Sueño con "LA" mujer, que entre páginas arrugadas, haga despertar esa ternura que sé tener por algún lado escondido, que mis plantas de los pies no duelan al caminar tanto, que cuando me levante de esa cama de dos metros que mi ex y yo compartíamos y que ahora prefeíría de de 90 para no notar tanta ausencia. Me emborracho cuando puedo, pues hasta ese placer me acota el tiempo. Las responsabilidades las inventaron para tocarme los huevos, y llego a casa y sigue todo igual, una silla vacia, una cama enorme, la nevera a medio llenar, una bañera demasiado enorme para mi solo, mucho correo al lado del micro de bancos y mas bancos.
¿Donde está la ilusión?
Nada... una pastillita y a dormir.