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NADAENCONCRETO (verde sobre morado, el moroso ignominio)

La sonrisa de la negra. (Amores de cuarto de hora II)

Una espesísima lluvia que alivia el sopor canicular de agosto. Finísimos cristales que antes de llegar al suelo ya son vapor de agua. Todo se figura como una imagen mal sintonizada de televisión. Al fondo, el puente que lleva a esa parte de la ciudad en la que todo se ramifica en callejuelas estrechas. Los finos capilares de los órganos más infectos de la ciudad. El hígado, los riñones de Madrid. Y tras la lluvia, el puente y las venas está ella, que es humo sucio, ligera y bella. Lleva rato empapada y hace como que no se da cuenta, sigue sonriendo a todo el que pasa delante y frena el paso. Sonríe tras una sonrisa. A los hombres que pasan les regala una sonrisa tan húmeda y caliente como lo está el asfalto bajo este chaparrón de agosto. Y para ella se guarda otra sonrisa, la que no regala a nadie, como de pan dulce. Sabe que se vende y no le importa. A mí tampoco. Porque se vende puedo verla desde el puente. Porque se vende y porque cree que no la mira nadie puedo ver cómo se regala sus sonrisas que son como un corte de manga al mundo, porque ella sabe quién es. Yo sólo me puedo imaginar por qué anda con la cabeza tan alta a pesar de ser puta. Imagino a unos niños en un negro pais de negros recibiendo ese sueldito cada mes. O la imagino sabiendose dueña del tiempo que le queda bailando en algún bar, donde quiera que estén los bares donde van las putas cuando aparentan no ser putas, y mandando a la mierda a los hombres que quieren restregar su calentón con muy poco disimulo. ¿De dónde salen las sonrisas que son para ella?

Por un momento parece que está sola sobre la faz de la tierra o por lo menos en aquel riñón de Madrid que es un mundo entero. Y al cabo de un rato me ve a lo lejos, empapado también, y sus ojos me atraviesan, negros como ella, sexuales y tristes. Los pezones bajo la fría camiseta también me miran y su cintura se mueve al ritmo del temblor de mis piernas. Me sonríe. Pero lo hace como cuando sonríe al resto de los hombres y además añade un gesto procaz invitándome a que me acerque. No tengo dinero para pagar su cuerpo a no ser que mi cuerpo puediera llegar a pagar las facturas de su vida.

Por un momento, empapados los dos, perdidos los dos, estamos a punto de besarnos a doscientos metros de distancia, parece que me va a regalar una de sus sonrisas privadas, pero acaba soltando una carcajada casi histérica. Por un momento pensé que su pelo negro y brillante podría amarme, que sus dientes blancos podrían amarme, que sus pechos duros podrían amarme. Me doy la vuelta y abandono el puente de vuelta a la parte segura de la ciudad. Por un momento la hubiese rescatado. Pero no tengo dinero para pagar quince minutos con ella.

Amores de cuarto de hora.

Inauguro una nueva sección. Minirelatos de amores efímeros bajo el título de "Amores de cuarto de hora". Esperemos que el tema me de para muchos posts y espero también que os guste. Si os animáis (hay alguien leyendo esto??) podéis enviarme relatos para publicarlos.

En su coche.

-Es que te quiero mucho- Él es un chaval joven con ojos de animal apaleado de no más de 18 años.

-Ya lo sé- A su lado, en el asiento del conductor del coche gris familiar, con cara de suficiencia y dominando el terreno, un hombre bastante más mayor aunque muy cuidado. Debe tener unos cuarenta pero podría pasar por un treintañero recién cumplido.

-Pero tú no me quieres a mí- dice comenzando a besar a su ídolo. El hombre se deja hacer y el chico adula su hombría besando todo su curpo con total reverencia. La mano del hombre apoyada en la nuca del chico conduce su cabeza hacia el destino de entrepierna mientras el chico quiere entretenerse en el resto de la piel.

-Alguna vez podríamos quedar para hacer otras cosas, ¿no?- Dice el chico con la cabeza obligada por la mano inquisitiva y la boca ya debajo del ombligo.

-Sabes que no- Dice dejando de hacer fuerza. Y tras soltar una carcajada replica: -Si quieres nos vamos tú, yo y las niñas a pasear por el parque.- El muchacho calla y se seca una lágrima. El hombre mira al frente.

-El otro día te vi con ellas, con tus hijas.- El hombre le mira por fin a los ojos, pero el muchacho acobardado congela la mirada en el suelo del coche.

