Blogia

mariposasdelanoche

Madrugada

Son las tres de la mañana y estoy desvelada. Los perritos lloran y no tengo ganas de ir a ver que pasa. Últimamente nos hemos convertido en los padres adoptivos de los cachorros: Kali se rehusa a atenderlos, ni siquiera se acuesta para alimentarlos... lo hace parada, y los kalitos parecen murciélagos colgando de sus tetas.
Yo decidí quedarme con uno, lo bauticé Thor, y espero que algún día truene porque seguramente habrá noches en las que sentiré miedo (en la cabaña). Ah, sí, yo soy así. Adrenalina o muero. Hablo de la buena, de la que tiene que ver con la vida.
"Vivir es lo más peligroso que tiene la vida", dice Sanz.
Sin pasión no puedo nada. Será por eso que huyo de Buenos Aires. Allá no logro sentirla, las paredes de mi departamento me chupan y el colchón se convierte en una boca que succiona. Me perdí. Cuando se perdieron ciertas cosas.
Para mí la felicidad no es una cosa tibia. Tampoco es un estado. Pienso que es una fuerza de tal magnitud que nos lleva al cielo en cuestión de segundos. Lo que sigue no importa. Lo que sigue es la vida.
Aquí vivo. Aquí sigo. Aquí no tengo un antes y un después. No tengo pasado. No hay calles ni bares ni hoteles que me recuerden... (no encuentro la palabra exacta). No existe lo que el viento se llevó. Ni siquiera los mismos nombres son los mismos. Ni siquiera el mío.
Aquí tengo secretos. Son mis tesoros porque me niego a renegar del dolor, de la tristeza, de lo que extraño. No voy a arrancar partes de mí porque me quiero entera. Y entera soy esto. Y a nadie rindo cuentas por el traje que me ponga. Si tuviera que volver a justificar una sola cosa de mi vida ante alguien, no dudaría en buscar otro lugar. Intuyo que tarde o temprano me iré. Mi vida es como una tela de araña sin concluir. Aún falta. No puedo descansar todavía. Y no hablo de quietud.

