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lo estamos malcriando

lo estamos malcriando

2 años: "¿Lo estamos malcriando?"


¡Qué pronto pasa el primer año de un pequeño! Parece que fue ayer cuando nuestro hijo aterrizó en nuestras vidas, con apenas tres kilos (o poco más) y un montón de ilusiones bajo el brazo. Ahora no podemos imaginarnos nuestros días sin él, con todas las satisfacciones que nos da, con todas las preocupaciones (también) y, sobre todo, con esas inmensas ganas que tiene de llevarse el mundo por delante.


No es que a los 12 meses y un día deje de repente de ser un bebé, no; todos sabemos que eso es puro convencionalismo. Es más, somos conscientes de que todavía nos necesita mucho, muchísimo, y durante muchos años más.

Pero sí es cierto que después de su primer cumpleaños empezamos a darnos cuenta de que es tiempo ya de que a nuestro intrépido investigador le vayamos dejando claro quién es el "jefe" (¿él o nosotros?); y de que necesita también que en su rutina diaria hayamos sembrado o empecemos a preparar el terreno para que los buenos hábitos (comida, sueño, autonomía, relaciones sociales…) den los frutos que esperamos.

Y como nos preocupa el bienestar, la salud, la educación y la felicidad de nuestro hijo, nos planteamos muchas preguntas: ¿lo estamos haciendo bien?, ¿no estará demasiado mimado?, ¿lo consentimos en exceso?, o, como dice a veces la abuela, ¿no lo estaremos malcriando?

"¿Por qué no sabe jugar solo?"

Nicolás tiene 18 meses. Su mamá no trabaja fuera de casa y se considera afortunada por pasar todas las tardes jugando con él; "pero no sé si lo estoy acostumbrando mal ­se pregunta­. A la mañana estoy muy atareada y, en cuanto ve que lo dejo jugando solo, corre a buscarme desconsolado. ¿No debería ya saber jugar él solito?".

En torno a los cinco o seis meses, los niños pasan ya algunos ratos entretenidos con un juguete, siempre y cuando sepan que su mamá anda cerca, le hable e intervenga de vez en cuando en su juego. Poco a poco esos ratos se alargan, pero las condiciones no cambian: todavía necesita saber que su mamá está ahí y que correrá cuando él la necesite o, simplemente, se aburra. Si desde pequeño está acostumbrado a que un adulto (mamá o papá, la niñera…) participe siempre y en todo momento en sus juegos, es lógico que proteste si, de repente, se le niega ese compañero incondicional.

Los niños disfrutan mucho jugando con los adultos (si los conocen bien, claro), y más a esta edad. No les disputan sus juguetes, celebran cada logro suyo con entusiasmo… Todavía no saben jugar con otros niños; les complace estar en su compañía, pero cada uno está en lo suyo; se limitan a jugar al lado de.

El mejor juguete para un niño son sus papis, por supuesto, pero no sólo sus papás. Lo primero es darle los juguetes adecuados para su edad (muñecos blanditos, piezas grandes de plástico o de madera para hacer torres, para encajar…; vehículos para rodar, etc.); y lo segundo, ayudarlo para que empiece a tomarle el gusto a lo que está haciendo.

Cuando el pequeño se involucre con el asunto, podemos dejarlo solito e intervenir a distancia: "¡Qué torre más alta te salió!"; "¡Qué impulso que le diste al autito!". Con paciencia y respetando esos breves momentos de autonomía, empezará progresivamente a mostrarse más independiente en sus juegos. Pero sólo un poco; al principio, es normal que esos ratos no duren más allá de unos veinte minutos.

LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA

LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA

Música clásica: Mágicos sonidos que estimulan las neuronas de tu bebé


La música ha existido desde tiempos inmemoriales y forma parte de la dinámica humana. El mismo corazón humano está particularmente sintonizado con la música, pues las pulsaciones responden a todas las variables musicales, como frecuencia, tiempo y volumen. De esta manera un ritmo rápido hace rápido el palpitar y uno lento hace lento el palpitar, creando éstos últimos menos tensión y estrés, calmando la mente y ayudando al cuerpo a "ayudarse a si mismo".


Pero la bondad de los acordes no sólo afecta a los adultos capaces de distinguirla, sino también a niños y bebés. Durante el primer año de vida, los sonidos y la música juegan un rol sumamente importante en la evolución intelectual y emocional de los pequeños. Esto queda en evidencia en un estudio realizado en 1993 por investigadores de la Universidad de California, donde los tajantes resultados afirmaron una directa relación entre la música clásica y las funciones cerebrales e intelectuales del bebé.

El llamado Efecto Mozart había sido abordado hace algunas décadas por el otorrinolaringólogo francés Alfred Tomatis, quien lo comprobó clínica y estadísticamente, sanando a mas de 100.000 pacientes con la música de este compositor. Además realizó experiencias sorprendentes en un monasterio en Bretania con vacas que escuchando sinfonías de Mozart aumentaron notablemente su producción de leche. En Munich, en tanto, realizó experimentos con niños desahuciados llegando a normalizar signos vitales con música de Mozart, sonidos fetales y la voz materna.

Mozart es el más joven de los compositores y esta característica de juventud le da, según Tomatis, una calidad especifica a su expresión musical. Tiene el ritmo de un corazón que late como el de un niño.

Neuronas en movimiento


El estado consciente ordinario que vivimos está dominado por las llamadas Ondas Beta, vibraciones de 14-20 hertz que aparecen cuando hacemos actividades en el mundo externo y también cuando experimentamos fuertes emociones negativas. El siguiente estado consciente y de calma está dominado por las Ondas Alfa, de ciclos de 8-13 hertz. El próximo es donde encontramos períodos de alta creatividad, profunda concentración, sueño: es el dominado por las Ondas Delta, de 0.5-3 hertz. De esta manera, cualquier música que tenga alrededor de 60 pulsos por minuto, podrá alterar el estado de ondas cerebrales, la conciencia, bienestar y la percepción espacial, como lo hacen ciertas piezas barrocas o de música clásica.