-¿Con mis hijas?-

-Sí, a la salida del colegio. Vi tu coche y me acerqué a ver si te podía saludar, pero ellas no me vieron... Tú tampoco-

-¿Tú estás tonto? ¿Y si me ven contigo qué coño crees que pueden pensar?-

-Podrían pensar que soy un alumno tuyo o alguien de la catequesis, siempre dices que parezco más niño de lo que soy... que eso es lo que te gusta de mí, que...- El hombre da un golpe en el volante y deja callado al chico.

-¿Te crees que mis alumnos van chupando pollas por ahi al primero que se encuentran?- El muchacho ya no se preocupa de secar una lágrimas que salen sin escándalo pero en una corriente fluida. Se oye el golpe seco y hueco del cierre centralizado de las puertas. El hombre no lo va a echar del coche, tal vez eso sería gastar mucha saliva. Siempre hace lo mismo, cuando quiere que se vaya abre las puertas.

-Si quieres te la chupo- Se vuelve a oir el ruido de los seguros cerrandose.

-Ya era hora de que dejases de decir gilipolleces. Si quedamos ya sabes a lo que vienes. Niño, que no te enteras de lo que yo me juego viniendo aquí y poniendo excusas a mi mujer para que me vengas con niñadas de las tuyas. Si tanto me quieres vas a dejar de hacer el imbécil y a ponerte a lo que tienes que hacer- El hombre se baja la bragueta y vuelve a conducir la cabeza del muchacho con la mano en su nuca a la antena de su placer. El chico calla y se deja conducir como ha hecho todos los viernes de madrugada desde hace dos meses. Pasado un cuarto de hora, con la boca manchada, busca un gesto, una sonrisa del hombre y éste, con cierta condescendencia acaricia la barbilla del chico, que responde con un garabato de sonrisa. Se vuelve a oir el riudo seco del cierre centralizado.

Cosido a tu pecho.

Déjame coser tu pecho al mío.

Déjame trazar puntadas dolorosas

que al final nos unan para siempre

(o por lo menos hasta mañana).

Déjame usar de hilo las venas

(como calles en esta ciudad)

que tantas veces he querido desgarrar

y ahora quiero enrollar a tu cuello.

Déjame usar como aguja tu polla

que parece vigilarme en la oscuridad.

 

Y así, cosido a tu pecho,

mo oirás respirar cuando amanezca,

te oiré latir cuando me pienses,

sentiré tu entrepierna embravecer

y tú mi bragueta llamarte a gritos.

 

Y así, cosido a tu pecho,

el frío de mi almohada será tibio

y las olas de tu pelo, como el mar,

bañarán nuestros cuerpos

tras el juego que nos hace sudar.

 

Y así, cosido a tu pecho,

volveré a creer en la belleza.

He vuelto a hacer limpieza

Pues si, he vuelto a remover viejos papeles y esto es lo que he encontrado:

 

He visto una ciudad a medio vestir.

Una ciudad a medio caminar,

con su larga cola de boda y miserias.

 

Tremendas miradas latigadas por un exilio de hambre.

Los negros y moros que tanto sudan

como ánades en petroleo.

 

He visto y caminado, a medio llorar,

una ciudad blanca de baldosas sucias.

Estaciones de Metro en desuso por el aire,

y gente que anda y no sabe tejer alfombras.

 

Un manto de niebla cosía la Glorieta de Atocha

y nadie veía que las punzadas de la aguja

nos tejen al suelo...

y yo quiero volar.

 

___________________________________________

 

2:06 de la mañana.

Es mi madrugada.

Ya no sé vivir de día.

El calor artificial

ha sabido desentumecer mis dedos...

y algo más.

 

A veces escribo.

 

_________________________________________

 

Esa terrible paz que son tus alcantarillas,

tus puntos en el cielo,

tu negro zarpear en el silencio.

 

Vomitados, nosotros, sólo esquemas de almas,

a veces te miramos.

 Cielo negro,

de noche y de día nos iluminas

hacia tu negro corazón de madriguera,

y apenas te escriben los poetas,

henchido de saliva ajena

vuelves a vomitar pájaros y crepúsculos.

Gris de noche, gris de día,

cielo en Madrid,

nos iluminas.

7/11

La penumbra de tu piel

fundida hasta las trancas con la noche,

oliendo a mi saliva,

besada hasta gastarse,

desprende tu sudor en esta boca

que sólo sabe amarte.