Escuchando "Resting with me" de Dido

Sin él

A veces cierro los ojos, estiro la mano hacia el cuenco de mis piedras hasta percibir alguna vibración, un foco de calor, una señal. Y ésa es la que tomo.
Siempre las reconozco antes de mirarlas. Hoy traté de hacer trampa y dejé la que había tomado, simplemente no quería vérmelas con esa piedra.
Pero ella insistió.
Y aquí está, conmigo. Es una Petersita (o Tempstone), tremendamente bella. Mi Petersita y yo no nos conocemos demasiado, siento que todavía no estoy preparada para trabajar con ella. Aprendí a desarrollar una percepción bastante fuerte con los cristales, y esa percepción se traslada a otros aspectos. Es inevitable. Siempre digo que tenemos una inclinación natural a permanecer cerrados, impermeables, a estar en guardia, a no sentir, a no respirar. Pero la contemplación silenciosa de un cristal abre canales desconocidos, y su trabajo es sutil e irreversible. Algo cambia y no cambia de un día para otro, porque nunca vibrará a una frecuencia que no podamos asimilar. Sus manifestaciones son amorosas, lentas y firmes.
Quien las considere solo “piedras”, creo que está falto de espíritu.
Son más que materia con poesía. Son, como decía Carl G. Jung, “los pensamientos de Dios sobre la Tierra”. Pero con los pensamientos pasa lo mismo que con las verdades: no todos quieren saber. Es más cómodo y menos subversivo creer que todo acaba con nosotros.
A mí me gusta pensar que yo ya no estaré, que no estarán los árboles que hoy planto, ni las personas que tanto amo, pero ellas permanecerán. Y pasarán años... cientos, miles, y seguirán aquí o en lo que quede de aquí.
La Petersita representa el caos propio de toda transición.
La palabra caos me asusta. Ya no me cuestiono la razón: acepto que tiene implicancias que me generan temor y no lo disfrazo.
La palabra transición tampoco me agrada. Suena a oruga, a gusano, a mudanza, a “no saber hacia donde ni cuando ni con quien”. Suena a cambio de piel, a descamación, a tiempo detenido, a reloj sin pilas, a diagonales, a ta- te- ti, a incertidumbre.
¿Cómo podría querer vérmelas con esta piedra tozuda que pasa por alto mis trampas... cuando me está sentando de prepo en una butaca y grita “Mirate”?!!! Y allí está la pantalla, y las luces se apagan y la película se llama “La vida según Mon”. También podría llamarse “Mon, según la vida”. Ese es el caos.
Ese es el cajón revuelto que hoy no tengo ganas de ordenar.
Y que tampoco puedo.
Mi cabeza es una calesita. Cuando era chica seducía al calesitero con mirada de pobremon para quedarme con la sortija.
Una vuelta más.
Ese era el objetivo.
Odiaba las calesitas, no subía para divertirme. Subía para ganarme la sortija. Para “probarme”.
Después, de adolescente, seguí “probándome”: no soy mujer si no consigo que fulanito "se me declare". Y fulanito se me declaraba. Pobrefulanito. Y pobreyo.
Nunca supe exactamente COMO, (miento, sí lo sé) pero siempre lograba lo que me proponía.
Con el tiempo, y más precisamente este último tiempo, encontré las grietas por donde hago agua, pero también sé que toda grieta encierra alguna clase de vida.
A veces me siento aire, a veces me siento grieta.
A veces no me basta con el hoy, con el ETERNO AHORA.
A veces comienzo a preguntarme como será mi vida, y porqué razón la imagino en soledad. No hablo de ausencias, no pienso prescindir de ciertas cosas.
Mi soledad es la transmutación del único y más grande amor que he sido capaz de sentir.
Es un gran dolor que el amor nos habite y de vueltas como una calesita sin calesitero.
Y es una gran fortuna que no haya, jamás, intentado “probarme”.
Hoy sé que soy mujer, aunque esté sin él.
Porque nunca fue premio, porque nunca fue sortija.
Porque nunca fue juego. Solo el único y más grande amor que he sido capaz de sentir.
¿Caos? Seguramente.
¿Transición? Tal vez.
Pero siempre hacia la luz y fiel a mis pocas, poquísimas verdades.

Croack

algunas noches te entierro
algunas mañanas te vuelvo a soñar
algunos errores
son deliciooosos
no le tengas miedo, nene,
a un sapo de otro pooooooooozoooooooooooo

Crazy

Hola. Estoy por ver “La Colifata TV” (parece que la televisión le dio un espacio a internos del Borda que ya tenían su programa de radio) y bueno... algunos de ellos fueron mis pacientes. Me emocionó verlos recién, en un avance.
Aquí hace un calor de la puta madre, andamos como lagartos brocha en mano, aún no inauguramos y yo no veo la hora, aunque no sepa que tanto nos cambiará la vida este asunto.
Ayer fue nuestro primer aniversario de “matriabilidad”. Sin “h”. Porque implica habilidades pero no de las usuales, ésas no siempre resultan exitosas. Me refiero a la habilidad de parecer un matrimonio sin serlo. Y de ser un matrimonio sin parecerlo.
Se puede.
Parece.
La cosa es que almorzamos en casa de mis viejos. Pero no mencionamos nada, no fuera cuestión de que a mi vieja se le atragantara el pollo. Digamos... mi mamá es esa clase de personas que necesita imaginarse una realidad a su medida. Todavía tiene momentos en los que se pelea con mis elecciones. Ella cree que puede. Y la verdad es que tiene razón. Todos podemos todo. Incluso abandonar, o hacer todo lo posible para ser abandonados.
Incluso ser cobardes asumidos.

Mejor me voy a ver La Colifata.
Los escucho desde aquí.

Dicen cosas interesantísimas...

(Escuchando "Crazy"...)