La música es una necesidad para todas las personas y favorece la cristalización de diferentes estructuras funcionales del sistema nervioso. Además, facilita la producción de energía ligada al estimulo del cerebro, indispensable para pensar y abre el camino a la voz cantada y a la expresión corporal. Oír o tocar música en la casa, la oficina o en el lugar de estudio, puede ayudar a crear un balance entre el lado izquierdo "lógico" y el derecho, intuitivo, e interactuar creando estados básicos de creatividad entre ambos.

En el caso de los bebés, es sabido que ellos desarrollan una verdadera carrera neuronal tras el nacimiento. Las conexiones entre neuronas aumentan de 50 trillones a más de 1.000 trillones al enfrentarse a una avalancha de cosas en espera de ser descubiertas, lo que se potencia en gran medida con la exposición a la música clásica. Según el estudio realizado en la Universidad de California, estos sonidos potencian la musicalidad y el pensamiento lógico de los infantes que formará la base de su inteligencia.

Según las investigaciones de Tomatis, en tanto, la música de Mozart mejora la habilidad del cerebro para recibir el mundo físico, la formación de imágenes mentales y el reconocimiento de los objetos. En su libro describe que Mozart tuvo una vida prenatal excepcional, pues su madre vivió un embarazo feliz, impregnado de música y del amor de su marido (talentoso compositor). Wolfang gozó de un entorno familiar y musical formidable, que le permitió codificar su sistema nervioso sobre ritmos fisiológicos verdaderos, universales, cósmicos, dice Tomatis. Esto le permitió ajustar su instrumento corporal a las modulaciones sentidas durante este período y su ritmo seguirá siendo el mismo aun cuando comience a hablar, a crear, a componer desde los cinco años hasta su muerte.

Basándose en sus investigaciones, Tomatis diseñó un método de enseñanza que se aplica en más de 250 centros en el mundo. Éste se basa en el descubrimiento de que la música está íntimamente ligada con el dominio de cinco áreas: lenguaje, coordinación, memoria, cooperación, disciplina y educación. Tanto así, que dentro de los resultados el estudio descubrió que en test de inteligencia realizados a estudiantes, estos aumentaban entre 8 a 9 puntos inmediatamente después de escuchar la Sonata para Dos Pianos.

En nuestro país, el Centro Tomatis lleva un año aplicando terapias que reeducan la manera en que escuchamos, mejoran el aprendizaje, habilidades de lenguaje, comunicación, creatividad y comportamiento social, y en las que por supuesto se incluye el efecto Mozart. Por lo general se trabaja con niños desde los 3 años con problemas de autismo, dislexia y disfasia en una terapia de 60 horas que los niños deben escuchar durante tres meses. El plan contempla dos horas de Mozart, canto gregoriano y eventualmente la voz de la madre.

Con el paso de los días, en el niño se observa un mayor apego a la madre y después de escuchar música de Mozart se siente con más energía, aumento de concentración, atención, memorización, comunicación, organización en sus tareas y mayor tolerancia a la frustración.

La música clásica se puede aplicar en el niño con o sin la ayuda de un oído electrónico (método Tomatis). Sólo basta con echar a corre los acordes en cualquier habitación de la casa para que las neuronas del bebé se muevan con energía y los adultos se liberen un poco del estrés habitual.

SU LUGAR EN LA CASA.

El cuarto del bebé: un lugar de estimulación pacífica


¡Vamos a tener un bebé! Tras esa afirmación un universo de cambios se cierne sobre dos atribulados padres que deberán basar ahora su escala de prioridades en ese pequeño ser que crece velozmente en su primera habitación: el vientre materno. Allí duerme, come, se chupa el dedo, se mueve e interacciona mediante pataditas con el mundo exterior.

Pero afuera la cosa es muy distinta. El medio cálido y sereno que lo albergó durante 9 meses se quiebra al momento de nacer en una sala fría, metálica y llena de luces. Para completar el cuadro, unas manos grandes lo agarran, lo mueven y lo voltean como parte del rutinario examen médico al recién nacido. Para olvidar un poco esta desagradable experiencia, nada mejor que ofrecer al bebé un ambiente cómodo que se parezca, en algo al menos, al agradable cuartito que le proporcionaba mamá.


La habitación que ocupará nuestro hijo, así como su composición, es un tema recurrente para la mayoría de los padres que deben enfrentar la llegada a casa con un nuevo integrante o la decisión de sacarlos de la pieza matrimonial, lo cual se considera apropiado a los 5 o 6 meses de edad con el término de la lactancia.

Un aspecto fundamental a la hora de elegir el cuarto del bebé dice relación con el carácter intrínseco de "propiedad infantil" que debe tener dicho lugar. Según la psicóloga de niños, Gabriela Trivelli, se trata de un espacio que el pequeño considerará como una de sus pertenencias y, por ende, como una prolongación de sí mismo. "Todas las cosas de su pieza son parte de la identidad del niño y merecen respeto. Por lo tanto no es cosa de que si llega la abuelita del sur lo saquen y luego lo vuelvan a poner, porque el pequeño siente una invasión de espacio", aclara la psicóloga.

Estructura básica

Algunos aspectos esenciales al elegir el cuarto del bebé se relacionan con la presencia de buena ventilación, iluminación, instalación eléctrica y calefacción moderada (entre 20-22°C), los que inciden directamente en el confort del bebé.

Pero estos aspectos logran conformar un ambiente armónico completo al acompañarse de una estructura de diseño segura y apropiado para su edad. Los muebles de esta habitación deben ser seguros, prácticos y cómodos. El material más usado en la actualidad es la madera pura, enchapada y pintada, que se usa para confeccionar mudadores, cunas, veladores, corrales y repisas. En cuanto a las formas es importante que sean curvas en esquinas, partes salientes y aristas para evitar que éstas lastimen en el caso de un golpe o una caída accidental. Para las ventanas, en tanto, se recomienda utilizar el acrílico y no el vidrio

El piso de goma es una buena y segura opción para el cuarto del bebé, porque es de fácil limpieza, blando al impacto y antideslizante. Es importante prestar atención a la hora de su elección entre colores y texturas, ya que se pueden lograr interesantes efectos estéticos. Los pisos de madera plastificada también son de fácil mantenimiento, entregan calidez y existen varias alternativas de modelos. La alfombra es agradable estéticamente y buena para el impacto de las caídas del bebé, pero se ensucia con más facilidad, reteniendo tierra y bacterias. La cerámica, en tanto, es lo opuesto a la alfombra, ya que es higiénica, pero muy dura y fría.

