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ROMPEOLAS

Tributo al maestro Millás

Simultaneidades. Juan José Millás

Resulta admirable la habilidad de la política para elaborar doctrinas oficiales. A veces la doctrina oficial sobre un asunto precede al asunto mismo, lo que viene a ser como si escampara antes de llover. Gracias a esa maestría ya sabemos que los secretos políticos revelados por Wikileaks, y publicados por este periódico, son meros chismes, puras interpretaciones subjetivas de la realidad. He escuchado a varios ministros y ex ministros repetir la fórmula al pie de la letra. Ni siquiera se molestan en ser originales porque creen que hablan para idiotas. Seguro que al terminar la entrevista en la que han recitado el argumentario establecido les falta tiempo para telefonear a la Embajada de EE UU y asegurar al amo que querían decir lo contrario de lo que han dicho. Un político debe estar dispuesto a asegurar simultáneamente una cosa y su contraria. Quiere decirse que debe disponer de dos almas, de dos morales, de dos visiones del mundo, de dos gargantas (a la manera de un ventrílocuo). Un buen ministro ha de jurar a la familia de Couso que la apoyará en su búsqueda de la justicia y al embajador norteamericano que no permitirá que prospere la denuncia contra los asesinos del cámara. Con un poco de práctica se puede afirmar una cosa con la parte izquierda de la boca y otra completamente diferente con la derecha. Y no pasa nada porque ya ha quedado dicho que somos idiotas. El ministro dividido se marcha a la cama y logra que concilien el sueño sus dos almas, sus dos morales, sus dos visiones del mundo, sus dos gargantas.

El actual embajador de EE UU debe de estar enviando estos días a las autoridades de su país nuevos "chismes" según los cuales nuestros servidores públicos se desdicen de sus palabras apenas abandonan la emisora de radio desde la que han calificado de cotilla a su predecesor. ¡Viva todo!

EL PAIS, 10-XII-2010

Ausencia

Ausencia

AUSENCIA

(Léase entonando un llanto
desgarrador provocado
por la herida mortal
de la pérdida del ser amado).


Soledad de los perros,
mis gatos te temen y
yo te odio.
Perdidas, las sombras
vagan por el campo yermo
de mi oscura habitación,
habito en el gélido desierto
de la ensoñación,
creo que te puedo
tener si te hallo junto a mí
Pero me engaño, porque no te veo,
ni te tengo, ni te poseo,
porque no sueño contigo
y cuando te sueño, eres etéreo,
eres ilusión volátil
y el maldito viento
te lleva al mar.
Me arrastro en pos de un sueño inalcanzable
porque corres mas que yo.
Siempre lo hiciste
nunca me esperaste
por eso tú no estas y, yo, estoy solo,
desolado, junto al mar.

Soledad de los infiernos
devuelve lo que me has arrebatado,
infunde de nuevo el hálito de vida
que necesito para dejar de ser
la sombra de quien fui.

Cubre su santa cabeza con
el peplo virginal
de quien ama sin censura
y no limites con tu presencia
la magnitud de mis deseos
deja que atraviese la frontera
y bese su rosado rostro
permite que sea su voluntad quien
determine mi destino
y confórmate
con el despiadado odio,
con el ilimitado odio
de quienes no comprendiendo
tanto dolor, sufren y mueren
por conseguir una respuesta
a tantas preguntas.