Sintonía

El: ... treinta y uno de diciembre... último día del año... que lo parió...
Ella: mhm
El: ... dos mil cuatro... dos más cuatro seis...
Ella: ... seis y dos son ocho y ocho dieciseis y ocho veinticuatro y ocho treinta y dos...
Ella y El: ... ánima bendita me arrodillo en vos.

(Madrugada del 31, yendo por la ruta de la costa hacia Merlo)

A-Dios ayer

Ya falta menos. Pensaba acostarme pero la casa está quieta y el silencio me mueve a escribir.
Si me permiten, voy a dedicarme este post. Tengo ganas de hablar conmigo.

“Vení, sentate a upa que quiero decirte cosas.
Mirame.
Tenés las manitos frías, estás temblando. ¿Te asusta la vida? Sí asusta, ¿verdad? Es duro ser chiquita, una no sabe que hacer cuando las cosas se vuelven difíciles. Te ponés a pensar si la culpa no será tuya... y te olvidás de reírte, te olvidás de jugar, te olvidás de inventarte historias de príncipes y sapos. ¿No?
Sé que a veces te dan ganas de escaparte. Sé que el otro día guardaste tu ropita en el portafolios del colegio, y quisiste apagar la luz a modo de despedida, pero no llegabas al interruptor. Ni siquiera saltando. Y eso te hizo comprender que entonces no llegarías a ninguna parte. Y te quedaste.
A veces te preguntás porqué mamá parece sorda. Porqué papá nunca está en casa. Porqué nadie te presta atención. Porqué no te hacen mimos, porqué nadie te lanza por el aire hasta hacerte reir a carcajadas, porqué no te leen cuentos, ni te creen cuando decís que ves enanitos. O que sabías que el Tata se íba a morir, y con ese sentimiento de nunca jamás lo despediste aquel verano. Ibas en el auto y te diste vuelta para mirarlo por última vez. Cuánto lo querías. Porque regaba las petunias que vos habías sembrado en la lata de dulce de batata. Y cuando volviste de aquellas vacaciones, y él ya no estaba, llovía. Entonces pensaste que era él, que desde el cielo seguía regando. Y tus flores estaban hermosas. Pero a nadie... a nadie se lo dijiste. Ya intuías que para qué.
Ya empezabas a callar.
Ya resignabas palabras.
Y sueños. Y deseos. Y hasta te daba miedo reirte, porque mamá decía “quien sábado ríe, domingo llora”. Y te rompías la cabeza tratando de entender para qué reir si después vendría el llanto.
Mejor no reir.
Mejor no llorar.
Mejor seguir pasando desapercibida.
Y después se fueron Mamina y Amalia. Y con ellas los únicos recuerdos tibios. El mate con cascarita de naranja y azúcar quemada. Las tortitas negras y el fuentón con agua para bañar a las muñecas. Las tardes en el parque Pereyra y los nidos robados para empollar sobre el calor de la heladera a gas. Y la fiesta cuando nacían los pichones, y tu calandria consentida, y hasta la oveja en la terraza.
Ellas fueron tus hadas regordetas.
Y después... después hubo otros que también se fueron. Tu hermanito, tu papá, tus tíos, tu primo, tu amiga.
Vaya, linda colección de fantasmas. Como para que no tiembles, como para que aún hoy, nena, te duela hasta lo indecible cualquier ausencia. Toda ausencia.
Cualquier signo de “ya no hay, ya no estᔠva a parar allí: al agujero del alma por donde escapan lágrimas que nadie ve. Porque si no es la muerte será el desamor, que también es una forma de morir en el otro. Y en vos también. Hay cosas que no tienen arreglo.

Yo te quiero. Y tengo una profunda compasión por todos tus errores. No me sueltes, no te alejes de mí. Dejá que de vez en cuando te acune y te cante una nana. Todavía hay mucho que sanar.
Ahora secate los mocos, y andá a soñar con pinceles y colores.
Y el 31 te prometo... pero te prometo... que vamos a estar juntas. Por todo lo que dijimos sin pensar, y por todo lo que pensamos, sin decir.