Los revestimientos de las paredes pueden ser de pintura satinada porque es más lavable y se logran mejores terminaciones de superficies. La pintura al látex y el papel vinílico también son de fácil limpieza y presentan variedad de diseños, guardas y texturas.

En busca de la paz

Los colores son una parte importante del decorado en la habitación infantil. Es importante tener en cuenta las dimensiones del espacio a pintar, pues mientras más oscuros y cargados son los revestimientos más tienden a reducir visualmente el lugar.

Los colores de la habitación pueden romper los formalismos asociados con la división por sexos: azul para los niños y rosa para las niñas. El color, además de un estímulo para el sentido de la vista, es un elemento que crear el ambiente agradable si se usa en forma moderada y con tonalidades suaves. Hay tonos que, combinados con figuras y dibujos, contribuyen a crear este ambiente que rodeará los primeros meses de vida del recién nacido. De hecho, su experiencia del entorno tiene como primera referencia la de su habitación o la que comparta con otros hermanos.

El decorado de la pieza puede acompañarse también de libros, figuras con dibujos, móviles variados, espejos irrompibles cerca de la cuna y sonajeros. Sin embargo, se debe establecer un margen de moderación final, pues recargar el espacio de objetos y colores no facilita el proceso de desarrollo de los bebés. A veces, un exceso de juguetes o de objetos decorativos en una habitación intenta suplir o dificulta otras formas de relación con los adultos más próximas y directas y, por tanto, más estimulantes y educativas para los pequeños. "La sociedad occidental ha privilegiado estimular a los niños como si fueran seres pasivos. Sin embargo, la experiencia me indica que los niños presentan una actividad exterior y nosotros tendríamos que ayudar a pacificarlos con colores suaves y moderada estimulación", indica la psicóloga infantil.

Este no es un ambiente más de la casa y requiere de toda tu dedicación. Se trata del espacio que albergará a tu hijo por muchos años y es importante que la estética no sea la única característica a tener en cuenta para diseñar este ambiente, que tiene la difícil misión de reemplazar la dulzura, calidez y comodidad del vientre materno.

etapas evolutivas del niño.

Primera infancia: el niño de uno a cinco años Rasgos evolutivos generales de la etapa

El niño pasa, en estos años, por dos etapas, la de la expansión de su subjetividad y la de la exploración de la realidad externa, que coinciden, en general, con la edad del jardín de infancia y los años preescolares. Del egocentrismo propio del primer año el niño evoluciona para ir integrándose poco a poco en el mundo que le rodea.

En este desarrollo, la maduración psicomotriz es decisiva. Cuando el niño cumple el año, empieza a andar: el "gateador" de la última parte del primer año se convierte en "correteador"; desde esa nueva posición, el niño observa el mundo con una nueva perspectiva, amplía su horizonte y puede acercarse y manipular lo que le rodea a su antojo.

La inteligencia del niño se transforma, pudiendo representarse las cosas sin estar éstas presentes y utilizar el lenguaje para ordenar tanto su mundo interno (primeras expresiones de sus emociones) como el externo (comienza a nombrar las cosas).

Afectivamente el desarrollo en esta época es muy grande pues el niño aprende a controlar impulsos y deseos en una especie de "negociación" en la que él se adapta a las normas familiares a cambio de amor y valoración.

Una vez que han quedado definidos y más o menos aceptados los límites que desde la familia (y la sociedad) se le imponen, el niño entra en la edad de la latencia, alrededor de los cinco años, a partir de la cual se produce un fuerte desarrollo intelectual y un acercamiento progresivo alos demás niños, avances que se ven favorecidos si el aprendizaje del control de los impulsos ha sido resuelto sin demasiado conflicto emocional.

Psicomotricidad

La motricidad y el psiquismo van unidos sobre todo en estos primeros años aunque en los próximos, incluso las mismas tareas escolares se pueden considerar ejercicios de psicomotricidad.

Alrededor del año de edad el niño comienza a andar, de un modo vacilante, balanceándose, separando los pies e inclinando el cuerpo hacia delante para mantener el equilibrio, y poco a poco va reorganizando y consiguiendo el control de la musculatura desde la gruesa a la más fina.

Importancia especial tiene la constitución de la imagen corporal que es la representación mental que el niño se hace de sí mismo. Esta imagen corporal no coincide con el esquema corporal en la medida en que en la imagen interviene otros factores, fundamentalmente afectivos, que la hacen subjetiva: es una imagen que no coincide con la corporalidad objetiva sino que está determinada por la valoración e importancia que él y los que le rodean dan a cada parte de su cuerpo: esta imagen influirá, en el futuro, en el concepto de sí mismo, y en la autoestima.

Según Gesell el niño,

A los dos años:

puede bajar y subir escaleras sin ayuda pero usando los dos pies en cada escalón
es capazde acercarse a una pelota y darle un puntapié
le gustan los juegos bruscos y los revolcones
puede dar la vuelta a las hojas de un libro de una en una
construye torres de seis cubos y ensarta cuentas con una aguja
si es necesario puede permanecer sentado algunos ratos

A los tres años:

construye torres de nueve o diez cubos
puede modular su forma de correr y hacer variaciones de velocidad
sube las escaleras sin ayuda alternando los pies
puede pedalear en un triciclo

A los cuatro años:

sabe brincar a la "pata coja"
mantiene el equilibrio en un solo pie durante varios segundos
al lanzar una pelota, echa el brazo hacia atrás y la tira con fuerza
puede abotonarse la ropa y hacerse la lazada en los zapatos

A los cinco años:

brinca con soltura y salta
llega a conservar el equilibrio sobre las puntas de los pies varios segundos
está capacitado para realizar ejercicios físicos y danza
usa el cepillo de dientes y el peine
puede dibujar la figura de una persona

Inteligencia, imitación y juego: la evolución de la conducta adaptativa

En el primer año de vida la adaptación al medio se realizaba por medio de la inteligencia senso-motriz: a los estímulos del entorno se correspondía una respuesta motora lo más adecuada posible. A partir del segundo año la inteligencia se convierte en representativa al interiorizarse los aprendizajes en forma de imágenes mentales de una complejidad simbólica creciente.