Y es tu piel, mi saliva y tu sudor

la masa espesa que agitamos ciegos,

amándonos desnudos,

erectos, imponentes,

dispuestos a lamer

el último rincón de nuestro cuerpo

con lenguas que son dedos de alfarero,

y hacer así vasijas

que sean un descansar para tu cuerpo

fugaz, tal vez eterno.

palabras labraspa braspala

Tenemos miedo a las palabras porque son cadenas.

Aquel que dijo amor se dejará morir

el día que sepa que no volverá a decir

amor.

Luz

Como el tibio sol del amanecer,

entre la escarcha azul y sucia,

has venido a templar al vagabundo

que hace tiempo que perdió el camino.

 

De noche te intuyo, calor que perdura,

de día te sé, soberbio y sutil,

desbrozando los edificios que impiden que te mire.

 

Sé que has venido a rescatarme

con una sonrisa de luz,

pues luz eres,

vibrante, sereno, cálido e imponente.

Déjame agostarme a la sombra

del que luz es (sombra cálida),

para poder ser la línea alargada

del árbol al sol de la tarde.

Sombra que marque por dónde puedes andar.

Sombra que sea camino entre tanta luz,

y tú,

luz que abra el camino

del que sólo sabe ser cobija ennegrecida

(oscura pero cálida)

que abrigará el corazón frio del sol.

Nueva vida.

Hasta ayer sólo supe escribir sobre mí,

a partir de hoy sólo podré escribir sobre ti.

.

He visto gente andando ante mis ojos. Como un faro

te he buscado. Ni tus ojos ni tu boca

ni tu piel me han encontrado.

Me ha faltado el destello que me brindas

cuando te sueño, y entre las olas

me he despertado vacío en mi cama vacía

como un mar vacío.

En una botella rota

he guardado lo poco bueno

que queda de mí.

Es tuyo.

Espero que te llegue.

Esto es lo que hay.

Tengo miedo de acabar desquiciado mordiendo los bordes de las puertas; mirandome al espejo, envejecido; ocuapndo un lugar que no me corresponde. Me dicen que soy feliz porque estoy donde quiero estar, y no es así. Veo caras que hablan y no saben lo que dicen, y no sé lo que dicen. Y el hastío no me deja respirar. Y el hastío no me deja vivir. No quiero seguir así. No quiero seguir aquí. Quiero morir y que nadie se entere o vivir sin que nadie me pida cuentas. Y dormir, dormir, dormir...

¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué se supone que debo estar aquí, entre gentes que se muerden con sonrisas? Si ni lágrimas me quedan para llorar los cadáveres que me devuelve el espejo. Si no me interesa esto que se supone que me debe interesar.

Esto es lo que hay. Cuando cae el telón y el personaje desaparece, queda el actor... o el impostor, que es lo que siempre he sido. Nací para ello, y con ello moriré.

Gripe-Flu

Me gusta cómo se dice gripe en inglés: flu.
Me gusta la palabra (flu, flu, flu).
Pero más me gusta el antiviral para combatir la gripe del pollo: Tamiflú (Tamiflú, Tamiflú).

Si yo te meto Tamiflú,
te meto filigranas tamizadas.
Tamiflú, Tamiflú.
Superflua flipada
Tamiflú.
Estáis todos locos,
Lolo está loco.
El Tamiflú flipa.
Vamos a morir todos.

Mi escuela a veces es muy divertida

Os voy a contar, queridos amigos, lo que ocurrió ayer en mi escuela (Real Escuela Superior de Arte Dramático, RESAD).

Ayer fue la inauguración oficial del curso, ya sabéis, un acto institucional donde van una serie de personalidades, dicen unas palabritas, inauguran el curso y luego se ponen moraos en un ágape medio cutre. Pues bien, ayer, una de las personalidades que nos visitaros fue la insigne Esperanza Aguirre. Sobra decir que en una escuela de teatro las simpatías hacia la clase política son escasas y más si esta clase política es del Partido (im)Popular. Pero, evidentemente, somos más originales que cualquier sector de estudiantes y no nos dedicamos a abuchear a la interfecta (que por otro lado es lo que se hubiera merecido). Muy al contrario, un reducido grupo de alumnos se disfrazaron de peperos superpijos y se dedicaron, desde la llegada de la querida Esperanza, a vitorearla y lanzarle bravos y hurras. Si en cualquier momento se la nombraba, el grupo de enmascarados interrumpían el acto al grito de "BRAVO!!". Resultaba muy gracioso cómo la cara de la Espe iba cambiando, desde la entrada en la que se había creído que tenía un reducto de seguidores a su favor, hasta que se dio cuenta de que se estaba riendo de ella.