Feliz Año Nuevo, mi nena”.

A dos días

Hola, (Aru voy a desilusionarte pero no pienso ponerme reflexiva ¿por qué todo el mundo etiqueta... cuando soy lo menos parecido a una etiqueta?). Hablando en serio, voy a contarles “cotidianeidades”, estoy demasiado cansada para otra cosa.
Comienzo por el comienzo. Este 24 fue el peor de mi historia. Yo, que siempre adopté la filosofía del “let it be”, ahora mediré mis pasos, y haré cambios en mi vida.
No más cachetazos de nadie. Seré más egoísta, (aún). Guardaré palabras no merecidas. Diré más “te quiero” a quienes sé que mi cariño alimenta. Estaré más atenta a la realidad. Pero no a la realidad de los comemierdas, sino a la que me rodea A MÍ, que es la que supe ganarme, y es bella. Y simple. Y lo más importante: no miente.
Bueno, esas son las lecciones que me dejó este 24.
Gracias 24.
Mil gracias.
Y con respecto a Merlo, bueno, son las once y media de la noche y todavía no cenamos. Hoy trabajamos todo el día, (todos los días trabajamos todo el día), nos acostamos fundidos, pero contentos. El boliche está quedando bastante bien, ayer patiné 25 mesas (tiempo récord para mí), los amigos se acercan a ofrecernos ayuda y me encanta que la gente ponga su energía solo por amor. Nos han dejado como regalo navideño velas de todos los colores, formas y tamaños. Algunas con oraciones incluidas que el gringo y yo hacemos juntos por las noches.
Es curioso, muy curioso, pero todas ellas dibujan alas al derretirse. Las tengo aquí.
El reencuentro con Kali fue muy dulce. Los kalitos son los “ratones paranoicos”, y ella es una rebelde sin causa. Hay que decirle “Kali, atendé a tus hijos”... y nos mira como puteándonos, pero va... (tengo que reconocer que a mí no me da ni cinco de bola).
Tendrán que esperar mi regreso a baires para ver las fotos, me olvidé el pendorcho para pasarlas a la pc. Siempre me pasa lo mismo...

Bueno, los dejo, los sanguchitos ;) están en la mesa.

Al olvido.

El olvido es morir en la mente del otro, haber dejado de existir en la trama vital de quien olvida. El olvido es un instante, es no recordar, es sentir que los ruidos de la calle han dejado de parecerse a los que escuchamos juntos, que las risas son nuevas y no hay referencias a antes de ti ni de nosotros. El olvido es un callo en la memoria afectiva del corazón. Puede la amnesia del amor golpear sobre las promesas, los planes, las ideas dispersas como las hojas del otoño. Puede el desmayo del alma dejar caer al suelo el cuerpo pesado de los encuentros. Pero si tú me olvidas y aunque yo no te recuerde, mis células están llenas de tus jugos, y los pulmones llenos de tu aire, mis pies acuñados en tus andares y los silencios llenos de tus silencios.
Olvido es eso, dejar de tener conciencia que sigues en mí.

Yuri Tabak

Ultimo post desde aquí

Bueno… nada, hoy no tengo demasiadas palabras. Solo quiero decirles que, en el ruido del mundo o en la profundidad de una cueva, estén bien con ustedes y sus yoes. O al menos, traten de no pelearse con todos ellos. Hagan un pacto con alguno, un pacto para vivir. ¿Sí?
Me voy mañana. Ya veré si puedo postear algo.
La casa queda abierta, pueden usarla todo lo que quieran. Pero no se coman mi dulce de leche.
Besos y beijos para todos.

Happy Xmas

Happy Xmas

And so this is Xmas / For weak and for strong / For rich and the poor ones / The world is so wrong / And so happy Xmas / For black and for white / For yellow and red ones / Let's stop all the fight...