La inteligencia representativa es de tipo intuitivo desde los cuatro a los siete años. De este carácter intuitivo da idea el siguiente experimento: se le presentan al niño dos vasos iguales que él llena con la misma cantidad de bolitas; si después se echa el contenido de uno de ellos en un vaso más alto y delgado dirá que hay más bolitas dado que la altura de las mismas en dicho vaso es mayor.

Otro ejemplo que muestra la representación subjetiva del mundo es el siguiente: el niño ante un reloj de arena cree que ésta cae más rápido cuanto más rápido realiza él la actividad que le encomendamos.

Este tipo de inteligencia, en la que ya aparecen las imágenes mentales pero de estilo aún intuitivo o subjetivo nos muestra al niño con una idea animista o mágica del universo, con su acción o pensamiento el niño cree influir en la realidad externa, confunde la causalidad física con la motivación psicológica: por ejemplo, el sol sale porque el se despierta y necesita que sea de día

La inteligencia es un proceso de adaptación al medio, de complejidad creciente, en el que interaccionan asimilación y acomodación: la imitación es un ejemplo del proceso de acomodación, siendo el juego representante de la asimilación .

La imitación y el juego son dos actividades del niño en las que confluyen aspectos intelectuales y emocionales y que muestran ese carácter subjetivo que tiene la inteligencia del niño en esta etapa así como la utilización de imágenes mentales.

El niño comienza a representar una acción o un objeto sin tenerlo físicamente presente y se produce una interiorización de los gestos y acciones que ha aprendido en la etapa anterior. El juego y la imitación se unen en este aprendizaje: así el niño que ha visto un coche en movimiento puede imitar con su mano dicho movimiento en su juego sin que el vehículo esté presente.

La imitación en esta etapa de la inteligencia representativa es simbólica: el niño interioriza un objeto real en forma de imagen, que no es fotográfica sino que está cargada de significación y de subjetividad; toma del objeto que imita aquello que le impresiona y tiene para él un valor simbólico; por ejemplo, el lobo feroz de los cuentos es, sobre todo, una gran boca.

También la imitación es una forma de identificación con el comportamiento de personas significativas para él, es una forma de querer ser como esa persona. Es una edad en la que se suele imitar el comportamiento del padre o de la madre según el sexo del niño.

Por otra parte, el juego es, en esta etapa, esencialmente asimilación simbólica, aunque también es imitación pues todavía no es capaz de la suficiente imaginación o inventiva: así el niño juega a ser un perro imitando alguna característica del mismo que le impresiona.

Además del aspecto puramente intelectual del juego hay que considerar el componente de elaboración de situaciones emocionales que hay en los juegos de los niños a esta edad, juegos no reglados en donde, además de aprender pautas y conductas socializadoras, el niño "digiere" una realidad que le afecta y a veces le angustia.

Lenguaje y socialización

El lenguaje es indisociable del medio familiar del niño. En los primeros meses de vida, la entonación de las palabras de la madre les daba significado; ahora una palabra es toda una acción: "guau" tal vez significa "ese perro que me asusta con sus ladridos", es decir, el niño emplea la palabra-frase con la que se expresa no un objeto concreto sino una situación determinada.

Más tarde, alrededor de los tres años, el niño comienza una época de interrogaciones continuas, haciendo preguntas de las que conoce la respuesta; más adelante, a los cuatro años insistirá en los "por qué" y los "cómo", y más que la explicación le interesa ver si la respuesta se ajusta a sus propios sentimientos; no hay que olvidar que es una edad egocéntrica en la que el niño se acerca a los objetos en función de la adecuación de éstos a sus deseos y necesidades.

Pero el lenguaje es tanto expresión de las tendencias individuales como de las influencias exteriores. La conversación que se inicia de modo rudimentario entre madre e hijo tiene también una dimensión social. El niño que oye el "no, no", aprende a posponer la satisfacción inmediata de un impulso a cambio del beneficio del cariño y la aprobación de su madre. Por medio del lenguaje se le transmiten las pautas propias de la cultura en que ese núcleo familiar está inmerso.

El niño desarrolla su personalidad primero en la familia y luego en la sociedad. Los primeros años son de primacía familiar en su vida, pero luego, con su incorporación a la escuela, aparece la necesidad de aprender a convivir con los otros niños.

Su primera experiencia escolar es casi una continuación de su mundo familiar: la maestra es una madre y los compañeros ocupan el lugar de los hermanos; los conflictos que surgen en la escuela son semejantes a los que vive en su casa; por eso, la adaptación a ese nuevo medio estará influida, en gran medida, por el tipo de vivencias que tenga con sus padres y hermanos.

Una forma de elaborar y resolver los conflictos que aparecen tanto en la escuela como en su propio hogar son, además del juego, los cuentos a los que los niños, en estas edades, son tan aficionados: el niño se embelesa oyendo hablar de la gran boca del lobo feroz y abre su boca a la vez que lo hace el lobo; los cuentos le ayudan a elaborar los miedos tan comunes de estos años.

