasion...¿inútil?

pasion

Emulando a Sartre, el gran depredador, hay quien afirma que el amor es una pasión inútil. Indiscutiblemente el amor es una pasión. Si no hay pasión, visceral, desaforada, rabiosa, arrebato que muerde y araña, entonces el amor se reduce a un acuerdo sentimental, un apaño amistoso, un desahogo compartido, una aburrida y a veces, sólo a veces, placentera forma de supervivencia. Pasión, sí, pasión absoluta y total, descontrolada y firme, pero ¿a qué viene lo de inútil? ¿Desde cuando una pasión es útil? El amor es una pasión imposible, porque es imposible que ese huracán, que desborda a una persona limitada,  quepa en otra persona limitada. El amor es algo que nos supera, tanto si lo doy como si lo recibo, por eso es una pasión terrible,  y por supuesto, excesivamente peligrosa. Sabina lo dejó bien claro: "Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, porque el amor, cuando no muere mata, porque amores que matan, nunca mueren". Así es el amor, como lo siento yo: una pasión destructiva. Pasión suicida o pasión asesina, pero nunca, nunca, una pasión inútil.

(Esto te lo dedico a ti, que me estás matando con tus silencios)

Ombligo.

ombligo

Tengo una barriguita, como de embarazada de un mes, que me dibuja un perfil un tanto renacentista, con un puntito morboso y excitante que encaja perfectamente en mi natural procacidad. Eso sí, cuando suelo caer en la tentación de aparecer en un restaurante de recia cocina castellana y naufrago entre las morcillas burgalesas y el lechazo segoviano, el embarazo virtual de mi barriguita se acerca peligrosamente a los cuatro meses, lo cual es algo serio, pero da igual, siempre me gustó lucir un contorno redondeado y levemente pronunciado alrededor del antiguo canal de mi vida, este dulce y sugestivo hoyuelo que se ha convertido en una de las joyas de mi corona corporal. Este puñetero diseño corporal nuestro me tiene prohibido un placer que podría ser supremo, besarme el ombligo. Pero siempre me queda el consuelo de colocarme el mundo por montera, olvidar las crisis habidas y por haber, hundir al pesimismo en un pozo sin fondo, y contemplar la vida con una sonrisa de señorío, mientras me acaricio mi querido, preciado y precioso ombligo.

Esperando, claro está, que esos labios tuyos, por los que muero cada día, me lo llenen de tus queridos, preciados y preciosos besos.

¡Anda que le den!

verfdad mentira

Algún espíritu inflamado de solidaridad, o como se suele decir, alma caritativa, (dicho esto con las comillas más sarcásticas del mundo) haciendo un aparte, me recomendó con tono paternalista, “Lo tuyo no se tiene en pie, seguro que está fingiendo”. Aguanté con una sonrisa el dardo envenenado y le respondí. “¿Y  qué?, nunca he sentido lo que siento gracias a lo que tu llamas fingimientos, benditas mentiras que me regalan más placer que mil verdades, benditos sueños que me llenan de felicidad más que tus vacías realidades”.  Luego en mi soledad contigo, regresó como un mal presagio aquella frase del aguafiestas, y a pesar de ello, me encontré a mi misma más fuerte que nunca. ¿Mentira, verdad? ¿Sueño, realidad? ¿Sinceridad, simulación?  ¡Qué más da!  No hay nada más cierto que el amor que has despertado en mí, solo por ello, seas lo que seas, cuerpo, alma, realidad, quimera, verdad, impostura, solo por eso, por este amor que me hace temblar cada vez que pienso en ti, solo por eso, vale la pena vivir mil vidas. Y tú lo sabes. Y yo lo sé.

Y al resto del mundo, eso, que le den.