Happy Xmas
Yoko Ono & John Lennon

No tengo arbolito. Ya no quise tener otro. Pero conservo algo que vale más que todo. Y es mi niñito Jesús. El de mi infancia. Con el que jugaba y sin querer se me caía. Está roto, pegado y vuelto a pegar. Le faltan algunos deditos. Aprendí a rezar con ÉL. Durante muchos años lo olvidé (a Él y a mis rezos). Hasta que un día de esos en los que te hundís y no hay sogas ni chalecos, Él me recordó que estaba.
Hoy ya no nos buscamos, simplemente aparece, y entonces sé que lo necesito.

Tiempos II

Escuchando The Scientist- Coldplay, un lunes de madrugada.

Que podría ser cualquier otro lunes. Pero faltan dos días para la Nochebuena, y eso lo hace especial. Cualquier cosa que suceda en estos días será especial.

Quisiera volver al comienzo, aunque sea por un rato. Dios dejame abrazar a esos hijos, tan chiquitos que cabían los cuatro y los cuatro éramos cinco y los cinco éramos uno. Permitímelo, aunque sea por un rato. Dejame ser Mamá Nöel, y encontrar una luz en el cielo para los ojos de Agostina “ahí viene bajando… lo ves?” Y sí, ella lo veía. Todos lo veían. Yo también lo veía.

Hoy sigo mirando el cielo.
Por eso me voy a un lugar donde sobran estrellas.

Rayos

Que mal me pegan ciertas fechas. Será que mi vida todavía no se acomodó. Qué estoy diciendo, sé que nunca va a pasar semejante cosa, seré desprolija e imprevisible aún para morirme.
Tengo una pila de boletas ya vencidas, un elefante que debo pintar, compactos que esperan ser grabados, encuentros que vengo postergando. Obligaciones que eludo. Estúpidamente.
En momentos así, quisiera tener un representante de mi existencia.

Estaba haciendo “click” para enviar este post y se cortó la luz. En ese preciso instante. ¿Una señal de alguna de mis diosas? No tengo un pensamiento demasiado lógico, no esperen que se me ocurran fallos eléctricos.

Hablando de señales, aún sigo sin señal en mi sistema. Antes eso hubiera bastado para volverme loca de angustia. Ya no. Creo que se acerca el momento de subir la computadora a la baulera. Tiempo. Es una cuestión de tiempo.

Hablando de tiempo, estoy asustada. Aquí hay una tormenta muy fuerte y tuve que bajar las persianas de mi cuarto. Me siento como en “el infiernillo” (el lugar donde tengo mi cabaña). Me pregunto como será estar allí cuando se corten las luces, cuando los rayos iluminen hasta el último rincón, cuando el viento suene a león hambriento.

Natanael encuentra y recuerda

Yo nunca supe lo que era aquello que dolía de no ser luz y no ser sombra, aquello sin origen ni destino, aquello tan enraizado en el alma como el árbol en la tierra, demasiado pequeño para la angustia y demasiado grande para el olvido.

Escrito por Natanael

Nota mía: esos dolores de los que te hablé, aquellos que salpican, se parecen bastante a tus fotos. Otra cazadora de nubes.

El tiempo no para (Bersuit)

El tiempo no para (Bersuit)

Uno de los lesionados por mi sea-doo, ayer en el asado.
El gringo (o Mr. Vic.(para mis hijos) o mi angel (para mí) o cabo curioso (para todo Merlo). Tiene más apodos que Memé. Vino por 24 horas. Es que no íbamos a poder festejar juntos la Navidad. Dejó sus plumitas por toda la casa :) y voló.

El buen amor, de A veces el gran amor

Ahora ya no despiertas en horas miserables cuando un frío de angustia estremecía la noche en bancarrota acuchillando tu cansancio hasta el alba, ni tienes pesadillas o apariciones súbitas ojos sin rostro de personas que amabas y desaparecieron alejándose tal faros en la niebla y tampoco es preciso que cuentes hasta mil o que enciendas todos los cigarrillos que tu insomnio pedía para alcanzar la total desmemoria ya que todo es distinto cuando él está contigo, cuando sientes que respira en la almohada junto a ti y que sus manos te acarician mientras el sueño cae. No quieras indagar, deja perderse el humo, el turbio vaho de años de penitencia: un tiempo que fue tuyo y que ahora no reconocerías.