Algunas de las adquisiciones que hace el niño tanto de su personalidad social como del lenguaje, según lo explica Gesell, son,

A los dos años:

utiliza los nombres de cosas, personas, y la palabra-acción
se llama a sí mismo por su nombre en vez de usar el "yo"
la jerga ha desaparecido pero sigue canturreando al decir su o sus palabras
le gusta escuchar y le gusta revivir sus acciones en cuentos en los que él es el protagonista
usa la palabra mío "manifestando un interés inconfundible por la propiedad de cosas y personas"
cuando juega con otros niños no se relaciona con ellos más que físicamente
desconfía de los extraños y no es fácil de persuadir
se ríe con ganas y muestra signos de simpatía o de vergüenza

A los tres años:

comienza a decir frases
disfruta con el preguntar por preguntar
le gusta el soliloquio y el juego dramático en el que practica palabras, frases y sintaxis.
"con el niño de tres años se puede tratar"; es capaz de negociaciones en las que cede para conseguir algo
tiene gran deseo de agradar y pregunta si ha hecho bien lo encomendado
la llegada de un hermano le puede provocar celos, angustia e inseguridad
-habla consigo mismo o como si se dirigiera a un otro imaginado.
empieza a compartir sus juguetes
se puede quitar los botones de delante y de los lados
no sólo se baja los pantalones sino que puede quitárselos
duerme ya toda la noche sin mojarse e incluso suele hacer sus necesidades sin ayuda

A los cuatro años:

hace preguntas casi sin parar
le gusta hacer juegos de palabras, "se divierte con los más absurdos desatinos, para atraer la atención del auditorio"
"su lenguaje es meridiano, no le gusta repetir las cosas"
llega a sostener largas conversaciones, mezcla de ficción y realidad, "tiene mucho de charlatán y algo de irritante"
es hablador y utiliza con entusiasmo el pronombre personal
puede vestirse y desvestirse casi sin ayuda
se hace el lazo de los zapatos, se peina sólo y se cepilla los dientes
va al baño sólo, preferentemente si hay otros, movido por "una nueva curiosidad que empieza a surgir"
empieza a formar grupos para jugar de dos o tres niños.
comparte sus cosas pero a veces tiene arrebatos caprichosos con la intención de provocar reacciones en los demás: "puede ser un verdadero sargento para dar órdenes a los demás"
tiene cierta conciencia de las actitudes y opiniones de los demás: es excelente para encontrar pretextos y justificar su comportamiento

A los cinco años:

parece un adulto en su forma de hablar, sus respuestas son ajustadas a las preguntas que se le hacen
sus preguntas buscan una respuesta y tiene verdadero deseo de saber
en su deseo de entender el mundo es muy práctico y le gustan los detalles concretos "sin irse por las ramas ni la fantasía"
distingue sus mano derecha e izquierda pero no las de los demás
es obediente y puede confiarse en él
le gusta colaborar en algunas tareas de la casa
se muestra protector, a veces, con los más pequeños
sabe decir su nombre y dirección
juega en pequeños grupos de dos a cinco niños
prefiere el juego con otros y muestra cierta comprensión de situaciones sociales
"la seguridad en sí mismo, la confianza en los demás y la conformidad social son los rasgos personal-sociales cardinales a los cinco años"

Mundo emocional

Durante el primer año de vida el bebé realizó un importante proceso con repercusiones tanto para su vida interna como para sus posibilidades de relación con los demás: primero aprendió a ver a su madre como alguien separado de él; además tuvo que admitir que era la misma madre la que satisfacía sus necesidades como la que las frustraba; y, por tanto, que sus sentimientos de amor y rabia iban dirigidos a la misma persona.

Con todo esto, en el bebé se va organizando un incipiente sentido de sí mismo, un "yo"primitivo y una básica concepción de un mundo material separado de él, lo "no-yo".La integración de ese primitivo yo y la separación de la madre como una sola persona, le hacen reconocer que siente enojo hacia la misma madre a la que ama y necesita, pero también le permite sentir agradecimiento por el amor que recibe a pesar de sus momentos de rabia.

La dificultad para recordar nosotros mismos estas etapas nos hace ver a los niños ajenos a toda esa problemática que, efectivamente, se olvida si se ha resuelto suficientemente bien, pero no siempre transcurre todo felizmente y los problemas se presentan con síntomas de gravedad variable.

El primer año es el de la etapa oral porque la problemática afectiva gira en torno a la alimentación: el destete, el cambio a los alimentos sólidos..., son experiencias del niño con la madre que dan lugar a las vivencias que hemos comentado.

En el segundo año los intereses emocionales del niño giran en torno a la adquisición del control de esfínteres: desprenderse de algo de su cuerpo que el valora, por agradar a su madre, va a poner en juego todo el amor que le tiene. El niño quiere ser "bueno" aprendiendo a controlarse según las pautas que le impone su madre: es la etapa anal.

Al final del segundo año, el niño suele haber controlado sus esfínteres: en general se controla primero la defecación y luego el orinar de modo que al final del segundo año se ha adaptado a la limpieza.

En el curso del tercer año aumenta la curiosidad por los genitales, se interesa por ellos, por las diferencias entre hombre y mujer, por el nacimiento de los niños, por las relaciones sexuales... Es la época del complejo de Edipo, que de un modo muy resumido es el deseo de exclusividad en el afecto de la madre en el caso del niño, y del padre, en el caso de la niña.

Todas las fases que el niño va viviendo no se superan totalmente y, en la pubertad reaparecen problemas relacionados con los conflictos vividos en las etapas oral, anal y genital.

Las mayores dificultades en este período suelen estar marcadas por la inevitable aceptación del tercero, del otro, aceptación que cuesta mucho porque choca con la omnipotencia propia de los primeros años: en el proceso de socialización, que comienza en la familia, se va instaurando el "principio de realidad", es decir, admitir la existencia de los demás con sus propios deseos y necesidades que no siempre coinciden con los del niño, frustrándolo en su intento de imponerse.

La autoestima del niño ha de salir bien librada de esta lucha entre el deseo de autoafirmarse a toda costa y el de admitir también la afirmación de los demás: es un equilibrio difícil y no siempre bien logrado lo que conlleva toda una serie de dificultades en las relaciones, desde timidez a agresividad, y que se manifiestan en el hogar y más tarde en la escuela.