Surrender.

preciosa

Ya sé que tu me quieres más, pero yo no concibo como puede ser posible, porque por más intentos que hago, ya no puedo amarte más de lo que te amo, un paso más y me derrito, un paso más y dejo de ser yo, un paso más y me muero en tus brazos, soy tu sombra, me convierto en parte de tu cuerpo, me fundo en tu alma, te adoro, lloro por ti, muero por ti, sueño por ti, ya lo sé, son las cuatro de la madrugada y estoy borrachita, pero no del vodka que he tomado, sino de ti, de ti, de ti, de ti, solo de ti, quiero morirme en tus brazos, hacer el amor hasta la agonía contigo, solo contigo, una y otra vez, sin pausa, una y otra vez hasta dejar de ser dos cuerpos y ser uno solo, muero por ser tu vientre, tus senos, tus piernas, tus labios, tu coño, tu boca, me desharía en ti ahora mismo, te quiero más que a mi propia vida, y nada más decirnos adiós, no hago otra cosa que extrañarte y soñar en el momento feliz en que volvamos a estar juntas, no he tenido un amor más auténtico, más pleno, más inmenso, más fascinante que el que tú me das cada día, te adoro, haz con mi cuerpo, con mi alma, con mi vida, lo que quieras, te pertenezco, aprópiate de mi, soy tuya, tuya, y solo tuya, hasta la muerte.….

Y entonces aparece Laura Pausini y me canta al oído lo siguiente:

No puedo fingir más
que no me importa, que no estoy alocada
no puedo seguir engañándome
diciendo que nunca pienso en ti.
Me haces fuerte
me enseñas que no soy débil para enamorarme
pensaba que nunca lo necesitaría
y ahora nunca tengo bastante.
Siempre me cuidé sola
siempre pensé que tendría el control
pero has cambiado todo lo que yo creía
y ahora no puedo luchar contra este sentimiento, cariño.
Alzo los brazos y me rindo
porque tu amor es demasiado fuerte
y no puedo continuar
sin tus brazos llenos de ternura, cariño.
No resistiré
Pues tus caricias y tus besos
han destrozado mi escudo,
me rindo.
Debo admitir que
nunca pensé que necesitaría a alguien tanto
pero tú me has abierto los ojos de tal modo
que ahora puedo ver mucho más.
Siempre me cuidé sola
siempre pensé que tendría el control
pero has cambiado todo lo que yo creía
y ahora no puedo luchar contra este
sentimiento, cariño.
Alzo los brazos y me rindo
porque tu amor es demasiado fuerte
y no puedo continuar
sin tus brazos llenos de ternura, cariño.
No resistiré
Pues tus caricias y tus besos
han destrozado mi escudo,
me rindo.
Me rindo ante este sentimiento en mi
corazón
me rindo ante mi corazón
al tacto de tus labios
al sabor de tus besos.
Alzo los brazos y me rindo
porque tu amor es demasiado fuerte
y no puedo continuar
sin tus brazos llenos de ternura.
Me rindo.

Sabina for you.

lesbian love

El maquillaje no ha apagado tu risa,
ni el equipaje ha lastrado tu vuelo.

Con solo un beso has frenado mi  prisa

y con tu sexo me has llevado hasta el cielo.

 

Cien mil mañanas dibujan tu aurora,

siempre tu quiero es más que mi puedo,

mientras te espero, tu afán me devora

y en tu ventana me olvido del miedo.

 

El fin del mundo estaremos bailando

lindas canciones que nos desnudaron.

Nunca sabremos ni como ni cuando

dos almas enteras sin cuerpo se amaron.

 

Tu corazón no se pasa de moda,
y mi cariño se quema en tu piel.

Y todas tus noches son  noches de bodas,
y todas mis lunas son lunas de miel.
Y todas tus noches son noches de boda,
y todas mis lunas sean lunas de miel.

Nuestras verdades no tienen complejos,
nuestras mentiras parecen sinceras,

nuestro cariño no sabe de espejos,
nuestra pasión no tiene fronteras.


Ya no se ocupa de mí el desamparo,

ya se me han roto por fin las cadenas.

