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Explotadores de sueños



El mensaje que nos transmiten fotos como ésta debiera ser argumento suficiente para entender el fenómeno de la inmigración. Nadie se mueve de su tierra, se aleja miles de kilómetros de sus familias, de sus hijos, de su vida, si no tiene una poderosa e injusta razón. La miseria lo es. Ella es capaz de hacer que una persona tome la terrible decisión de poner en peligro su vida con la única esperanza de llegar a disfrutar algún día de aquello que le corresponde y que por alguna innoble razón, en su país de origen se le niega a él y a los suyos, a millones de personas que subsisten entre el hambre, las enfermedades y la crónica pobreza. El gobierno socialista de Zapatero ha anunciado hoy que pretende regularizar la situación de más de ochocientas mil personas que se encuentran en nuestro país de forma irregular. Personas que llegaron a España durante los gobiernos del Partido Popular y que nadie tomó decisión alguna sobre su situación, sobre si tendrían que ser repatriados a sus lugares de origen o no, sobre si podrían ganarse la vida en nuestro país bajo el paraguas de la legalidad o no. Este anuncio resulta esperanzador para estas personas que algún día debieron pensar que vivir así no era vivir, personas que no aguantaron más y decidieron jugarse sus vidas para llegar a España. Seguramente la idea que tenían en aquel momento acerca de nuestro país fuese lo más parecido a un paraiso idílico en el que podrían hacer realidad sus sueños y tocarlos con sus propias manos. Probablemente esos sueños corrieron la misma suerte que la patera que los trajo hasta aquí y se hundieron a las puertas de las costas andaluzas. Durante los gobiernos de Aznar nos han hecho creer que este problema no iba con nosotros. Nos han hecho creer incluso que ni tan siquiera se trataba de un problema que mereciese de la atención de un gobierno. Durante estos ocho años, España ha carecido de una política seria de inmigración. Cientos de miles de personas han llegado a nuestro país y se les ha abandonado a su suerte, siendo objeto de personas sin excrúpulos que aprovechándose de esa situación de incertidumbre creada por la dejadez de los gobiernos del Partido Popular, han estado explotando impunemente sus sueños. Gracias a esta insoportable e injustificable situación, cientos de miles de personas se han visto forzados a estar en una situación de ilegalidad de la que muchos se han aprovechado para defraudar miles de millones de euros que sí se han sudado en los trabajos más duros pero que no han cotizado en las arcas de la seguridad social. A la gente de derechas -ahora se hacen llamar neoliberales-, todo lo que suponga una oportunidad para ganar dinero, nunca les ha supuesto mayor contradicción ética o moral, nunca les ha planteado ningún problema. Aunque sea a costa de los sueños de gente honrada que sólo ha cometido dos errores en su vida: nacer en áfrica, asia o sudamérica y pretender que se les trate como personas.