El niño vive todas estas situaciones primeramente en la relación con los padres y después con los hermanos. Los hermanos son niños igual que él, que le disputan el cariño y la predilección de los padres. El deseo que aparece es el de "eliminarlos", deseo cargado de una agresividad más o menos inconsciente y de otros sentimientos como son el miedo y la culpabilidad.

El nacimiento de un nuevo hermanito suele provocar el rechazo del niño que se manifiesta de diversas maneras: en forma de agresión directa o en comportamientos que el niño ya había superado, como es volver a mojar la cama..., y en ocasiones mostrando un exagerado interés por el bienestar del hermanito, interés que llega a confundir a los padres.

Todos estos conflictos, que surgen en la edad en la que el niño aprende las primeras conductas que lo convertirán en un ser sociable, quedan amortiguados y, aparentemente olvidados, en la etapa de latencia, que comienza alrededor de los cinco años y que se alarga hasta la pubertad.

En la pubertad tienen lugar intensos cambios hormonales que harán aflorar nuevamente los problemas que quedaron silenciados en la niñez, que no podrán seguir ya reprimidos, sino que van a ser potenciados por dicha revolución hormonal.

La norma moral y el ideal del yo se empiezan a formar en los primeros años de la vida, modelando el comportamiento del niño según las pautas y normas socialmente admitidas y valoradas y siguen funcionando en la siguiente etapa, de latencia, época de grandes adquisiciones, fundamentalmente intelectuales.

Bibliografía

"El niño de uno a cinco años" Gesell,A (Paidos)
"Psicología del niño" Piaget, J e Inhelder, B (Morata)
"El lenguaje y el pensamiento del niño pequeño" Piaget, J y otros (Paidos)
"La evolución psicológica del niño" Wallon, H (Psique)

cualidades de la leche materna.

Influencia de la dieta en la composición de la leche
Parece que la cantidad de leche que consume el lactante no afecta demasiado a la producción de leche, sino que depende más de la frecuencia de las mamadas. Aunque si un bebé mama frecuentemente pero no llega a vaciar los pechos, ese pecho producirá menos cantidad para la próxima vez porque no ha sido totalmente vaciado. En cambio, si se vacía totalmente el pecho la producción aumenta, ya que de alguna manera el cuerpo recibe la información de que el bebé necesita más alimento.

Sin embargo, la dieta de la madre no sólo influye en la cantidad de leche producida sino que también influye en la composición. Se sabe que la cantidad de ácidos grasos de la leche es el fiel reflejo de la cantidad ingerida por la mujer que amamanta. Ocurre lo mismo con los niveles de selenio, yodo y algunas vitaminas del grupo B. La cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida. Los demás nutrientes parece que se mantienen constantes y son independientes de la dieta.

A la vista de esto, parece obvio que la alimentación durante la lactancia debe ser rica en energía, lípidos, proteínas y vitaminas, con el fin de que cubra las necesidades para la producción de la leche. Por este motivo, se debe conocer:

La composición de la leche materna (que es el equivalente a conocer las necesidades del lactante).
Los requerimientos nutricionales recomendados para que la producción de la leche no altere el estado nutricional de la madre.

Proteínas (g)

Vitamina A( µg)

Vitamina D (mg)

Vitamina E (mg ET)

Vitamina K (µg)

Vitamina C( mg)

Tiamina (mg)

Riboflavina (mg)

Niacina (mgEN)

Vitamina B6 (mg)

Folatos (µg)

Vitamina B12 (µg)

Calcio (mg)

Fósforo (mg)

Magnesio (mg)

Hierro (mg)

Zinc (mg)

Yodo (µg)

Selenio (µg)

(Institute of Medicine, 1991).

La importancia de la estimulaciòn temprana.

El Cerebro del Niño y la Estimulación temprana

Al nacer, el cerebro humano no esta formado completamente y las 100 millones de neuronas, con las que nace un niño, completan la formación de sus conexiones (sinapsis) durante los 3 primeros años de vida. De las trillones de conexiones formadas, unas serán permanentes mientras que otras desaparecerán a medida que el niño crece.
Siendo el ambiente donde el niño se desenvuelve, el factor determinante que influencia en el numero final de estas conexiones neuronales, así las que son usadas repetidamente durante los primeros años de vida, llegaran a ser la base de la organización y función del cerebro durante toda la vida del niño, e influirá en el potencial de cómo el niño aprenderá, pensará, sentirá y se comportará como adulto responsable y productivo. Por el contrario, las neuronas que no son utilizadas no se desarrollaran. Evidencias científicas han demostrado la correlación directa que existe entre él estimulo y el desarrollo del cerebro durante los 3 primeros años de vida del niño. Siendo la estimulación temprana durante estos años críticos, de suma importancia por la habilidad del niño en aprender y asimilar sin esfuerzo e inconscientemente las experiencias del mundo que les rodea, como bien lo llamó Maria Montessori “la mente absorbente” de los niños. Por lo que, las experiencias durante estos años son fundamentales para el desarrollo intelectual y emocional del ser humano.

Factores de Estimulo

Antes de nacimiento
El desarrollo del cerebro humano empieza en el vientre materno, las neuronas se desarrollan a una tasa impresionante 250,000 neuronas/min, y al nacimiento todas las neuronas están presentes. La estimulación temprana debe empezar desde las primeras semanas de gestación para detectar posibles anomalías del feto y orientar a la madre sobre la estimulación a su hijo.
Es imprescindible que el desarrollo del cerebro del feto sea sostenido durante este tiempo con una buena nutrición, salud física, mental e higiene de la madre. Factores como: desnutrición, adicción a drogas, consumo de cigarrillos, consumo de alcohol, depresión materna, exposición a toxinas del ambiente (como el plomo), son algunas de los factores que van a influir negativamente en el desarrollo del cerebro.