En un momento de su intervención, y tras la enésima interrupción de los pseudo peperos, ésta dijo: "Tenéis que prepararos más, tenéis que aprender a interpretar mejor porque suena falso lo que decís". Claro, señora, de eso se trataba.

Vivimos un momento tenso cuando uno de los peperitos le dijo tras las anteriores palabras de la Aguirre: "Qué va, tonta, si te queremos", y un señor, que es un actor mayor medio conocidillo cuyo nombre no recuerdo, se levantó muy serio y dijo: "Basta ya!! Un poco de respeto!!". Todos pensamos que era un participante más de la comedia que estabamos viendo, pero no, fue un espontáneo muy sincero él.

Y en fin, despues nos dieron un aperitivo (ojo, a los profesores y personalidades en la cafetería de la escuela y a los alumnos, en el hall) y luego nos fuimos a casa como si tal cosa.

Hemos salido en las noticias interneteras.

Lo que hace el aburrimiento en clase

En un punto de la mañana
he visto tu cara.
Y la esponja de tus ojos
lo ha absorvido todo.

Intenté salir corriendo del aula
y la profesora seguía hablando
mientras tu oreja la fagocitaba
y el resto de la clase
se colaba por los poros de tu piel.

Enorme y aplastante
tu sonrisa me ha dejado ciego
y ya no puedo seguir huyendo.

Esto es para todos vosotros

Esto es para todos los que entrais y leeis mis pequeñas miserias. Sé que me puedo tirar mucho tiempo sin escribir, sé que casi nunca contesto los comentarios que me hacéis, y sé que parece que paso de los que me leeis y tratáis de entenderme... nada más lejos de la realidad. Leo con atención y emoción todo lo que me escribís. Y a veces intento compensar pegando muchas cosas seguidas. Aunque sé que no tengo remedio. Ahora estoy en una época más creativa y veréis que escribo a menudo, casi a diario. Pero ocurre que he estado repasando todo lo que he ido colgando durante casi un año y medio y todo lo que habéis ido comentando... en fín. Tengo que reconocer que me he emocionado más de dos veces porque hay una frase que se repite mucho en las intervenciones: Te quiero, Ro. No hay nada mejor para alguien que tiende a sentirse poco querido que saber que hay gente (más de la que uno se espera) que te quiere de modo desineresado y generoso. Pues bien, tengo que deciros, aunque sea algo que digo poco a menudo, que OS QUIERO, sí, con mayúsculas, y que es muy difícil vivir sin saber que muchos de vosotros estaréis ahí siempre.

Hay una persona en concreto, Brisa, que ha estado ahí, al pie del cañon desde el principio. Brisa, sé que te debo una explicación, mucho tiempo sin dar señales de vida. Bueno, he pensado muchas veces mandarte un mail y contarte cosas... pero soy vago, muy vago. Esa es la única excusa si es que se puede considerar tal. Gracias por haber estado ahí.

El borde es un gran poeta que lleva ya mucho tiempo sin dar señales de vida (a lo mejor es vago como yo) y a Brisa y a mí nos tiene preocupados (verdad, Brisa??). También a ti te debo el haber retomado con energía esta labor blogger. Me encantan tus escritos y me encanta que me escribas. Espero verte pronto.

Silvia, cómo es posible que hayas comentado TODOS los posts??? En fin, no me cabe en la cabeza (y soy bastante cabezón) tanta perseverancia. No te diré nada más por aquí porque siempre tendremos nuestro Pachamama.

Carmela, ay Carmelilla mía... qué haría yo sin ti. En fin, qué te voy a decir que no sepas, si todo lo que escribo aquí lo he hablado días (u horas) antes contigo. Que qué malo es conocerse, no??

X (y sus diversos nombres), a ti tampoco te puedo decir mucho porque hablamos a menudo. Simplemente, gracias por esas conversaciones, por escucharme y aguantarme. Espero ansioso el día en que yo te enseñe teatro y tú me enseñes a cantar XD.

A Moonsa le debo el haber descubierto esto del blog y que me ha servido como vía de escape, también ha estado ahí desde el pricipio, con sus idas y venidas... más o menos como yo.