Querer por querer no sale tan caro,

amar por amar ya vale la pena


Si la distancia nos tiene apartadas,

no va a lograr que este amor se destruya,

aunque parezca esto un cuento de hadas

tú ya eres mía y yo ya soy tuya.

 

Tu corazón no se pasa de moda,
y mi cariño se quema en tu piel

Y todas tus noches son  noches de bodas,
y todas mis lunas son lunas de miel.
Y todas tus noches son noches de boda,
y todas mis lunas sean lunas de miel.


Decálogo para comerse el mundo.

comerseelmundo

1. Comprender a tiempo que sólo hay tres o cuatro cosas en la vida que merezcan la pena. (Y sobran dos o tres)

 

2. Dar la vida a un desengaño y saber salir de él por piernas.

 

3. Decir que no puedes y poder, decir que no quieres y querer, decir que no sabes y saber, y por consiguiente, cuando digas que no,  hacer todo lo contrario.

 

4. No preguntar si ya sabes las respuestas, ni responder si ya conoces las preguntas.

 

5. Vender la eternidad de tu alma a cambio de un segundo de placer, siempre que puedas comprar la eternidad de un placer a cambio de un segundo de tu alma.

 

6. Arrojar los malos momentos en el río del olvido y darse un buen chapuzón de buenos momentos en la laguna de los recuerdos.

 

7. No perder el tiempo en desesperarse, ganar tiempo esperando que escampe, esperando que escampe, esperando que escampe y así sucesivamente.

 

8. No reprimirse en la vida, exprimir la vida, porque más vale exprimir que reprimirse.

 

9. Antes llorar que vegetar, antes ceder que perder, antes sufrir que no sentir.

 

10. Tú, solo tú, siempre tú, nadie más que tú, nada más que tú.

Bolero y glosas.

ipods

 No existe un momento del día
en que pueda apartarte de mi.
El mundo parece distinto
cuando no estas junto a mí.

No quiero dejarte nunca, no quiero perder tu presencia, tu aroma, tu delicia, tu palabra, tu cariño, pero tampoco puedo hacerlo. No puedo separarme de ti, te tengo en el pensamiento siempre, haga lo que haga, porque sé que si te dejo, el mundo se transforma en un monstruo cruel que me devora. Soy lo que soy porque estoy contigo, porque siempre estoy contigo.

 

No hay bella melodía
en que no surjas tú,
ni yo quiero escucharla
si no la escuchas tú.


Ya no sé escuchar música sin tí.  Conecto el ipod y surges tú entre nuestras canciones,  con el alma desnuda invitándome a entrar hasta el fondo de tu corazón. No sé escuchar música sin la certeza de que al otro lado del mundo, estás haciendo lo mismo, convocándome con la música de nuestras chicas preferidas, invitándome a salir con el alma desnuda y abierta de par en par, para que entres hasta el fondo de mi corazón. Ya no quiero escuchar música que no escuches tú, no existe otra música que la de tus labios.

 

Es que te has convertido
en parte de mi alma,
ya nada me consuela
si no estas tu también.


No es cuestión de cuerpos desnudos  ni de orgasmos encadenados, aunque los nuestros sean los más lindos del mundo. No es cuestión de caricias, ni de arañazos, ni de besos ni de mordiscos, eso fue el prólogo de una unión mucho más fuerte, corazón con corazón, alma con alma. Y cuando te evoco con el alma en flor, amada mía, solo deseo convertirme en un trocito de ella, porque soy porque estás tú, vivo porque vives tú, sueño porque cada noche tú me sueñas.

  

Mas allá de tus labios,
del sol y las estrellas
contigo en la distancia,
amada mía, estoy.

 

Moriría por un beso de tus labios y lo sabes, Los tengo tan cerca, me los sé tanto y tan sobradamente que podría reencarnarlos a besos. Moriría por poder dibujar con mi dedo el contorno de tus labios, pero más allá de ellos, y más allá de este mundo, más allá de los cinco sentidos que marcan la distancia y encuadran la triste realidad, más allá de todo eso, en el inefable territorio de los sueños, allá donde la distancia se aproxima y lo que está lejos es lo que está más cerca, en esa utopía que hemos soñado, allí, aquí, amada mía, estoy. Esperándote, extrañándote, amándote una vez más.