Los 3 primeros años de vida
El 90% del desarrollo del cerebro humano es completado a los 3 años de edad, siendo, este periodo de suma importancia para el desarrollo emocional e intelectual del niño. Tiene que proveerse un ambiente óptimo para su desarrollo abarcando áreas como:

· Nutrición adecuada.
· Disciplina, un balance entre libertad y limite.
· Desarrollo sociomoral.
· Estimulo de la coordinación y motricidad gruesa y fina.
· Integración y adaptación social.
· Educación musical.
· Desarrollo del lenguaje.
· El niño necesita tener confianza en los adultos. El niño necesita sentirse amado, seguro, y que es un ser especial para desarrollar su autoestima.
· Exposición a una serie de experiencias positivas con libros, música y juguetes apropiados para su Edad.
El rol de los padres o adultos que se ocupan de los niños es crucial durante esta etapa, ya que el establecimiento de una unión basada en la seguridad, confianza y respeto serán determinantes para el desarrollo integral del niño. Los expertos en el desarrollo del niño, consideran que no es necesario contar con juguetes caros u otros materiales sofisticados para estimularlos, por el contrario son las actividades sociales y emocionales las más importantes y que van a optimizar el potencial intelectual del niño.
El simple hecho de acariciar, abrazar, mecer, hablar, cantar, leer un libro o jugar con ellos va a tener un gran impacto en el desarrollo de cerebro de los niños. Sin embargo, para aquellos padres que han perdido la oportunidad de estimular a sus niños en la primera infancia, deben de tener en cuenta que el desarrollo del cerebro continua a través de toda la vida del niño y nunca es tarde para ayudarlos.

LA IMPORTANCIA DE LA LECHE.

LA IMPORTANCIA DE LA LECHE.

Leches de crecimiento

Cuando el bebé alcanza el primer año de vida aún no está totalmente preparado para la leche de vaca que consumen los adultos, pues los expertos en nutrición señalan que necesita consumir leche entera con elementos nutritivos adicionales y 26% de materia grasa hasta los dos años.

Tal conclusión hace que los pediatras recomienden leches de fortificadas que se elaboran con todos los ingredientes de la leche de vaca, pero debidamente adaptados a las necesidades nutritivas y capacidad digestiva del niño a partir del primer año.




En este sentido, una de las primeras cualidades de este tipo de leches es estar enriquecida con vitaminas y hierro, aporte que asegura la absorción del calcio (esencial para la formación de los huesos), ayuda a reforzar las defensas naturales del niño y previene la aparición de la anemia ferropénica, cuyos síntomas dicen relación con falta de apetito, retraso en el crecimiento, cansancio, debilidad y mayor susceptibilidad a las infecciones son algunas de las señales.

Las grasas de las leches de crecimiento, en tanto, son mezcla de origen vegetal y animal, por lo que aportan ácidos grasos esenciales que contribuyen a un equilibrio de la dieta del niño. Además, tienen un contenido de proteínas, sodio y potasio más adecuado que la leche de vaca consumida por adultos.

Junto a estas características destaca la incorporación en estas leches fortificadas de Prebio 1, un ingrediente alimentario que promueve el desarrollo de la flora bacteriana beneficiosa del colon. Esto disminuye el riesgo de contraer infecciones intestinales, ayuda a mejorar la absorción de los nutrientes y previene la constipación.

PREGUNTAS USUALES .

PREGUNTAS USUALES .

"Siempre he sido bastante aprensiva, pero la primera vez que quedé embarazada me convertí en una auténtica neurótica: abandonaba el lugar donde me encontraba en cuanto alguien encendía un cigarrillo para que el humo no perjudicara a mi bebé, salía despavorida de la cocina después de conectar el microondas, no comía nada fuera de casa, e incluso me negué a mantener relaciones sexuales con mi marido por temor a molestar al pequeño ser que habitaba dentro de mí. A pesar de todas estas precauciones, mi hija llegó al mundo casi dos meses antes de la fecha prevista y tuvo que pasar varios días en la incubadora. Paradojas del destino. Con frecuencia me he preguntado si la ansiedad por cuidarme no influyó de alguna forma en el adelanto del parto. Ahora estoy embarazada de nuevo y pienso llevar una vida sana, pero sin preguntarme constantemente si esto o aquello será perjudicial para mi hijo, porque mi bienestar psicológico también es importante."


Los futuros padres se preocupan por el desarrollo del bebé que esperan, pero la mujer vive la inquietud de una forma especial porque se siente responsable de la salud del hijo que alberga en su seno. Y la carta de esta lectora, Susana B., de San Clemente, es un ejemplo de angustia.

Las embarazadas saben que deben suprimir el cigarrillo y el alcohol y evitar la exposición a los rayos X, pero dudan en otros aspectos. He aquí las preguntas más frecuentes recibidas en Ser Padres hoy.

¿Puedo mantener relaciones sexuales con normalidad? (Tenemos miedo de hacerle mal al bebé si somos muy efusivos.)

En la mayoría de los embarazos la postura es más una cuestión de comodidad que de salud o seguridad. El pene no puede dañar al bebé porque éste se encuentra muy bien protegido dentro de su bolsa de aguas. Tampoco es cierto que las contracciones del orgasmo puedan precipitar el parto. Por lo general, salvo que exista una complicación que lo desaconseje (amenaza de aborto, embarazo pretérmino…), el acto sexual puede realizarse hasta poco tiempo antes del parto. Sólo hay que buscar una postura que resulte cómoda para la embarazada. En el último trimestre los especialistas aconsejan yacer de costado con la pareja.

En casa usamos mucho el microondas para cocinar. ¿Puede perjudicar al bebé que estoy esperando? ¿Y el teléfono celular?

No hay ninguna evidencia de que los microondas puedan resultar dañinos para el futuro bebé, ya que no emiten radiaciones sino ondas electromagnéticas que se disipan a muy corta distancia. Y lo mismo puede decirse de la televisión y los teléfonos celulares.