Rudolph y Gödel también hacen aportaciones sumamente interesantes y, por supuesto a ellos también los quiero (de un modo casto, claro XD). Pero tenéis que postear más!!!!!

Rakel, Carmen y Nadia también han entrado alguna vez y, para quien no lo sepa, pertenencen al Coro de Cámara Oretania del que os he hablado más de una vez. Rakel, tus intervenciones han sido muy esperanzadoras alguna vez, pero otras me han entristecido, quiérete más. Carmen y Nadia, cómo me gusta poder volver a hablar de vosotras en el mismo párrafo. Besos babosos a las tres.

Risy, otra niña encantadora que no tiene el culo gordo y que además de leer, escribe, y muy bien, y yo quiero que me deje colgar algunas cosas que sé que tiene guardadas en un cajón oscuro y olvidado. Pero creo que no me deja.

Clara ha escrito alguno de los post más bellos que han circulado por aquí... lo cual me toca la polla (y no cuento secretos) porque me hace la competencia. En fin, Clara, tú y sólo tú. Sabes que eres única y eso te pesa... hay que aligerar la carga porque el camino es largo.

Si hasta mi hermano me ha escrito!! Luis, si sigues leyendo esto, da señales de vida, que con lo poco que nos vemos, así por lo menos sabremos si seguimos vivos (a mi hermano no le voy a decir que le quiero, aunque le quiera, porque mi familia es así, no se suelen decir estas cosas aunque se sepan). Lo dicho, si sigues por aqui, da señales.

Y en fin, esto es una putada porque seguro que me estoy dejando gente...

Ah, si!! el recién llegado. Como tiene varios nombre le llamaremos KK... Pues nada, gracias también a ti, qué te voy a contar... mejor me callo porque si no... XD

Lo dicho, GRACIAS a todos simplemente por ser. Y ahora me voy a lavar los diente que el exceso de azúcar me pica las muelas, BESOS.

De mensajes ocultos

A veces enviamos mensajes a la gente que nos ve o nos oye. Mensajes que mandamos a veces conscientemente, a veces inconscientemente... Deberíamos controlar nuestro lenguaje no verbal. Un día comiendo con un amigo, tras una agradabilísima velada, éste me dijo punto por punto todo lo que yo no había dicho pero pensaba. Atónito perdido me quedé. Desde el modo de cruzar las piernas hasta la manera de sonreir nos delatan ante alguien que sepa descifrar estos signos, bueno, y ante el que no sepa también aunque lo reciba de una manera inconsciente.

Otras veces los mensajes que se envían son orales o escritos, fuera de toda ley de lenguaje no verbal. Y eso tiene más cojones. Porque si alguien te dice, pongamos por ejemplo, te quiero meter la lengua hasta el pescuezo, uno entiende que esa persona tiene intenciones erotico-festivas sobre nuestra presona, ¿no? Pero ¿y si luego, cuando uno, ante la evidencia de este mensaje, se decide a atacar resulta que le salen diciendo que hemos entendido mal? ¿que qué estamos haciendo? Uno se queda harto confundido. Patidifusito perdido. Y bueno, es todo lo que quería decir, de nuevo un post gilipollas. Pero no me podía quedar callado. Así que a controlar lo que decimos y hacemos, que luego confundimos al personal, ¡leñe!

Aquí estamos esperando

Esperar algo supone tener esperanza en conseguirlo... parece una perogrullada, pero hay gente que pretende esperar algo que sabe que no tendrá, y eso no es esperar, es desesperar. Es una especie de masoquismo. Pues bien, aquí estoy yo esperando (no sé muy bien qué), pero esperando porque tengo la esperanza de tener lo esperado.

Como dice Benedetti (y un día me dijeron a mí):

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Parece un poco de cobardes, una posición cómoda... no dependerá de mí, yo estaré simplemente esperando hasta que me canse de esperar en vez de pasar a la acción. Qué se le va a hacer, el mundo (digan lo que digan) también es de los cobardes. Y yo siempre lo seré a pesar de cometer la pequeña osadía de decirte que te espero.