 

 

Sostén.

sosten

Al socorrido sostén, otros prefieren llamarlo sujetador, pero yo no acabo de concebir sus razones. La verdad es que no tengo unos senos pronunciados que convenga sostenerlos o sujetarlos, todo lo contrario, poseen el contorno y la dimensión justa para que se sujeten y se sostengan ellos solitos. Eso sí, tengo unos pezones rebeldes, y un tanto saltarines, que se endurecen  a su aire, cuando hace frío porque hace frío, cuando hace calor porque hace calor, cuando estoy excitada porque estoy excitada y cuando les da la gana porque les da la gana. 
           Como me han enseñado a no disimular lo que me falta y a no ocultar lo que poseo,  me encanta salir a la calle con una mini tejana y un polo de Lacoste bastante ceñido, y comprobar como el puñetero cocodrilo está a punto de pegarle un muerdo a la protuberancia que produce mi pezón izquierdo.
           Me han dado disgustos mis senos, más de lo que tenía previsto y aún sufro las secuelas de aquella lucha no tan lejana, pero ahora que de la feroz batalla solo me queda una pequeña cicatriz, que le da un cierto morbo al contorno de mi leve delantera, he de decir que el único complemento que ella necesita es el de tu boca, y que son tus labios apasionados la mejor de mis sujeciones, mi auténtico y necesario sostén
.

El blanco es la nada.

Por no ser, ni siquiera es negro.

nada

Podría desaparecer de tu vida. Lo haría lentamente, una mañana de domingo, pondría como compañera de viaje a nuestra Madeleine,  me haría una infusión bien cargada de marihuana, luego suavizaría la nata con hielo y un ron caribeño de diez años y me la iría tomando lentamente, y mientras intento desaparecer de tu vida, me iría diciendo a mi misma, esto es lo que hay, hasta aquí llegaron los sueños, tarde o temprano hay que salir a la realidad, y después de esta disciplina mental, despertaría de uno de los sueños más felices de mi vida, no, corrijo, intentaría despertar del sueño más feliz de mi vida, me echaría a llorar irremediablemente y después enjugaría las lágrimas con una ducha bien fría, frotándome en el cuerpo con rabia con una manopla de crin, hasta enrojecerlo, y tras este salvaje masaje, me enfundaría en un albornoz y estaría sentada en la terraza mirando al mar, todo el tiempo que fuese necesario, sin hacer otra cosa que mirar el mar. Tal vez a media noche, cansada de llorar, de beber y de decirme a mí misma, estúpida soñadora, tal vez entonces, podría arrastrame a la cama, y volver a llorar por la felicidad perdida, irremediablemente, toda la noche, y acaso entonces, probablemente de madrugada, el cansancio me habría provocado un sueño agridulce en el que vislumbraría la posibilidad de olvidarte.

Hasta entonces, solamente me queda esperar… y esperarte.

Sin hacer nada...

lorena

...Y haciéndolo todo contigo.
   La tarde en esta costa mediterránea es perezosa e indecisa, la nubes hacen el amor con el sol,  a veces sale, a veces se mete en la cama, hace temperatura de primavera, ideal para sacar la bici, o dar un paseo, o echarle una carrera al viento, pero yo estoy aquí en la terraza frente al mar, perdida la mirada en mi horizonte, mientras la Peyroux me desgarra el corazón con su Smile, que puede hacer mucho daño cuando la distancia  parece infinita y mis manos mueren por recorrer la dulce textura de tu cuerpo desnudo.
   La tarde pasa sin que mis ojos se muevan de tí,   se ha puesto el sol, y las nubes muestran ahora su poderío, mientras una brisa anuncia tormenta y mi corazón, el pobre loco, agoniza de nostalgia por beber el tuyo, aunque solo sea un segundo, el mismísimo segundo que tarda una sonrisa, esa smile que suena una y otra vez, porque me lleva a ti, cruzando medio mundo, para llegar a tus brazos, a la calida mansión elaborada por tus maravillosos besos, que no pueden ser superados por nada ni por nadie….
   Cualquier cosa que pueda hacer la realidad, tú lo haces mejor, por eso estoy aquí, cerrando los ojos y mirando hacia mi infinito, sin hacer nada y haciéndolo todo. Contigo.