José Agustín Goytisolo (España, 1928-1999)

Niña, deja ya de joder con ...

Niña, deja  ya de joder con ...

Cuento poquito porque todavía me duran los efectos de nuestra anticipada Nochebuena y Navidad, (sí, todo junto en una tarde). Aquí hubo asado, gente seria y no tanto, mi hija con sus amigas, mucho sol, pileta y champagne (mala combinación para mí). Desvastante.
Costó que me sacaran del agua. Resulta que le regalé a mi hija un sea-doo (una especie de submarinito), la niña me dijo uy que cope ma, pero prefirió sumergirse en un shopping y se fue.
Yo, fascinada con el aparatito... (hay fotos pero me da vergüenza), me sentía flipper... es tan terapéutico. Después jugué a embestir a todo aquel que se metiera en la pile. Hubo algunos lesionados. Ja!

Hoy pienso / hoy escucho

Hoy pienso / hoy escucho

A partir de hoy esta sección es sólo para alguien. Y para alguien serán, en exclusividad, mis palabras. Y mi música. Que es la suya.

Pienso en el cuento de Anthony de Mello "La tienda de las verdades".

Escucho The Commitments: Try a little tenderness / Colors: Circle of friends / Cars: Drive / Billy Vera: At this moment / Jaime Roos: Amandote

21/12/03
Hace dos días que no pienso. O no pienso bien. Mi cabeza y mi corazón han vuelto a tomar caminos diferentes. Los llamo para que los tres estemos juntos, pero no escuchan... no vuelven.

Hace dos días que yo tampoco escucho. Ni sé si he vuelto.

23/12/03
Escucho de Ismael Serrano Los paraísos perdidos..... tantas, tantas cosas seguirán pasando...

15:18 hs.
So long ago
Was it in a dream, was it just a dream?
I know, yes I know
Seemed so very real, it seemed so real to me.
Took a walk down the street
Thru the heat whispered trees
I thought I could hear (hear, hear, hear)
Somebody call out my name as it started to rain

Two spirits dancing so strange

Dream, dream away
Magic in the air, was magic in the air?
I believe, yes I believe
More I cannot say, what more can I say?

John Lennon "Dream"

24/12/03
Escucho a Elton John "Sorry seems to be the hardest word". Blue Feat.
pienso en.......... en cuidar la belleza más oscura de mi alma.

Gafas

Hoy tuve que hacer un trámite que no era un trámite más.
Es curiosa la falta de registro acerca de como nos perciben algunas personas.
Porque yo no me hubiera imaginado que esa señora, TAN desconocida, TAN escribana, TAN detrás de sus gafas, al acompañarme hasta la puerta fuera a decirme: "no pierdas un minuto más en la vida para ser feliz"

Y yo les digo lo mismo.
Lástima que por aquí no podamos mirarnos a los ojos, o de gafas a gafas.
Y lástima que una no pueda meterse en cualquier librería (como hice después), a comprar la felicidad. Y leerla. Hasta aprendérsela de memoria.

Entrega

Entrega

" Miro las hileras de imágenes de las nubes, hasta dispersarse y descubrir su ruta azul. Flotaba solitaria en todos los mundos, descifré los estrelloglíficos y los signos lunares en torno al hombre. Y tímida me pregunté si o cuando alguna vez he nacido y después muerto. Un vestido de duda tenía puesto, qué antiguo dolor, consagrado a mí, tejió en la rueda del tiempo. Y cada imagen que de este mundo gané perdí doblemente, y también lo que imaginaba."

Else Lasker-Schüler (Alemania, 1869-1945)

Nota: me gustaría que lo leyeran hasta sentir lo que yo siento. Ya sé. No importa.

Pasiones

Pronto hablaré de mis pasiones confesables. Sepan aguardar. Y no esperen sentirse sorprendidos.
Dije, “confesables”.