Tengo un pequeño de dos años y estoy embarazada de cinco meses. ¿Puedo tenerlo en brazos?
Durante la gestación hay que evitar cargar peso siempre que sea posible, ya que con los esfuerzos excesivos puede resentirse la espalda y aumentar el riesgo de parto prematuro. Pero a veces, y especialmente cuando hay niños pequeños en casa, no queda otro remedio. No obstante, el daño no depende tanto del peso que se transporte como de la forma de hacerlo. Al tomar a un niño conviene rodearlo flexionando las rodillas, evitando arquear la espalda hacia delante. Para no perder el equilibrio se puede apoyar una rodilla en el piso.
Una amiga que vive a 500 km se casa el mes que viene y estoy embarazada de cinco meses y medio. ¿Puedo viajar?

En principio hasta el séptimo mes se pueden realizar desplazamientos tomando precauciones, pero a partir del octavo es conveniente restringir al máximo los viajes ante la eventualidad de que el parto se adelante. El tren es el medio de transporte más indicado porque ofrece la posibilidad de cambiar de postura y caminar, algo que está restringido en el ómnibus. El avión no supone ningún riesgo, pero muchas compañías no aceptan embarazadas de más de siete meses o exigen un certificado médico. En los desplazamientos en automóvil hay que evitar las rutas con pavimentos en mal estado y detenerse cada dos horas para dar un pequeño paseo. Los viajes largos pueden causar cansancio durante la gestación.

He oído que las tinturas y las permanentes son perjudiciales. ¿Qué hay de cierto en eso?

No se puede afirmar que el uso de estos productos capilares durante el embarazo pueda provocar daños en el futuro bebé, siempre que se empleen tinturas autorizadas. Sí es cierto que, a veces, los resultados son distintos (el color no queda igual porque los productos tardan más en tomar), pero eso también sucede en otros momentos del ciclo menstrual, según la situación hormonal de la mujer. Y que, debido a las hormonas placentarias, el cabello se encuentra debilitado y se daña fácilmente si las tinturas se reiteran con frecuencia.

¿Qué puedo tomar para combatir los síntomas del resfrío?

Como norma general la embarazada no debe ingerir ningún medicamento sin preguntar a su médico, aunque lo haya tomado antes. La posibilidad de utilizar un tratamiento farmacológico u otro depende del momento del embarazo. (Por ejemplo, la aspirina no implica riesgo para el desarrollo embrionario pero debe evitarse al final de la gestación porque podría causar ciertas alteraciones y hemorragias en el recién nacido). Sí se pueden utilizar remedios naturales como la miel con limón tibio (sin excederse en la miel para no disparar el nivel de azúcar en el organismo), y los vahos de eucalipto para aliviar la congestión de la nariz. Durante la gestación hay que consultar cualquier problema de salud por pequeño que parezca.

Trabajo en un ministerio y debo pasar a diario por un control de seguridad. ¿Qué efectos tiene sobre el organismo?

Ninguno, ya que los aparatos de seguridad son simples detectores de campos magnéticos (tampoco emiten radiaciones) y no pueden hacer nada que dañe al bebé. No obstante, las mujeres que no se sientan tranquilas siempre tienen la opción de pedir que las registren.

¿Debo renunciar al café en el desayuno? (Tengo la presión tan baja que sin él no soy persona.)

La mayoría de los expertos no ven ningún problema en tomar una cantidad moderada de cafeína, salvo que la historia clínica de la madre lo desaconseje (hipertensión). En general, no conviene tomar más de tres tacitas de café al día ­o tres vasos en el caso de las bebidas cola­, ya que a partir de esta dosis se ha constatado un incremento en el número de abortos espontáneos y de niños pequeños para su edad gestacional.

¿Debo lavarme más a conciencia para prevenir la aparición de infecciones en la vagina?

Al igual que ocurre en cualquier otra zona del organismo, el exceso de lavado puede modificar el pH natural de la vagina y destruir la flora bacteriana, necesaria para hacer frente a los gérmenes patógenos. Los efectos negativos del lavado obsesivo de los genitales se multiplican durante la gestación porque en esta etapa las defensas están más bajas y la flora se modifica mucho más fácilmente, haciéndose más débil ante las infecciones. Salvo indicación expresa del ginecólogo, no hay que utilizar ningún producto especial.

Ultimamente me siento muy torpe y tropiezo con frecuencia. ¿Debo concurrir al ginecólogo si me golpeo en el vientre?

Es imprescindible hacerlo si se pierde sangre o líquido por la vagina o se deja de notar al bebé. Estos síntomas pueden ser un indicio de que la placenta se ha desprendido, de que se ha roto la bolsa de aguas o de que el bebé se encuentra mal. El riesgo de que un golpe afecte al pequeño aumenta a medida que avanza el embarazo, aunque es difícil que ocurra porque el bebé está muy bien protegido por el líquido amniótico y los músculos del útero y el abdomen.

¿Puedo hacer fotocopias?

En principio, el trabajo con fotocopiadoras no daña al futuro bebé. Estas máquinas no emiten radiaciones ionizantes sino destellos de luz. Sólo hay que tener cuidado de no aspirar el polvillo al manejar el tóner y hacerlo siempre en un lugar ventilado, como medida preventiva, no porque haya ningún dato significativo.

Mi sobrino acaba de tener sarampión. ¿Puede venir a casa?

Durante la gestación se aconseja evitar la exposición, por pequeña que sea, a las enfermedades infecciosas como el sarampión, la varicela o la rubéola (que puede causar daños graves en el bebé), y a los procesos contagiosos como la gripe, por la fiebre y las complicaciones que puede ocasionar. Es mejor mantenerse alejada de los enfermos hasta tener total seguridad de que el proceso haya remitido.

Siempre me he depilado con cera caliente. ¿Puedo seguir haciéndolo durante la gestación?

No es lo más adecuado ya que el calor dilata los vasos sanguíneos, lo que incrementa el riesgo de varices, que ya de por sí son más frecuentes en el embarazo. Tampoco es aconsejable abusar de la crema depilatoria o los productos decolorantes del vello por las sustancias químicas que contienen. Los mejores métodos son la cera fría y las depiladoras eléctricas.

Fuente: revista Ser Padres hoy Salcobrand.