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53. dioses menores

Inge se recogió el pelo dándole una sencilla vuelta y se ciñó el pañuelo alrededor de la nuca. Extendió luego un lienzo sobre el suelo de teja roja y se acostó boca arriba para recibir la caricia asfixiante del sol de julio que incendiaba la tapia.

Llevaba una braguita azul con encaje rosa, toalla blanca alrededor del pelo. Uñas lacadas en los pies, de color blanco y piel untada en aceite. Su piel nácar, salada y brillante, también blanca.

Ningún otro aderezo, pura esencia. Nada más en el mundo.

Inge entregando su ofrenda al sol, bañada en él. Un dios y su concubina follando juntos.

Y yo, triste de mí, mirando.

:::: cuadros para una exposición 

-¿Qué es un pensamiento congelado?

-Es un cuadro en el museo. El icono ofrecido como la realidad misma en lugar de como su representación. La firma del artista en el lienzo en blanco. El valor de cambio, en vez del valor de uso. Los atributos sin el hombre de Musil.

-¿Pero eso no es también tomar la parte por el todo?

-Vayamos por partes, mi querido amigo.- Respondió Alex burlonamente. -Los pensamientos congelados están tan a mano que podemos usarlos incluso mientras dormimos; pero si el viento del pensamiento nos sacara del sueño y nos desvelara, entonces nada nos quedaría entre las manos sino perplejidades. El todo no nos pertenece. Sólo podemos comerciar con las partes.

-Eres un fenicio, Alex.

-No es cierto. Solamente he aprendido a disfrutar de las colecciones de los museos.

:::: hagaki

Ella se había dejado dormir a su lado. Desnuda, sólo separada de él por la maraña del sueño. El la miraba: estaba de espaldas, respirando entrecortadamente por la boca entreabierta, su gran boca desdeñosa y sensual.

Alex se maravillaba al verla. Su cuerpo era como un mapa cifrado de la naturaleza en donde se podía conocer de la fuerza impetuosa con la cual las aguas corren hacia los barrancos, de la tenacidad con la que el imán señala hacia el polo norte, del impulso del hierro aproximándose hacia el imán, de los cristales de hielo formándose de modo casi instantáneo y con una regularidad de figura, de los animales repitiendo el ciclo de la vida y la muerte, de la intensidad y persistencia de los deseos humanos...

La voluntad de la naturaleza obstinada, implacable, revistiendo formas mudables en cada una de sus manifestaciones y encarnándose en su cuerpo. Una voluntad feroz que fluía apuntando en mil direcciones distintas, y ante la que él a veces se sentía expuesto, vulnerable, náufrago en una mar ajena y embravecida.

Alex meditaba distraídamente sobre todo esto, hasta reconocer que ellos –Inge, y también él mismo- no eran más que una pálida manifestación de esa voluntad primera.

Inge: 39 | 32 | 31 | 24 | 20

:::: lo que no fue

 Si fuera posible elegir el lugar donde nacer, si momentos antes de posar mis pies por primera vez sobre la tierra alguien me diera la oportunidad de vagar unos instantes por este mundo y observarlo, contemplar sus bosques, sus lagos, o sus zonas desérticas, o sus zonas heladas, o las ciudades donde habitamos...


Si existiera ese instante, si alguien me diera esa oportunidad y me cantara las excelencias de cada lugar, nada haría cambiar mi decisión... simplemente iría a aquel lugar donde sé que estarías tú...

:::: errores de cálculo 

-¿Y qué sucede si el flautista se juzga un virtuoso? -Preguntó Alex-.


- Entonces, la percusión sustituye a los instrumentos de viento.


"Larga ha de ser pero fructífera; cruenta ha de ser, pero brillante; dura ha de ser pero vigorosa y omnipotente. Se ha dicho que con fusiles se transforma el mundo, ya lo estamos haciendo (...) Para todo Partido Comunista llega un momento que asumiendo su condición de vanguardia del proletariado en armas rasga los siglos; lanza su rotundo grito de guerra y asaltando los cielos, las sombras y la noche, comienzan a ceder los viejos y podridos muros reaccionarios, comienzan a crepitar y crujir como frágiles hojas ante tiernas y nuevas llamas, ante jóvenes pero crujientes hogueras. La guerra popular comienza a barrer el viejo orden para destruirlo inevitablemente y de lo viejo nacerá lo nuevo y al final como límpida ave fénix, glorioso, nacerá el comunismo para siempre." Comandante Gonzalo, flautista.

::::  voces y ecos 

-¿Es cierto que hubo un partido de la sospecha?


- Es posible - dijo Alex-. Imagino que en él participaron ilustres como Freud o Marx, por ejemplo.


- Contaban con un enemigo común: la clase media. Freud puso el énfasis en la sexualidad para provocarlos, Marx iba más lejos... Marx pretendía destruirlos. Según ellos nada sería lo que parece ser: en la teoría freudiana esto significaba que todo requiere de una interpretación, en la marxista que la Historia está determinada por leyes que revelan las contradicciones del mundo. La realidad requería de un intérprete, de un flautista de Hamelin. El es quien toca la melodía, quien nos guía, y hay que rendirse al encanto de su música... Pero el flautista pudo interpretar mal la partitura, o reescribirla a su gusto.


- O tal vez no conocerla, porque el libreto no existía.