Siempre no (historia de patatas)

Siempre me han dicho no... bueno, siempre he pensado que me dirían no. Es algo complicado, es como si sabes que a alguien no lo gustan las patatas, no le vas a preguntar si quiere que le invites a comer patatas, ¿no? El problema es si no sabes si le gustan las patatas y vives en una sociedad llena de tabúes en la que está mal visto preguntarle a la gente por sus preferencias hacia los tubérculos. No sé si me explico. El caso es que siempre he llevado el no por delante y al final acabo llevando el no por todos sitios. Otras veces he sido yo el que ha dicho no y nunca sabré las consecuencias reales de esa respuesta (puede ser que si hubiese dicho sí a tiempo ahora podría estar comiendo patatas tan contento, o perdices, que para el caso es lo mismo), pero como eso no lo sé prefiero no comerme demasiado la cabeza (la patata).

El caso es que pretendo comer patatas con los que sé que no les gusta comer patatas... y qué le voy a hacer si es algo que va conmigo, me gusta comer patatas con los que no les gusta comer patatas o con los que parece que no les gusta comerlas (las patatas), pa gustos los colores... y así me va. Y en las pocas veces en que encuentro a alguien que come patatas y no le importa, pues la cago. O espero demasiado o directamente no quieren comer patatas conmigo... Y cómo se hace para saber el momento justo de decir: oye, ¿te apetece asar unas patatitas? Una putada. Pero como dice el bueno de Lewin , "esta noche volaré". Prometo intentar tirarme a la piscina (jeje, a eso de "prometo intentar" se le ve mucho la trampa, ¿no?) y decir las cosas claritas. Porque hay alguien que sé que le gustan las patatas, pero creo que las patatas que él come hace tiempo que se las venden en otro sitio... y no sé si mis patatas le pueden gustar más... pero qué le voy a hacer yo, mis patatas son mis patatas y punto, es lo que hay. Siempre me las puedo comer yo solito (aunque es más aburrido) y así tengo más.

Sé que mis patatas no son las más bellas, posiblemente tampoco sean las más ricas... pero tienen su aquel. Tienen un aspecto raro pero cuando llegas al interior tienen algo que no tienen las demás (si queréis saber qué tienen, tendréis que descubrirlo vosotros mismos, tengo patatas para todo el mundo!).

En fin, que pensaba escribir un post medio críptico y se me ve el plumero a la legua. Bah, me la suda. Prometo que volaré e intentaré comer patatas bien acompañado. Ya os contaré.

No es primavera

No es primavera, todo sigue gris,
me sangran los ojos igual que siempre,
tal vez más a menudo.
Siento que la ciudad me sigue devorando
de nueve a dos, de lunes a viernes...
Y he vuelto a escribir poemas de amor
(¿amor?)
sin estar enamorado.
Por favor, que alguien me lo explique.

.

Me estás haciendo falta seis veces por hora.
Pienso en ti y me salen flores en las pestañas.
Cada tres letras, tu sonrisa plena e infantil.
Me conformo con que me dejes pensar
en que eres como yo creo que quiero que seas.
En que creas que quiero ser como sueñas que sea,
en que nos pensemos con dos latidos de más,
en el leve roce de una mirada escondida en el bolsillo,
en el día en que sepa decirte lo que no sé ni escribir.
Me conformo con poco, pero estoy dispuesto a más.

¿Por qué hay que ponerle título a todo?

El lunes pasado, día tres de septiembre, fue un día totalmente fuera de rutina. Una manera estupenda de saltarse la rutina, por otro lado. Y sin embargo...

Y sin embargo me sentí triste y decepcionado (no me preguntéis por qué, no lo voy a decir. No aquí por lo menos. Si queréis, delante de un café y sin http's de por medio). Y digo que fue un día fuera de toda rutina porque por un lado pude conocer a una persona y comer con ella. Es estupendo encontrarte a buena gente con la que poder hablar de cualquier cosa y reírte de todo. Pocas veces ocurre que conectes bien con alguien al que apenas conoces y que desde el primer momento notes el buen ambiente. Por otro lado, ya por la noche, dimos en el conservatorio de Ciudad Real un concierto del que se puede decir que es el mejor concierto que hemos dado en Ciudad Real ( Ay! mi Oretania querida ). Y sin embargo...

Y sin embargo, cuando me acosté, tenía algo en el estómago que me mordía fuerte. Tal vez sea la desazón de la vuelta a Madrid y el comienzo del curso (¿volver a un sitio significa volver a la desidia de días pasados en ese mismo lugar?); tal vez sea darse cuenta de que ha finalizado uno de los veranos más estúpidos de mi vida; tal vez sea... no, eso creo que no.

Esa es la cuestión: ¿Por qué al acostarme me sentí vacío? Era una sensación parecida a la del desamor... ¿Me habré enamorado?