Los asnos preferían la paja al oro
Aristóteles
los apetitos sensoriales
que buscan
dándose por bien pagos
con un retazo insustancial
el reflejo del sol
baña con brillos áureos
amapolas silvestres
la espuma equilibra la ola
al calar
el néctar extraído
por incansables abejas
que zumban
mareando a la flor
ofrenda
al apetito de los dioses
el instinto saturado de paja
renuncia a la dádiva
recuerda
lo que alguna vez miró
La garganta del diablo
tupido racimo dorado
el vacío te convoca
la piedra terraplén de tu salto
ofrece la veta
en ese torrente /suicida/
un pájaro incuba
su nido
lava de brisa
emerges
el arco iris te bendice
agua de luna
sol al caer
posarse en la roca
vislumbrar la presa
la resistencia que ofrece
la ola
escalada
por aquél que abandonó el sostén
la madera
no presiente espuma
no temer lánguidos rasguños
la tierra húmeda
conforma las huellas
dejándose penetrar
la seca planicie
desprende pisadas
el crujir del pasto crecido
se deja oír
al romper textura
cubre los pies de rocío
las espinas no duelen
cuando se busca
remontar una rosa
andar por arenas incendiadas por el sol
no quema
la orilla se acerca
estar calzado
incendia los pasos
clava espinas sin flor
se resbala en la roca
no se oye susurrar
a la hierba
la tierra mojada
no ofrece fragancia
querer
el olor de esa suelo
el sabor de la espuma
besarla
besos que se deshacen agua
la sal la caricia las rocas
quieren el tacto suave
de esos pies desnudos
dureza
que se deja amar
donde el alma suspende
su pendular
para posarse en la rama dorada
zarza ardiente
el terso sonido del rezo
se une
al silabeo de los pájaros
mariposas lo bailan
el viento lo traslada
polinizando
tierras fértiles
capullo ovillado
por amantes adoradores
suspiro
que se inclina
caricia es
Tu nombre
ese cuerpo
algo que amé hecho sombra
sombra
apenas olor que no perdura
confusión que se entremezcla
en mi deseo
(que no es sombra)
arremete
expulsa al olvido
presente que atraviesa
cristales
perfumando espasmódicos ayeres
acudir
cuando uno es convocado
mutila
(la locura de atreverse)
ardor que suda y sangra
los cristales rotos dejan huella
sangra porque el sudor desnuda
la pureza de creerse
blanca
Este año me reencuentro con Marruecos, esto lo escribí en mi primer viaje 06-01-03.
Oriente
lo exótico y lo brutal
el caos y la obediencia
lo repugnante y la emanación
absoluto entre lo que desaparece, lo laberíntico y lo que se impone
donde el tiempo juega a ofrecer lo inextinguible
recayendo y degradando la materia, devolviéndola sublime en esplendor, frescura
Y de pronto lo tosco, lo sucio, que se limpia al vivenciarlo
los aromas, en sus notas más vibrantes
descendiendo insalubres, mezcla de azufre y azahar
para reencontrarse con el rebosante bullicio
que crece en grito despojado de humanidad
donde lo bestial pugna
la llamada a la plegaria
todo se disuelve en creencia, en ritual
Conflicto que late, avanza, seduce.
Desierto
¿Qué inconmensurable silencio guarda el eco?
donde lo eterno se muestra simple
reino de lo inmenso, fantasmagórico
allí nos es posible medirnos en nuestra nada
hacia nuestra pequeñez somos orientados,
despojados.
Abrazados somos, por aterciopelado manto
suelo tejido en pequeñas partículas
lo divisible hermanado con lo celestial
ser testigo de lo inhóspito
lo seco recorrido por el néctar que da vida.
Marrakesh
nuestros sentidos expectantes, alertas
latiendo en deseos desesperados, punzantes
la promesa ardiendo, ofreciendo maravillas
desplegándose en incienso, música
encantadores de serpientes, mujeres desaparecidas tras infinitos velos
malabares
La tentación que todo lo conquista
entonando lejanas melodías, cantos de sirena
empujándonos hacia lo irresistible, lo abismal.
No es más que un burdel que me aleja de mi profundo anhelo de lo eterno.
Esto lo escribí el 14-05-03
En la repetición del Santo Nombre, se genera un espacio de vacío del yo. Uno es conducido por el corazón, a ese lugar sagrado, donde está asentada la divinidad.
Traspasar las fronteras de las emociones. Tener plena confianza (implica renunciar a las estructuras que nos movilizan permanentemente a la acción), con la certeza de que lo que va a manifestarse es únicamente la verdad.
Nuestro ego solamente conoce el balanceo perpetuo de la polaridad. Y el presente, la verdad, la sobrepasa al plasmarse unificada en sus opuestos.
Aún el más generoso de nuestros actos sin la intercesión de la conciencia, exuda impureza, desintegración.
Si direccionamos nuestra mente hacia la entrega, la confianza, surge necesariamente lo más puro, auténtico de uno mismo.
Sumo mi voz al universo que Te Alaba. Desde mi más profunda pequeñez mi voz es alzada para ser posada a Tus Pies.
En diálogo amoroso, la intención parte del centro del corazón y se dirige como una flecha que desde el blanco, vuelve respirada en resonancia amorosa.
Es un ejercicio de voluntad, concientemente dirijo mi invocación, recordando permanentemente el norte.
Realizarlo suave, pero firmemente, condensado en concentración; sino necesariamente sobreviene la dispersión.
Nuestros fantasmas, acuden prestos, la emoción se exhalta, se toca una intensidad insoportable.
Dejo esos trastos ya conocidos y me muevo del conflicto hacia la tranquilidad y quietud que ofrece la alabanza.
Desoírme, sólo el ejercicio.
Dejarse de lado para ofrecerse a Dios.
En el lecho adormecido
Se está gestando el encuentro.
Ante el clamor de la Madre,
Llamando, Estremeciendo,
paralizando el aliento
Al poderoso torrente
Que enardecido y violento,
Converge resueltamente
Imantado ante el misterio.
Responde en inmensa caída,
Aferrándose a lo eterno.
Y con Tus velos nos Cubres
El abrazo, el reencuentro
Solo la brisa que asoma es testigo del momento.
Una poesía que escribí sobre mi experiencia en Machu Pichu.
Machu Pichu
Machu Picchu, palpando tus sinuosidades
Orientada hacia el sol
Donde solo luz puede llegar
Convirtiendo en diáfano tu profundo mirar
Exhalando aliento calmo, en melódico cantar
Todo lo supiste en tu seno atesorar
Y en ese mágico hondo callar
Se te permitió ser torre inclinada
Por tu pronto entregar
Tallada por tus hijos fuiste
Quienes humildemente te supieron adorar
Y desvestirte de ellos pudiste, sin un solo clamar
Envuelta en selva supiste
Llorar, sangrar, orar
Resurgiendo integra, Madre, firme
Atravesada solo por Tu eterno caminar
Sos reina coronada en cima
Santificada
Donde moran los que pueden escuchar.
V.P
En este blog les voy a presentar mis poesías, escritos y viajes. Bienvenidos