Amame cuando me mires
dispara el arma del olvido
grita libertad en las dunas
de mis tierras desiertas
de sed agrietada
por el viento del mar
otoñal y amargo.
Desafia a mi pasado
riéte de lo que vivimos
dulcifica el aletargado
vino tibio del estío.
Dulce devenir de sales
en olas de encrespadas crestas
alumbrad mi camino
ser rutas en la noche
de la soledad de estar rodeado
por tantos
por tantos gelidos destinos.
De la senectud
de mis días juveniles
nace la virtud
de mi débil memoria.
Cuando la mayoria del tiempo
intento de nuevo
poco a poco
recordar que
el deseo es flor de otoño
mustia y seca
en la senectud de la
mirada
de tus manos...
de tus manos muertas.
Temor de niñez oscura
Trepadoras madreselvas
genios y locura
amores y travesuras
de la corriente
fria y ondulante
de mis ojos al atardecer
que en tus pupilas
resplandecen.
De mis sueños quedan ya
hojas secas de otoño
palabras perdidas de amor
cartas de desengaño
letras sin papel
en un cajon... abadonado
De los sueños me queda
la facultad de amarlos
recordarlos
para despues
justo al abir los ojos
acabar por olvidarlos
De la finitud de los mares
Nace el eterno navegar
De los azules amores
El verde caminar
De los amarillos maizales
La dulce brevedad
Y de la vida
Dulce puente sin ojo
Amable mano sin guía
La búsqueda
El deseo
La amargura y el besar
Ya es hora entonces de que
volvamos a lo azules mares
A la finitud de los maizales
En nuestro verde caminar
La línea del mar rasgado
la dulzura de la niebla de azucar
El inicienso de la niñez
la cafeina de la juventud
Las canas de la amistad
se confunden con los avatares de la Ironía
y el Bienestar de mi mirada
la mido en pasear por tus manos
Las horas de soledad
mi absolución personal
de este ritmo incansable
que ya no me deja ver
La línea del mar rasgado
ni disfrutar de tus ojos...
tus dulces ojos de niebla
Antes de empezar a trascribir lo que es la nueva revisión más, sólo os comento lo siguiente: lo que leeréis a continuación es el recuerdo de un relato que escribí con 17 años. Torpe, demasiado influenciado y en exceso barroco, pero es eso, mi primer relato.
Capítulo 1
El pasar de los días es lento. Tras la ventana, se oculta el paisaje de una noche de invierno: montañas nevadas, árboles ebrios de frío, azules añiles enlutados. Sangre helada en nuevos Cáucasos escolares, nubes en los lagos y estrellas en la tierra. Vidas sin refugio, sólo frío, frío invierno.
Ideas que se agolpaban caóticamente en el interior de Alejandro. Sus ojos perdidios en el infinito atrapando su mirada en el mar. Dualidad traicionera. Dualidad de Unamuno, de Blas de Otero... Alejandro era un Ángel con grandes alas de cadenas.
Un nuevo amor nocturno, una nueva vida en forma de piel usada, la muerte, el besar, el fin.
Del olvido dicen recordar el camino a su telaraña, del amor dicen amar los que sólo no aman, dicen que son los que fueron, y somos los que fuimos. Porque del olvido debéis recordar que nos llama con su espada, día a día, suerte a suerte, en una carta desesperada. La noche nos apaga de nuevo, con su penumbra de sombras ralas, de grises amores frios, de blancas tersas sábanas, de dulces recuerdos de miel, de la muerte, de la nada, de los días que se olvidan, por ser ya no más que cadáveres de hadas. Del olvido yo recuerdo, del recuerdo sobrevivo, de las hojas otoñales que en cada momento piso, de la sequedad del asfalto, del negro y vacío abrazo maldito, de las palabras de complacencia, de los gestos, de sus mitos, de la sangre de los ganadores, de la tristeza... del hastío.
Vogar sin remos en un mar abierto y salvaje, navegar sin velas en el estrecho de los vientos, volar sin fuerzas en las alas del recuerdo, esa es la palabra, el mar, el incienso, el respirar del fuego, el amar el baile del miedo, divagar entre frases, enamorarse de tus huesos, morir, morir... poco a poco, porque ya solo me queda eso, ... tu desierto.
I can take one day to achieve my goal, the It starts again
Consejo de Antonio Machado:
Este amor que quiere ser
acaso pronto será;
¿pero cuándo ha de volver
lo que acaba de pasar?
Hoy dista mucho de ayer.
¡Ayer es Nunca Jamás!
El recuerdo de Machado es algo que muchos orihundos de su tierra llevamos dentro, mas bien le recuerdo de su marcha, de su vergonzante muerte mas allá de los Pirineos, y de la mayor melancolía que supone una maleta de cartón, la muerte de una madre, y 2 días después expirar el último aliento. La voz del poeta es eterna, mi sueño es que él sea consciente de la eternidad de sus sueños.
Es curioso como hay melodías que antes de haberlas oido, todos las sentimos como propias, como si por alguna extraña razón, nos hubieran acompañado toda la vida. me imagino que es algo así como lo que algunos esperan de la palabra Amor. Ennio Morricone, con su Gabriel's Oboe fue el que me decubrio el poder sentir sin conocer. Al fin y al cabo, el camino que todos seguimos es un cumulo de presentimientos, los sentimientos son mas dificiles de alcanzar, de discernir, nisiquiera de reconocer. Razonamientos en la niebla del recuerdo, eso son los sentimientos, comprensión de lo que un día fue sensación. Y así, día a día, prefiero seguir presintiendo, porque no sé quien lo dijo, pero lo cierto es que lo esencial no es visible para los ojos. Del amor, al odio, hay un pequeño paso, y del odio al olvido, ninguno, ya estamos en él.
Golpeando las puertas del cielo. La guitarra sonaba en los 60 con la intención de mover el mundo. casi se proponían invertir el movimiento rotatorio del planeta, crear una nueva conciencia y convertir en real el sueño de una Revolución. Lejos quedan los 60 y 70, el aburguesamiento de la musica, la poca imaginación en los debates políticos, sin embargo hay quien sigue llamando a las puertas del cielo.
Día a día, hora a hora, quizás sí, ahora mismo, la espuma de un encrespado mar este creando nubes para unos ojos quemados, imagenes oníricas para el ahogado, del que dicen que tiene una muerte dulce, casi indolora por una reacción natural. De golpear a las puertas del cielo, golpea al Templo de Poseidón. De navegar en un carro de fuego, a naufragar en una patera de miedo. De la muerte a la vida solo hay un paso, ellos ya han dado dos.
El origen, el futuro, el recuerdo de la especie humana, el odio y el amor, el blanco y el negro, la verdad y la mentira, la muerte y la vida, el caminar sobre el mar no es obra de hombres.
Inmigración, emigración, ayer y hoy, caminos encontrados que rechazamos. Sólo hay una razón: nos traen justo lo que no queremos ver. Hay pobreza, desesperación, muerte, es el fin de la niñez de una sociedad como la nuestra. De pasar de ser los desesperados, los hambrientos niños, hemos crecido, somos adultos, y a la inversa del Hijo prodigo, repudiamos a las sociedades niñas. No creo que haya algo peor que el aniquilar a un ser indefenso.
Sin embargo, el tiempo dicen que pasa irremediablemente, tempus fugit para nostros, los que dominamos el tiempo, vida occidental. Hay otros, no tan lejos, que ni si quiere tuvieron cerca el concepto TIEMPO.
Ayudemosles... dejadlo. No tenemos tiempo.
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