Propiedad privada.

besos

Besos.

Besarte hasta llegar al fondo de tu alma y beber de ella el gozo de vivir. Besar para vivir, vivir para besar. Llegar a tus labios como llega el náufrago a la balsa, después de nadar sin rumbo por un océano agitado y embarcarme en ellos hasta las costas del fin del mundo. Besarte hasta convertirme en una prolongación de ti, en la sombra de tu mano, en la sombra de tu sombra, en la sombra de tu gato. Besarte hasta que este mundo de necios horizontes no salga de su ceguera y comprenda que en cada beso me diluyo en ti, en cada beso soy tuya, solo tuya, siempre tuya.

abrazos

Abrazos.

Abrazarte hasta aprenderme de memoria el latido de cada rincón de tu piel. Abrazarte para soñar, soñar para abrazarte. Llegar a tu cuerpo como llega el alpinista a la cumbre perfecta, después de caminar perdido en un desierto vacío y ascender en él hasta las orillas del coomienzo del cielo. Abrazarte hasta convertirme en una prolongación de ti, en la sombra de tu mano, en la sombra de tu sombra, en la sombra de tu gato. Abrazarte hasta que este mundo de necios horizontes no salga de su ceguera y comprenda que en cada caricia me diluyo en ti, en cada caricia soy tuya, solo tuya, siempre tuya.

Espinelas del amor saboreado.

boca

1.

Saber de ti, sin saberte.

Morir por ti, sin morirme.

Descubrirte y descubrirme.

Imaginarte sin verte.

Amarte ha sido mi suerte,

tal vez mi muerte también,

pero no perdí ese tren

que me ha llevado hasta ti,

y siempre diré que  

cuando tú me digas ven.

 

2.

Me gusto y te saboreo,

me saboreo y te gusto,

me comes y no me asusto,

me abrazas y me mareo.

Eres más de lo que veo,

y más de lo que sentí.

Tu goce es mi frenesí

y tu grito está en mi grito,

por eso siempre me excito

al soñarte junto a mí.

 

 

3.

De por qué te quiero tanto,

no hallo motivo o razón.

Lo cierto es que esta pasión

ya me ha curado de espanto.

No deseo saber cuánto

va a durar esta aventura,

esta fiebre, esta locura.

Mi vida estaba perdida

y se iluminó mi vida,

acunada en tu ternura.

 

Espinelas del amor recobrado.

3rosas

1.

No sé pensar, solo amarte,

no me preguntes por qué.

Es tan enorme mi fe,

que me invento por gozarte.

Solo así puedo soñarte,

acariciarte y sentir

que jamás podré dormir,

si no me acuesto a tu lado.

Ya lo tengo comprobado,

sin ti no puedo vivir.

2.

En el mar de tu ternura,

al recordarte, naufrago.

No sé muy bien lo que hago

al vivir esta aventura.

Pero mi fe me asegura

que en ti yo soy más que un sueño,

y por tenerte, me empeño

en ser la mejor amante,

porque tu amor es gigante

y lo demás es pequeño.

3.

Solo sueño por tenerte
y al tenerte soy feliz,
besaste mi cicatriz,
me salvaste de la muerte.
He tenido tanta suerte
al mantenerme a tu lado,
que mi terror se ha calmado.
Y si mañana me llama
otra vez la Vieja Dama…
¡que me quiten lo bailado…!